El enredo de la bolsa y la vida (27 page)

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Authors: Eduardo Mendoza

Tags: #Humor, #Intriga

BOOK: El enredo de la bolsa y la vida
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Como cabía esperar, no volví a ver a Rómulo el Guapo ni a su mujer. Ellos no hicieron nada para ponerse en comunicación conmigo y yo no estimé procedente presentarme en su casa por las buenas. Pero sí tuve cumplida noticia de su vida y circunstancias, porque un buen día, ya entrado el otoño, recibí en el restaurante la inesperada visita del swami Pashmarote Pancha. Tras las ineludibles cortesías que acompañan todo encuentro entre caballeros, le pregunté si venía a pedir dinero o algo parecido y respondió, con su habitual placidez rayana en la idiocia, que no, que sólo había venido a verme para interesarse por mi salud y mi situación y también, añadió con un deje de timidez, porque no obstante los sobresaltos experimentados por mi culpa, amén de algunos gastos, recordaba la aventura que habíamos vivido juntos con cariño, que no con nostalgia y menos aún con deseo de verse de nuevo en un trance similar. Le agradecí mucho su presencia, su buen propósito y sus amables palabras y lamenté no poder obsequiarle como me habría gustado, porque en el restaurante estaba sometido a vigilancia constante desde que me pillaron abriendo una caja del camión y comiéndome unos rollitos de primavera a bocados. Estuvimos hablando un rato y finalmente me contó, entre rubores y tartamudeos, que había reanudado la casta y sin embargo tan gratificante relación con Lavinia a espaldas de su marido. Este contacto, por lo demás incorpóreo, le había permitido enterarse de que el nombre de Rómulo el Guapo no había aparecido en los atestados policiales concernientes al atentado, bien porque la subinspectora Arrozales carecía de pruebas incriminatorias de su complicidad, bien porque sus superiores habían preferido no hacer pública la participación de un ciudadano español en hechos tan reprobables. De rebote, al estar Rómulo el Guapo bajo la jurisdicción de los cuerpos especiales de seguridad del Estado se había producido un conflicto de competencia con la justicia ordinaria, de resultas del cual la condena por asalto al banco impuesta por la Audiencia había sido revocada por el Tribunal Supremo u otro organismo igual de serio. Y para evitar que Rómulo el Guapo volviera a delinquir, le había sido concedida una pensión vitalicia exenta de impuestos. Era una buena noticia y tanto el swami como yo manifestamos ruidosamente nuestra alegría.

Todavía prolongó aquél su visita y estuvo cotilleando un buen rato. Al despedirse, en tono confidencial, me preguntó si yo tenía intención de acabar mis días de pinche en
El Mejillón Dorado
, a lo que respondí que tal como estaban las cosas no era cuestión de desaprovechar un trabajo fijo y pagado con tanta regularidad como cicatería. Con esto nos despedimos no sin antes quedar en volver a vernos pronto para ir al cine y luego a tomar algo. No ha vuelto. Quizá le defraudó mi respuesta a su última pregunta. Quizá de un modo inconsciente había venido a verme buscando que yo volviera a meterle en otro lío o que le propusiera un dislate, como emigrar juntos a Alaska, a buscar oro o a cazar osos, y así poder dejar de decir chorradas todos los días. Pero yo había decidido no hacer ningún tipo de mudanza, ni entonces ni nunca, por ningún concepto. Porque confiaba en que algún día, no hoy ni mañana, ni en un año, ni siquiera en dos, pero algún día, Quesito recapacitaría sobre lo ocurrido, vería las cosas con otros ojos y depondría su enfado, y si entonces quería venir a decírmelo o a decirme cualquier otra cosa, era importante que supiera dónde me podía encontrar.

— FIN —

El autor

Eduardo Mendoza
Nació en Barcelona en 1943. Ha publicado las novelas
La verdad sobre el caso Savolta
(1975), que obtuvo el Premio de la Crítica;
El misterio de la cripta embrujada
(1979);
El laberinto de las aceitunas
(1982);
La ciudad de los prodigios
(1986), Premio Ciudad de Barcelona;
La isla inaudita
(1989);
Sin noticias de Gurb
(1991, 2011);
El año del diluvio
(1992);
Una comedia ligera
(1996), por la que obtuvo en París, en 1998, el Premio al Mejor Libro Extranjero;
La aventura del tocador de señoras
(2001), Premio al «Libro del Año» del Gremio de Libreros de Madrid;
El último trayecto de Horacio Dos
(2002);
Mauricio o las elecciones primarias
(2006), Premio de Novela Fundación José Manuel Lara;
El asombroso viaje de Pomponio Flato
(2008), Premio Terenci Moix y Pluma de Plata de la Feria del Libro de Bilbao; y el libro de relatos
Tres vidas de santos
(2009), siempre en Seix Barral, y
Riña de gatos. Madrid 1936,
novela galardonada con el Premio Planeta 2010.

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