Mi vida en la formula uno (39 page)

BOOK: Mi vida en la formula uno
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El fabuloso modelo, a escala 1/12, de plata y hecho a mano, que me dio McLaren en mi fiesta de jubilación. (LAT)

Visitando en el GP de San Marino, en 2004. Un sentimiento extraño de estar afuera viendo hacia adentro, después de tanto tiempo de estar en el interior.

En cierto momento llegamos a un camino sinuoso debajo de un puente de trenes, el cual tenía adoquín en lugar de asfalto y estaba mojado justo en la curva. Nuestro motociclista
kamikaze
llegó a toda velocidad y Ayrton y yo gritábamos: "¡No!, ¡no, baja la velocidad! ¡No tenemos tanta prisa!". ¡Casi podíamos verlo estampado en toda la pared! Sin embargo, nada detenía a este tipo, dio un gran trompo en el que la llanta trasera casi alcanzó a la delantera, pero se reacomodó, apuntando en la dirección correcta. Con un tremendo suspiro de alivio continuamos hacia los caminos más abiertos cercanos al aeropuerto. En este punto ya se nos habían unido algunos otros miembros de la brigada del Gran Premio, incluyendo a Thierry Boutsen y Domingos Piedades, de Mercedes, justo atrás de nosotros.

Mientras llegábamos a la parte elevada de la vía rápida hacia el aeropuerto, nuestro motociclista gesticulaba al tránsito que venía en dirección contraria para que se cargara a la izquierda y nos diera más espacio, ya que el convoy era ahora muy grande. Mientras lo hacía, un Trabant viejo y pequeño se acercaba, al chofer le entró pánico y dio un frenazo en seco y al hacerlo la llanta derecha se dobló debajo del auto y la izquierda se soltó, dejando al pobre hombre al volante completamente perplejo, ¡ya que el tipo de atrás tuvo que hacer una maniobra rápida para esquivarlo!

Viviane, la hermana de Ayrton, quien no se había atrevido a mirar por la ventana durante nuestro épico viaje hasta que llegamos al aeropuerto, seguía sin creer por completo que hubiéramos llegado con nuestra escolta viva; Ayrton me pidió que abriera su portafolio, que estaba en el asiento trasero, y le diera al policía en moto el dinero local que había. No puedo acordarme exactamente de cuánto era, pero le dije a Ayrton que en dinero inglés era más o menos 450 libras. "Bien", me dijo, "¡dáselo, se lo merece, es probable que eso sea lo que gane en todo un año!". No puedo describir la expresión en su rostro cuando nuestro ‘Evel Knievel’ vio los florines, tan sólo eso valió el dinero que le dimos.

Sin zapatos y en la cómoda alfombra de pelo alto del Jet 125, sentado en los cómodos asientos de suave piel, ahora me arrepentía de la champaña que había dejado en el circuito, ya que la única bebida alcohólica en el avión era cerveza. Aproveché la oportunidad durante el vuelo para tratar de persuadir a Ayrton de que dejara de negociar con Williams, porque íbamos a mejorar; pero como Honda todavía no decidía si se iban a quedar o no en las carreras de Fórmula Uno y los Williams estaban muy por arriba de todos los demás, ya se había decidido a cambiarse a Williams para el siguiente año si llegaba a un acuerdo con Frank. Como se dieron las cosas con posterioridad y, afortunadamente para nosotros, Mansell cruzó el océano y Frank llegó a un acuerdo con Alain Prost y elevó a su piloto de pruebas, Damon Hill, para que que tuviera una oportunidad como titular.

No era que Ayrton le estuviera dando la espalda a McLaren, simplemente estaba buscando quién le pudiera dar el mejor paquete para el año siguiente y él creía que Williams todavía podía ser igual de competitivo para la siguiente temporada. Aunque sabía que McLaren iba a mejorar, tal vez sabía mejor que Ron Dennis que Honda nos iba a abandonar a finales de año y esto era, obviamente, un factor muy importante en la visión de Ayrton y tenía razón. Pero también en las muchas ocasiones en las que hice mi mejor esfuerzo para convencerlo de que se quedara, el único argumento para el que yo no tenía respuesta era cuando él me decía:

Mira, he ganado carreras con Lotus y McLaren, he ganado tres campeonatos mundiales con McLaren y quiero complementar mi carrera como piloto. Quiero ganar carreras y campeonatos con otros autos. No quiero que la gente diga que Senna sólo ganó con McLaren, quiero demostrar que puedo ganar con otros autos.

Justo antes del Gran Premio en Bélgica, Ayrton tuvo una junta con Ferrari la cual no fue muy constructiva y parece que lo puso en un estado mental negativo. Durante la carrera comenzó a llover en la vuelta tres y mientras todos comenzaban a llegar a los fosos para poner los neumáticos de lluvia, Ayrton insistía en utilizar neumáticos secos en un circuito mojado, ya que estaba convencido de que se secaría durante la carrera. El circuito se secó sólo un poco hacia el final de la carrera y con lo terco que era nunca llegó a cambiar neumáticos, pero realmente hizo un trabajo maravilloso al mantener el McLaren en el circuito y lograr el quinto lugar, mientras Michael Schumacher obtuvo su primera victoria en un Gran Premio.

El Gran Premio italiano estuvo lleno de incidentes. A pesar de todos los esfuerzos de Ron Dennis a lo largo del año, creyendo ciegamente que iba a tener éxito al convencer a Honda de quedarse en la Fórmula Uno, el gigante japonés anunció su retiro de la categoría. Este fue un gran golpe para todos nosotros y Ayrton sintió que debía hacer su último esfuerzo para asegurar un lugar con Williams en 1993. Mansell no había renunciado todavía y Frank estaba muy presionado por Renault y Elf para que firmara a Alain Prost, quien estaba fresco después de un año alejado de la cabina, y además era francés. Nigel Mansell, tan errático en sus negocios personales como lo era en su manejo, estaba desesperado por llegar a un acuerdo rápidamente, pero Williams no ofrecía suficiente dinero. Después Nigel me pidió organizar una junta urgente con Ron, la cual tuvo lugar el domingo en la mañana.

No sé los detalles de la junta, pero me puedo imaginar la escena, ya que Ron nunca fue fanático de Mansell. Finalmente, justo antes del inicio de la carrera, Nigel anunció que dejaba la Fórmula Uno para ir a Estados Unidos a competir en el campeonato CART.

Por una vez, la confiabilidad de Williams falló en Monza. Senna les ganó la carrera a los dos Benetton y se reunió en el podio con su último rival de sus días en la Fórmula 3, Martin Brundle, y su futuro rival en la Fórmula Uno, Michael Schumacher. Luego, en Portugal, llegó el gran golpe para Ayrton cuando Williams anunció que habían firmado a Alain Prost para 1993, elevando a Damon Hill de piloto de pruebas a piloto de carreras. Recuerdo a Ayrton salir de la casa rodante de Williams con una expresión muy sombría; se preguntaba si Williams había firmado a Prost hacía mucho tiempo, con una cláusula en el contrato que excluía a Ayrton como su coequipero. Ayrton había vetado a Derek Warwick de la misma forma para que no se uniera al equipo Lotus en 1986, aunque siempre explicó que eso era porque en esos días Lotus no podía preparar dos autos iguales, algo que no era el caso de los equipos más importantes.

Ésta fue la última carrera de la temporada europea y, como de costumbre, Marlboro ofreció una gran fiesta. Todo mundo estaba ahí, todos los patrocinadores y la gente asociada. Ayrton dio un discurso muy emotivo y yo pude conseguirle una botella de Dimple Haig Whisky, su favorito. Después persuadí a Kathy McMannon, una de las chicas del servicio de comida de Marlboro que le fascinaba a Ayrton, que sirviera los tragos. Ayrton los bebía como si fueran agua y recuerdo el comentario de Gerhard: "Vamos chicos, no son ni siquiera las 10 de la noche, a este paso nunca vamos a llegar a Coconuts". Éste era el club nocturno donde siempre terminaba el fin de semana del Gran Premio portugués. ¡Ayrton nunca llegó! Emerson Fittipaldi, quien era uno de nuestros invitados, prácticamente lo cargó a la casa de un muy buen amigo de Ayrton, Antonio Braga, ex banquero brasileño que vivía entonces en Sintra.

La temporada terminó en Adelaide, última carrera en el equipo para Gerhard Berger a quien recuerdo diciendo: "¡Un piloto de McLaren sólo puede irse ganando!", y así lo hizo. Mansell y Senna jugaban al frente, con Mansell haciendo pruebas de frenos para Ayrton hasta que chocaron. Gerhard me regaló su casco después. Ganó tres carreras con McLaren y su partida no fue fácil, aunque había sido muy inteligente y negoció un contrato muy lucrativo con Ferrari por los dos años siguientes. Después de tres temporadas con Senna estaba completamente exhausto, la fuerza de Ayrton como piloto y como fuerza política dentro del equipo era tanta que creía estar pagando por ella y, aunque le encantaba estar en McLaren y se llevaba muy bien con Ayrton, quería volver a intentarlo por su cuenta, fuera de la sombra del superestrella. Ya había manejado para Ferrari anteriormente y, por lo tanto, sabía qué esperar.

El gran dilema para la temporada de 1993, obviamente, no eran los pilotos, sino los motores. Ron de pronto tuvo muy poco tiempo para encontrar un reemplazo para Honda, cuya decisión de retirarse fue uno de los peores contratiempos en la historia de McLaren. Intentó desesperadamente obtener motores Renault, incluso al punto de comprar el equipo francés Ligier que los tenía; pero creo que las discrepancias entre el contrato de Renault para utilizar combustible Elf y McLaren que ya tenía un contrato con Shell, pusieron fin a las negociaciones y, por lo tanto, con ello a la única oportunidad de luchar en condiciones iguales contra el Williams de Alain Prost.

A Ron no le quedaba otra opción que convertirse en cliente de la Ford para el Ford Cosworth HB V8 y ni siquiera los mejores de la gama, ya que Benetton era el equipo ‘oficial’ de Ford. No obstante, teníamos la esperanza de que nuestro sistema propio de la empresa TAG Electronics hiciera que el motor al menos estuviera a la par de los Benetton. A lo largo de todo el año sostuvimos una lucha política para recibir los mismos motores que Benetton, aunque estuviéramos ganando muchas más carreras que ellos.

Debido a los sucesos de finales de la temporada de 1992, parecía que Ayrton había perdido su poder negociador con Ron Dennis para la temporada de 1993, pero no era así. Ayrton era el mejor y si lo queríamos teníamos que pagar por él, de otra forma no estaba interesado en manejar. En un momento, incluso amenazó con irse a Estados Unidos, cortejado por su amigo y compatriota Emerson Fittipaldi y hasta manejó para Penske en la pista de pruebas Firebird, en Phoenix. Por mucho que Ayrton conociera su valor, nosotros también lo sabíamos. Nunca me enteré de las cantidades y no quería saber a cuanto ascendían, eran obscenas, pero en los negocios siempre hay oferta y demanda y, además, valor por el dinero, y Ayrton siempre respondio al suyo con buenos resultados.

Para reemplazar a Berger, Ron firmó a Michael Andretti, por lo que después recibió muchas críticas ya que, en retrospectiva, resultó ser el hombre equivocado para el trabajo. No obstante, en ese momento llegó con tarjetas de presentación maravillosas: hijo del campeón de Fórmula Uno e Indy Car, Mario Andretti, uno de los pilotos de carreras más completos de todos los tiempos. Michael había ganado muchas carreras y Posiciones de Privilegio en Indy Car, entonces, ¿por qué no iba a poder hacer lo mismo en Fórmula Uno? Si Ron sentía o no presión de expandirse hacia el mercado estadounidense, él ciertamente tenía una fe ciega en que Michael haría lo necesario. Por mi parte, yo estaba dispuesto a recibir con los brazos abiertos a cualquier hijo de Mario,
Il Piedone
(el de los pies grandes), como le decían los
tifosi
italianos cuando manejaba para Ferrari.

Lamentablemente, Michael no resultó ser todo lo que esperábamos. No era para nada como su padre. Mario era un hombre que alcanzó su posición con sus propios esfuerzos y amaba ante todo sus carreras. Durante sus días en Lotus recuerdo haberme sentado junto a él en un vuelo trasatlántico y me mostró fotos de su auto Midget años atrás en Ascot, California, ¡todavía las cargaba en su portafolio! Creo que fue Mario quien le ‘vendió’ a Michael a Ron, quería revivir su vida a través de su hijo, pero, desafortunadamente, no funcionó así. Michael era un hijo de papá que se convirtió en piloto porque su padre era piloto; si Mario hubiera sido un carpintero, Michael seguramente también lo habría sido. Nunca hubo compromiso, tenía una vida muy cómoda en Estados Unidos y no estaba preparado para dejarla.

¿Te puedes imaginar lo que cualquier otro piloto en su posición hubiera dado por la oportunidad de manejar un McLaren junto a Ayrton Senna? Hubiera sido inimaginable, aun así la actitud de Michael era de o lo toman o lo dejan. Cuando finalmente lo sacamos del equipo, nos criticó por no darle suficientes oportunidades de probar, dijo que Mika Hakkinen hacía la mayor parte de las pruebas. Esto era, obviamente, pura mierda. Cualquier otro piloto en su posición rentaría la primera casa disponible junto a McLaren y, cuando viera partir el trailer para ir a las pruebas, lo hubiera seguido gritando: "Yo hago la prueba en lugar de Mika, no le hablen, déjenlo en Montecarlo". No, no Michael, él pasaba la mayor parte de su tiempo en su hogar en Pensilvania. Recuerdo a Ron esforzarse tratando de ayudarlo a encontrar un hogar al sur de Francia, incluso ofreciéndole su casa en Provence, para que así pudiera traer a su familia durante el verano. Pero nada de eso era suficientemente bueno para él.

Viajó distancias ridículas con tal de estar en casa, como hacer pruebas un viernes en Silverstone, terminar a las 17:30 y manejar como loco de regreso a Heathrow para alcanzar el Concorde de las 19:00 horas a Nueva York, donde tenía su propio avión esperando para llevarlo a Pennsylvania. Después repetiría el ejercicio al revés el lunes, ¡para hacer pruebas el martes! ¡Todos pensábamos que era una locura! Además del dinero que le estaba costando, el hecho era que no estaba concentrado en la prueba del viernes y completamente desfasado en horario para la prueba del martes.

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