Estado de miedo (74 page)

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Authors: Michael Crichton

Tags: #Tecno-Thriller

BOOK: Estado de miedo
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—,
Searching for Safety
. New Brunswick, New Jersey: Transaction, 1988. Si queremos una sociedad segura y una vida segura, ¿cómo debemos conseguirlas? Una exploración con buen humor de las estrategias para alcanzar la seguridad en la sociedad industrial. Extrayendo datos de muy diversas disciplinas, Wildavsky sostiene que la resistencia es mejor estrategia que la anticipación, y que las estrategias anticipatorias (tales como el principio de precaución) favorecen a la élite social en detrimento de los más pobres.

Winsor, P. «Arctic Sea Ice Thickness Remained Constant During the 1990s»,
Geophysical Research Letters
.

MICHAEL CRICHTON (Chicago, Illinois, 23 de octubre de 1942 - Los Ángeles, California, 4 de noviembre de 2008) fue un médico, escritor y cineasta estadounidense, considerado el iniciador del estilo narrativo llamado
tecno-thriller
.

Se han vendido más de 150 millones de copias literarias de sus obras, la mayoría best-sellers, que han sido traducidas a más de treinta idiomas y de las cuales doce se han llevado al cine, a destacar
Devoradores de cadáveres
(1973),
Parque Jurásico
(1990) o
Twister
(1996).

Quizá principalmente conocido por ser el padre de
Parque Jurásico
, lo es también de la prestigiosa serie de televisión,
ER
(
Urgencias
). Es la única persona que ha tenido: el libro número uno (
Acoso
), la película número uno (
Parque Jurásico
) y la serie de televisión número uno (
Urgencias
-
ER
), en el mismo instante.

Notas

[1]
P. Chylek
et al.
24, «El calentamiento global y la placa de hielo en Groenlandia».
Climatic Change
63, 201-221. «Desde 1940 […] los datos han experimentado de manera predominante una tendencia al enfriamiento […] la placa de hielo de Groenlandia y las regiones costeras no siguen la actual tendencia al calentamiento del resto del planeta».
<<

[2]
Todos los gráficos se han generado utilizando datos tabulares de las siguientes bases de datos: GISS (Columbia); CRU (East Anglia); GHCN y USHCN (Oak Ridge). Vea Apéndice II para un análisis completo.
<<

[3]
D.M. Etheridge
et al.
, 1996, «Cambios naturales y antropogénicos en el CO
2
del aire contenido en el hielo y la neviza de la Antártida a lo largo de los últimos mil años»,
Journal of Geophysical Research
101 (1996): 4.115-4.128.
<<

[4]
James E. Hansen, Makiko Sato, Andrew Lacis, Reto Ruedy, Ina Tegen, y Elaine Matthews, «Factores que inciden en el clima en la era industrial»,
Proceedings of the National Academy of Sciences
95 (octubre de 1998): 12.753-12.758.
<<

[5]
PICC.
Climate Change 2001: The Scientific Basis
. Cambridge, UK: Cambridge University Press, 2001, p. 774: «En la investigación y la creación de modelos climáticos, debemos reconocer que nos enfrentamos con un sistema caótico no lineal, y por tanto las predicciones a largo plazo de los estados climáticos futuros no son posibles». Véase también: PICC.
Climate Change 1995: The Science of Climate Change
, p. 330. «La variabilidad climática natural en escalas a largo plazo seguirá siendo problemática para el análisis y la detección del cambio climático relacionado con el CO
2
».
<<

[6]
C. Landsea,
et al.
, 2000, «¿Cuánta aptitud intervino en la previsión del poderoso El Niño de 1997-1998?»,
Bulletin of the American Meteorological Society
81: 2.107-2.119: «… cabría confiar incluso menos en los estudios sobre el calentamiento del planeta antrópogénico por la falta de aptitud para predecir El Niño… el nivel de acierto en los pronósticos de El Niño se ha exagerado (a veces drásticamente) y aplicado erróneamente en otras áreas».
<<

[7]
R. Bohm, «Sesgo urbano en las series temporales de temperatura: un estudio de la ciudad de Viena, Austria»,
Climatic Change
38 (1988): 113-128. Ian G. McKendry, «Climatología aplicada»,
Progress in Physical Geography
27, 4 (2003): 597-606. «Ajustes basados en la población para la UHI en Estados Unidos pueden estar infravalorando el efecto urbano».
<<

[8]
L. Chen,
et al
., 2003, «Características del efecto isla de calor en Shanghai y su posible mecanismo»,
Advances in Atmospheric Sciencies
20: 991-1.001.
<<

[9]
D.R. Streutker, «Crecimiento de la isla de calor urbano de Houston, Texas, medido vía satélite»,
Remote Snesing of Environment
85 (2003): 282-289. «Entre 1987 y 1999 la temperatura de superficie media nocturna de la isla de calor de Houston aumentó 0,82 ± 0,10 ºC».
<<

[10]
Y. Choi, H.S. Jung, K.Y. Nam y W.T. Kwon, «El ajuste del sesgo urbano en la temperatura de superficie media regional de Corea del Sur, 1968-1999»,
International Journal of Climatology
23 (2003): 577-591.
<<

[11]
http://news.bbe.co.uk/1/hi/in-depth/sci-tech/2002/leicester-2002/2253636.stm. La BBC no ofrece referencia científica de la afirmación de los ocho grados.
<<

[12]
La población de Los Ángeles es de 14.531.000; la de Berkeley es de 6.250.000; la de Nueva York es de 19.345.000.
<<

[13]
El Polo Sur, Mauna Loa: C.D. Keeling, T.P. Whorf, y el Carbon Dioxide Research Group, Scripps Institute of Oceanography (SIO), Universidad de California, La Jolla, CA 92093, EE.UU.; Seychelles: Thomas J. Conway, Pieter Tans, Lee S. Waterman, National Oceanic and Atmospheric Administration, Climate Monitoring and Diagnose Laboratory, 325 Broadway, Boulder CO 80303. Véase http://cdiac.esd.ornl.gov/trends/co2/contents.htm.
<<

[14]
Para un resumen, véase Ian G. McKendry, 2003, «Climatología aplicada»,
Progress in Physical Geography
27,4: 597-606. «Recientes estudios indican que los intentos por eliminar el “sesgo urbano” de los registros climáticos a largo plazo (y por tanto identificar la magnitud del efecto invernadero realzado) pueden ser sumamente simplistas».
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[15]
Alston Chase,
In a Dark Wood
, p. 157 y ss. Véase también p. 404 y ss.
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[16]
Fred Pearce, «Los africanos vuelven a la tierra a medida que las plantas recuperan el desierto»,
New Scientist
175. 21 de septiembre de 2002, pp. 4-5. «Los desiertos de África están en retroceso… el análisis de las imágenes de satélite… revela que las dunas retroceden en la región de Sahel… la vegetación desbanca a la arena en una franja de terreno… de 6.000 kilómetros… los analistas dicen que el gradual reverdecimiento viene ocurriendo desde mediados de la década de 1980, aunque ha pasado en gran medida inadvertido».
<<

[17]
Paul Reiter,
et al
., «Calentamiento del planeta y malaria: una llamada a la precisión»,
Lancet
, 4, n.º 1 (junio de 2004). «Muchas de estas predicciones tan difundidas están mal informadas e inducen a error».
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[18]
Discusión en Lomborg, p. 252.
<<

[19]
Morjorie L. Reaka-Kudia,
et al
.,
Biodiversity II, Understanding and Protecting our Biological Resources
, Washington: National Academies Press, 1997. «Los biólogos hemos tenido que admitir lo poco que sabemos sobre los organismos con los que compartimos e! planeta Tierra. En concreto, todos los intentos de establecer el número total de especies han sido sorprendentemente inútiles». Myers: «Es imposible saber el índice real de extinción en las selvas tropicales, ni siquiera por aproximación». En Lomhorg, p. 254.
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[20]
Roger J. Braithwaite, «El balance de la masa de los glaciares, los primeros cincuenta años de supervisión internacional»,
Progress in Physical Geography
26, n.º 1 (2002): 76-95. «No se observa una tendencia global evidente a un mayor deshielo de los glaciares en años recientes».
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[21]
California tiene 497 glaciares; Raub,
et al
., 1980; Guyton: 108 glaciares y 401 glaciares menores,
Glaciers of California
, p. 115.
<<

[22]
H. Kieffer,
et al
., 2000, «Nuevos ojos en el cielo miden los glaciares y las placas de hielo»,
EOS, Transactions, American Geophysical Union
81: 265, 270-271. Véase también R. J. Braithwaite y Y. Zhang, «Las relaciones entre la variabilidad anual del balance de masa de los glaciares y el clima»,
Journal of Glaciology
45 (2000): 456-462.
<<

[23]
Betsy Mason, «El hielo africano en secreto»,
Nature
, 24, noviembre de 2003. «Aunque resulte tentador achacar la pérdida del hielo al calentamiento del planeta, los investigadores piensan que la deforestación de las estribaciones de la montaña son la causa más probable».
http://www.nature.com/nsu/031117/031117-8.htm1.
Kaser,
et al
., «El retroceso del glaciar del Kilimanjaro como prueba del cambio climático: observaciones y datos»,
International Journal of Climatology
24: (2004): 329-339. «En años recientes, el Kilimanjaro y sus glaciares en desaparición se han convertido en “icono” del calentamiento del planeta… [pero] procesos distintos a la temperatura del aire inciden en la recesión del hielo… una drástica caída de la humedad atmosférica a finales del siglo XIX y el posterior clima más seco están provocando muy probablemente el retroceso del glaciar».
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[24]
Véase, por ejemplo, http://www.csr.utexas.edu/gmsl/main.html. «En el último siglo, el cambio global del nivel del mar se ha calculado a partir de mediciones de las mareas con promedios a largo plazo. Las estimaciones más recientes del aumento medio global del nivel del mar a partir de las mediciones de las mareas oscilan entre 1,7 y 2,4 mm/año».
<<

[25]
Op. cit.
El aumento medio global del nivel del mar según las mediciones por satélite ha sido durante la última década 3,1 mm/año. Sin embargo, los satélites muestran una considerable variación. Así, el norte del Pacífico ha crecido, pero el sur del Pacífico ha disminuido varios milímetros en años recientes.
<<

[26]
Lomborg, pp. 289-290 sobre la deficiencia de los modelos del nivel del mar del IPCC.
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[27]
Véase Henderson-Sellers,
et al
., 1997, «Ciclones tropicales y cambio climático global: una evaluación posterior al IPCC»,
Bulletin of the American Meteorological Society
79: 9-38. C. Nicholls Landsea,
et al
., «Tendencia descendente en la frecuencia de huracanes intensos en el Atlántico durante las últimas cinco décadas»,
Geophysical Research Letters
23: 527-530,1996. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas, «el examen de los datos meteorológicos no respalda la percepción [de una mayor frecuencia y severidad de los fenómenos climáticos extremos] en el contexto de un cambio climático a largo plazo», IPCC, 1995, p. 11. «En conjunto no hay prueba de que los fenómenos meteorológicos extremos o la variabilidad del clima hayan aumentado, en sentido global, a lo largo del siglo xx…», IPCC,
Climate Change
, 1995. En el informe del IPCC del año 2001, «No hay tendencias evidentes a largo plazo» de tormentas tropicales y extratropicales, ni cambios sistemáticos en la «frecuencia de tornados, truenos o granizo».
Executive summary
, p. 2. Para un estudio completo, véase Lomborg, p. 292ff.
<<

[28]
Richard Feynman: «La ciencia es lo que hemos aprendido sobre la manera de no engañarnos».
<<

[29]
Lomborg, p. 292.
<<

[30]
Stanley A. Changnon, 1999: «Impactos de la climatología generada por El Niño 1997-1998 en Estados Unidos»,
Bulletin of the American Meteorological Society
80, n.º 9: pp. 1.819-1.828. «El beneficio económico neto fue sorprendentemente positivo… las pérdidas directas a escala nacional fueron de alrededor de 4.000 millones y los beneficios de 19.000 millones».
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[31]
Véase S. K. Sutherland,
et. al.
, «Toxinas y forma de envenenamiento del pulpo común de anillos azules»,
Med. J. Aust.
1 (1969): 883-898. También H. Flecker,
et. al.
, «Mordedura fatal del pulpo»,
Med. J. Aust.
2 (1955): 329-331.
<<

[32]
Estimación de la Oficina de la Ciencia de la Casa Blanca para todos los costes relacionados con el miedo, incluida la devaluación de la propiedad y la reubicación de las líneas de alto voltaje. Citado en Park,
Voodoo Science
, p. 151 (Park participó en la controversia).
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