Birmingham volvió a su silla, se dejó caer en ella y se esforzó en contener el temblor que le agitaba. No estaba acostumbrado a dispararse en parecidos arranques.
Roger había recobrado el dominio de sí mismo, y hasta movía la cabeza indicando que comprendía.
—Lo malo, Alan, es que personas que no suelen perder fácilmente el buen uso del sentido común, cuando se trata de este problema se inflaman como la pólvora. Yo sugiero que no perdamos nosotros el sentido común. Debe usted darse cuenta de un hecho, y es que nuestro pueblo está fanáticamente decidido a continuar dentro de la Unión.
—Oiga, lord Roger —dijo Birmingham, revolviendo unos papeles de encima de la mesa—. Aquí está la maligna Ley de Autonomía en toda su infamia. ¡Vaya, si a los irlandeses no se les permite siquiera tener fuerzas armadas propias, y mucho menos recaudar impuestos por su cuenta! Tratados, comercio, navegación, relaciones exteriores, patentes, aparato legal…, todo continúa bajo control británico. No sólo habrán de prestar juramento al rey, sino que Westminster se reserva el derecho de revocar leyes promulgadas por el Parlamento de Dublín. —Birmingham tiró los papeles sobre la mesa—. ¿Y esto es lo que enfurece tanto a su gente?
—Aun a riesgo de tacharle a usted de ingenuo —silbó Roger—, le diré que esto constituye el primer paso tan sólo. Los irlandeses lo utilizarán como palanca para seguir presionando.
—Entonces yo digo que el ingenuo es usted —replicó Birmingham—. Cualquier táctico parlamentario de mente sencilla puede utilizar esta ley para atar a los irlandeses por cien años. Nunca pasarán más allá de las cláusulas de esta ley. Y lo que ustedes no saben ver es que si les negamos esta migaja los inducimos verdaderamente a un levantamiento. La Ley de Autonomía que hemos confeccionado aquí es el instrumento más positivo imaginable para pacificarlos —subrayó sus palabras con un puñetazo en la mesa, y luego soltó una carcajada algo triste—. A decir verdad, esta ley no empieza ni siquiera a cancelar la deuda que tenemos con ellos por lo mucho que les hemos oprimido.
—Esa afirmación demuestra solamente que usted no ve con buenos ojos nuestra decisión de quedar fuera de un Parlamento de Dublín —dijo lord Roger, tercamente.
—¡Ya estoy harto, lord Roger! —disparó, brusca y coléricamente Birmingham—. Antes de que me adormezca usted con sus elevados ideales, déjeme decirle que el unionismo del Ulster no es más que materialismo protestante. La era de voracidad de ustedes ha durado trescientos diez años, clásicos por el mal gobierno y la injusticia. Ustedes han desangrado y violado Irlanda. Han impuesto contribuciones anormales. Han maniobrado de forma que el labrador irlandés fuese el más pobre del mundo occidental y el jornalero irlandés el peor pagado de Europa. Han destruido la vitalidad del país de forma que lo han expuesto a un hambre incurable. ¡Ea!, han arrojado fuera de Irlanda a más irlandeses de los que hay en ella actualmente. Usted y su parásita cuadrilla sólo combaten por el dinero. Yo diría que han ordeñado una ubre grande y generosa, señor. Y todo lo dicho lo han llevado a cabo envolviéndose noblemente en la Unión. ¡Amar a Inglaterra, ciertamente! Amar a Inglaterra es respetar la ley, ciertamente. Introducir reformas, ciertamente. ¡Recanastos! Buenos días, señor, le digo, buenos días.
LA CONCENTRACIÓN DE CRAIGAVON REUNE A 100.000 PERSONAS. SIR EDWARD CARSON ES NOMBRADO OFICIALMENTE JEFE DEL PARTIDO UNIONISTA. CALIFICA A LA LEY DE AUTONOMÍA EN CURSO DE «CONSPIRACIÓN NEFASTA»
por Seamus O'NeilI
23 de septiembre de 1911, Belfast (Irish Overseas Press Service).
Más de 100.000 orangistas y unionistas se concentraron hoy en Craigavon, finca del capitán James Craig en la costa sur de Lough Belfast. Unas unidades que representaban a las logias orangistas de Belfast y del condado de Antrim, a los Clubs y Asociaciones de Mujeres Unionistas, partieron del centro de Belfast para Craigavon una mañana lluviosa. La muchedumbre se reunió en el vasto césped de la finca, que formaba un anfiteatro natural. La reunión fue presidida por el conde de Erne y en la tribuna de los oradores había la flor de las familias del Ulster.
Tomas Andrews, conocida figura de la Orden de Orange, presentó a la multitud su nuevo jefe, Edward Carson, con las palabras: «Jamás doblaremos la rodilla ante las facciones desleales dirigidas por el señor John Redmond. Jamás nos someteremos a ser gobernados por unos rebeldes que no reconocen ninguna ley, sino las de la Liga Campesina y de las sociedades ilegales.»
Sir Edward Carson, de cincuenta y cinco años, con cara huraña de bull-dog, aceptó la decisión de proclamarle jefe, con palabra combativa.
«En este momento, yo suscribo un pacto con todos y cada uno de ustedes, y con la ayuda de Dios…, todavía derrotaremos la más nefanda conspiración que se haya incubado jamás contra un pueblo libre.
»Hemos de estar preparados —la mañana que se apruebe la Ley de Autonomía— para encargarnos nosotros del gobierno de la provincia protestante del Ulster… y les pedimos permiso a ustedes para celebrar una reunión del Comité Ejecutivo Unionista del Ulster el próximo lunes…, de manera que en ningún momento y por ningún período de tiempo os falte un gobierno en el Ulster, y este gobierno lo habrá formado el Parlamento Imperial o lo formaremos nosotros.»
La proclama de Carson fue acogida con delirante júbilo y la mayoría de los observadores políticos allí presentes la consideraron equivalente a una declaración de independencia en el caso de que la provincia no consiguiera lo que quería. Otros, en cambio, creían que Carson estaba dando la pauta de una ficción monumental. Una tercera opinión entre los observadores sostenía que las palabras de Carson constituían una declaración traidora.
LOS UNIONISTAS DEL ULSTER ENCARGAN UNA CONSTITUCIÓN EN LA REUNIÓN DE BELFAST
por Seamus O'Neill
25 de septiembre de 1911 (Irish Overseas Press Service).
Inmediatamente después de la nutrida concentración de Craigavon, unos cincuenta delegados que representaban el Comité Ejecutivo del partido se reunieron en el Rosmary Hall de Belfast. Presidió la reunión lord Londonderry y el Comité votó unánimemente la propuesta de estructurar los procedimientos para la designación de un Gobierno provisional, en caso de que la Ley de Autonomía fuera aprobada.
También se tomó la decisión de nombrar una Comisión que dé inmediatamente los pasos necesarios para redactar y presentar una constitución destinada a un Ulster independiente. Este organismo lo presidirá el conde de Foyle, Roger Hubble.
EN UNA GIRA POR EL ULSTER, SIR EDWARD CARSON AMENAZA CON LA RESISTENCIA ARMADA
por Seamus O'Neill
30 de septiembre de 1911, Portrush, condado Antrim (IOPS).
Recorriendo la provincia en su nueva calidad de jefe unionista, sir Edward Carson repitió el mensaje anti-Ley de Autonomía que había enunciado en las concentraciones lealistas de estos días pasados.
«No vamos a luchar contra el Ejército y la Marina, pero si el Ejército y la Marina, por orden de un Gobierno británico, vienen a desplazarnos, lo harán a su costa. No es que pensemos luchar contra ellos. Dios impida que ningún ulsteriano leal dispare jamás, ni lo sueñe siquiera, contra el soldado o el marino británicos. Pero, créanme, cualquier Gobierno lo pensará bien antes de atreverse a disparar contra un protestante leal del Ulster, amante de su país y fiel a su rey.»
ANDREW BONAR LAW SUCEDE A BALFOUR COMO JEFE DEL PARTIDO CONSERVADOR ALIADO CON CARSON CONTRA LA LEY DE AUTONOMÍA
por Seamus O'Neill
12 de noviembre de 1911, Londres (IOPS).
Andrew Bonar Law, canadiense de nacimiento, asume hoy la jefatura del partido conservador de Inglaterra, con los cual los unionistas han ganado un poderoso aliado, entregado desde antiguo a la causa del Ulster.
Se puede esperar que Law, cuyos padres nacieron en el Ulster, intervenga activamente contra la Ley de Autonomía. En caso de un futuro triunfo de los conservadores, Law tendría posibilidades de ser el primer ministro nacido en el extranjero.
LA INSTRUCCIÓN MILITAR «LEGALIZADA» PARA LOS CLUBS UNIONISTAS
EXCLUSIVA de Seamus O'Neill
25 de enero de 1912, Belfast (Irish Overseas Press Service).
Los Clubs Unionistas del Ulster, calladamente reactivados por lord Templeton el año pasado bajo la situación de «crisis», han recibido permisos «que legalizan» sus actividades. En una decisión dictada por dos magistrados de Belfast, se les ha dado permiso para «aprender y practicar ejercicios, movimientos y evoluciones militares».
Esta extraña y casi legal concesión de licencias se fundó en una oscura sección de un estatuto de siglo y medio de antigüedad que se utilizó originariamente para la formación de milicias y cuerpos de defensa comunal durante las guerras campesinas de finales del siglo XVIII.
Siguiendo la pauta de los magistrados de Belfast, se concedieron inmediatamente otras veinte licencias, en diversas partes del Ulster, a los Clubs Unionistas, fundándose en que… «tal autoridad la piden y la utilizarán solamente para hacerse ciudadanos más eficientes frente al objetivo de conservar la constitución del Reino Unido tal como está en la actualidad y defender los derechos y libertades de que disfrutan bajo el mismo».
Aunque las licencias se concedieron para establecer una base legal sobre la que actuar, es un secreto a voces que unas unidades paramilitares vienen haciendo instrucción desde varios meses atrás por toda la provincia.
El jefe del programa general es el coronel R. H. Wallace, muy destacado en los círculos de Orange y antiguo comandante de un batallón de Royal Irish Rifles durante la guerra bóer. Las filas de los Clubs están llenas de antiguos oficiales y soldados de las fuerzas armadas británicas.
SE DESCUBRE UN FONDO SECRETO UNIONISTA DE UN MILLÓN DE LIBRAS PARA ARMAS
EXCLUSIVA de Seamus O'Neill
3 de febrero de 1912, Belfast (Irish Overseas Press Service).
Este reportero se ha enterado de que unos protectores ricos de los Clubs Unionistas del Ulster, actualmente entregados a actividades paramilitares, han abierto una cuenta bancaria de un millón de libras esterlinas, a fin de comprar armas.
Este fondo, que funciona bajo el disfraz general de FONDO PROVISIONAL DE EMERGENCIA, lo dirige sir Frederick Weed, destacado industrial de Belfast y miembro de los organismos dirigentes del partido unionista y la Orden de Orange.
Resulta un tanto irónico que hayan confiado a Weed la administración de ese dinero, puesto que hace unos años sirvió de instrumento involuntario de un plan de la Hermandad Republicana Irlandesa para entrar armas. Recuérdese el famoso episodio de Sixmilecross. Cuando le preguntaron a sir Frederick Weed si pretendía vengarse de aquella humillación, respondió de modo tajante:
«La venganza no forma parte de mi modo de ser.»
Se sabe que Weed y su yerno, el conde de Foyle, aportaron 25.000 libras cada uno al citado fondo, cantidad con la que también contribuyó sir Edward Carson. Otros contribuyentes parecen miembros del directorio del Burke's Peerage o «Aristocracia de los Estranguladores», y gran parte del dinero procede de los conservadores ingleses. Se rumorea que Rudyard Kipling figura en la lista de los donantes con 10.000 libras.
Cuando se le pidió insistentemente detalles de ese fondo, Weed negó sin vacilar que ese dinero se utilizase para comprar armas.
«Tonterías —declaró—. El Fondo Provisional de Emergencia se ha establecido para el caso de una guerra civil, con objeto de atender a evacuaciones, hospitalizaciones y otras calamidades.»
A pesar de las negaciones de Weed, se han desenterrado unos cuantos hechos relativos al caso y que parecen confirmar el objetivo antes mencionado. Bajo las leyes en vigor es casi imposible importar armas. Pero lo mismo que en el caso de «legalizar» los Clubs paramilitares, los abogados unionistas han encontrado un refugio en la legislación vigente.
Con «finalidades deportivas» se permite que unos legalizados «Clubs de Caza y Tiro» importen cantidades limitadas de armas. Una investigación de los libros de las oficinas de aduanas y los ayuntamientos de la provincia permite formar una estadística sorprendente.
Y se han concedido nuevos permisos a supuestos «Clubs de Caza y Tiro», multiplicando el número de armas por trescientos desde el advenimiento de la crisis a causa de la Ley de Autonomía. En todos los casos, la lista de afiliados a dichos Clubs es idéntica a la de componentes de las unidades paramilitares unionistas.
Por añadidura, Aduanas ha concedido nuevos permisos de importación y exportación de armas a personas particulares y empresas de Derry, Belfast y otros puertos de la provincia con autoridad para recibir cargamento de armas.
Aunque la instrucción y los ejercicios se han seguido realizando con imitaciones de madera, se calcula que han entrado de doscientos a trescientos rifles (la mayoría de fabricación italiana) semanales.
Cuando le preguntaron sobre este particular, sir Frederick quiso desecharlo con un levantamiento de hombros.
«Lo que ocurre, simplemente, es que la provincia atraviesa un período de desacostumbrado interés por la caza», sostuvo.
Cuando le preguntaron qué se podía cazar en tan gran cantidad por los escasos bosques del Ulster, Weed comentó:
«Duendes, bandidos irlandeses, Dios sabe qué cosas.»
Se sabe que ciertos bancos de la provincia han recibido aviso de pagar cheques en descubierto sin discusión alguna. El descubierto será repuesto con cheques contra el FONDO PROVISIONAL DE EMERGENCIA.
Sobre este punto, Weed respondió:
«Los Clubs se ocupan de medidas sanitarias y otras actividades de carácter humanitario que podrían ser precisas en caso de guerra civil. Por lo tanto, no hay nada que indique que las cantidades retiradas sirvieran para comprar armas.»
No obstante, los cheques del FONDO han coincidido, libra por libra, con los firmados por los recientemente autorizados importadores de armas.
EL FONDO PROVISIONAL DE EMERGENCIA DE LOS UNIONISTAS DEL ULSTER. ARMAS O HUMANITARISMO. LA DUQUESA DE SOMERSET CONFIRMA EL ASERTO DE SIR FREDERICK
EXCLUSIVA de Seamus O'Neill
4 de febrero de 1912, Londres (Irish Overseas Press Service).
La duquesa de Somerset anunciaba hoy que se ha fundado una organización para acudir en socorro de los protestantes del Ulster en caso de una guerra civil. El COMITÉ FILANTRÓPICO PARA EL ULSTER busca refugio en Inglaterra para decenas de millares de «nuestros leales vasallos de Irlanda».