La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey (30 page)

BOOK: La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey
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Sir William me dijo que había carreras de motocicletas en Inglaterra, trofeos para la velocidad, conducción en terreno desigual y por no caerse. Quizá me podría entrenar para eso, ya tengo mi moto. Lo único que necesitaría sería un casco y quizás unas gafas protectoras.

De momento, le pediré a Kit que venga a mi casa a cenar y que se quede a dormir, para que así Juliet y Dawsey puedan disfrutar liberalmente, como si fueran el señor Darcy y Elizabeth Bennet.

De Juliet a Sidney

17 de septiembre de 1946

Querido Sidney:

Siento mucho tener que pedirte que vuelvas y que cruces enseguida el Canal, pero te necesito… en mi boda. He aprovechado el momento, y bien aprovechado. ¿Puedes venir y entregarme en matrimonio en el jardín de atrás de casa de Amelia, el sábado? Eben va a ser el padrino, Isola la dama de honor (se está confeccionando un vestido para la ocasión), Kit tirará los pétalos de rosa.

Dawsey será el novio.

¿Te sorprende? Probablemente no… pero a mí sí. Estos días me encuentro en un estado de sorpresa constante. En realidad, ahora que lo pienso, me he prometido en un día, pero es como si mi vida entera hubiera cobrado sentido en las últimas veinticuatro horas. ¡Piénsalo! Podríamos habernos añorado el uno al otro y fingir que no nos dábamos cuenta nunca. Esta obsesión por la dignidad puede arruinar tu vida, si le dejas.

¿Es indecoroso casarse tan deprisa? No quiero esperar. Quiero empezar ya. Toda mi vida he pensado que la historia se terminaba cuando el héroe y la heroína se casaban… después de todo, lo que es suficientemente bueno para Jane Austen debería ser lo suficientemente bueno para cualquiera. Pero eso es mentira. La historia está a punto de empezar, y cada día será una nueva pieza del argumento. Quizá mi próximo libro será sobre una fascinante pareja casada y todo lo que aprenden el uno del otro con el paso del tiempo. ¿Te impresiona el efecto beneficioso del matrimonio en mis escritos?

Dawsey acaba de llegar de la Casa Grande y exige mi atención inmediata. Su tan aclamada timidez ha desaparecido completamente… Creo que se trataba de una estratagema para ganarse mis simpatías.

Besos,

JULIET

P.D. Hoy me he topado con Adelaide Addison en St. Peter Port. Como felicitación, me ha dicho: «He oído que tú y ese criador de cerdos vais a regularizar vuestra relación. ¡Alabado sea Dios!».

AGRADECIMIENTOS

Este libro surgió por puro accidente. Había viajado a Inglaterra a documentarme antes de escribir otro libro, y estando allí me enteré de que los alemanes habían ocupado las islas del Canal de la Mancha. Sentí la imperiosa necesidad de volar a Guernsey y quedé fascinada por la breve visión que tuve de la historia y de la belleza de la isla. De esa visita nació este libro, aunque muchos años después.

Desgraciadamente, los libros no son fruto exclusivo de la mente del autor. Éste, en concreto, necesitó años de documentación y dedicación y, por encima de todo, la paciencia y el apoyo de mi marido, Dick Shaffer, y de mis hijas Liz y Morgan, que nunca dudaron de que terminaría el libro, aunque ni yo misma lo creía posible. Además de tener una creencia ciega en mí, insistieron hasta que me senté delante del ordenador a escribir. Fue esta doble fuerza la que le dio vida al libro.

Aparte de este pequeño grupo de seguidores, también recibí apoyo desde fuera de casa. En primer lugar, y en cierta manera el más importante, de mis amigas y compañeras también escritoras Sara Loyster y Julia Poppy, quienes leyeron cada palabra de los cinco primeros borradores. Sinceramente, nunca hubiera escrito este libro si no hubiera sido por ellas. El entusiasmo y el
savoir-faire
editorial de Pat Arrigoni también fueron importantes durante las primeras etapas del proyecto. Mi hermana Cynnie siguió la tradición familiar al insistir en que me pusiera a trabajar en serio, y en esta ocasión, se lo agradezco.

Doy las gracias a Lisa Drew por hacer llegar el original a mi agente Liza Dawson, que combina amabilidad, paciencia, conocimientos de edición de textos y experiencia editorial a un nivel que nunca hubiera creído posible. Su compañera de trabajo Anna Olswanger fue fuente de excelentes ideas, por lo que estoy en deuda con ella. Gracias a ambas, el original consiguió llegar a la mesa de la increíble Susan Kamil, una editora muy inteligente y sumamente humana. Igualmente estoy muy agradecida a Chandler Crawford, quien llevó primero el manuscrito a la editorial Bloomsbury de Inglaterra y luego lo convirtió en un fenómeno mundial, con ediciones en diez países.

Debo darle las gracias de todo corazón a mi sobrina, Annie, quien me ayudó a terminar el libro cuando unos inesperados problemas de salud me impidieron trabajar por un tiempo después de vender el manuscrito. Sin pensárselo dos veces, dejó de lado el libro que estaba escribiendo y se puso a trabajar en el mío. Fue una suerte enorme tener una escritora como Annie en la familia. Esta novela no se hubiera terminado sin ella.

Como mínimo, espero que estos personajes y su historia emitan algo de luz en medio del sufrimiento por el que pasaron las islas del Canal de la Mancha durante la Ocupación alemana. Espero también que mi libro refleje mi creencia en que el amor al arte —sea poesía, narrativa, pintura, escultura o música— ayuda a la gente a superar cualquier barrera erigida por el hombre.

Mary Ann Shaffer

Diciembre de 2007

Fue la buena suerte que me hizo entrar en este proyecto armada con historias de toda la vida de mi tía Mary Ann, y con el buen ojo editorial de Susan Kamil. La perspicacia editorial de Susan fue fundamental para hacer que el libro fuera lo que tenía que ser, y ha sido realmente un privilegio para mí haber podido trabajar con ella. También hago una mención a su inapreciable asistente editorial, Noah Eaker.

Además quiero dar las gracias a todo el equipo editorial de Bloomsbury. Sobre todo a Alexandra Pringle, que rebosa paciencia y buen humor, y que me ha informado de cómo dirigirse a un descendiente de duque. En especial, le doy las gracias a Mary Morris, que supo llevar muy bien a una mujer con carácter, y a la maravillosa Antonia Till, ya que sin ella, los personajes británicos sólo habrían vestido pantalones, conducido furgonetas y comido golosinas. En Guernsey, Lynne Ashton, del Guernsey Museum and Art Gallery, fue más que amable, igual que lo fue Clare Ogier.

Para acabar, estoy especialmente agradecida a Liza Dawson, que hizo que todo saliera bien.

Annie Barrows

Diciembre de 2007

Notas

[1]
Bombardeo alemán de Londres en 1940-1941
(N. del E.)

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