Microsiervos (25 page)

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Authors: Douglas Coupland

BOOK: Microsiervos
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»Es una relación que se expresa en una curva de campana. Existe un punto óptimo en el cual la cantidad de tecnología que uno posee amplía la cantidad de tiempo que uno percibe o experimenta.

»Es como si tu cerebro contuviera un diminuto tálamo en forma de judía que hiciera tic, tic, tic mientras calibra la dosis de tiempo que te toca. Existe un punto de equilibrio tecnológico tras el cual la curva desciende.»

Abe me ha enviado respuesta por correo electrónico a mi rollo sobre el tiempo.

Una vez has usado tu cerebro a todo gas, ya no puedes funcionar en modo LENTO. No puedes conducir un Infinite J-30 y después ser degradado a un Daewoo. Los cerebros no trabajan así.

Miércoles

Esta mañana, mi padre estaba cantando «Road to Nowhere». Michael está reprogramando a mi padre. Tengo que encontrar un modo de hacer frente a esta situación.

Cuando Anatole se pone muy europeo e insoportable —cuando, sobre todo, se queja demasiado—, le decimos: «¡Eh!, Anatole, se te ve el cuello de cisne.» No entiende la broma. «Pero si no llevo cuello de cisne...»

Anatole nos ha contado algo genial: en Apple tenían una cosa llamada SiembraRumores que permitía a los empleados introducir anónimamente chismes en el sistema hasta el equivalente a cien caracteres ASCII. De modo que Todd ha fabricado enseguida una versión casera para nuestra red, que ha llamado Rumor-Master. Casi en el acto la cosa se nos ha ido por completo de las manos:

1) SUSAN COMPRA EN TARGET PERO PONE LAS COSAS EN BOLSAS DE NORDSTROM

2) DANIEL VENDE SUS CALZONCILLOS USADOS POR CORREO... A 5 DÓLARES POR DÍA DE USO

3) BUG BAILA CON VINILOS

4) DAN... ESOS DOCKERS...

5) TODD TIENE LOS PEZONES CAÍDOS POR HACER DEMASIADO CULTURISMO SE LLAMAN "TETAS DE PERRA"

6) LA ROPA D TODD DEPENDE D SI LEVANTA PESAS O NO PORKE SI LEVANTA SE LO HACE TODO ENCIMA

7) KARLA PAGÓ PARA VER "EL GUARDAESPALDAS"

8) BUG SE RÍE CON LAS HISTORIAS DE GARFIELD

9) KARLA NO SABE ELEGIR SUS COMPLEMENTOS

10) SUSAN TIENE LA PIEL LLENA DE IMPLANTES

11) TODD FUMA "MORE"

12) OIGO EL CHAPOTEO DE LA BOLSA DE LA COLOSTOMIA DE KARLA

13) EL FERRARI DE ETHAN ES DE KIT

14) ETHAN COMPRA LOS NEUMÁTICOS EN SEARS

15) A BUG LE GUSTA BARNEY

16) KARLA SE CREE EL VERANO PERO EN REALIDAD ES EL OTONYO

17) BUG TIENE 2 CASETES DE RAFFI

18) DAN TIENE UN CD DE YANNI EN EL COCHE

19) LA VISA DE ETHAN TIENE EL LÍMITE EN 3.000$

20) SUSAN ESTÁ CHALADA POR LOS TÍOS SUSAN ESTÁ CHALADA POR LOS TÍOS SUSAN ESTÁ CHALADA POR LOS TÍOS

21) DAN: EL LISTERINE MATA LOS GÉRMENES CAUSANTES DEL MAL ALIENTO

22) DAN TODAVÍA VIVE CON SU MAMÁ

23) BUG COMPRA EN CHESS KING

24) LA CAMISA DE MICHAEL HUELE A ORINA DE JERBO

Todd ha quitado rápidamente el programa del sistema.

Ethan ha tenido una crisis en relación con el tiempo: «Miro mi agenda Daytimer y veo: CES en enero, COMDEX en mayo, boda de Tim en julio, etc., y me doy cuenta de que ha pasado todo el año antes de que haya empezado siquiera. ¿Qué sentido tiene todo? Todo es tan predecible.»

Mi madre ha ganado una carrera de natación esta tarde, de modo que hemos buscado monedas debajo de los cojines del sofá y hemos salido a tomar una cena baja en grasas para celebrarlo. En este momento está muy en forma.

Iba bajando desde la 280, bajando por Peter Coutts Road, subiendo por Systemix, Wall Data, IBM, Hewlet Packard y las rotativas donde imprimen el
Wall Street Journal
—la zona donde mi padre trabajaba hasta que lo consideraron obsoleto— cuando ¡hete aquí que veo a mi padre y a Michael dando un paseo juntos! Estaban absortos en una discusión, con las manos a la espalda, con aire profesoral.

He metido el coche en una calle lateral y he ido corriendo hacia ellos. Cuando me han oído gritar sus nombres, se han dado la vuelta con aire distraído a pesar de la interrupción, sin mostrar ninguna sorpresa al verme. Les he preguntado qué estaban haciendo y mi padre ha dicho: «Bueno, ya lo ves, dando un paseo por los viejos terrenos de caza» (IBM).

Los coches pasaban zumbando. El aspersor de una compañía informática pulverizaba el césped. No he sabido qué decir, rodeado por todos esos edificios sin adornos, con ventanas como espejos, esos edificios donde hacen las máquinas que hacen las máquinas que hacen las máquinas.

He empezado a subir la colina con ellos y al poco tiempo estábamos delante de IBM. He sentido vergüenza por mi padre, porque seguro que había empleados tras las ventanas espejadas diciendo: «¡Vaya!, mira, ahí está el señor Underhill merodeando. Debe de haberlo sentido de verdad.» Sin embargo, mi padre parecía impasible. He dicho: «Papá, ¿cómo puedes mirar siquiera a esa gente?»

Ha contestado: «Sabes, Daniel, me he dado cuenta de que, por lo general, a la gente le espanta que se produzca un cambio en su vida; pero luego capea los desastres con una firmeza que, con frecuencia, no se corresponde con su personalidad cotidiana.»

Michael ha metido la cuchara: «Piensa en las inundaciones del Misisipí. En la gente que monta barbacoas sobre su tejado y saluda con la mano a los helicópteros de la CNN mientras se divierte de lo lindo.»

«Precisamente —ha dicho mi padre—, me he dado cuenta de que a la gente le horroriza la idea de iniciar un cambio en su vida y que las personas mayóres somos, evidentemente, las peores. Es difícil hacer frente al caos y a la diversidad. Nosotros, los viejos, tomamos el actual diluvio de información, diversidad y caos por "El Fin de la Historia". Aunque quizá sólo sea el Principio.»

Esas palabras tenían el sello de Michael, pero salían de la boca de mi padre. ¡Le ha lavado el cerebro!

Ha proseguido: «Los viejos hemos abandonado, hasta cierto punto, el proceso de crear historia a la antigua. Nos han arrinconado y nadie nos ha dicho lo que nosotros, los nuevos seres humanos obsoletos, debemos hacer.»

«Lo único que es inmune al cambio es nuestro deseo de buscar un sentido», ha añadido Michael, con desmesurado fastidio por mi parte.

Hemos cruzado corriendo la calle en una pausa entre los Lexus y hemos empezado a bajar la colina caminando. «No me pidáis que explique esta realidad nuestra en la que uno tiene ocho trabajos a lo largo de la vida. Bastante negras me las veía ya con el mundo en el que un trabajo era para toda la vida», ha dicho mi padre.

El sol era dorado, los pájaros cantaban en el cielo. Los coches ronroneaban en el semáforo rojo. Mi padre parecía relajado y feliz. «Siempre había dado por hecho que la historia la creaban los centros de investigación, el DOE y la RAND Corporation de Santa Mónica, California. Daba por hecho que la historia era algo que le sucedía a los demás, algo lejano. Nunca pensé que la historia fuera algo que mi chico pudiera construir en el sótano. Ha sido un shock.»

Le he contado lo de la nueva palabra que había aprendido, «deletia», y mi padre se ha echado a reír. «¡Eso soy yo!»

Pronto hemos llegado al Camino Real. He tenido que volver a mi coche. Les he preguntado: «¿Tenéis coche? ¿Necesitáis que os lleve a algún sitio?»

«Iremos andando —ha dicho mi padre—. Gracias, de todos modos.»

«Te veré en el Habitrail», ha dicho Michael. Bien. Vale.

Al llegar a casa, me he encontrado a Karla regando el jardín de plantas aromáticas con una lata. Le he dicho a Karla que era muy poco navideño por mi parte, pero que deseaba matar a Michael.

«¿Michael? ¿Y por qué demonios?»

«Está...»

«¿Sí?»

«Está robándome a mi padre.»

«No seas tonto, Dan. Es una historia que te has montado tú solo.»

«Mi padre nunca habla conmigo. Está siempre con Michael. Mierda, ni siquiera sé qué hace con Michael. Podrían estar vendiendo piezas para una bomba de implosión a los kazajios y yo sin enterarme.»

«A lo mejor se han hecho hermanos de sangre.»

«¿Qué?»

«Es una broma, Dan. Cálmate. Contrólate. Escúchate. En primer lugar, Michael no sería capaz de robar ni una tableta de Nestlé Crunch y menos aún una unidad parental. No pertenece a esa clase de personas. ¿Y no se te ha ocurrido que pueden ser amigos, simplemente?»

«Sabe la historia de Jed. Está intentando ser Jed. Y no puedo competir con él.»

«Eso son tonterías.»

«¿No te dije eso mismo sobre tú y tu familia?» «Pero eso es diferente.» «¿En qué?»

«Porque... porque lo es.» «Buena lógica, Karla.»

Se ha acercado a mí. «Tócate, has tenido suerte al no pillar la gripe asesina. Tienes los músculos rígidos como un palo. Vas a ponerte enfermo por pensar así. Vamos, te daré un masaje en la espalda. Te quitaré esas ideas.»

Mientras me deshacía los nudos del cuerpo y se llevaba las neveras abandonadas, los sofás y los sacos de basura de debajo de mi piel, ha ido hablando tal como lo hace ella. Me ha dicho: «Los cuerpos son como disquetes con etiquetas. Los seleccionas y puedes ver el tamaño y el tipo del archivo al instante. En la gente, las etiquetas están en la cara.»

Golpea, golpea, frota, aprieta.

«Si sabes mucho sobre el mundo, este conocimiento resulta patente en tu rostro. Al principio, tal vez te asuste saberlo, pero te acostumbras. A veces puede ser un poco desconcertante, pero piensa que sólo lo es para la gente que se preocupa porque está aprendiendo demasiado y demasiado deprisa. Saber demasiado sobre el mundo puede hacerte poco cariñoso y, tal vez, incapaz de inspirar cariño. Y la cara de tu padre ahora es distinta. Parece un hombre nuevo, distinto del que llegó en coche a la vieja casa de Redmond. Por mucho que haya cambiado, ha sido para mejor. No pierdas eso de vista.»

A regañadientes: «Está bien.»

Si no fuera por Karla, me parece que a veces implosionaría.

Viernes
24 de diciembre de 1993

Diversiones con el software: hoy, el trabajo ha avanzado lentamente hasta detenerse por completo mientras Bug nos prestaba un programa de anagramas que lanza todas las combinaciones que uno puede hacer con su nombre. Michael se ha enfadado porque hemos perdido unas cuantas horas/persona haciéndolas. Todos están enviando mensajes por fax y por correo electrónico a sus parientes y amigos con el anagrama de su nombre como felicitación de Navidad, que es mañana. Es la solución para un regalo de bajo presupuesto.

Además, todos estamos bajando shareware y recorriendo el Valle para reunir a toda prisa lotes de programas pirateados para regalárnoslos mutuamente. ¡Estamos en la ruina!

Parece como si todo el mundo estuviera intentando encontrar una palabra que expresara mayor tamaño que la simple palabra «supermodelo»: hipermodelo, gigamodelo, megamodelo. Michael ha sugerido que nuestra incapacidad para encontrar una palabra mayor que supermodelo refleja nuestra incapacidad para hacer frente al peso aplastante de la historia que nos hemos creado como especie.

Hemos dejado de trabajar temprano (19.00) para ir a comprar, pero todos hemos vuelto hacia las 22.00 y nos hemos puesto a trabajar de nuevo hasta más o menos la 1.00. Somos esclavos, ¿no?

Hacia la medianoche del 25 de diciembre, Susan ha gruñido: «Ehhh, feliz Navidad.» Todos hemos contestado y, a continuación, hemos seguido trabajando.

Día de Navidad de 1993

Sentados dentro de casa, hemos abierto los regalitos a la hora del café. Fuera hacía un tiempo a lo Richie Cunningham, como en
Happy Days
, cuando Ralph Malph y Potsie llegan, llaman al timbre y llevan puestos sus abrigos de la universidad y dicen: «Hola, señora O», y el tiempo exterior es... tiempo, simplemente.

Pero bueno, ¿dónde está la familia de todo el mundo? ¿Por qué no están todos con sus familias? Nadie se ha ido a casa. Bug todavía no se siente capaz de enfrentarse a sus padres en Idaho; Susan tampoco (su madre está en Schaumbert, Illinois; su padre está en Irvine, en el sur); Karla... no es probable. Sólo Anatole se ha ido a ver a sus padres, y sólo porque están a tres horas de aquí en dirección norte, en Santa Rosa.

De todos modos, tenemos tan poco dinero este año que nos hemos puesto de acuerdo en no comprar nada caro para nadie, y ha sido divertido. Regalos en broma. La Navidad saca el monstruo que los informáticos llevan dentro:

• De Todd a Bug: una gorra de béisbol de color marrón, de "Wackenhut.

• De Karla para mí: la versión para PC IBM de
La pirámide de 100.000 dólares
.

• Mío para Karla: una calculadora Hewlet-Packard con piedras brillantes en el lugar de las teclas.

• Para Ethan de todos nosotros: un teléfono celular de juguete lleno de caramelos.

• De Bug, metido en todos nuestros calcetines: Dream Whip, nata no láctea para cubrir pasteles.

• Mío para Karla: un aparato en forma de insecto para fabricar insectos de plastilina, de Play-Doh. («Mira, el Play-Doh es ahora más suave, más elástico», ha chillado.)

• De varios a varios: protectores de pantalla de Ren & Stimpy. («Los protectores de pantalla son el macramé de los noventa», ha exclamado Susan audazmente.)

• De Susan a todos nosotros: cestitas de regalo a lo Martha Stewart HECHAS A MANO, que han hecho que todos nos sintiéramos tacaños. Michael le ha preguntado enseguida: «Susan, ¿de dónde has sacado tiempo para fabricar todo esto?» Ella lo ha mirado con aire culpable y luego le ha dicho que se fuera a la mierda; ha sido divertido. Michael me ha susurrado: «Los regalos hechos a mano son tremendos porque revelan que tienes demasiado tiempo libre.»

Por algún motivo, todo el mundo ha regalado a Susan productos relacionados con las toallitas húmedas. Ha sido una broma que se ha escapado de nuestro control, tal como algunas cosas se escapan de todo control sin motivo evidente. Un suceso no lineal espontáneo. Ha recibido:

• 124 toallitas húmedas klear screen™, «con cariño de Dan y Karla» (también he enviado por correo a Abe una botella de Spray-N-Clean para que pueda despegar las incrustaciones nasales de sus pantallas Mac).

• Toallitas húmedas Celeste® 3205 especiales para micrófonos, de Ethan. («"Limpia y refresca el equipo de comunicación." El año pasado robé un montón en la clase
business
de United.»)

• Toallitas húmedas Pocket Wetty, japonesas, fabricadas por Wakodo KK. (145 ¥, gracias, Anatole.)

Todo el mundo ha regalado a mi madre una piedra y ella ha dicho que eran los mejores regalos que le habían hecho nunca. Todos han intentado darle una piedra verdaderamente buena. Es tan raro... todos han intentado de verdad encontrar una piedra guay.

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