Guía de la Biblia. Nuevo Testamento (53 page)

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Authors: Isaac Asimov

Tags: #Histórico

BOOK: Guía de la Biblia. Nuevo Testamento
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La ciudad, aterrorizada, se rindió pronto, pero no le sirvió de nada. El general romano iba a darles una lección a los griegos, y se la dio. En el año 146 aC, Corinto fue saqueada, los hombres pasados a cuchillo y las mujeres y los niños vendidos como esclavos.

Durante un siglo exactamente, Corinto no fue más que unas ruinas devastadas hasta que Julio César la reconstruyó en el 46 aC. En la época de Pablo, la nueva Corinto era una ciudad floreciente. En efecto, era la capital de la provincia romana de Aquea, que incluía a Grecia propiamente dicha.

En su historia posterior, Corinto se enfrentó con otros desastres, pero ha sobrevivido hasta nuestros días y en la actualidad cuenta con 16.000 habitantes.

Aquila

Pablo permaneció año y medio en Corinto, donde se estableció, ganándose la vida con el ejercicio de su profesión:

Hechos 18.2.
Allí encontró
(Pablo)
a un judío llamado Aquila, originario del Ponto, recientemente llegado de Italia con Priscila, su mujer, a causa del decreto de Claudio que ordenaba salir de Roma a todos los judíos. Pablo se unió a ellos.

Eran los fabricantes de tiendas de campaña o tejedores anteriormente mencionados en este capítulo (v. cap. 9).

Por lo visto, Pablo llegó a Corinto poco después de que, en un acceso de irritación ante ciertos desórdenes creados por judíos, Claudio les ordenara salir de Roma. El decreto, que sólo estuvo unos años en vigor, se dictó en el 49 dC, lo que pone otro jalón para fijar la cronología de los viajes de Pablo.

Galión

Los judíos de Corinto se oponían enérgicamente a las actividades de Pablo, pero no podían hacer nada al respecto por las leyes del gobierno que entonces estaba en el poder. No obstante vieron su oportunidad cuando llegó un nuevo gobernador a tomar posesión del cargo. Esperaban que éste congeniase con sus propósitos.

Hechos 18.12.
Siendo Galión procónsul de Acaya ... los judíos ... condujeron
(a Pablo)
ante el tribunal,

Acaya o Aquea (la primera es versión del griego y la segunda del latín) es la región que bordea la costa norte del Peloponeso. Durante los días gloriosos de Grecia sólo desempeñó un papel muy secundario, pues estaba bajo el dominio de Esparta, justo al sur. Pero tras la muerte de Alejandro Magno, mucho tiempo después de que Esparta perdiera su poder, las ciudades de Aquea empezaron a aunarse para la defensa común formando la «Liga aquea». Durante más de un siglo la Liga aquea preservó un retazo de libertad en Grecia.

Pero llegó a su fin en el 146 aC, cuando las fuerzas romanas destruyeron Corinto. En Grecia desapareció el último vestigio de independencia, pero el recuerdo de la Liga aquea permaneció en el nombre que los romanos dieron a su provincia. Era la provincia de Aquea, o de Acaya.

En cuanto al romano que ahora llegaba a Corinto a gobernar la provincia, era Junio Anneo Galión, aunque ése sólo era su nombre adoptivo, que tomó a raíz de que una próspera familia romana lo admitiera en su seno. Había nacido en España, y originalmente se llamaba Marco Anneo Novato.

Era hermano mayor de Lucio Anneo Séneca, el filósofo estoico más famoso entre los romanos del primer imperio y tutor del muchacho que más adelante se convertiría en el emperador Nerón.

Sobrino de Galión era un joven llamado Lucano (Marco Anneo Lucano, para ser precisos), que más tarde se convertiría en un poeta de fama notable en tiempos de Nerón.

Se sabe que Galión fue nombrado procónsul de la provincia de Aquea en el 52 dC, lo que fija la fecha en la cual concluía Pablo su estancia en Corinto. Galión escuchó las quejas judías con desagrado e impaciencia. Para él, se trataba simplemente de:

Hechos 18.15. ...
cuestiones de doctrinas, de nombres y de vuestra Ley...

Es decir, para él era un asunto molesto de semántica extraña, y se negó a comprometerse. Y Pablo se vio salvo.

Por cierto, Galión tuvo un final trágico. Su hijo menor, el filósofo Séneca, y su sobrino, el poeta Lucano, se vieron obligados a suicidarse doce años después durante el cruel y tiránico reinado de Nerón, sólo porque habían caído en desgracia ante el emperador quien sospechaba que conspiraban contra él. (Lo que era cierto el caso de Lucano, que testimonió en contra de sus cómplices, pero fue condenado de todos modos.) Al enterarse de tales noticias, Galión también recurrió al suicidio.

Éfeso

Cuando finalmente salió de Corinto, Pablo llevó consigo a Aquila y Priscila y navegó 250 millas hacia el este, surcando el centro del mar Egeo hacia las costas de Asia Menor:

Hechos 18.19.
Llegados a Éfeso, los dejó
(a Aquila y Priscila)
y él entró en la sinagoga, donde conferenció con los judíos.

Según la tradición, Éfeso fue colonizada en primer lugar por los griegos en el 1087 aC, en una época en que toda Grecia estaba atravesando una «Edad Oscura». Un grupo de tribus grecoparlantes poco civilizadas, los dorios, penetraron en Grecia un siglo antes y dominaban y devastaban el país desde entonces. Formaban parte del mismo grupo de migraciones bárbaras que lanzó a los pueblos del mar contra las naciones costeras del Mediterráneo oriental. La colonización de Éfeso se llevó a cabo por griegos escapados de la miseria patria.

En realidad, los griegos de ese período (cuando los israelitas de Canán padecían penalidades similares bajo la dominación filistea) colonizaron toda la costa occidental de Asia Menor. En Éfeso y otras ciudades vecinas se asentaron colonos de Atenas y de otras regiones donde se hablaba el dialecto jónico de Grecia. Por esa razón, el territorio en torno a Éfeso se llamó Jonia.

En el siglo VI aC, Jonia experimentó un asombroso crecimiento cultural bajo el suave gobierno de los lidios. Allí fue donde filósofos como Tales introdujeron por primera vez las premisas fundamentales de la ciencia moderna; uno de los grandes filósofos jónicos fue Heráclito de Éfeso (v. cap. 8).

Tras la conquista de Lidia por Persia, Jonia fue decayendo gradualmente, sobre todo a partir del 500 aC, cuando una desastrosa revuelta de los jonios contra el imperio dominante fue implacablemente aplastada. Pero Éfeso logró mantener su prosperidad en mayor medida que otras ciudades, y en los siglos posteriores a la muerte de Alejandro Magno se convirtió en la localidad helénica más importante de Asia Menor. Su florecimiento continuó bajo la dominación romana, que comenzó en el 133 aC, y tanto en población como en riqueza Éfeso no debió de estar muy lejos de Antioquía y Alejandría. En el 84 aC sobrevivió al saqueo de Sula, y en el 6 dC se convirtió en capital de la provincia de Asia.

Tercer viaje de san Pablo.

En Éfeso, Pablo discutió con los judíos, pero no permaneció mucho tiempo. Navegó a Cesárea, en la costa de Judea:

Hechos 18.22.
y, desembarcando en Cesárea, subió a Jerusalén
[29]
y saludó a la iglesia, bajando luego a Antioquía,.

Suele suponerse que por «subió y saludó a la iglesia» quiere significarse un viaje rápido a Jerusalén. Así concluyó Pablo su segundo viaje misionero.

Apolo

No fue mucho después de su vuelta cuando el infatigable y fogoso Pablo, que no podía soportar la vida sedentaria de una tranquila comunidad cristiana, marchó (tal vez en el 54 dC) a su tercer viaje misionero.

Hechos 18.23.
Pasado algún tiempo
(en Antioquía),
partió, y atravesando sucesivamente el país de Galacia y la Frigia...

Una vez más iba a visitar las iglesias que había fundado en el interior de Asia Menor. Entretanto, alguien más había llegado a Éfeso, al borde occidental de la península:

Hechos 18.24.
Cierto judío de nombre Apolo, de origen alejandrino, varón elocuente, llegó a Éfeso...

Hechos 18.25. ...
sólo conocía el bautismo de Juan.

Incluso entonces, un cuarto de siglo después de la muerte de Juan el Bautista y de Jesús, persistía una secta que consideraba como maestro e inspirador al primero.

Sin embargo, como Juan había predicado la inminente llegada del Mesías, los discípulos del Bautista parecían más dispuestos que los demás judíos a convertirse al cristianismo. Algunas enseñanzas por parte de Aquila y Priscila (a quienes Pablo había llevado de Éfeso a Corinto) condujeron rápidamente a Apolo al aprisco cristiano, trasladándose a Corinto para trabajar allí.

Durante su tercer viaje por Asia Menor encontró en Éfeso el propio Pablo discípulos de Juan, el Bautista, que en seguida se sometieron al bautismo en nombre de Jesús.

Pablo permaneció en Éfeso de dos a tres años, tal vez hasta el 57 dC, y bajo su influencia, la iglesia cristiana de aquella ciudad floreció grandemente. En efecto, Éfeso se convirtió en el tercer centro cristiano, después de Antioquía, el segundo, y de Jerusalén el primero. La tradición cristiana posterior elaboró la historia primitiva de la iglesia de Éfeso. Supone que el apóstol Juan, el hijo de Zebedeo, pasó allí la última parte de su vida escribiendo el cuarto evangelio (v. cap. 8). También fue a esa ciudad la Virgen María y María Magdalena, más los apóstoles Andrés y Felipe.

Diana de los efesios

El crecimiento de la iglesia de Éfeso no se produjo del todo sin inconvenientes. El más espectacular sobrevino a consecuencia de la demagogia de un platero:

Hechos 19.24.
...un platero llamado Demetrio, que hacía en plata templos de Artemisa,
[30]
que proporcionaban a los artífices no poca ganancia:

Hechos 19.25.
y convocándolos, así como a todos los obreros de este ramo...

Diana es una diosa a quien Éfeso debe, al menos en parte, su relativa inmunidad a las vicisitudes de la historia. Era un centro religioso respetado, y los conquistadores solían mostrarle cierto temor reverente.

La religión se centraba en una diosa de la fertilidad con características conocidas en Asia Menor, Siria y Babilonia. La diosa tenía muchas semejanzas con la Astarté tan vilipendiada por los yahvistas del Antiguo Testamento (v. cap. 7). Sus ritos eran orgiásticos, aunque sin duda tendían con toda seriedad a impulsar la feracidad de la tierra.

Su adoración se remontaba a la llegada de los griegos a esa parte del mundo, y debió de centrarse originalmente en torno al lugar de caída de un meteorito. Así, se citan las palabras de un funcionario de la ciudad:

Hechos 19.35. ...
¿y quién hay de los hombres que no sepa que la ciudad de los Efesios es honradora de la grande diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter?
[31]

Si los veían precipitarse del cielo, los meteoritos constituían objeto natural de culto para los hombres primitivos, que no sabían nada de astronomía y los consideraban simplemente como cosas arrojadas por el dios del cielo.

Si el meteorito tenía la forma aproximada de un ser humano (o de algo que pudiera imaginarse con tal forma), el efecto sería más impresionante. Y en definitiva no faltarían artesanos que labraran alguna efigie que se aproximara a una forma reconocible. En tiempos del Nuevo Testamento, la diosa venerada en Éfeso solía mostrarse como una mujer perfectamente vestida de cintura para abajo, pero con el torso desnudo para mostrar sus múltiples pechos. Éstos simbolizaban la desbordante fertilidad de la tierra, representada por la diosa.

Al hallarse con esa diosa primitiva de la fertilidad, los griegos hubieron de identificarla con algún miembro más familiar del panteón griego, y se decidieron por Artemisa, la diosa de la caza. Era una elección notablemente pobre, pues la Artemisa clásica es una cazadora virgen y casta; todo menos una madre Tierra con muchos pechos.

Sin embargo, la elección prendió y la diosa de múltiples pechos se convirtió en «Artemisa de los efesios» o, en su equivalente romano, «Diana de los efesios».

Cuando Lidia dominaba Éfeso, se construyó un templo a la Artemisa de los efesios bajo el patrocinio generoso del rico rey Creso. Se llamó el «Artemision». El templo se destruyó en un incendio accidental hacia el 400 aC, pero en seguida volvió a levantarse.

Luego, una noche del 356 aC, el Artemision volvió a arder. Esta vez no ocurrió por accidente, sino que fue un incendio provocado. Pronto se capturó al culpable, y antes de la ejecución por el delito de sacrilegio, se le preguntó qué motivos podía tener para un acto tan inútil. Respondió que lo había hecho para inmortalizar su nombre. De inmediato se dictó un decreto para que se borrara su nombre de todos los documentos y para que nadie lo pronunciara. ¡En vano! Su nombre (o el que se supone que es el suyo) es conocido. Se trata de Eróstrato y, en efecto, es inmortal. Al menos se le sigue recordando más de dos mil años después.

Posteriormente, los historiadores griegos se dedicaron a repetir la historia de que la noche en que se quemó el Artemision fue la misma en que nació Alejandro Magno, aunque en vista de la falta de precisión de los documentos de aquella época parece dudoso que alguna vez pueda comprobarse esa interesante coincidencia.

Finalmente volvió a construirse el Artemision, esta vez bajo la dirección, entre otros, de un arquitecto que había servido a Alejandro Magno. El mundo de las monarquías macedonias era mucho más rico que el anterior de las ciudades-estado griegas, y el templo se reconstruyó a una escala mucho mayor y con una decoración mucho más trabajada. Tal fue su esplendor, que se consideró como una de las Siete Maravillas del Mundo.

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