Diáspora (33 page)

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Authors: Greg Egan

BOOK: Diáspora
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—Supongamos que el estallido viene de camino. —Paolo se recostó en su sillón y miró a Yatima amistosamente—. Tras tomarse la molestia de crear todo un planeta con neutrones codificados por pura generosidad, ¿por qué los Transmutadores no nos dejaron algo más que esos hechos desagradables? Algunos consejos para sobrevivir habrían estado bien.

—No descartes todavía el resto de la información; puede contener todo tipo de cosas. Puestos a pedir, instrucciones para acortar agujeros de gusano transitables. Si eso no es posible, una técnica fiable para sellar y volver a abrir sus bocas; entonces nos podríamos ocultar dentro de uno en forma de flujo de nanomáquinas hasta que pase el estallido.

Considerar esa posibilidad le provocaba a Yatima una gran claustrofobia, pero Gabriel había ido más allá y había sugerido que la parte no descifrada de los datos de neutrones podrían ser los propios
Transmutadores
: instantáneas digitales enterradas en las partículas con la esperanza de que una forma de vida posterior al estallido, una vez que hubiese evolucionado, diese con ellos y amablemente les devolviese la existencia. Si ése era el caso, no habían dejado ninguna pista evidente para cualquiera que aspirase a unirse a su santuario... y si hacía mil millones de años que sabían lo del estallido, parecía mucho más probablemente que hubiesen partido hacia otra galaxia, ya fuese vía agujeros de gusano o con métodos más convencionales.

Paolo dijo:

—¿Crees que usaron una imagen directa de píxeles para el aviso y luego cambiaron a una diabólica técnica de cifrado para los consejos útiles? ¿
Por qué
? ¿Quizá para descartar algunas especies?

Yatima negó con la cabeza y respondió claramente, pasando del sarcasmo.

—Al principio, todo lo que han hecho nos ha resultado extraño y ambiguo... y luego evidente y cristalino una vez que le vimos el sentido. No creo que pretendiesen ser misteriosos. Y no creo que tuviesen mentes tan diferentes de las nuestras que corramos el peligro de malinterpretar por completo lo que parece un mensaje simple. Hasta ahora, el peor error que podríamos haber cometido es haber abandonado demasiado pronto el intento de comprender los isótopos.

«Pero no pudieron evitar hacer algunas suposiciones sobre nuestra forma de pensar, y el tipo de tecnología que emplearíamos... y es inevitable que algunas de esas suposiciones estén equivocadas. Puedo imaginar con facilidad a una civilización espacial a la que ni en un millón de años se le hubiese ocurrido realizar el experimento de la fase del neutrón. Por lo que quizá el significado del resto de los datos nos resulte inaccesible... pero si es así, no será por malicia, y no será porque seamos incapaces de entender todo su marco conceptual. Será por pura y simple mala suerte.

Paolo mostró una sonrisa de diversión tolerante, como si renuentemente admitiese que ésa era una visión atractiva de los Transmutadores, aunque fuese ingenua. Yatima aprovechó la oportunidad.

—E independientemente de lo que tú pienses sobre el mapa, recuerda que Orlando no puede dejarlo de lado como tú. Todos los aspectos de esta situación le retrotraen a Lacerta.

—Ya lo sé. —Miró a Yatima con irritación—. Pero el hecho de que despierte recuerdos dolorosos no hace que tenga razón.

—No. —Yatima se endureció y siguió presionando—. Simplemente digo que si te pide que tomes medidas por tu seguridad...

—No voy a seguirle la corriente. —Paolo rió con indignación—. Y no necesito que un antiguo solipsista de Konishi me hable de los traumas del
carneval
.

—¿No? —Yatima examinó su rostro—. Quizá tu arquitectura mental esté más cerca de la suya, pero actúas como no tuvieses ni idea de aquello por lo que está pasando.

Paolo apartó la vista.

—Sé lo de Liana. ¿Pero qué podría haber hecho él? ¿Obligarla a usar el Introdus? Los dos tomaron la misma decisión. No fue culpa suya. —Alzó la vista con desafío—. Y salvarme a mí del estallido del centro galáctico no la resucitará.

—No. Sin embargo, podría no hacer daño a Orlando.

Tras un rato, Paolo dijo sombrío:

—Podría vivir con malgastar mil años codificándome a mí mismo en la topografía de algún planeta, mientras todas las personas sensatas de la Diáspora se ríen de mí. Pero si le concedo eso, ¿dónde acabaremos? Si cree que después migraré a la carne con él...

Yatima rió:

—No te preocupes, no lo espera. Y una vez que tenga muchos niños carnosos, probablemente te repudie para siempre. Te considerará un error desafortunado. No volverás a saber de él.

Paolo se mostró desconcertado, luego claramente dolido. Yatima dijo: —Era una broma.

Blanca flotaba en un océano tranquilo formado por distintas capas de fluidos color pastel, cada una de un cuarto de delta de profundidad, separadas por láminas de un coloide opaco y azul. La única luz parecía provenir de una bioluminiscencia difusa y omnidireccional. Mientras Yatima nadaba hacia ella atravesando el panorama, se preguntó si debería preguntar cortésmente por la extraña física de este mundo antes de presionar para que le explicase la críptica invitación que le había enviado.

—Hola, Huérfano. —Mientras el punto de vista de Yatima pasaba de una capa a otra, las intersecciones de las láminas de coloide con la ausencia negra y sólida de Blanca asemejaba un diagrama para un método de representar los puntos críticos de una superficie como una secuencia de curvas. Una elipse aproximada a través de los hombros daba dos óvalos a cada lado del plano de abajo; cada uno de ellos se dividía en cinco óvalos más pequeños, que desaparecían justo antes de que la elipse del tronco se dividiese. Incapaz de ver al completo el icono de Blanca, a Yatima le resultaba casi imposible leer su gestalt—. Ha pasado mucho tiempo.

—Más para ti que para mí. ¿Cómo estás? —Este clon se había distanciado de Gabriel poco después de la llegada, y por lo que Yatima sabía, desde su última visita nadie más había hablado con il.

Blanca ignoró la pregunta o la consideró retórica.

—Me enviaste unos datos interesantes.

—Me alegra que les echases un vistazo. Nadie sabe qué hacer. —Yatima le había enviado una etiqueta que señalaba a la secuencia de neutrón, a pesar de que Blanca manifestaba una aparente falta de interés por Swift y los Transmutadores; lo más adecuado parecía hacer saber a todos sus clones que Blanca de Fomalhaut había tenido toda la razón.

—Me recordó la bioquímica de la Tierra.

—¿En serio? ¿En qué? —Algunos habían intentado interpretar los datos que venían más allá de los píxeles considerándolos como genoma de Swift, pero Yatima dudada que ni siquiera el más extraño y antiguo software SETI hubiese intentado algo tan absurdo como una lectura basada en el código del ADN.

—Sólo algunas analogías toscas con el plegamiento de proteínas. Los dos han resultado ser ejemplos concretos de un problema mucho más general en N dimensiones... pero no te aburriré. —Blanca creó una serie de agujeros en las láminas de coloide que tenía delante, creando un vacío transparente, una esfera como de dos deltas de ancho. Metió las manos en esa zona, y entre ellas apareció una estructura enmarañada, como una ristra de cuentas intrincadamente retorcida. La estructura era compleja, pero de alguna forma no parecía orgánica. Más bien una nanomáquina que alguien se había visto obligado a diseñar a partir de una única molécula lineal, con una forma que derivaba exclusivamente de los ángulos de los enlaces entre átomos consecutivos.

Blanca dijo:

—No había nada a descifrar, nada a decodificar. Has leído todo el mensaje que se podía leer. El resto de la secuencia del neutrón no está formada por datos; está ahí para controlar la forma del agujero de gusano.

—¿La forma? ¿Qué importancia tiene la forma?

—Le permite actuar como una especie de catalizador.

Yatima sintió aturdimiento, pero una parte de il pensaba:
Mi estupidez es inmensa. Pues claro
. Los neutrones servían como baliza para llamar la atención a distancia, luego como mensaje de advertencia cuando se los miraba de cerca; debería haber supuesto que en el resto de la estructura yacía una tercera función completamente diferente.

—¿Qué hace? ¿Produce otros neutrones largos? ¿Construyeron sólo uno que se limitó a replicarse por todo el planeta?

Blanca giró el agujero de gusano, pero no en ninguna dimensión visible; se flexionó extrañamente cuando la vista rotó a otro hiperplano.

—No. Piénsalo, Yatima. No cataliza nada
aquí
. No tiene forma en este universo. Para nosotros no es más que otro neutrón.

Extendió el agujero de gusano a un diagrama de Kozuch y comenzó a demostrar algunas interacciones con las partículas normales y cortas.

—Si le lanzas un neutrino, un antineutrino, un electrón o un positrón, el efecto se propaga en toda su longitud.

Yatima contempló con fascinación; con cada colisión, a pesar de que el agujero de gusano no se rompía, la estructura se deformaba de una forma concreta, como una proteína cambiando entre conformaciones metaestables.

—Vale. Podemos cambiar su forma. Pero, ¿qué se logra con ello?

—Hace que ciertos agujeros de gusano del vacío sean reales. Crea flujos de partículas.

—¿Los crea dónde? —El neutrón largo se entretejía a través de miles de millones de universos adyacentes, pero dado que el agujero de gusano no se abría en ninguno de ellos, su presencia apenas se manifestaba. Si no catalizaba nada aquí, tenía todavía menos posibilidades de hacerlo en cualquier universo por el que pasara.

Blanca envió instrucciones gestalt al diagrama, y de pronto el catalizador quedó enhebrado entre docenas de membranas retorcidas y translúcidas. A medida que cada electrón o neutrino golpeaba y el catalizador cambiaba de forma, uno de esos agujeros de gusano de vacío apenas esbozados se convertía en dos bocas reales de agujero de gusano separándose en el espacio donde estaba inmerso el catalizador.

Ese espacio era la macroesfera
. Los neutrones largos eran máquinas para crear partículas en la macroesfera.

Yatima ejecutó una voltereta de alegría en el océano de capas y acabó mirando hacia abajo.

—Deja que te bese los pies. Eres genial.

Blanca rió, un sonido remoto que llegaba desde alguna parte oculta de su cuerpo.

—Fue un problema trivial. Si no estuvieses corriendo como un carnoso, tú ya lo habrías resuelto hace tiempo.

Yatima negó con la cabeza.

—Lo dudo. —Vaciló—. Entonces, ¿crees que los Transmutadores...?

—¿Emigraron? ¿
Hacia arriba
? ¿Por qué no? Es una vía de escape más cercana que lanzarse hacia Andrómeda.

Yatima intentó imaginarlo: una Diáspora hacia la macroesfera.

—Espera. Si todo nuestro universo, todo nuestro espacio-tiempo, es la fibra estándar de la física de la macroesfera, entonces toda nuestra historia se corresponde únicamente con un instante del tiempo de la macroesfera. Su equivalente a un momento de Planck. Por tanto, ¿cómo pudieron los Transmutadores crear una
secuencia
de partículas, extendiéndose en el tiempo?

Blanca señaló una porción del catalizador.

—Observa más de cerca ese dominio. El espacio-tiempo de la macroesfera está entretejido por agujeros de gusano de vacío, igual que el nuestro. Es el mismo tipo de red Kozuch-Penrose, sólo que de cinco-más-una dimensiones en lugar de tres-más— una. —Yatima se enderezó para ver mejor y observó el nudo de múltiples lóbulos que Blanca señalaba; parecía engarfiarse a las estructuras fantasmales del vacío como si fuese un arpeo—. Han fijado nuestro tiempo al tiempo de la macroesfera. Lo que debería haber sido un pasajero momento de Planck permanece como una especie de singularidad. Y esa singularidad puede emitir y absorber partículas en el tiempo de la macroesfera.

La mente de Yatima corría desbocada. Los Transmutadores no se habían permitido ninguno de los espectaculares actos de construcción de monumentos astrofísicos por los que podría haber optado una civilización poderosa y aburrida: nada de esculpir planetas, nada de esferas de Dyson, nada de hacer malabarismos con agujeros negros. Pero modificando algunos neutrones en este planeta remoto habían sincronizado todo el universo con el flujo temporal de una estructura inimaginablemente mayor.

—Espera. Dices emitir... ¿
y absorber
? ¿Qué sucede si la singularidad absorbe partículas de la macroesfera?

—Una pequeña proporción de los catalizadores cambia de estado. Lo que hace que una pequeña proporción de los neutrones largos aquí presentes sufra desintegración beta, aunque se supone que son núcleos estables. Si vigilases una tonelada de la atmósfera de Swift, podrías detectar sucesos de absorción con una eficiencia de más o menos uno entre diez mil millones. —Yatima había situado su punto de vista en la misma capa que la cabeza de Blanca y presenció una inclinación característica de diversión—. Así que podría valer la pena intentarlo. Los clones de los Transmutadores en la macroesfera podrían están enviando ahora mismo mensajes a la singularidad.

—¿Después de mil millones de años? Lo dudo. Pero es posible que sigan cerca; los originales hubieran huido de la galaxia, pero los clones no hubieran tenido mayores razones para alejarse de la singularidad. Así que si nosotros vamos a la macroesfera, podríamos tener buenas posibilidades de dar con ellos.

Si pudiesen establecer contacto con los Transmutadores, podrían tener una oportunidad de descubrir la razón para Lacerta y el estallido del núcleo galáctico, ayudando a convencer a los escépticos para que tomasen precauciones. Y si no quedaba otra elección, cualquiera que estuviese dispuesto podría ocultarse en la macroesfera para escapar al estallido.

Yatima empezó a sentir vértigo. El hexadimensional universo de universos, hipotético y remoto de Blanca de Fomalhaut se había convertido de pronto en algo tan real como el espacio de la misma Diáspora. Tan real, y quizá igual de accesible. Una civilización capaz de viajar por el espacio que entrase en la macroesfera sería como un bacteria en una gota de lluvia que encontrase la forma de saltar continentes... y quedaba la tentación arcaica y ancestral de responder a la escala y extrañeza de la revelación con asombro paralizante. Yatima se esforzó por concentrarse en los detalles prácticos.

—Si pudiésemos deducir la física de la macroesfera con la suficiente precisión, ¿crees que podríamos hacer que la singularidad emitiese un flujo de partículas que se fusionaran en un clon operativo de C-Z? ¿O deberíamos empezar con una nube de materia prima y luego crear nanomáquinas que fabriquen la polis?

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