James Potter y la Encrucijada de los Mayores (44 page)

BOOK: James Potter y la Encrucijada de los Mayores
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Agarró el Mapa del Merodeador, aferrándolo firmemente junto con la Capa de Invisibilidad contra su pecho, después cerró cuidadosamente el baúl de su padre. Corrió escaleras abajo y de vuelta a su habitación. Para cuando hubo ocultado su contrabando en el fondo de su propio baúl, se sentía a la vez excitado y aterrado a partes iguales.

Estaba seguro de que se ganaría una buena cuando le pillaran, y no había duda de que le
pillarían.

Aún así, sabía que su padre no sería capaz de negar que él habría hecho lo mismo de estar en los zapatos de James. Contaba con eso para atemperar la cosa cuando llegara el momento. Hasta entonces, daría buen uso a ambos artículos. No sabía exactamente como aún, pero no había duda al respecto, con la Capa
y
el Mapa del Merodeador en su poder, se sentía mucho mejor equipado para acometer cualquier aventura venidera.

El viaje de vuelta a la escuela fue, como todos los viajes post vacacionales, melancólico y tranquilo. De vuelta en Hogwarts a la semana siguiente, James y Ralph relataron a Zane todo lo que Luna les había contado y las conexiones que subsecuentemente habían hecho. James se sintió gratificado cuando Zane captó inmediatamente las implicaciones.

—¿Quizás Madame Delacroix haya puesto a Jackson bajo la Maldición Imperious? —preguntó en tono bajo, mientras los tres se apiñaban alrededor de una mesa en la esquina de la biblioteca.

—Sí —estuvo de acuerdo Ralph—. Eso tiene sentido. Podría estar simplemente utilizándole como herramienta.

James sacudió la cabeza.

—Papá dice que la Maldición Imperious es bastante fácil de lanzar, pero requiere mucho poder mantenerla durante un largo período de tiempo. Todo un año escolar es
mucho
tiempo. Además, un mago lo bastante fuerte puede aprender a rechazarla o resistirla del todo. Jackson es demasiado listo como para ser un blanco fácil para algo así.

Ralph se encogió de hombros y después insistió, bajando la voz cuando un grupo de estudiantes pasó junto a ellos.

—De cualquier modo, todavía pienso que todo el asunto es una tontería. Quiero decir, los magos han estado intentando traer de vuelta a Merlín durante siglos, ¿no? Y los mejores magos vivos hoy en día piensan que todo el asunto es una especie de cuento de hadas. El profesor Franklyn dijo en Defensa Contra las Artes Oscuras que los mejores informes demuestran que Merlín acabó involucrado con alguien llamado la Dama del Lago, que tomó sus poderes y le aprisionó. Podría ser parte de la leyenda pero aún así, supuestamente murió hace más o menos doce siglos y fue enterrado como cualquier otro tipo.

Zane, que siempre era propenso a mostrar una mórbida imaginación, abrió los ojos de par en par.

—¿Y si el plan es traerle de vuelta como un inferius? ¡Quizás solo vayan a alzar su cuerpo como una especie de zombi o algo así!

James puso los ojos en blanco.

—Los inferi son solo cadáveres animados. Nadie diría que ha sido devuelto a la vida si solo le han convertido en inferi. Sería lo mismo que coger el esqueleto de Merlín y convertirlo en una marioneta.

Zane alzó la mano e hizo gestos imitando una boca con los dedos.

—Eh, tíos. Soy Merlín. Acabo de volver volando de la muerte, y chico, tengo los brazos agotados.

James contuvo una risa.

—Vale, en serio, quizás todo el asunto del retorno de Merlín sea solo una leyenda estúpida. Pero Jackson y Delacroix y quienquiera que esté trabajando con el Elemento Progresivo cree en ella, y mientras lo hagan, seguirán adelante. Si el plan de Merlín no funciona, simplemente tramarán alguna otra cosa. Si podemos probar lo que están intentando hacer, entonces...

—Al menos podremos acallarlos —asintió Ralph—. ¿Correcto? ¿Desacreditarlos ante el mundo mágico?

—Sí. Y si podemos hacerlo, necesitarán mucha habilidad para lograr su meta.

Zane entrelazó los dedos tras la cabeza y se echó hacia atrás.

—Vale. Parece que necesitamos poner las manos sobre esas reliquias. El trono está demasiado protegido para nosotros, si está en la isla. Aún no sabemos quién tiene el báculo de Merlín o sí alguien sabe dónde está. Eso nos deja la túnica. Al menos sabemos donde está, y por lo que sabemos, el maletín de Jackson no intentará arrancarnos la pierna de un mordisco si lo abrimos.

Ralph parecía sombrío.

—Por lo que sabemos.

—Tenemos que cogerlo sin que Jackson sepa que ha desaparecido. Si se da cuenta, tendremos tiempo para devolverlo y cubrir las huellas —dijo James, pensando con fuerza—. Ojalá supiéramos donde están planeando llevar todas las reliquias. Tenemos que conseguirlas antes de que lo intenten.

—¿Y dónde está la Encrucijada de los Mayores? —añadió Ralph.

—Me figuro que esa será la propia Isla —respondió James, alzando las cejas.

Fue el turno de Zane de sacudir la cabeza.

—Nah. No puede ser. El letrero de la verja decía que era el Santuario Oculto. Al fondo, decía algo sobre la Encrucijada de los Mayores, como si fuera algún otro lugar.

James buscó en su mochila, sacando la hoja de pergamino en la que Zane y él habían reproducido el poema de la verja. Lo extendió entre ellos. A la luz de lo que Luna les había contado sobre las reliquias, el poema cobraba mucho más sentido. Lo leyó, junto con sus anotaciones manuscritas, una vez más.

Con la luz majestuosa de la hermosa Sulva --- sulva = luna

Encontré el Santuario Oculto
--- significa que solo se puede encontrar el Santuario a la luz de la luna.

Antes de que la noche de los tiempos retorne
--- ¿retorne? ¿una fecha concreta?

Despierta de su lánguido sueño
---- Merlinus ¿dormido? Rip Van Winkle

Una vez haya vuelto el agitado amanecer
--- ¿ocurre por la noche?

Sin una reliquia perdida
; --- ¡Las tres reliquias! Reunirlas

Ha pasado toda una vida, un nuevo eón
--- una vida desde el pasado a una nueva era, ¿el origen de la leyenda?

La Senda a la Encrucijada de los Mayores
--- ¿aquí? ¿dónde?

—Sí —estuvo de acuerdo James a regañadientes—. Suena como si la Encrucijada de los Mayores fuera un lugar totalmente diferente. ¿Quizás el Santuario Oculto se convierta en la Encrucijada de los Mayores de algún modo?

Zane se encogió de hombros, no muy convencido.

—Puede.

—En realidad no hay ninguna diferencia —dijo Ralph después de pensar un minuto—. Es solo un viejo poema. Parte de la leyenda.

—Tú no viste esa isla —dijo Zane con un estremecimiento, después se giró hacia James—. ¿Crees que toda aquella vegetación que creció en la isla fue en respuesta a que el trono está allí?

—Podría ser —asintió James—. Sea cierta o no la leyenda, ese asunto tuvo que ser cosa de alguna magia seria. Probablemente, Madame Delacroix añadió sus propios maleficios protectores y encantamientos también.

—De cualquier modo —insistió Ralph—, tenemos que conseguir la túnica del maletín de Jackson. Tenemos que sacar la túnica del maletín ¿Alguna idea?

Los tres chicos se miraron unos a otros. Finalmente James dijo:

—Trazaré un plan. Sin embargo, vamos a necesitar algo para reemplazar la túnica.

—Dijiste que era solo un montón de tela negra, ¿no? —dijo Ralph—. Podemos utilizar mi capa de gala. Mi padre me compró todo un guardarropa de mago cuando fuimos al Callejón Diagon antes de que empezara la escuela, y a menos que vaya a ir a la boda o el funeral de alguien, no puedo imaginarme para qué necesitaré esa cosa. Es más grande que la colcha de mi cama.

James lo consideró.

—Claro, supongo que servirá tan bien como cualquier otra cosa. Aunque —añadió, mirando seriamente a Ralph—, si le siguen el rastro hasta ti...

Ralph se quedó en silencio un momento, y después se encogió de hombros.

—Ah, bueno. No tengo escasez de enemigos ya. Uno o dos más no pueden hacer daño.

Considerando el calibre de los enemigos que podría conseguirse Ralph participando en semejante plan, James pensó que podían ciertamente hacer daño, pero decidió no decir nada. Se orgullecía de Ralph por presentarse voluntario, y sentía que eso demostraba que Ralph tenía gran cantidad de confianza en él. James esperaba ser digno de ella.

Durante el resto de la semana, James tuvo muy poco tiempo para pensar en el maletín de Jackson y la túnica. Como si supiera lo que estaban tramando, el profesor Jackson había marcado más deberes de lo habitual, asignando casi cinco capítulos y un ensayo de quinientas palabras sobre la
Ley de Inercia Desplazada de Hechtor
. Al mismo tiempo, el profesor Franklyn tenía planeado un examen práctico para la tarde del viernes, dejando solo un día para que James, Zane y Ralph practicaran hechizos desarmadores y de bloqueo. Ralph se vio obligado a practicar con un maniquí. Después de dos horas, finalmente consiguió lanzar con éxito un hechizo
expeliarmus
sin quemar un cráter en el maniquí de pasta. Afortunadamente, el propio Franklyn se dignó a actuar como compañero de duelo de Ralph durante el examen. Ralph, ligeramente más confiado en que Franklyn podría desviar cualquier hechizo errático con más facilidad que cualquiera de sus compañeros, pudo concentrarse un poco más en su juego de muñecas. Nadie se sorprendió más que él, cuando su hechizo
expeliarmus
realmente consiguió arrancarle a Franklyn la varita de la mano. Esta se clavó en el techo como si fuera una flecha.

—Bien hecho, señor Deedle —dijo Franklyn, un poco desmayado, mirando fijamente a su varita—. Señor Potter, ¿sería tan amable de recuperar mi varita? Hay una escalera de mano junto al armario de suministros. Ese es mi chico.

Cuando James y Ralph abandonaban la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, James notó que una vez más estaba siendo observado atentamente por el hombre del mostacho de la pintura de los magos reunidos alrededor del gran globo. Durante la última semana, había empezado a notar miradas similares de las pinturas de los pasillos. No de todas, pero sí de algunas, las suficientes como para llamarle la atención. El mago gordo de la esquina en la pintura del envenenamiento de Pereclase había parecido estar escuchando atentamente mientras Ralph, Zane y él habían estado discutiendo sobre el maletín de Jackson en la biblioteca. Un jinete de caballería en la pintura de la Batalla de Bourgenoigne había trotado con su caballo hasta la esquina de la pintura para observar como James se perdía de vista mientras se dirigía a Estudios Muggles. Quizás lo más extraño de todo había sido el retrato de un retrato en la pintura de la coronación del Rey Cyciphus que había estudiado a James desvergonzadamente desde la pared del Gran Comedor mientras Zane y él se tomaban el desayuno.

James se detuvo de camino a la sala común y se aproximó a la pintura de los magos reunidos alrededor del globo. El mago del mostacho oscuro y gafas le estaba mirando con una expresión dura e ilegible.

—¿Qué? —exigió James—. ¿Tengo mostaza en la corbata o qué?

La expresión del mago pintado no cambió, y una vez más, James pensó que había algo incómodamente familiar en él.

—Te conozco, de algún modo —dijo—. ¿Quién eres?

—Estás hablando con una pintura —señaló Ralph.

—Hablo con una pintura todos los días para entrar en la sala común —dijo James sin darse la vuelta.

—Sí —asintió Ralph—. Aún así, parece un poco raro ir por ahí empezando conversaciones con pinturas al azar en las paredes.

—¿De qué te conozco? —preguntó James a la pintura, molesto.

—Jovencito —habló otro mago de la pintura—, ese no es un tono al que estemos acostumbrados. Respeto y deferencia, si no te importa. Somos mayores que tú.

James le ignoró, todavía estudiaba al mago del mostacho y las gafas, que simplemente le devolvía la mirada en silencio. A James se le ocurrió que el mago solo le parecía familiar porque, en cierto modo, se parecía al resto de las pinturas que habían estado observándole. Pero eso era obviamente ridículo, ¿no? Estaba el gordo de la calva y el mago flaco del retrato del retrato, que tenía una gran barba rubia alborotada. Todas las pinturas a las que había pillado mirándole eran absolutamente distintas. Unas cuantas hasta habían sido mujeres feas. Aún así, había algo en los ojos y en la forma de la cara. James sacudió la cabeza. Presentía que estaba cerca de averiguarlo, aunque permanecía más allá de su alcance.

—Vamos —dijo finalmente Ralph, agarrándole del brazo—. Discute con las pinturas luego. Hay bistec y riñones esta noche.

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