Read Border of a Dream: Selected Poems of Antonio Machado (Spanish Edition) Online
Authors: Antonio Machado
It is an ashen and shabby evening
disorderly like my soul,
and again this old anxiety
where my usual hypochondria lives.
The cause of this dejection I can’t begin
even vaguely to figure out,
but I remember, and remembering I say,
“Yes, I was a child and you my companion.”
*
Sorrow, it isn’t true, I know you.
You are the nostalgia for a good life,
the loneliness of the dark heart,
of a boat beyond shipwreck or star.
Like a forgotten dog with no
track or smell, that roams
about the roads, aimless,
like a child on a carnival night,
who gets lost in the crowds,
who as candles flicker in the dusty wind
is aghast, and his heart
blundering with music and pain,
so I go about, a gloomy drunk,
a moonstruck guitarist, a poet
and despondent guy in dreams,
always chasing after God in the haze.
¿Y la de morir contigo el mundo mago
donde guarda el recuerdo
los hálitos más puros de la vida,
la blanca sombra del amor primero,
la voz que fue a tu corazón, la mano
que tú querías retener en sueños,
y todos los amores
que llegaron al alma, al hondo cielo?
¿Y ha de morir contigo el mundo tuyo,
la vieja vida en orden tuyo y nuevo?
¿Los yunques y crisoles de tu alma
trabajan para el polvo y para el viento?
Will the spellbound world die with you
where memory hangs on
to clean breaths in life,
the white shadow of a first love,
a voice that struck your heart, the hand
you wanted to grab in dreams,
and every love
that fell in the soul down to the bottom sky?
Will your world die with you,
the old life you remade in your way?
Have the anvils and crucibles of your soul
been working for dust and wind?
Desnuda está la tierra,
y el alma aulla al horizonte pálido
como hoba famélica. ¿Qué buscas,
poeta, en el ocaso?
¡Amargo caminar, porque el camino
pesa en el corazón! ¡El viento helado,
y la noche que llega, y la amargura
de la distancia!... En el camino blanco
algunos yertos árboles negrean;
en los montes lejanos
hay oro y sangre... El sol murió... ¿Qué buscas,
poeta, en el ocaso?
Naked is the earth,
and the soul howls to the pale horizon
like a famished shewolf. What do you seek,
poet, in the sunset?
Bitter walking, since the road
weighs in the heart. Frozen wind
and coming night, and the bitterness
of distance! On the white road
a few stiff trees blacken;
in the far mountains
there is gold and blood. The sun died. What do you seek,
poet, in the sunset?
La tarde está muriendo
como un hogar humilde que se apaga.
Allá, sobre los montes,
quedan algunas brasas.
Y ese árbol roto en el camino blanco
hace llorar de lástima.
¡Dos ramas en el tronco herido, y una
hoja marchita y negra en cada rama!
¿Lloras?... Entre los álamos de oro,
lejos, la sombra del amor te aguarda.
The afternoon is dying
like a humble hearth burning out.
There above the mountains
a few coals are left.
And this broken tree on the white road
makes you sob out of pity.
Two branches on the wounded trunk, and one
black and withered leaf on each branch!
Are you sobbing? Among the gold poplar trees,
far off, a shadow of love waits for you.
Te he visto, por el parque ceniciento
que los poetas aman
para llorar, como una noble sombra
vagar, envuelto en tu levita larga.
El talante cortés, ha tantos años
compuesto de una fiesta en la antesala,
¡qué bien tus pobres huesos
ceremoniosos guardan!
Yo te he visto, aspirando distraído,
con el aliento que la tierra exhala
—hoy, tibia tarde en que las mustias hojas
húmedo viento arranca—,
del eucalipto verde
el frescor de las hojas perfumadas.
Y te he visto llevar la seca mano
a la perla que brilla en tu corbata.
I saw you in the ashen park,
where the poets love to go
so they can sob. You were a noble shadow
wandering, stuffed in your large frock coat.
Your polite bearing at formal parties
you composed year after year in the antechamber.
How beautifully they watch after
your poor ceremonious bones!
I have seen you absentmindedly inhaling
the breath the earth exhales
(today is a tepid afternoon of damp wind
ripping up musty leaves)
from the green eucalyptus tree,
the freshness of aromatic leaves.
And I have seen you raise a dry hand
to the pearl gleaming in your tie.
Eran ayer mis dolores
como gusanos de seda
que iban habrando capullos;
hoy son mariposas negras.
¡De cuántas flores amargas
he sacado blanca cera!
¡Oh tiempo en que mis pesares
trabajaban como abejas!
Hoy son como avenas locas,
o cizaña en sementera,
como tizón en espiga,
como carcoma en madera.
¡Oh tiempo en que mis dolores
tenían lágrimas buenas,
y eran como agua de noria
que va regando una huerta!
Hoy son agua de torrente
que arranca el limo a la tierra.
Dolores que ayer hicieron
de mi corazón colmena,
hoy tratan mi corazón
como a una muralla vieja:
quieren derribarlo, y pronto,
al golpe de la piqueta.
Yesterday my sorrows
were silkworms
building a cocoon.
Today they are black moths.
From how many acrid flowers
did I dig out white wax?
Oh, right now my depressions
labor like bees.
They are mad oats
or darnel in the grain fields,
mildew on the wheat,
beetles in wood.
Oh, once my sorrows
were decent tears;
were rolling waterwheels
irrigating an orchard!
Today they are flood waters
stripping mud from the land.
The sorrows that turned
my heart into a beehive
today treat it
like an old city wall,
which they want to knock down, and soon,
under the blows of a pickax.
Tal vez la mano, en sueño,
del sembrador de estrellas,
hizo sonar la música olvidada
como una nota de la lira inmensa,
y la ola humilde a nuestros labios vino
de unas pocas palabras verdaderas.
Perhaps the hand in dreaming
of being a star sower
made forgotten music echo
like a note from an enormous lyre,
and to our lips a tiny wave
came with a few true words.
Y podrás conocerte recordando
del pasado soñar los turbios lienzos,
en este día triste en que caminas
con los ojos abiertos.
De toda la memoria, sólo vale
el don preclaro de evocar los sueños.
You will know yourself
by remembering the clouded canvases of old dreams
on a grim day when you walk
with your eyes open.
What counts in memory
is the clean gift of evoking dreams.
Húmedo está, bajo el laurel, el banco
de verdinosa piedra;
lavó la lluvia, sobre el muro blanco,
las empolvadas hojas de la hiedra.
Del viento del otoño el tibio aliento
los céspedes undula, y la alameda
conversa con el viento...
¡el viento de la tarde en la arboleda!
Mientras el sol en el ocaso esplende
que los racimos de la vid orea,
y el buen burgués, en su balcón enciende
la estoica pipa en que el tabaco humea,
voy recordando versos juveniles...
¿Qué fue de aquel mi corazón sonoro?
¿Será cierto que os vais, sombras gentiles,
huyendo entre los árboles de oro?
Below the laurel tree a soggy
bench of greenish stone.
Rain has washed the white wall
and the dust-covered ivy.
In autumn air a mild breeze
wriggles the grass, and poplars
chat with wind.
The afternoon wind in the grove!
While sun magnifies the horizon
and feeds the roots of grape vines
and the good bourgeois on his balcony
lights his stoic pipe in which tobacco fumes,
I remember juvenile lyrics.
What happened to my noisy heart?
Gentle shadows, are you going,
sneaking off through the gold trees?
Miscellaneous /
Varia
En medio de la plaza y sobre tosca piedra,
el agua brota y brota. En el cercano huerto
eleva, tras el muro ceñido por la hiedra,
alto ciprés la mancha de su ramaje yerto.
La tarde está cayendo frente a los caserones
de la ancha plaza, en sueños. Relucen las vidrieras
con ecos mortecinos de sol. En los balcones
hay formas que parecen confusas calaveras.
La calma es infinita en la desierta plaza,
donde pasea el alma su traza de alma en pena.
El agua brota y brota en la marmórea taza.
En todo el aire en sombra no más que el agua suena.
Over coarse stone in the middle of the square
water drips and drips. In the nearby grove a tall
cypress tree, and behind an ivy-draping wall
rises a stain of rigid branches in the air.
The afternoon is falling into dreams, a lull
before the large houses in the plaza. Windows glare
with macabre echoes of the sun, and forms stare
from balconies and fade like blurring skulls.
Across the barren plaza infinite calm abounds
where the soul trails the outline of a tortured soul.
Water drips and drips in the marble bowl.
In all the air in shadow only water sounds.
Es mediodía. Un parque.
Invierno. Blancas sendas;
simétricos montículos
y ramas esqueléticas.
Bajo el invernadero,
naranjos en maceta,
y en su tonel, pintado
de verde, la palmera.
Un viejecillo dice,
para su capa vieja:
“¡El sol, está hermosura
de sol!...” Los niños juegan.
El agua de la fuente
resbala, corre y sueña
lamiendo, casi muda,
la verdinosa piedra.
It is noon. A park.
Winter. White paths.
Symmetrical hillocks
and skeletal branches.
Below the hothouse glass,
orange trees in pots,
and in its barrel painted
green, the palm tree.
A little old man says
to his worn-out cape:
“The sun, this beauty
of sun!” Children play.
Water in the fountain
slides, races and dreams,
licking the almost deaf
and greenish stone.
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni so un ave de esas del nuervo gay-trinar.
Desdeño las romanzas de los tenores huercos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día de último vïaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
1906