Microsiervos (20 page)

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Authors: Douglas Coupland

BOOK: Microsiervos
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De ahí hemos pasado a hablar de volcanes, del año en que el Saint Helens entró en erupción y del tipo que vivía en la cumbre de la montaña —un chiflado que no quiso marcharse—; todo el mundo pensó que era un héroe, y, cuando la montaña estalló, quedó achicharrado. Y eso me ha hecho pensar en toda la gente de IBM, me ha hecho pensar en mi padre y...

Esta es la primera reunión con inversores de varias sociedades de capital riesgo a la que asisto en la vida. Ethan ha ido a cientos durante su carrera en el Valle. Se gún Ethan, parece ser que la Reunión de Socios del Lunes es una tradición del Valle del Silicio. Por lo general, se celebran en el centro financiero, en la esquina de Sand Hill Road con la Interestatal 280. El lunes es el día en que los socios
se ponen de acuerdo en ponerse de acuerdo
. Y el martes es el día en que se ponen en práctica las decisiones.

Los quince años que Ethan lleva en el negocio le han dado una soltura de guía turístico. Mientras canturreaba por la 280, ha seguido haciéndome un resumen de la situación:

«Primero hablan los que van en busca de capital. Si la idea parece prometedora, se los vuelve a citar para una presentación más extensa: no es muy distinto de Broadway.

»Para entonces, el "equipo de capital riesgo" habrá hecho las debidas comprobaciones: habrá hablado con los especialistas del ramo que han respaldado la idea, habrá calculado su conveniencia y su posible éxito en el mercado y habrá verificado su solidez técnica. En esencia, deben saber:
¿ Cuál es la importancia o la justificación de la tecnología sobre la que se basa la idea? ¿Cuál es la viabilidad global de la idea? ¿Qué tienen ustedes que los demás no tengan? ¿Posee el equipo la capacidad técnica necesaria?
Michael y yo ya hemos pasado por esto.

»La de hoy es la segunda cita.

«Hemos superado todos los exámenes técnicos, pero las sociedades de capital riesgo no están muy seguras de las posibilidades comerciales de
Oop!
Tras la primera inyección de capital, todos los riesgos están por delante. Además, ahora el software es una industria dirigida al consumidor, no a las empresas: se trata de vender diez mil unidades destinadas a CompUSA y no una unidad gigante para Delta Airlines o National Cash Register.

»Esto no nos beneficia porque las empresas del Valle del Silicio apenas tienen experiencia, en caso de que la tengan, segmentando la población a lo Procter & Gamble, por más que no quieran admitirlo. En cambio, se las dan de visionarios de los multimedia. La cosa no cambiaría mucho si se dedicaran a abrir una oveja y leerle las tripas. Es un gran ejercicio de tirones de correa. Bueno, pues, ¡que empiece el baile!»

Hemos llegado y hemos bajado del coche. «Oye, Ethan, espera, te han caído algunas hojas sobre los hombros.» He pasado la mano como una máquina quitanieves por los copos de caspa de su traje. «Vale, ya está.»

Versión condensada...

Reunión de capital riesgo (primera [y última])

1)
Yo
:

(Voy vestido como un paciente externo de un hospital; la gente de las sociedades de CR va vestida como si estuviera a punto de susurrarle un negocio a David Geffen en el oído izquierdo. ¿Por qué Ethan no me ha vestido de modo adecuado? Han empezado a caerle copos de la cabeza en cuanto ha cruzado el umbral. ¡Qué hombros!)

«Hola.»

2)
Mujer de CR con peinado tipo Barbra Streisand en concierto
:

«Los inversores quieren ver al frente del producto a un visionario comprometido y sensible al marketing.» (¿Quién demonios... Michael? ¿Sensible al mercado?)

3)
Yo
:

(Asiento con la cabeza, con aire interesado) «Hummm...»

4)
Otro inversor de CR con un extraño parecido con Barry Diller
.

«Uno de los principales motivos por los que la gente pone en marcha una empresa es el deseo de controlar el medio que le rodea y la gente con quien trabaja.» Michael asiente con la cabeza. Ethan se muestra de acuerdo.

5)
Ricachón Babyboomer con una chillona corbata de Hermés
:

silencio

6)
Barbra
:

(Tomándoselo muy en serio) «En el campo de este producto, ¿existe alguna posibilidad de llegar al liderazgo mundial?»

7)
Barry
:

«Las empresas nuevas atraen a los cínicos que están de vuelta de todo —porque saben cómo funcionan de verdad las cosas— y a los individuos totalmente ingenuos —porque no lo saben—. ¿A cuál de las dos categorías pertenecen ustedes?»

8)
Ethan
:

«Formamos parte de ese irreductible cinco por ciento de gente con talento: los buscadores de perlas de nuestra cultura.»

9)
Joven de CR con la edad que tendría ahora el hijo de Rosemary de
La semilla del Diablo
:

«Hace falta algo más que una multitud de buscadores de perlas... —(Risilla engreída)—. Hacen falta segmentos de población. La gente te da sorpresas y te dice que aquello que pensabas que valía 99 dólares sólo vale 29.»

10)
Barry
:

Meloso: «Tenemos que actuar como padres de las nuevas empresas que están en proceso de crecimiento.»

11)
Corbata Hermés
:

más silencio

12)
Ethan
:

«Ahí es donde intervengo yo.» (Dése al preso el último cigarrillo)

13)
Ethan
:

(Ahora, con una cadencia sonora y rítmica) «El capital riesgo estuvo adormecido hasta la primavera del año 1992, cuando llegó —[pausa reverencial]— la convergencia. A menos que se produzca un éxito sensacional en 1997, el sector de los multimedia se convertirá en un paria.»

14)
Barbra
:

«Sí, pero en tanto que sociedad de capital riesgo, nos gusta pensar que ya estamos más allá del tema del exitazo. En general, no nos gustan las empresas pequeñas de orientación tecnológica. No hay nada que el mundo desee menos que una nueva empresa tecnológica. Les das dos millones de dólares, se los gastan y no sacan ni un producto aprovechable.»

15)
Corbata Hermés
:

El estruendo de su silencio es equiparable al de su corbata

16)
La semilla del diablo
:

«Tras la primera inyección de capital, todos los riesgos están por delante.»

17)
Barry
:

«Francamente, no estamos demasiado convencidos de que cuenten ustedes con el personal necesario para comercializar su producto, si es que logra superar la fase beta.»

18)
Yo
:

(Desde una perspectiva metafísica y distante: mientras hablamos, el acelerador lineal de Stanford, situado a menos de medio kilómetro de distancia, bajo la autopista de la Mensa, bombardea silenciosamente átomos para convertirlos en quarks, bosones, leptones y golosinas) «Hummm.»

19)
Ethan
:

«Francamente —(
¡Oooh!, todos intentan competir abusando de la palabra
franqueza)—, ya les he traído cuatro productos. Cuatro productos de gran éxito. —(Una sensación no expresada flota en el aire como el vestigio final de un pedo: "
Vale, pero tus empresas no duran ni un año
. ")—. Nuestro equipo está tan entregado al proyecto que piensa trabajar sin cobrar hasta que la versión alfa esté lista.»

20)
Yo
:

(Dentro del bocadillo en forma de nube situado sobre mi cabeza, mientras Ethan me mira y me lanza su gran sonrisa de:
Estás jodido y no tienes escapatoria
, delante de todos esos tipos trajeados): «¿Qué quieres decir con eso de "sin cobrar"?»

21)
Yo
:

(En voz alta)

«Primero tenemos que tener un producto que funcione, y no me cabe la menor duda de que, con su ayuda, podemos encargarnos de la parte comercial...» (Lo único que digo, y es pelota y tonto. P: ¿Me siento como un peso muerto? R: Sí.)

22)
Corbata de Hermes
:

«Nos gustaría ayudarlos... —
mño, mño, mño (ruido que hace la maestra de Charlie Brown)
—... sin infraestructura... —
mño, mño, mño
—... sin un plan de crecimiento... —
mño, mño, mño...
—.»(Abre la trampilla)

23)
La semilla del Diablo
:

(En un aparte, en confianza, cuando los demás se han marchado ya, como si realmente estuviera echándonos una mano, mientras me acompaña con discreción hacia la entrada de roble de estilo colonial): «Es probable que tampoco queráis trabajar en una empresa participada por una sociedad de capital riesgo porque, al final, acaban haciendo restallar el látigo y te obligan a sacar el producto aunque no esté del todo pulido.»

24)
Tíos trajeados
:

(Parafraseo)

«Podéis iros a la mierda.»

25)
Ethan
:

«Cena, baile y un beso en la puerta. Esto es todo lo que ha dado de sí la reunión número 216. Bien, colega, tal como dicen por aquí: las heridas se curan en veinticuatro horas.»

26)
FIN

En el Ferrari, de regreso a la oficina, he preguntado a Ethan:

«¿Qué quieres decir con eso de que trabajamos sin cobrar?», y ha contestado: «Bueno, en teoría, sí.» «¡Sí!», he soltado.

Entonces ha dicho: «Bueno, en teoría, no.» «Ethan, ¿qué coño está pasando?», he preguntado. «No seas un mezquino burgués, Dan. Míralo desde un punto de vista más global.»

El Ferrari ha adelantado a unos ocho coches de golpe. No quiero parecer mezquino. «No soy mezquino, Ethan», he dicho. «¿Y yo?»

«Ésa no es la cuestión.»

«Deja de ser tan lineal con el dinero. Todo va fenómeno.»

Le he preguntado a mi madre qué pensaba de Karla y me ha dicho que la encontraba «encantadora». Me ha sonado un poco forzado.

Ningún síntoma de gripe, por ahora.

Miércoles

Hoy es el almuerzo.

Karla estaba chafada por la gripe, pero se ha forzado a venir. Ella, mi madre y yo hemos ido a comer al Empire Grill and Tap Room. Cuando hemos entrado, había junto a la puerta dos perros lazarillos con una pareja de ciegos. A los pocos segundos, mi madre ya estaba agachada, charlando con los perros. Después ha interrogado a sus dueños: «¿Salen mucho juntos? ¿Sus perros se encuentran de vez en cuando? Se harían buena compañía el uno al otro.» (Mi madre, la casamentera.)

Los dueños se han echado a reír y han dicho: «Me parece que sí: estamos casados.»

Mi madre ha exclamado: «¡Oh, qué bien! ¡Así los perros pueden hablar el uno con el otro de su trabajo!» (Mi madre es una verdadera hija del Valle del Silicio: creció aquí, en Sunnyvale.) «¡Vaya!, tienen que conocer a Misty», ha exclamado y ha salido corriendo hacia el coche para coger a Misty, y los tres perros se han puesto enseguida a olfatearse.

Yo rabiaba por comer, pero mi madre y la pareja ciega estaban inmersos en la charla sobre perros. He salido a Mac's y he comprado un ejemplar del
San José Mercury News
. Cuando he vuelto, seguían allí riendo. Se han intercambiado las tarjetas. Después he preguntado a mi madre de qué se reían, y me ha dicho: «Intentábamos pensar en cuál era la peor raza de perro para hacer de lazarillo y nos hemos imaginado a un lebrel dando saltos entre el tráfico... ¡Qué gracia!, ¿no? A lo mejor podrías hacer un videojuego con esta idea, como ese Pong con el que nos divertimos tanto unas Navidades, hace años.»

Para mi madre, como para la mayoría de las personas de su edad, el Pong será la única experiencia que tenga en su vida con los videojuegos. Trágico.

A la hora de comer, mi madre ha impedido cualquier otra conversación hablando de Michael sin parar. «A veces me parece que Michael es... aurista. —Se ha sonrojado—. Bueno, lo que quiero decir es que... bueno, ¿os habéis dado cuenta?»

«Michael no es como los demás —he dicho—. Desaparece dentro de su propio mundo, a veces durante varios días. Hace unos meses se encerró en la oficina y tuvimos que pasarle la comida por debajo de la puerta. Desde entonces no come nada que no pueda deslizarse por debajo de una puerta.»

«¡Ah! Eso explica lo de las lonchas de queso Kraft. Cajas enteras.»

Karla, todavía en baja forma por la gripe, ha intervenido: «¿Sabe?, señora Underwood, creo que todos los pirados de la informática son un poco auristas. ¿Ha oído hablar alguna vez de la dispraxia? Michael es mudo por elección propia.»

«No.»

«La dispraxia es así: pongamos que le pido que me dé este periódico. No hay motivo para que no pueda hacerlo, pero si usted tuviera dispraxia, se quedaría bloqueada y permanecería sentada, inmóvil. La dispraxia es ese estado en el cual una persona no es capaz de iniciar una acción.»

«Entonces, todo el mundo es dispráxico, Karla. A eso se le llama procrastinación.»

«Exacto, pero los
geeks
lo son un poco más que la mayoría de la gente. El autismo es un buen sistema para desconectar del mundo y excluirlo todo, todo menos el trabajo que se tenga entre manos.»

Yo he añadido que, al mismo tiempo, Michael era también lo contrario de un dispráxico. «Si tiene una idea, la pone en marcha; pero tiene que hacerlo inmediatamente. Como esta compañía. Lo mismo le pasa con una rutina elegante. Es una mezcla de ambos extremos.»

Karla ha añadido: «Las puertas del cerebro de Michael están abiertas de par en par a ciertas cosas y, al mismo tiempo, están cerradas a cal y canto a otras. Y debemos admitir que hace cosas. En algunos temas, no tiene freno. Es un verdadero
geek
, un pirado de la informática.»

Mi madre ha puesto mala cara.

He dicho: «Ahora no es un insulto llamar
geek
a nadie, mamá.»

«Sí, bueno, los
geeks
sois una extraña mezcla de puertas y frenos.»

La conversación ha pasado a la (gemido) superautopista de información. «¿Creéis que las bibliotecas van a quedar obsoletas? —ha preguntado, removiendo el café, preocupada por su empleo—. ¿Y los libros?»

Karla ha pasado a comentar el sistema decimal Dewey y el sistema de catalogación de la Biblioteca del Congreso, que es embrutecedor, por no decir otra cosa. Mi madre se ha encontrado, de mala gana, inmersa en una conversación sobre catalogación. A las bibliotecarias les gusta el orden, la lógica y la linealidad.

Al final, la comida ha sido como un globo sin helio suficiente para elevarse, ni siquiera para hincharse. Me parece que la dinámica de la relación entre mi madre y Karla está ya instaurada. Por lo menos, no se odian. La verdad, estoy un poco preocupado... ¿Por qué se comporta así mi madre?

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