1 Tesalonicenses 4.16. ...
el mismo Señor, a una orden, a la voz del arcángel, al sonido de la trompeta de Dios, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán primero;
1 Tesalonicenses 4.17.
después nosotros, los vivos, los que quedemos, junto con ellos, seremos arrebatados en las nubes al encuentro del Señor en los aires.
La imagen de la «voz del arcángel» y de «la trompeta de Dios» está viva en nuestra común tradición del toque de trompeta del arcángel Gabriel en el momento del juicio final. Pablo también habla del último toque de trompeta en 1 Corintios:
1 Corintios 15.51. ...
todos seremos transformados
1 Corintios 15.52.
En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al último toque de la trompeta...
Sin embargo, Pablo no afirma que será Gabriel quien toque la trompeta, y la Biblia tampoco lo dice en parte alguna.
Pablo está convencido de que no tardará mucho el segundo advenimiento, y el empleo de la primera persona de plural en 1 Tesalonicenses 4.17 muestra su convicción de que el gran día llegará en vida suya. No obstante, tiene cuidado de no indicar fechas precisas:
1 Tesalonicenses 5.1.
Cuanto al tiempo y a las circunstancias, no hay, hermanos, por qué escribir.
1 Tesalonicenses 5.2.
Sabéis bien que el día del Señor llegará como el ladrón en la noche.
El hombre de la iniquidad
La Segunda Epístola a los Tesalonicenses debió seguir inmediatamente a la primera, de modo que también podría fecharse en el 50 y considerarse escrita en Corinto.
Por lo visto, la primera carta de Pablo creó una inquietud molesta. Algunos tesalonicenses rechazaron la posibilidad del segundo advenimiento, pues todo parecía ir muy mal mientras que los perseguidores eran muy poderosos.
Por tanto, Pablo vuelve a describir vigorosamente el día del juicio como el momento del castigo para los que ahora parecen vencedores:
2 Tesalonicenses 1.7. ...
la manifestación del Señor Jesús desde el cielo, con sus milicias angélicas,
2 Tesalonicenses 1.8.
tomando venganza en llamas de fuego sobre los que desconocen a Dios y no obedecen al Evangelio de Nuestro Señor Jesús.
Les asegura que el gran día se acerca, pero indica que un preludio esencial de tal día es el momentáneo triunfo del mal. En su opinión, la misma dureza de los tiempos no es sino otra prueba de la inminencia del segundo advenimiento:
2 Tesalonicenses 2.3. ...
antes ha de venir la apostasía y ha de manifestarse el hombre de la iniquidad...
2 Tesalonicenses 2.4.
que se opone y se alza contra todo lo que se dice Dios o es adorado...
Esto recuerda a un pasaje de Daniel referido al perseguidor seléucida, Antíoco IV:
Daniel 11.36.
El rey hará lo que quiera, se ensoberbecerá y se gloriará por encima de todos los dioses...
Así surge un paralelo. Igual que el triunfo de los Macabeos sólo se produjo tras la época funesta de Antíoco IV, del mismo modo llegará el segundo advenimiento tras los días sombríos del «hombre de iniquidad». En efecto, las palabras de Daniel podrían referirse en lo inmediato a la era macabea y en lo definitivo al día del juicio.
Pablo recoge aquí un eco del pensamiento místico judío (que a su vez quizá tenga raíces babilonias y persas), donde hay cierta simetría entre el comienzo y el fin de la creación. Así, en la mitología babilónica el cielo y la tierra fueron creados mediante la destrucción de Tiamat o de Leviatán tal como se indica en algunos versículos bíblicos (v. cap. I, 19). Al término de esta creación se produce otra de especie más gloriosa que sucede a una segunda victoria sobre el antiguo enemigo.
Ezequiel describe esa última batalla entre las fuerzas del bien y del mal en su relato del Gog de la tierra de Magog (v. capítulo I, 26). Una vez destruido Gog, se instaura el reino ideal.
En el siglo anterior a Jesús, los creadores de leyendas judíos dieron el nombre de Belial o Beliar (v. cap. I, 5) a ese último adversario de Dios. La leyenda de Beliar no sólo debió de basarse en Antíoco IV, sino también en otros grandes enemigos posteriores del nacionalismo judío, como Pompeyo y Herodes el Grande.
A ese enemigo final es a quien Pablo se refiere al decir en una deliberada concatenación de contrarios:
2 Corintios 6.15.
¿Qué concordia entre Cristo y Belial?...
Los evangelios citan las palabras con que Jesús enumera los males que caerán sobre el mundo antes del juicio final; entre ellos se incluyen hombres de iniquidad que pretenden hablar ilegítimamente en nombre de Dios. Son falsos mesías;
Mateo 24.24.
porque se levantarán falsos mesías.
En la Primera Epístola de Juan, se alude a los falsos mesías como «anticristos» («opuestos a Cristo»).
1 Juan 2.18. ...
habéis oído que está para llegar el anticristo... ahora... muchos se han hecho anticristos...
Si se habla de «falsos mesías» y de «anticristos», en plural, se aludiría a agentes o fuerzas del mal en general. Pero Pablo utiliza el singular. Habla del «hombre de la iniquidad». Es como si existiera un Anticristo, un hombre o fuerza concreta cuya misión es enfrentarse a Dios con una victoria momentánea para ser luego aplastado en una derrota absoluta.
Sería muy lógico suponer que el único Anticristo fuese Satanás, pero no se afirma de manera concreta. Por tanto, en diversos tiempos históricos se han buscado a ciertos individuos que desempeñaran el papel de Anticristo.
Tal vez Pablo pensara en Calígula que, en el 41, justo diez años antes de que se escribieran las epístolas a los tesalonicenses, trató de que le adorasen como dios en el interior del propio Templo.
Pero Calígula fue asesinado antes que pudiera llevar a cabo su perverso designio y, en todo caso, el mundo sobrevivió. Unos doce años después de las epístolas, Nerón inició la persecución de cristianos en Roma y muchos debieron creer que al fin había llegado el Anticristo. Otros emperadores que iniciaron persecuciones —Domiciano, Decio, Diocleciano— parecieron desempeñar a su vez ese papel.
A lo largo de la Edad Media, los cristianos consideraron anticristos a otros cristianos, y en la época de la Reforma, se intercambiaron fuertes acusaciones en ambos sentidos. Los católicos llamaron anticristos a algunos reformadores; los protestantes otorgaron ese título a ciertos papas.
A medida que el mundo seguía y se retrasaba el segundo advenimiento a pesar de todos los anticristos, la utilización del término empezó a ser menos frecuente. Incluso a hombres que parecerían ejemplos perfectos de Anticristo a ojos de sus enemigos, como por ejemplo, Lenin o Hitler, rara vez (si alguna) se les concedió tal título.
Éfeso • Himeneo
A continuación de 2 Tesalonicenses hay tres epístolas atribuidas a Pablo que tratan fundamentalmente de consejos prácticos sobre la administración de los asuntos eclesiásticos y que, por consiguiente, suelen denominarse «epístolas pastorales».
La palabra «pastor» perdió su sentido original para emplearse con más frecuencia con el significado de sacerdote, a quien se considera pastor de almas. La concepción metafórica de los seres humanos como ovejas cuidadas por los dirigentes religiosos vistos como pastores es corriente en la Biblia. El ejemplo que suele citarse con mayor frecuencia es:
Salmo 23.1. ...
Es Yahvé mi pastor; nada me falta.
La primera de las epístolas pastorales está dirigida a Timoteo. Como hay dos, se la denomina Primera Epístola a Timoteo, ó 1 Timoteo:
1 Timoteo 1.1.
Pablo, apóstol de Cristo Jesús...
1 Timoteo 1.2.
a Timoteo, verdadero hijo en la fe...
Esta epístola describe un estado de cosas bastante sorprendente. Pablo habla libremente de sí mismo y de sus viajes:
1 Timoteo 1.3.
Te rogué, al partir para Macedonia, que te quedaras en Éfeso...
y:
1 Timoteo 3.14.
Esto le escribo con la esperanza de ir a verte pronto.
Parece imposible amoldar la situación de 1 Timoteo a cualquier período descrito en los Hechos de los Apóstoles, y la única opción (si Pablo es efectivamente el autor de la epístola) es suponer que las fechas referidas son posteriores a los acontecimientos de los Hechos.
Los Hechos terminan en el 64 (v. cap. 9), año en que tuvo lugar la persecución de cristianos en Roma por Nerón. Ciertamente, sería lógico suponer que Pablo moriría como un mártir en algún momento de ella. Pero a la luz de 1 Timoteo suele pensarse que Pablo fue liberado poco antes del incendio de Roma que sirvió de pretexto a la persecución.
Si Pablo salió en seguida de Roma en dirección a Oriente habría estado ausente de la ciudad cuando Nerón prendió a los cristianos arrojándolos a los leones y convirtiéndolos en vivientes antorchas humanas.
Según esta teoría, Timoteo, que acompañó a Pablo durante todo el cautiverio romano, habría ido a Éfeso con el apóstol quedándose a cargo de la iglesia efesia. Según tradiciones posteriores, Timoteo siguió siendo obispo de Éfeso durante el resto de su vida, muriendo en el martirio hacia el final del reinado del emperador Domiciano durante otra persecución más general de cristianos.
Pero algunos aducen que las epístolas pastorales no son obra de Pablo, sino de un autor posterior que trató de dar más autoridad a sus escritos sobre organización eclesiástica publicándolos con el nombre del apóstol. Esto haría innecesaria la problemática teoría de la liberación de Pablo del cautiverio romano en el 64.
También explicaría el hecho de que el estilo, vocabulario y actitud de las epístolas pastorales no parecen característicos de Pablo.
La epístola recomienda a Timoteo que muestre firmeza hacia los herejes que enseñan falsas doctrinas. Dice el autor que algunos se han apartado de la fe:
1 Timoteo 1.20.
entre ellos Himeneo y Alejandro, a quienes entregó a Satanás...
Es decir, fueron excomulgados. Es probable que Himeneo y Alejandro fuesen gnósticos, pues en el siglo I esa herejía en concreto estaba extendida por Asia Menor.
La excomunión no sirvió para que Himeneo volviese a la ortodoxia, pues en la Segunda Epístola a Timoteo se le menciona de nuevo cuando se enumera a los falsos predicadores:
2 Timoteo 2.17.
y su palabra cunde como gangrena. De ellos son Himeneo...
Alejandro, mencionado junto con Himeneo en 1 Timoteo vuelve a aparecer en 2 Timoteo:
2 Timoteo 4.14.
Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho mal. El Señor le dará la paga según sus obras.
La mayor parte de 1 Timoteo continúa con normas para la elección de obispos y diáconos y con varias regulaciones de la vida eclesiástica.
Tróade
La Segunda Epístola a Timoteo, que empieza con versículos casi idénticos a los de la Primera, ofrece más instrucciones para la organización eclesiástica. Alude a grandes viajes tras la liberación de Pablo de su cautiverio romano. Por ejemplo, menciona Tróade:
2 Timoteo 4.13.
El capote que dejé en Tróade, en casa de Carpio, tráelo...
También se refiere a Mileto:
2 Timoteo 4.20. ...
A Trófimo le dejé enfermo en Mileto.
Durante este período de libertad se cree que Pablo escribió 1 Timoteo. Sin embargo, su último viaje misionero pronto llegaría a su término, pues en 2 Timoteo habla como alguien condenado a muerte y dispuesto a morir:
2 Timoteo 4.6. ...
a punto estoy de derramarme en libación, siendo ya. inminente el tiempo de mi partida.
2 Timoteo 4.7.
He combatido el buen combate, he terminado mi carrera, he guardado la fe.
Suele creerse que Pablo fue encarcelado de nuevo y, esta vez condenado y ejecutado. La fecha de su muerte suele fijarse entre el 67 y el 68, hacia el final del reinado de Nerón. De lo que se desprende que, si es auténtica, 2 Timoteo es la última epístola de Pablo.
Creta • Nicópolis • Dalmacia
La tercera epístola pastoral está dirigida a Tito (v. cap. 12), que se encuentra en Creta:
Tito 1.1.
Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo...
Tito 1.4.
a Tito, hijo mío verdadero, según la fe común...
Tito 1.5.
Te dejé en Creta para que acabases de ordenar lo que faltaba...
Durante su viaje a Roma (v. cap. 9), Pablo navegó hasta un puerto cretense y es posible que dejara allí a Tito. O bien, Pablo y Tito visitaron Creta durante el supuesto intervalo entre dos cautiverios en Roma, y Tito se quedó allí en aquella ocasión.
Pablo advierte a Tito de los peligros de herejía y le recuerda la mala fama de los habitantes de Creta. Dice Pablo:
Tito 1.12.
Dijo uno de ellos, su propio profeta: «Los cretenses, siempre embusteros, malas bestias, panzas holgazanas».
Suele pensarse que el «profeta» cuyas palabras se citan es Epiménides de Cnosos, respecto al cual no hay información fidedigna, sólo leyenda. Se supone que vivió en el siglo séptimo aC. Según relatos de tiempos romanos, se durmió de niño en una cueva y permaneció dormido durante cincuenta y siete años (el Rip Van Winkle original); al despertar se convirtió en un mago, viviendo hasta la edad de 150 años o, según algunos inquietos por mejorar aún más una buena historia, de 300.
Parece que la epístola a Tito se escribió mientras Pablo aún estaba en libertad, pues el apóstol dice:
Tito 3.12. ...
date prisa a venir a verme a Nicópolis, porque tengo el propósito de pasar allí el invierno.
Por consiguiente, la redacción de la epístola es anterior a 2 Timoteo.
«Nicópolis» significa «Ciudad de la Victoria», nombre de buen augurio utilizado con frecuencia. La Nicópolis más importante en la época imperial de Roma estaba en la costa occidental de Grecia, cerca del promontorio de Accio, donde Augusto (entonces Octavio, v. cap. 7) derrotó a Marco Antonio. Fue la batalla final de las largas guerras civiles romanas e hizo posible la instauración del imperio romano y de la paz general que se estableció durante siglos por todo el mundo mediterráneo.