Pero en el Nuevo Testamento no se encuentra ninguna de las significaciones que en la actualidad tienen obispos, sacerdotes y diáconos.
Por lo visto, las relaciones de Pablo con la iglesia de Filipos eran buenas, y la carta está llena de afecto, de gratitud y de cálidas exhortaciones. El motivo de la carta es la llegada de un mensaje de Filipos con una colecta de dinero para Pablo:
Filipenses 4.18. ...
vivo en abundancia y estoy al colmo después que recibí de Epafrodito lo que de vosotros me trajo...
Por otro lado, no fue ésta la única vez que los filipenses contribuyeron a las necesidades de Pablo:
Filipenses 4.15. ...
cuando partí de Macedonia, con ninguna iglesia tuve cuenta de dado y recibido; sólo con vosotros.
Filipenses 4.16.
Porque, estando en Tesalónica, una y otra vez me enviasteis con qué atender a mi necesidad.
En Roma, Epafrodito cayó enfermo, pero se recuperó y ahora volvía a Filipos con la carta de Pablo:
Filipenses 2.27. ...
estuvo a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él...
Filipenses 2.28.
Así, pues, le envío más prestamente
[4]
para que, viéndole de nuevo, os alegréis...
Al final de la epístola, Pablo saca a relucir una pequeña disputa entre dos mujeres de la iglesia filipense:
Filipenses 4.2.
Ruego a Evodia y a Síntique tener los mismos sentimientos en el Señor.
Filipenses 4.3.
Y a ti también, sincero colega, te ruego que ayudes a ésas, que han luchado mucho por el Evangelio conmigo...
Nada más se sabe de Evodia y Síntique, ni de qué trataba su querella... Sin embargo, la expresión «sincero colega» es interesante. ¿A quién podía referirse?
Algunos sugieren que alude a la mujer de Pablo y una serie de comentaristas primitivos de la Biblia suponen que Pablo se había casado con Lidia, la vendedora de tinte púrpura que había conocido en Filipos y en cuya casa residió (v. cap. 9). Esto no parece muy probable, porque Pablo se refiere a sí mismo como soltero. En 1 Corintios, cuando de mala gana permite el matrimonio antes que las uniones sexuales irregulares, desea que no fuese necesario:
1 Corintios 7.7.
Quisiera yo que todos los hombres fueran como yo...
Lo que ciertamente indica que Pablo jamás tuvo relaciones con una mujer. Tal vez podría argumentarse que se había casado por la compañía, aunque la sexualidad estuviese fuera de lugar. En efecto Pablo afirma el derecho de hacerlo así, si quería:
1 Corintios 9.5.
¿No tenemos derecho a llevar en nuestras peregrinaciones una hermana,
[5]
igual que los demás apóstoles...
Pero ¿llegó a hacerlo? Suele creerse que no.
Pero si el «sincero colega» no es la mujer de Pablo (en cualquier caso, en griego, la expresión viene en género masculino), podría referirse a un colaborador íntimo en Filipos. Se han sugerido una serie de nombres, Lucas, por ejemplo, pero no hay argumentos convincentes en favor de ninguno de ellos.
Una posibilidad interesante es que se aluda aquí a un nombre propio. La palabra «colega» es traducción del griego «Syzygos». ¿Habría alguien con ese nombre? ¿Podría referirse Pablo con «sincero Syzygos» a que tal persona está así bien llamada porque es un «syzygos» («colega», «compañero») tanto en carácter y obras como en nombre? El problema de tal teoría es que se ignora que Syzygos se haya utilizado por los griegos como nombre propio.
Probablemente, el misterio no se resolverá nunca.
Colosas • Epafras • Tronos, dominaciones, principados, potestades • Laodicea • Tíquico • Aristarco • Demas
La epístola siguiente (al parecer también escrita en Roma en el 62) está dirigida a una ciudad que Pablo nunca ha visitado y que no se menciona en los Hechos de los Apóstoles:
Colosenses 1.1.
Pablo... y Timoteo,
Colosenses 1.2.
a los santos... en Colosas...
Colosas, o más propiamente, Colosae, es una ciudad de la provincia de Asia, a unos 200 kilómetros al oriente de Éfeso. En la época del imperio persa había sido una gran ciudad en medio de una importante ruta comercial. Empezó a declinar en los días de Alejandro Magno.
Si Pablo no visitó Colosas en persona para fundar su iglesia, lo hizo un colaborador íntimo. Habla de que los colosenses conocen el Evangelio:
Colosenses 1.7.
según que la aprendísteis
(la verdad)
de Epafras, nuestro amado consiervo, que es por nosotros
[1]
fiel ministro de Cristo,
Pablo vuelve a mencionar a Epafras al término de la epístola como uno de los que envían saludos, de manera que Epafras debía estar con él en Roma. Lo que se hace aún más explícito al final de la breve epístola a Filemón, redactada hacia las mismas fechas que Colosenses. Allí dice:
Filemón 1.23.
Te saluda Epafras, compañero de mi cautiverio en Cristo Jesús;
Lo de «compañero de cautiverio» podría ser simplemente una expresión metafórica por la que dos individuos son enteramente obedientes (y por tanto esclavos) de la doctrina cristiana. O tal vez signifique que Epafras no sólo estaba con Pablo, sino que además se hallaba encadenado.
El motivo de la epístola fue la noticia que llegó a Pablo de que los colosenses estaban cayendo bajo la influencia del gnosticismo (v. cap. 8). Algunos de los colosenses se inclinaban a aceptar doctrinas místicas referentes a vastas jerarquías celestiales de ángeles que servían de intermediarios entre Dios y el hombre. Según esa doctrina, Jesús sería simplemente otro mediador que tal vez no tuviese particular importancia.
Eso es lo que Pablo denuncia. Enumera los atributos de Jesús, insistiendo con elocuencia en que Jesús es todo y que nada puede trascenderle:
Colosenses 1.15. ...
es
(Jesús)
la imagen de Dios invisible...
Colosenses 1.16.
porque en Él fueron creadas todas las cosas del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, los tronos, las dominaciones, los principados, las potestades; todo fue creado por Él y para Él
[2]
Los tronos, dominaciones, principados y potestades son referencias a varias escalas de intermediarios angélicos, cada uno de los cuales manifiesta un atributo místico de Dios. Pablo advierte contra tales especulaciones místicas:
Colosenses 2.18.
Que nadie... con el culto de los ángeles os prive del premio, haciendo alarde de lo que ha visto, hinchándose vanamente bajo el efecto de su inteligencia carnal.
Sin embargo, en los siglos posteriores a Pablo, el pensamiento místico invadió el cristianismo y se aceptaron profusas jerarquías de ángeles aun reconociendo que Jesús las trascendía todas. Las dos más altas, serafines y querubines, venían del Antiguo Testamento, igual que las dos inferiores, arcángeles y ángeles. Pero los categorías intermedias —tronos, dominaciones, virtudes, potestades y principados— vienen de las teorías gnósticas que Pablo denuncia.
Pablo aprovecha la oportunidad para dirigirse también a la iglesia vecina de Laodicea:
Colosenses 4.16.
Y cuando hayáis leído esta epístola, haced también que sea leída en la iglesia de Laodicea...
Laodicea estaba situada a unos 16 kilómetros al oeste de Colosas. La ciudad fue reconstruida y mejorada hacia el 250 aC por Antíoco II del imperio seléucida, que la llamó así en honor de su mujer Laodique. Seguía siendo seléucida hacia el 190 aC, cuando tras la derrota de Antíoco III a manos de Roma, la región se cedió como recompensa a Pérgamo, aliado de Roma. En el 133 aC, se convirtió en romana, junto con el resto de Pérgamo (conocido a partir de entonces como provincia de Asia o, simplemente, Asia).
Tras su renovación, Laodicea se hizo más próspera mientras declinaba la ciudad vecina de Colosas. Al final de la epístola, también se menciona Hierápolis, a unos 16 kilómetros al norte de Laodicea. Al hablar de Epafras, Pablo dice:
Colosenses 4.13. ...
se toma mucho trabajo por vosotros y por los de Laodicea y Hierápolis.
La epístola debe llevarla a Colosas Tíquico el asiático (véase cap. 14).
Colosenses 4.7. De
mis cosas os informará Tíquico...
Una declaración similar aparece al final de Efesios:
Efesios 6.21.
Y para que sepáis lo que a mí se refiere y qué hago, os lo dará a saber Tíquico...
Es difícil suponer que Tíquico hiciese dos viajes a Asia Menor desde Roma, si tanto Efesios como Colosenses se escribieron durante el cautiverio romano. Quizá sólo hubiese una carta, la de Colosenses, y Efesios tal vez se escribiese más tarde por alguien distinto de Pablo a imitación de Colosenses. Ciertamente, hay semejanzas entre ambas, pues en Efesios también se subraya la trascendencia de Jesús:
Efesios 1.20. ...
resucitándole
(Dios a Jesús)
de entre los muertos y sentándole a su diestra...
Efesios 1.21.
por encima de todo principado, potestad, poder y dominación y de todo cuanto tiene nombre, no sólo en este siglo
[3]
sino también en el venidero.
Sin embargo, si mantenemos que hay dos epístolas, ambas escritas por Pablo, habríamos de suponer que redactó una carta circular para que la llevaran de iglesia en iglesia por Asia Menor (la que ahora conocemos como Efesios, pues es la copia de Éfeso la que ha sobrevivido), y otra con un enfoque más acusado que dirigió a los colosenses porque parecían más inclinados que otros a las doctrinas gnósticas.
De camino a Colosas, Tíquico pudo entregar copias de Efesios en varias iglesias, incluyendo la de Laodicea.
Así, cuando Pablo pide a los colosenses que también lean la epístola a los de Laodicea, añade:
Colosenses 4.16. ...
y la... de Laodicea, leedla también vosotros.
Esto puede referirse a la copia de Efesios enviada a Colosas desde Laodicea.
Pablo envía saludos de los que están con él:
Colosenses 4.10.
Os saluda Aristarco, mi compañero de cautiverio, y Marcos, primo hermano de Bernabé...
Es posible que Marcos sea Juan Marcos, y si ahora está con Pablo, la antigua disputa (v. cap. 9) parece haberse zanjado.
Aristarco, macedonio de origen judío, estuvo con Pablo en Éfeso durante el motín de los plateros, corriendo efectivamente un peligro considerable.
Hechos 19.29.
Toda la ciudad se llenó de confusión, y a una se precipitaron en el teatro, arrastrando consigo a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo.
Pero no los mataron, y Aristarco acompañó a Pablo a Macedonia y Grecia, luego de vuelta a Asia y, finalmente, a Jerusalén:
Hechos 20.4.
Le acompañaban
(a Pablo)...
los tesalonicenses Aristarco y Segundo...
Más adelante. Aristarco acompañó a Pablo en su agitada travesía marítima hacia Roma:
Hechos 27.2. ...
levamos anclas, llevando en nuestra compañía a Aristarco, macedonio de Tesalónica.
Con Pablo también van Lucas y Demas:
Colosenses 4.14.
Os saluda Lucas, el médico amado, y Demas.
También se menciona a Demas en la epístola a Filemón, en la que se mandan saludos del mismo grupo:
Filemón 1.23.
Te saluda Epafras...
Filemón 1.24.
Marcos, Aristarco, Demas, Lucas...
Vuelve a mencionarse a Demas en otra epístola aún más tardía. Por lo visto. Demas no pudo soportar finalmente las penalidades de ser cristiano y, frente a la práctica certeza de un martirio cruel, olvida a Pablo y, probablemente, también el cristianismo. Pablo dice con tristeza:
2 Timoteo 4.10.
porque Demas me ha abandonado por amor de este siglo
[4]
y se marchó a Tesalónica...
Tesalónica. • La trompeta de Dios
Pablo y Silas visitaron Tesalónica durante el segundo viaje misionero de Pablo, pero no fueron bien recibidos. Los expulsaron miembros de la colonia judía, indignados ante lo que les parecía herejía (v. cap. 9). Los dos misioneros y su séquito se dirigieron a Berea de Macedonia y luego hacia el sur, a Atenas y Corinto.
No obstante, se fundó una iglesia cristiana en Tesalónica compuesta principalmente por hombres de origen gentil, y a ésa es a la que se dirige Pablo:
1 Tesalonicenses 1.1.
Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de Tesalónica...
La iglesia de Tesalónica es vigorosa y devota. Pablo los alaba y explica que le gustaría visitarlos, pero no puede hacerlo de momento. Por tanto, decide enviarles a su experimentado compañero Timoteo:
1 Tesalonicenses 3.1.
Por eso, no pudiendo sufrir más, preferimos quedarnos solos en Atenas,
1 Tesalonicenses 3.2.
y enviamos a Timoteo... para... exhortaros en vuestra fe,
Timoteo volvió con buenas noticias respecto a los tesalonicenses, y Pablo escribe ahora para exponer algunos puntos doctrinales.
Esta carta debió escribirse durante la primera estancia de Pablo en Corinto, después de salir de Atenas, pues en los Hechos averiguamos que él ya estaba allí a la vuelta de Timoteo:
Hechos 18.1.
Después de esto. Pablo se retiró de Atenas y vino a Corinto.
Hechos 18.5.
Mas luego que llegaron de Macedonia Silas y Timoteo..., testificando
(Pablo)
a los judíos que Jesús era el Mesías.
Todos están juntos en Corinto, y 1 Tesalonicenses se envía a Tesalónica en nombre de los tres. De donde se desprende que 1 Tesalonicenses se escribió hacia el 50, y es muy probable que sea el más antiguo de los escritos de Pablo que ha sobrevivido. Hay una posibilidad de que Gálatas se redactase en fecha tan temprana como el 47 (v. cap. 13), pero no es muy probable; la mayoría de los comentaristas aceptan 1 Tesalonicenses como el más antiguo.
Al parecer, la iglesia de Tesalónica, gentil en su mayor parte, no está habituada a los principios teológicos desarrollados en el judaísmo por los fariseos y siente inquietud por el tema de la resurrección y del juicio final. Pablo los tranquiliza y describe el segundo advenimiento en términos dramáticos: