Border of a Dream: Selected Poems of Antonio Machado (Spanish Edition) (28 page)

BOOK: Border of a Dream: Selected Poems of Antonio Machado (Spanish Edition)
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Advices, Verses, Notes

1

In my herbarium

a desiccated afternoon,

lilac, violet and golden.

Whims of a lonely man.

7

In the sea of women

few shipwreck at night;

many with the dawn.

8

When we see each other,

the date is for tomorrow.

We will never meet.

9

The plaza has a tower,

the tower a balcony,

the balcony holds a lady,

the lady a white flower.

A gentleman passed by

—who knows why!—

and carried away the plaza

with its tower and balcony,

with its balcony and lady,

its lady and white flower.

10

On the street of my envy,

through twenty iron bars

I always see you

chatting with someone.

11

I have bad dreams

I will wake.

13

At your window

morning gave me a bunch of roses.

In a labyrinth of road and alley

I ran after you, your house and street,

and found myself lost in a labyrinth

on this morning of flowery May.

Tell me where you are.

Turns and returns. I can’t stand it.

“En sueños se veía”

En sueños se veía

reclinado en el pecho de su amada.

Gritó, en sueños: “¡Despierta, amada mía!”

Y él fue quien despertó; porque tenía

su propio corazón por almohada.

“In dreams he saw himself”

In dreams he saw himself

resting on the breasts of his lover.

In dreams he shouted, “Wake up, my love!”

And he woke up, because he had

his own heart as his pillow.

“Confiamos”

Confiamos

en que no será verdad

nada de lo que pensamos.

(Véase A. Machado)

“Let us be confident”
53

Let us be confident:

there will be no truth

in anything we think.

(See A. Machado)

53
These lines conclude an earlier poem, “Proverbs and Songs (31)” (p.281). By citing them alone, Machado edits the original poem.

Al gran cero

Cuando el
Ser que se es
hizo la nada

y reposó, que bien lo merecía,

ya tuvo el día noche, y compañía

tuvo el hombre en la auscencia de la amada.

Fiat umbra!
Brotó el pensar humano.

Y el huevo universal alzó, vacío,

ya sin color, desustanciado y frío,

lleno de niebla ingrávida, en su mano.

Toma el cero integral, la hueca esfera,

que has de mirar, si lo has de ver, erguido.

Hoy que es espalda el lomo de tu fiera,

y es el milagro del no ser cumplido,

brinda, poeta, un canto de frontera

a la muerte, al silencio y al olvido.

To the Great Zero

After the
self-made Being
made nothing, he

lay down to rest; and thoroughly deserved,

day owned the night and he lost company.

Only in absence was his love preserved.

Fiat umbra!
And human thought was born.

The universal egg rose in his hand,

still cold and colorless, deprived of form,

filled with vague mist and unsubstantial land.

Take the number zero, the hollow sphere,

which, if you see it, must be standing near.

Your shoulders are the back of that wild beast,

a miracle born of nonbeing. Now feast,

poet, drink and sling out a border song

to death, to silence and to oblivion.

From an Apocryphal Songbook
De un cancionero apócrifo

by Juan de Mairena

Últimas lamentaciones de Abel Martín

(Cancionero apócrifo)

Hoy, con la primavera,

soñé que un fino cuerpo me seguía

cual dócil sombra. Era

mi cuerpo juvenil, el que subía

de tres en tres peldaños la escalera.

—Hola, galgo de ayer. (Su luz de acuario

trocaba el hondo espejo

por agria luz sobre un rincón de osarío.)

—¿Tú conmigo, rapaz?

—Contigo, viejo.

Soñé la galería

al huerto de ciprés y limonero;

tibias palomas en la piedra fría,

en el cielo de añil rojo pandero,

y en la mágica angustia de la infancia

la vigilia del ángel más austero.

La ausencia y la distancia

volví a soñar con túnicas de aurora;

firme en el arco tenso la saeta

del mañana, la vista aterradora

de la llama prendida en la espoleta

de su granada.

¡Oh Tiempo, oh Todavía

preñado de inminencias!,

tú me acompañas en la senda fría,

tejedor de esperanzas e impaciencias.

*

El tiempo y sus banderas desplegadas!

(¿Yo, capitán? Más yo no voy contigo.)

¡Hacia lejanas torres soleadas

el perdurable asalto por castigo!

*

Hoy, como un día, en la ancha mar violeta

hunde el sueño su pétrea escalinata,

y hace camino la infantil goleta,

y le salta el delfín de bronce y plata.

La hazaña y la aventura

cercando un corazón entelerido...

Montes de piedra dura

—eco y eco—mi voz han repetido.

¡Oh, descansar en el azul del día

como descansa el águila en el viento,

sobre la sierra fría,

segura de sus alas y su aliento!

La augusta confianza

a ti, Naturaleza, y paz te pido,

mi tregua de temor y de esperanza,

un grano de alegría, un mar de olvido...

Abel Martín’s Last Lamentations

(Apocryphal Songbook)

Today with the spring,

I dreamed of a slender body that trailed me

like a docile shadow. That thing

was my young body that easily

leapt three steps at a time up the stairs.

“Hello, racing hound out of the past.” (The aquarium

light altered the deep mirror

to a bitter light over the boneyard.)

“Young fellow, will you come with me?”

“With you, old man.”

I dreamed of the passageway

to the cypress and lemon orchard,

warm doves on cold stone,

a red kite in the indigo sky,

and the sternest angel watching over

the magic anxiety of childhood.

Absence and distance,

I dreamed again of the robes of dawn;

the arrow of tomorrow, set firm

in the tense bow, the terrifying sight

of flame moving in the fuse

of the grenade.

O Time, O Still Now

pregnant with imminence!,

you walk with me on the cold path,

weaver of hope and impatience!

*

Time and its flags unfurled!

(Captain, is it me? I’m not with you.)

Punishment for constant attack

on the far towers in the sun!

*

Today as once before on the broad violet sea

the dream sinks stone steps

and makes a way for a child’s schooner

with bronze and gold dolphins leaping up.

Great actions and adventures

hover around a timid heart.

Mountains of hard stone—echo

upon echo—repeat my voice.

Oh, to linger in the blue of day

as the eagle lingers on the wind

over cold summits,

sure of its wings and breath!

Nature, I ask you for august

confidence and peace,

a treaty with terror and hope,

a drop of joy, a sea of oblivion...

Siesta

En memoria de Abel Martín

Mientras traza su curva el pez de fuego,

junto al ciprés, bajo el supremo añil,

y vuela en blanca piedra el niño ciego,

y en el olmo la copla de marfil

de la verde cigarra late y suena,

honremos al Señor

—la negra estampa de su mano buena—

que la dictado el silencio en el clamor.

Al dios de la distancia y de la ausencia,

del áncora en el mar, la plena mar...

Él nos libra del mundo—omnipresencia—,

nos abre senda para caminar.

Con la copa de sombra bien colmada,

con este nunca lleno corazón,

honremos al Señor que hizo la Nada

y ha esculpido en la fe nuestra razón.

Siesta

in memory of Abel Martín

While the fish of fire circles up and down,

next to the cypress below the supreme indigo,

and Eros, the blind child, floats in white stone,

and ivory song of green cicadas echoes,

resounds and throbs in branches of the elm,

let us honor the Lord—

the black imprint of his kindly hand,

who ordered silence into clamoring discord.

To God of distances and of absence,

our anchor in the sea, the open sea...

He frees us from the world—omnipresence—

and finds a way for us to stroll easily.

With shadow filling and overfilling our glass,

and this heart never full, let us praise

and honor the Lord who made the Nothingness,

and carved out reason into faith.

A la manera de Juan de Mairena

Apuntes para una geografía emotiva de España

Tiene una boca de fuego

y una cintura de azogue.

Nadie la bese.

Nadie la toque.

Cuando el látigo del viento

suena en el campo: ¡amapola!

(como llama que se apaga

o beso que no se logra)

su nombre pasa y se olvida.

Por eso nadie la nombra.

Lejos, por los espartales,

más allá de los olivos,

hacia las adelfas

y los tarayes del río,

con esta luna de la madrugada,

¡amazona gentil del campo frío!...

In the Manner of Juan de Mairena

Notes for an emotive geography of Spain

Her mouth is made of fire,

and her waist of mercury.

No one kiss her.

No one touch her.

When the lash of the wind

cracks in the fields: poppy!

(like a dying flame

or kiss never gained),

her name goes by and is forgotten.

Yes, no one can name her.

Far, through the feather grass,

beyond the olive trees,

reaching the oleanders

and tamarisk by the river,

in the daybreak moon,

graceful Amazon of the frozen fields!...

Canciones a Guiomar

1

No sabía

si era un limón amarillo

lo que tu mano tenía,

o el hilo de un claro día,

Guiomar, en dorado ovillo.

Tu boca me sonreía.

Yo pregunté: ¿Qué me ofreces?

¿Tiempo en fruto, que tu mano

eligió entre madureces

de tu huerta?

¿Tiempo vano

de una bella tarde yerta?

¿Dorada ausencia encantada?

¿Copia en el agua dormida?

¿De monte en monte encendida,

la alborada

verdadera?

¿Rompe en sus turbios espejos

amor la devanadera

de sus crepúsculos viejos?

2

En un jardín te he soñado,

alto, Guiomar, sobre el río,

jardín de un tiempo cerrado

con verjas de hierro frío.

Un ave insólita canta

en el almez, dulcemente,

junto al agua viva y santa,

toda sed y toda fuente.

En ese jardín, Guiomar,

el mutuo jardín que inventan

dos corazones al par,

se funden y complementan

nuestras horas. Los racimos

de un sueño—juntos estamos—

en limpia copa exprimimos,

y el doble cuento olvidamos.

(Uno: Mujer y varón,

aunque gacela y león,

llegan juntos a beber.

El otro: No puede ser

amor de tanta fortuna:

dos soledades en una,

ni aun de varón y mujer.)

*

Por ti la mar ensaya olas y espumas,

y el iris, sobre el monte, otros colores,

y el faisán de la aurora canto y plumas,

y el búho de Minerva ojos mayores.

Por ti, ¡oh Guiomar!...

3

Tu poeta

piensa en ti. La lejanía

es de limón y violeta,

verde el campo todavía.

Conmigo vienes, Guiomar;

nos sorbe la serranía.

De encinar en encinar

se va fatigando el día.

El tren devora y devora

día y riel. La retama

pasa en sombra; se desdora

el oro de Guadarrama.

Porque una diosa y su amante

huyen juntos, jadeante,

los sigue la luna llena.

El tren se esconde y resuena

dentro de un monte gigante.

Campos yermos, cielo alto.

Tras los montes de granito

y otros montes de basalto,

ya es la mar y el infinito.

Juntos vamos; libres somos.

Aunque el Dios, como en el cuento

fiero rey, cabalgue a lomos

del mejor corcel del viento,

aunque nos jure, violento,

su venganza,

aunque ensille el pensamiento,

libre amor, nadie lo alcanza.

*

Hoy te escribo en mi celda de viajero,

a la hora de una cita imaginaria.

Rompe el iris al aire el aguacero,

y al monte su tristeza planetaria.

Sol y campanas en la vieja torre.

¡Oh tarde viva y quieta

que opuso al
panta rhei
su
nada corre,

tarde niña que amaba tu poeta!

¡Y día adolescente

—ojos claros y músculos morenos—,

cuando pensaste a Amor, junto a la fuente,

besar tus labios y apresar tus senos!

Todo a esta luz de abril se transparenta;

todo en el hoy de ayer, el Todavía

que en sus maduras horas

el tiempo canta y cuenta,

se funde en una sola melodía,

que es un coro de tardes y de auroras.

A ti, Guiomar, esta nostalgia mía.

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