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Authors: Brian Herbert & Kevin J. Anderson

Tags: #Ciencia Ficción

La cruzada de las máquinas (103 page)

BOOK: La cruzada de las máquinas
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Vor comprendió enseguida lo que aquello significaba y se dio cuenta de que aún había muchas trampas en las que podía caer. No existían la verdad o la justicia, y la realidad nunca era blanca o negra como Xavier siempre había creído.

Iblis había pasado décadas estableciendo redes en la Liga de Nobles, y no sería fácil eliminarlas. Y lo que era peor, si la verdad llegaba a saberse algún día, el escándalo destruiría el impulso que Serena había conseguido como mártir de la cruzada contra las máquinas pensantes. Sus seguidores lucharían entre sí en lugar de combatir a Omnius.

Vor cruzó las manos con fuerza. No podía hacerle eso a la memoria de Serena, así que solo él sabría la verdad acerca de Xavier. Esperaba que su amigo lo entendiera.

Al menos Iblis Ginjo ya no estaba.

Otro problema: ¿qué hacer con los tlulaxa, aquellos despreciables asesinos? Aunque el Gran Patriarca hubiera muerto, sus colaboradores seguían con vida.

Vor tenía que poner al descubierto lo que había detrás de aquellas granjas de órganos, y eso los arruinaría. Sí… podía utilizarlos como chivos expiatorios; desde luego lo merecían. En cuanto la gente conociera aquel horrible engaño, los mirarían con desprecio. Las granjas de órganos serían destruidas y los esclavos que habían servido como reservas vivientes de órganos serían liberados… de una forma o de otra.

Vor suspiró, sintiendo una enorme responsabilidad sobre sus hombros. Se vio como un nexo de unión entre el pasado y el futuro. Al igual que su amigo, tampoco a él le importaba que lo vieran como un personaje glorioso o culpable.

Leronica estaba a su lado, mirando el mar, con expresión de preocupación y desánimo.

—No puedo retenerte aquí, Vor. Ve y ocúpate de esa emergencia. —Vor vio que las lágrimas brillaban en los bordes de sus ojos marrón oscuro, aunque trató de ocultarlas—. Vuelve cuando puedas, como siempre.

A un lado, el quinto Paolo parecía nervioso e impaciente por marcharse, como si se sintiera perdido mientras no recibiera nuevas órdenes.

Vor se acercó a aquella mujer que se había convertido en un ancla emocional para él. La sujetó por el mentón y le hizo volver la cara para mirarle.

—He pensado mucho aquí. A partir de ahora necesito ser un humano además de un soldado. Yo… quiero que vengas conmigo.

La sorpresa y la alegría de su rostro le quitaron diez años de encima.

—Pero solo soy una pobre mujer de Caladan. No tengo derecho a ser la consorte de un gran primero…

Vor le puso los dedos con ternura sobre los labios.

—Tú eres mi amor, y la madre de mis hijos. —Vor vaciló, esperando que ella negara lo que ambos sabían.

Cuando miraba a Estes y a Kagin no tenía ninguna duda.

Ella apretó los labios.

—Quiero que los chicos recuerden a Kalem como su padre. Él sacrificó su vida por ellos, y no dejaré que empequeñezcas el recuerdo que tienen del hombre al que han conocido toda su vida.

—Ni lo querría. Kalem Vazz hizo lo que tendría que haber hecho yo. Él los crió, les inculcó una moral y les enseñó el valor del trabajo. Él estaba aquí y en cambio yo no.

—Eso no significa que no puedas empezar ahora. —Leronica respiraba agitadamente, y las lágrimas caían por sus mejillas.

—Educaremos a nuestros hijos en la Liga de Nobles —dijo Vor asintiendo—, con todas las ventajas que la civilización puede ofrecer. —Su voz se llenó de emoción, y él atrajo a Leronica a su lado—. Tengo una galaxia entera que enseñarte.

117

La noche es un agujero en el ayer, y un túnel hacia el mañana.

Poema zensuní de campamento

Habían pasado diez años desde que Marha, Jafar y los otros seguidores de las visiones de Selim abandonaron el que había sido su campamento durante tanto tiempo y se perdieron en el desierto, lejos de los cazadores extraplanetarios y los traidores que acompañaban al naib Dhartha. Aquel día aciago, después de trepar a la Aguja, Marha vio morir a su marido. Pero aquello en realidad fue un principio, porque el gran Montagusanos pasó a formar parte del cuerpo segmentado de Dios.

Durante diez años habían seguido los sueños y la misión de Selim. Las noticias sobre el increíble destino del líder de los forajidos se habían difundido entre los asentamientos zensuníes de Arrakis y cientos de personas salieron a buscar el escondite de los forajidos para unirse a los montagusanos.

Las cuevas de piedra y las dunas de Arrakis eran un refugio, no una cárcel. Los montagusanos y los forajidos habían encontrado nuevas runas muadru grabadas en la fría piedra. A Ishmael aquellos símbolos le recordaban los antiguos escritos sin descifrar que su abuelo conservaba entre los pergaminos de los sutras en su choza de Harmonthep. Ishmael no sabía cómo interpretarlos, pero estaba seguro de que transmitían un mensaje de esperanza y solidaridad.

En el primer año los refugiados de Poritrin aprendieron a vivir con los nativos de Arrakis, trabajando codo con codo con ellos, ayudándoles en las tareas cotidianas para la supervivencia. Los más débiles recuperaron su fuerza, y nadie se quejó. A causa de haber vivido siempre en la esclavitud, sirviendo a amos caprichosos en tareas de las que incluso una máquina se habría resentido, los esclavos eran resistentes y fuertes.

Ishmael estaba con los suyos ante una enorme abertura que dominaba la ominosa extensión donde jamás verían las pisadas de los negreros. Era un luminoso amanecer. Marha les había dicho que aquel era el momento del día favorito de Selim Montagusanos.

La hija de Ishmael, Chamal, parecía esperanzada y fuerte, y era toda una mujer. Tenía veintiséis años y había vuelto a casarse, a la manera de las curtidas gentes del desierto, y ya había tenido tres hijos. Aún llevaba a Rafel en su corazón, pero todos en el grupo de refugiados habían perdido a algún familiar o en Poritrin o en Arrakis. Tenían que seguir adelante, porque ahora sabían que aquel sería su hogar, para siempre.

La adorable Marha se situó junto a Ishmael y miró con ojos implacables el desierto. Él le sonrió con dulzura y permanecieron el uno junto al otro, como símbolo de la unión de dos pueblos. El’hiim, el hijo que había tenido con Selim Montagusanos, se había convertido en un jovencito fuerte de casi diez años, y había aprendido a tener más cuidado antes de meterse en grietas desconocidas, donde podía haber escorpiones negros.

Menos de un año después de rescatar a los refugiados, Marha no ocultaba que Ishmael le parecía un buen sucesor de Selim. Ella había sido bendecida con un hijo sano e inteligente y, gracias a las costumbres zensuníes y a la dificultad de la vida nómada, la gente de Arrakis no marginaba a los niños huérfanos o a las mujeres que habían perdido a sus maridos.

—Yo fui la mujer del Montagusanos —le dijo en la quietud de una cueva, alzando el mentón como una princesa del desierto. La cicatriz de su ceja izquierda parecía apagada entre las sombras—. Cuando Shai-Hulud devoró a mi marido y al perverso naib Dhartha, sé que tendría que haber elegido como compañero a Jafar, el segundo en el mando, pero…

Apartó la mirada y luego volvió a mirarle.

—Jafar idolatra la memoria de Selim, y se siente intimidado por su sombra. Él no me lo ha dicho, pero intuyo que para él sería una especie de sacrilegio si me tomara como esposa. Los otros hombres también adoraban a Selim, le seguían como a un profeta. Honran su memoria, las tradiciones que estableció, y me tratan como si fuera una diosa intocable. —Marha le tocó el brazo—. Una persona no puede vivir así, Ishmael.

Él la miró.

—Y como yo soy casi un desconocido, ¿crees que no me frenarían todas esas cosas?

—Tú eres un líder para tu gente, un hombre que se ha ganado su respeto, que es justo y decidido y no teme defender sus convicciones. Eres una roca, no una duna que la brisa errante moldea a su antojo.

Él frunció el ceño.

—Me pides que olvide a mi otra esposa.

Marha meneó la cabeza.

—No te pido que olvides nada. Yo no pienso olvidar a mi esposo. Los dos tenemos un pasado, Ishmael… y un futuro. Juntos seremos fuertes.

Aquellas palabras le asustaban, pero sabía que tenía razón.

—Me ofreces una pesada carga.

Marha estaba muy cerca, tratando de influirle con su inteligencia y su belleza. Entonces se encogió de hombros y le besó su áspera mejilla.

—Todos tenemos una carga que llevar, ¿no es cierto?

Y así fue como se casaron, y trabajaron unidos para dirigir el grupo cada vez mayor de forajidos en su esfuerzo por detener la hemorragia de la melange que salía de Arrakis. Todos ellos juraron defender a Shai-Hulud y evitar el robo de la especia.

Ahora, después de convocar a sus bandidos en la entrada de la cueva, Ishmael miró a aquella gente que lo había seguido desde tan lejos, y a los otros, los que le habían aceptado como sucesor de Selim Montagusanos. A su espalda, sobre la arena, un nuevo día empezaba.

Selim había tenido muchas visiones, había visto momentos del futuro gracias a su conexión con el gran Shai-Hulud a través de la melange. En cambio, Ishmael no tenía una fuente tan fiable que le guiara en sus decisiones. Tenía que estudiar los sutras coránicos y las otras escrituras con la esperanza de entender adecuadamente cuál era la voluntad de Dios. A veces, en lo más profundo de la noche Ishmael encontraba un momento para observar el infinito desierto, como si esperara ver el futuro allá fuera, en algún lugar…

Mientras el sol se arrastraba sobre las escarpadas rocas, respiró hondo aquel aire seco y sintió su dureza. Arrakis era mucho menos acogedor que Harmonthep o Poritrin, pero era su nuevo hogar, un lugar donde podría vivir lejos de la amenaza de los negreros y las máquinas pensantes, e incluso de la Liga de Nobles.

Con una sonrisa miró su alrededor, a cada una de las caras que tenía ante él.

—Podemos vivir en este planeta como elijamos, y crear nuestra propia vida y nuestro futuro. ¡Jamás volveremos a ser esclavos! —Suspiró con orgullo y añadió—: A partir de este día, se nos conocerá como
Free Men
de Arrakis.

APÉNDICE

Relación de victorias y derrotas, sucesos significativos en la marcha de la Yihad (fechas estandarizadas según el calendario convencional):

201 a.C.
- (antes de la Cofradía) El robot Erasmo asesina al hijo de Serena Butler.

200 a.C.
- La Armada de la Liga responde utilizando armas atómicas en la Tierra para destruir a Omnius.

198 a.C.
- Primer ataque organizado del ejército de la Yihad, tras la victoria en la Tierra. Los yihadíes eligen un Planeta Sincronizado al azar, Bela Tegeuse, y se dirigen hacia allí a bombo y platillo. Vorian Atreides se distingue en el combate. A pesar del gran número de bajas humanas y robóticas, la batalla termina sin un vencedor claro. Las fuerzas humanas se retiran.

197 a.C.
- Al darse cuenta de que el carácter del conflicto ha cambiado, el Omnius-Corrin responde enviando otra poderosa flota a Salusa Secundus, pero el ejército de la Yihad repele el ataque. El segundo Xavier Harkonnen siente aquello como una venganza, una forma de desquitarse por la batalla de Zimia, en la que resultó gravemente herido años atrás.
Vorian Atreides vuelve a Bela Tegeuse para ver lo que ha sucedido un año después de las escaramuzas y descubre que las máquinas pensantes han reconstruido las industrias y restablecido sus bases como si nada hubiera pasado. A pesar de la lucha y de las vidas que se perdieron, la Yihad no ha hecho ningún progreso.

196 a.C.
- Vorian Atreides es ascendido a segundo, primer grado.
Norma Cenva modifica los escudos Holtzman para solventar parcialmente el problema del sobrecalentamiento durante las batallas. Los fallos térmicos siguen siendo un problema, pero los nuevos escudos han mejorado significativamente con respecto a su versión anterior.

195 a.C.
- Matanza de Honru. En una gran ofensiva, el ejército de la Yihad trata de liberar a la población cautiva del planeta sincronizado de Honru, pero les engañan en relación al número de efectivos enemigos que van a encontrar esperándoles. Omnius utiliza tácticas más agresivas, y sus naves robóticas suicidas destruyen a la flota yihadí. Mueren más de quinientos mil soldados libres.

194 a.C.
- Después de la matanza de Honru, el Gran Patriarca, Iblis Ginjo, y la sacerdotisa de la Yihad, Serena Butler, piden más voluntarios para la lucha. Iblis Ginjo sospecha que los espías de las máquinas transmitieron deliberadamente informaciones erróneas sobre el número de efectivos enemigos. Forma un equipo para investigar el asunto, encabezado por Yorek Thurr.
Tras el llamamiento urgente a nuevos voluntarios, el hermano adoptivo del segundo Xavier Harkonnen, Vergyl Tantor, que solo tiene diecisiete años, entra en el ejército de la Yihad.

193 a.C.
- Se crea oficialmente la Yipol (policía de la Yihad) después de que Yorek Thurr entregue un informe donde se declara la presencia de más espías de las máquinas en los planetas de la Liga, humanos leales a Omnius.
En un matrimonio político pensado para reforzar su poder, Iblis Ginjo desposa a Camie Boro, descendiente del último emperador que gobernó antes de la Era de los Titanes, más de mil años atrás.

192 a.C.
- Los mercenarios de Ginaz ofrecen sus servicios como luchadores independientes, no como soldados del ejército de la Yihad. Después de debatir ampliamente las implicaciones, el Gran Patriarca propone que los acepten. Otros planetas ofrecen los servicios de sus mercenarios, aunque se considera que los guerreros de Ginaz son los mejores.
El savant Tio Holtzman presenta la técnica intermitente para sus escudos, un sistema perfectamente sincronizado que permite desconectar los escudos protectores durante una fracción de segundo para que las naves puedan disparar al enemigo. Norma Cenva modifica y corrige discretamente sus cálculos, evitando el desastre, pero no le dice nada.

191 a.C.
- Importante purga: siete representantes de la Liga —todos rivales políticos de Iblis Ginjo o personas que han hablado en su contra— son declarados espías de las máquinas. Yorek Thurr los interroga. El Gran Patriarca Ginjo crea un cuerpo de serafinas para que protejan a Serena Butler, un cuerpo de guardianas fanáticas y leales.

190 a.C.
- Manion Butler se retira como virrey y pide que su hija Serena sea nombrada para el cargo. Es elegida por mayoría absoluta, pero ella insiste en que se la considere virreina interina solo hasta que la guerra termine.

189 a.C.
- Las máquinas pensantes atacan y conquistan la pequeña colonia de Ellram. Su población humana es asesinada o esclavizada. La batalla ha terminado antes de que la Liga tenga noticia de lo sucedido.
Intento de asesinato abortado de Serena Butler cuando se presenta para hablar ante la asamblea del Parlamento (una de sus serafinas muere para defenderla). Serena es trasladada inmediatamente a la Ciudad de la Introspección. El presunto asesino muere y, tras una investigación, Yorek Thurr descubre que el hombre era un espía enviado por Omnius.

188 a.C.
- Las máquinas atacan de nuevo, esta vez en la colonia Peridot. El ejército de la Yihad lucha enconadamente y obliga a las fuerzas sincronizadas a retirarse. Zon Noret dirige a sus mercenarios de Ginaz en la superficie y destruyen a muchos robots, pero las fuerzas enemigas siguen una política de tierra quemada y finalmente los asentamientos humanos de la colonia son arrasados.
Desobedeciendo las órdenes, un grupo de impetuosos yihadíes decide atacar la nueva base de las máquinas en Corrin para destruir el principal Omnius. Todos mueren a manos de los robots.

187 a.C.
- El segundo Xavier Harkonnen encabeza un movimiento que pide que se levante un monumento para recordar a los muertos de la Yihad. Serena Butler le da su apoyo y se inicia su construcción en Giedi Prime, un lugar donde se perdieron muchas vidas pero donde se logró una importante victoria sobre las máquinas. Un monumento idéntico se construye en Zimia.
Después de los desastres de Ellram, la colonia Peridot y Corrin, el Gran Patriarca Ginjo se dirige al Parlamento de la Liga. Hace trece años que se inició la Yihad, y propone que mientras dure la guerra haya un cuerpo gobernante diferente, un Consejo de la Yihad. Propone que todo lo relacionado con la Yihad —a nivel interno (Yipol) y en el exterior (ejército de la Yihad)— sea administrado por el Consejo. El resto de cuestiones, comerciales, sociales y domésticas, podrán debatirse holgadamente en el Parlamento. Pero la Yihad exige un liderazgo rápido y decisivo que sería imposible con las mil voces del Parlamento. La propuesta es aprobada.

186 a.C.
- Nuevas purgas de la Yipol en la Liga. La paranoia y el miedo a los espías de las máquinas se extiende entre la población. Serena Butler pronuncia discursos apasionados desde su retiro en la Ciudad de la Introspección.

185 a.C.
- Xavier Harkonnen y Vorian Atreides ascendidos al rango de primeros en el ejército de la Yihad.

184 a.C.
- Las máquinas pensantes empiezan a atacar Planetas No Aliados porque los consideran objetivos fáciles. No encuentran fuerzas de la Yihad que se opongan a ellos, y las poblaciones autóctonas no tienen fuerza para detener a Omnius. Tres planetas no alineados son conquistados y se utilizan como base de operaciones para la expansión de los Planetas Sincronizados.

182 a.C.
- Mientras Norma Cenva sigue obsesionada con sus ecuaciones para plegar el espacio y trabaja en solitario, el savant Tio Holtzman contrata nuevos ayudantes para aprovecharse de sus ideas; ellos están entusiasmados ante la oportunidad de trabajar con el gran científico.

181 a.C.
- Dos nuevos Planetas No Aliados caen bajo el dominio de las máquinas: Tyndall y Bellos. Estos mundos tienen una población escasa de comerciantes, mineros y campesinos, y el Consejo de la Yihad no entiende por qué Omnius se molesta en conquistarlos. El primero Atreides ve un patrón: aquellos planetas se utilizarán para rodear los planetas de la Liga como una red, en previsión de un ataque coordinado a gran escala.

179 a.C.
- Con el apoyo de Xavier Harkonnen, Vorian Atreides propone que el ejército de la Yihad dedique sus recursos y sus efectivos a defender también los Planetas No Aliados. Al principio el Consejo se resiste, pero mediante unas proyecciones tácticas el primero Atreides les muestra los movimientos de Omnius y el patrón que sigue para controlar sistemas estelares estratégicos periféricos. Las máquinas pensantes tendrán bases desde las que lanzar poderosos ataques contra Salusa Secundus y otros importantes planetas de la Liga. Iblis Ginjo ve esta propuesta como una oportunidad para ampliar el territorio de la Liga.

178 a.C.
- El planeta no aliado de Tyndall, recientemente capturado por Omnius, es liberado en un contraataque masivo e inesperado de la Yihad. La batalla coordinada es dirigida por los primeros Atreides y Harkonnen. Vergyl Tantor se distingue en la batalla y recibe dos medallas, que envía a su mujer y a sus tres hijos.

177 a.C.
- Se detectan fuerzas enemigas en el planeta no aliado de Anbus IV, probablemente la nueva conquista que Omnius quiere hacer siguiendo su plan. El ejército de la Yihad envía un importante contingente a defender el planeta, de población mayoritariamente zenshií.

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