A la derecha está el conde, apoyado en el respaldo de la silla, con aire indiferente y cansado. No obstante, todavía sonríe tristemente a su hija, que está al otro lado de la mesa, frente a Gertrude. A derecha e izquierda de Fucsia están sentados Irma Prunescualo y el doctor. El doctor y Fucsia tienen los dedos meñiques entrelazados debajo de la mesa. Cora está sentada frente a su hermano, el conde, y a la izquierda de la condesa; y delante de Irma, está Clarice. Un delicado y suculento jamón, iluminado por una vela, ocupa casi todo el espacio entre el conde y Cora, en el extremo de la mesa presidida por Vulturno, que ahora inicia sus tareas oficiales armado con un trinchante y un cuchillo de acero. En el otro extremo de la mesa, en una silla alta, arde sin llama la figura de Bergantín.
Los comensales comen espasmódicamente cada vez que encuentran un momento de respiro entre las interminables formalidades y los complicados procedimientos que Bergantín pone en marcha en los momentos exactos. Si esos trámites son molestos en extremo para todos los presentes, no sería menos tedioso para el lector tener que soportar el largo catálogo del ritual del Almuerzo, empezando por la rotura del Jarrón central, cuyos fragmentos se recogen en dos montones, uno a la cabeza y el otro a los pies de Titus, y finalizando con el extraordinario espectáculo de Bergantín, que pisotea (en apariencia como símbolo del poder de quien cuida de las inquebrantables leyes de Gormenghast) arriba y abajo toda la mesa del Almuerzo siete veces consecutivas, en medio de los restos de comida y con la pata de madera golpeando la oscura superficie de roble.
Nadie de los que están sentados a la mesa sabe que no hay nueve personas en el estrado, sino diez. Durante toda la comida ha habido diez.
La décima es Pirañavelo. El día anterior, al caer la tarde, cuando el comedor estaba invadido por una cálida nube de motas de polvo y todo movimiento había engendrado un eco vacío en el silencio, se había acercado deprisa a la plataforma llevando bajo el brazo un rollo de tela negra y un bulto que parecía una red. Después de cerciorarse de que estaba completamente solo, había desenrollado parte de la tela y había subido los escalones de madera del estrado deslizándose como un rayo bajo la mesa.
Durante un rato sólo se oyeron unos rápidos sonidos y algún ocasional repiqueteo metálico, pero el ruido aumentó de pronto,, y siguieron dos minutos de intensa actividad. Pirañavelo era partidario de trabajar con rapidez, sobre todo si se trataba de asuntos sucios. Cuando por fin reapareció, se sacudió el polvo con cuidado, y era aparente, en caso de que hubiera habido alguien allí para verlo, que aunque todavía llevaba el rollo de tela, no ocurría lo mismo con la red. Si este mismo hipotético observador hubiera echado una ojeada debajo de la mesa desde cualquier parte de la sala, no hubiera advertido nada extraordinario, pues nada se veía; pero si se hubiera tomado la molestia de gatear entre las patas de la mesa y mirar hacia arriba, hubiera descubierto que, extendida en el centro del bajo «techo» de roble, había una comodísima hamaca.
Es en esta hamaca donde Pirañavelo está tumbado en la penumbra, cercado por un panorama de diecisiete piernas, y una pata de palo, o, más exactamente, dieciséis piernas, ya que Fucsia tiene una doblada debajo del cuerpo. Pirañavelo se había separado bruscamente de las gemelas cuando bajaban hacia el comedor y había conseguido deslizarse en la sala antes que nadie. Tiene la superficie de roble de la mesa a unas pocas pulgadas de la cara. Hasta ahora ha obtenido muy pocas satisfacciones, ya que la mayor parte de la ceremonia ha consistido en una serie de fantásticas pantomimas que se han llevado a cabo encima de él, y que en consecuencia no ha podido observar. De hecho, no hay conversación, y lo único que oye durante la interminable comida es la voz desabrida y didáctica de Bergantín que recita las ancestrales frases legendarias, los irritantes y apologéticos accesos de tos de Irma, y el ligero crujido de la silla de Fucsia cada vez que se mueve. De cuando en cuando la condesa murmura algo que nadie oye, pero una y otra vez hace que Tata se frote nerviosamente los tobillos. Los piececitos le cuelgan a casi tres palmos del suelo del estrado, y Pirañavelo tiene muchas ganas de retorcérselos.
Comprendiendo que no va a sacar ninguna ventaja de haberse ocultado con tanta astucia, pero viendo también que ahora no puede dejar su escondite, empieza a pensar como una máquina, repasando mentalmente la posición que ha alcanzado en el castillo.
A excepción de Sepulcravo y de Titus, cuyos intereses cardinales están por el momento restringidos al mundo de lo blanco y lo negro —la leche y el sueño—, el resto de los comensales no tiene apenas otra alternativa que la de ponerse a meditar, pues no hay ninguna conversación, y las oportunidades de comer el almuerzo tan suntuosamente dispuesto sobre la mesa son casi nulas, pues nadie hace circular las fuentes. Así pues, todos se dedican a soñar despiertos durante el malogrado ágape. La vieja voz seca del extremo de la mesa tiene un efecto casi hipnótico, aun a una hora tan temprana, y mientras las mentes vagan de aquí para allá, la lluvia sigue martilleando contra el techo y gotea en el lejano charco del alargado comedor.
Nadie escucha a Bergantín. La lluvia ha estado tamborileando sin parar. La voz de Bergantín está en la oscuridad, y en la oscuridad está la voz, y nada tiene fin.
…hace tanto frío, las manos y los pies fríos pero las manos bonitas las mías más bonitas que las de Clarice que se las pincha cuando borda la muy torpe y espero que ella también las tenga frías pero me gustaría que las de Gertrude estuvieran más frías que el hielo de los sitios más espantosos ella es un montón de grasa y de orgullo y demasiado grande me encantaría que ese estúpido pecho se le helara y cuando tengamos todo el poder se lo diremos Clarice y yo cuando él nos eleve con su inteligencia que es mucho más inteligente que todo el castillo y nuestros tronos serán dignos de reinas pero yo me sentaré más alto que Clarice y dónde estará ahora ese chico Gertrude es estúpida cree que le tengo miedo y es verdad pero ella no lo sabe y me gustaría que se muriera para ver ese horrible corpachón en un ataúd porque yo sí soy de la sangre y el pobre Sepulcravo está tan diferente por culpa de esta horrible mujer de pechos gordos y pelo de zanahoria que parece una cosa vegetal qué frío hace aquí frío de manos y pies igual que Clarice me imagino pero ella es tan lenta comparada conmigo parece tan tonta con la boca abierta no como yo mi boca no está abierta sí que lo está la he dejado así pero ahora la he cerrado mi cara ha de ser perfecta cuando tenga poder y el ala oeste resplandezca de gloria por qué fue tan grande el incendio no lo entiendo y nosotras tenemos que estar a oscuras y un día quizá desterraré a Pirañavelo cuando lo haya hecho todo por nosotras y quizá no pues todavía no puedo saberlo y he de ver porque él no es de buena familia como nosotras y en realidad tendría que ser un criado pero es tan listo y a veces me trata con reverencia y es normal porque yo soy lady Cora de Gormenghast ésta soy yo y sólo yo y mi hermana somos así de importantes pero ella no tiene una personalidad como la mía y tiene que pedirme consejos qué frío hace y Bergantín no acaba nunca y es tan desagradable pero voy a inclinarle un poco la cabeza no mucho sólo una pulgada para indicarle que ha hecho su trabajo adecuadamente no bien pero adecuadamente con su voz y su muleta qué estúpido tener un trozo de madera en lugar de una pierna quizá se la miraré un momento para demostrarle quién soy y que no tiene que olvidarse de mi linaje y por qué está así el pobre Sepulcravo con la boca que le cuelga a un lado y al otro mientras mira a esa niña pobre Fucsia parece tan asustada y es demasiado joven y tonta para comprender nada pero nunca viene a visitarnos y eso que podríamos enseñarle pero esa madre cruel que tiene la ha predispuesto contra nosotras con toda su maldad tengo hambre pero nadie me pasa nada porque ese chillón y delgaducho doctor se ha quedado dormido o casi y Vulturno nunca me hace caso ni tampoco los demás excepto el muchacho listo…
Se oye un golpe sordo sobre la mesa, más allá del doctor, a la derecha de Cora.
… y aunque es evidente que no le queda mucho tiempo no puedo seguir inyectándole hydrophondoramischromatica de fresno cada cinco horas más o menos y va a necesitarlo aún con mayor frecuencia la boca ya empieza a colgarle diablos es una verdad como un templo en nombre de todo lo macabro la droga va a acabar con él si no ando con cuidado y sólo dios sabe qué pasará si el búho sale otra vez tendremos que estar preparados o mejor dicho yo tendré que estar preparado para cualquier contingencia pues los otros no tienen responsabilidades excepto las del ritual y nunca se han enfrentado a un caso de transferencia de este tipo tan desagradable y verdadera pues aunque la despersonalización es definitiva eso es menos importante ya que el grito de búho está más allá de las fronteras de la ciencia y todo empezó con el incendio sin duda oh sí no me cabe la menor duda pues hasta entonces sólo se trataba de un caso de melancolía gracias y mil gracias a los dioses de los alambiques y a los príncipes de las ampollas yo tenía las drogas necesarias y acerté con la dosis exacta para salir del paso pero tiene que volver enseguida a la cama después del almuerzo y que se quede alguien con él siempre que yo tenga que ausentarme para las comidas aunque también me las podrían llevar a su habitación es una idea mejor y quizás Fucsia podría hacerlo aunque el espectáculo de su padre podría ser demasiado para ella mi pobre y querida niña todavía no se sabe y hay que actuar con prudencia bendito sea su pobre corazón se la ve tan apesadumbrada y me coge tan tristemente el dedo preferiría que me lo agarrara desesperadamente sería más sintomático de un estado de pánico. Tengo que procurar consolarla pero en nombre del tacto qué puedo decir para calmar a una niña inteligente y sensible que ha visto a su padre ulular como un búho sobre la chimenea pero hay que actuar con cautela con mucha cautela quizás Irma podría prepararle una habitación en casa pero ya veremos en las próximas horas hay que estar alerta porque la condesa no va a ser de ninguna ayuda con esa mente siempre en las nubes y en cuanto a Irma naturalmente Irma es y será siempre la inefable Irma y es mejor dejarla donde está y queda Pirañavelo que sigue siendo un enigma para mí aunque empiezo a dudar y su presencia me divierte cada vez menos pues hay en él algo maléfico aunque no tenga argumento racional en qué basarme excepto que no piensa más que en sí mismo aunque ¿quién no lo hace? andaré con tiento y prescindiré de él si puedo aunque un cerebro es un cerebro y es indudable que él lo tiene y es posible que tenga que pedírselo prestado muy pronto pero no, no y no en nombre de la institución no voy a hacerlo ya está decidido yo mismo me ocuparé de todo lo necesario bien bien no recuerdo haber tenido un presentimiento tan fuerte en mi viejo esqueleto desde hace muchos años habrá que esperar y ver cómo viene todo la espera no será muy larga y ojala que lo que venga no dure tampoco mucho pues hay algo sumamente malsano en todo eso en nombre de todo lo que florece en un valle de abril sí que lo hay y mis días de languidez parecen haberse acabado por el momento pero qué pasa mi pequeña gitana me aprieta con más fuerza qué diablos mira en la boca que le cuelga al conde y ya viene de nuevo…
Se oye un golpe sordo en la mesa, junto a él…
… qué puedo hacer oh qué puedo hacer está tan enfermo y pálido como esa cara delgada y descompuesta que tiene ahora pero está mejor mejor que antes oh no qué mal me encuentro no tengo que pensar en los ojos oh quién me ayudará quién míralo ahora Fucsia sé valiente tienes que mirarlo Fucsia mira ya verás cómo está mejor aquí en la mesa está tan cerca mi padre y tan triste por qué sonríe sonríe oh quién lo salvará quién me salvará quién tendrá poder para ayudarnos padre quién no me dejará estar cerca pues yo puedo entenderlo ahora está mejor que oh Fucsia sé valiente porque la redondez de sus ojos ha desaparecido se ha acabado pero oh no no tengo que pensar por qué estaban redondos redondos y amarillos no lo entiendo oh que me lo digan mis árboles que me lo digan mis rocas pues Tata no lo sabrá oh querido doctor tiene que decírmelo se lo preguntaré cuando estemos solos oh rápido rápido que ese horrible almuerzo se acabe rápido y yo me ocuparé de él porque yo he comprendido la torre estaba allí la torre estaba por encima de las largas hileras de libros y por la mañana la sombra caía sobre la biblioteca siempre siempre padre querido la Torre de los Pedernales donde viven los búhos oh no no entiendo pero sé querido padre déjame consolarte y no tienes que estar así nunca más nunca nunca y yo seré tu centinela para siempre siempre tu centinela y no hablaré nunca con los demás nunca sólo contigo querido hombre pálido y nadie se acercará a ti excepto quizás el doctor cuando tú quieras verlo pero sólo cuando tú quieras y te traeré flores de todos los colores y formas y piedras moteadas y con manchas que parecen ranas y helechos y todas las cosas hermosas que pueda encontrar y te conseguiré libros y te leeré todo el día y toda la noche y nunca te diré que estoy cansada e iremos a pasear cuando estés mejor y te pondrás feliz feliz oh si pudiera ser verdad cara triste y descompuesta y tan pálida no habría nadie más allí ni mi madre ni nadie ni Pirañavelo no no él no, es demasiado duro y listo no como tú que eres más listo pero con bondad no listo con palabras complicadas. Le veo la boca la boca oh doctor Prune rápido rápido la oscuridad se va muy lejos y la voz doctor Prune rápido la voz la voz de Bergantín se va muy lejos no puedo ver no oh que negro está todo mi doctor Prune todo está negro y da vueltas… y vueltas…
Una oscuridad corre sus cortinas de medianoche por la mente de Fucsia y las formas de su madre, de Tata, de Clarice y del conde se alejan como fragmentos flotantes, mientas que la voz de Bergantín, como el eco de un eco, balbucea y balbucea. Fucsia ya apenas nota el dedo del doctor en la palma de la mano, sólo como una sensación infinitamente lejana, como si agarrara un delgado tubo de aire. Una última oleada de oscuridad desciende definitivamente, y su oscura cabeza, cayendo hacia adelante, golpea la mesa con un ruido sordo.
… me gustaría mucho saber para qué he pasado tanto tiempo en el baño preparándome para ellos tan exquisitamente pues mi garganta de cisne blanco es la más perfecta de Gormenghast aunque preferiría que mi nariz no fuera tan afilada pero es de terciopelo blanco como el resto de mi piel y supongo que también es una pena que tenga que llevar gafas con cristales negros pero estoy convencida mi piel es blanca como la nieve no sólo porque alcanzo a verla en el espejo cuando me quito las gafas aunque me duelan los ojos sino también porque mi papel de cartas es perfectamente blanco y cuando me pongo las gafas para mirarme la cara y la garganta en el espejo y sostengo una hoja blanca junto a mi cara veo que mi piel y el papel son exactamente del mismo tono gris mientras que todo lo demás en el espejo y a mi alrededor es más oscuro y muy a menudo negro pero para qué me sirve tener papel de carta con los bordes ondulados si nadie nos escribe antes sí recibía cartas cuando era más joven no porque entonces fuera más atractiva pues al fin y al cabo todavía soy virgen pero ahí está Espofago que había vivido tantas aventuras amorosas salvando a las gentes del pecado y él sí sabía valorarme y me escribió tres cartas en papel de seda es una pena que lo rasgara tantas veces con la pluma pues me costaba mucho leer las frases apasionadas donde me confesaba su amor en realidad eran completamente ilegibles y cuando le escribí pidiéndole que intentara recordarlas y que me escribiera una cuarta carta poniendo sólo las frases apasionadas que yo no había conseguido leer en sus tres primeras bonitas cartas no me respondió y me parece que porque en mi último mensaje yo le decía que o bien escribiera con más cuidado sobre el papel de seda o que utilizara papel de carta normal y él tuvo mucha vergüenza el pobre Espofago era bobo y fascinante siempre lo recordaré nunca más se ha sabido de él y todavía soy virgen y dónde puedo encontrar a alguien que me corteje tiernamente que toque la punta de mis manos níveas e incluso que me roce la cadera que me sobresale tan magníficamente Pirañavelo lo dijo la noche que llamaron a Alfred para que fuera a sacar una mosca del ojo de esa Tata Ganga pues Pirañavelo bendito sea ese muchacho ha sido siempre muy atento y se me partió el corazón al verlo tan triste el día que nos dejó ahora nunca lo veo y es una pena que no sea un poco mayor y más alto cada vez que me habla me clava los ojos pero de una manera respetuosa porque está admirando la belleza de mi piel y de mi cabello y la curva tan excitante de mi cadera y entonces no deseo que sea diferente pero me siento un poco violenta y me doy cuenta de lo incitante que es porque en definitiva la edad no es más que años y los años no son nada la edad no es más que una cosa tonta y ridícula inventada por los hombres que no comprenden a las mujeres delicadas cuando los años se vienen encima tan cruelmente no es posible que ya hayan pasado cuarenta sin haberlos aprovechado y sin haberme casado no entiendo por qué cuando tanto cuido de mi aspecto personal pero no hay nadie nadie estoy tan sola en este vacío con Alfred que puede ser tan tonto a veces aunque es realmente inteligente pero no me escucha y se duerme como lo está haciendo ahora y ojalá no siga mirando al conde pues al fin y al cabo no es alguien que valga la pena mirar aunque la verdad es que hoy tiene un aspecto muy extraño oh qué frío hace en esta horrible sala grande y vacía no sé de qué sirve que sea famosa si nadie habla con nadie y no hay ni un solo hombre que pueda contemplar los exquisitos movimientos de mi garganta tengo ganas de volver a casa para seguir leyendo mi libro y allí no hará tanto frío y quizá le escribiré una nota a Pirañavelo invitándolo a cenar sí eso es lo que haré Alfred ha dicho que no estará mañana por la noche y…