Read Border of a Dream: Selected Poems of Antonio Machado (Spanish Edition) Online
Authors: Antonio Machado
They gave him to the earth one horrible afternoon
in the month of July, under the sun of fire.
A step from the open grave
were roses with rotting petals
among geraniums of pungent fragrance
and red flower. The sky
clear and blue. A strong
and dry wind was blowing.
Two gravediggers
lowered the coffin hanging heavily
from thick ropes
to the bottom of the pit...
And it came to rest with a harsh thud
solemnly in the silence.
The thud of a coffin hitting the earth
is something perfectly serious.
Over the black box were breaking
the heavy dusty clumps of earth.
The whitish breath
from the hole the wind carried away.
“And you who lost your shadow, sleep and rest.
Lasting peace to your bones...
Definitively,
sleep a true and tranquil dream.”
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales
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.
Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en al mano.
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
«mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón».
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.
A drab and chilling afternoon
in winter. The schoolboys
are studying. Monotony
of rain across the window glass.
The classroom. A placard
shows a fugitive Cain
and Abel dead
next to a scarlet stain.
In a sonorous hollow tone
the master thunders, an old man
shabby, lean and dried up,
holding a book in his hand.
And a whole children’s choir
begins to chant the lesson:
“Hundred squared, ten thousand,
thousand squared, a million.”
A drab and chilling afternoon
in winter. The schoolboys
are studying. Monotony
of rain along the window glass.
Fue una clara tarde, triste y soñolienta
tarde de verano. La hiedra asomaba
al muro del parque, negra y polvorienta...
La fuente sonaba.
Rechinó en la vieja cancela mi llave;
con agrio ruido abrióse la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
golpeó el silencio de la tarde muerta.
En el solitario parque, la sonora
copla borbollante del agua cantora
me guió a la fuente. La fuente vertía
sobre el blanco mármol su monotonía.
La fuente cantaba: ¿Te recuerda, hermano,
un sueño lejano mi canto presente?
Fue una tarde lenta del lento verano.
Respondí a la fuente:
No recuerdo, hermana,
mas sé que tu copla presente es lejana.
Fue esta misma tarde: mi cristal vertía:
como hoy sobre el mármol su monotonía.
¿Recuerdas, hermano?... Los mirtos talares,
que ves, sombreaban los claros cantares
que escuchas. Del rubio color de la llama,
el fruto maduro pendía en la rama,
lo mismo que ahora. ¿Recuerdas, hermano?...
Fue esta misma lenta tarde de verano.
Rechinó en la vieja cancela mi llave;
con agrio ruido abrióse la puerta
de hierro mohoso y, al cerrarse, grave
sonó en el silencio de la tarde muerta.
It was a bright afternoon, dreamy, sad,
a summer afternoon. The ivy shone
on the park wall, dusty and black...
The fountain stone
echoed. My key grated in the old lock,
and with a bitter grinding the old gate
of moldy iron opened. Its closing shock
struck the silence of the late dying day.
In the solitary park the gurgling sound
of singing bubbling water guided me
right to the fountain, and the fountain poured
on the white marble its monotony.
The fountain sang, “Brother, do you remember
a remote dream undermining my song?
It was a slow afternoon of slow summer.”
I answered the voice of the fountain,
“I don’t remember, sister,
but I know your bubbling verses are gone.”
“It was the same afternoon. My crystal
as today played on the marble with monotony.
Do you remember, brother? The trimmed myrtles
you see shadowed the dazzling songs
you hear. The orange-colored flame
of ripe fruit hanging from a branch
the same as today. Brother, do you remember?
It was a slow afternoon of slow summer.”...
My key grated in the old lock,
and with a bitter grinding the old gate
of moldy iron opened. Its closing shock
struck the silence of the late dying day.
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Before the concluding four lines (which repeat the second stanza), twenty-two lines are omitted from this early poem.
El limonero lánguido suspende
una pálida rama polvorienta
sobre el encanto de la fuente limpia,
y allá en el fondo sueñan
los frutos de oro...
Es una tarde clara,
casi de primavera,
tibia tarde de marzo
que el hálito de abril cercano lleva;
y estoy solo, en el patio silencioso,
buscando una ilusión cándida y vieja:
alguna sombra sobre el blanco muro,
algún recuerdo, en el pretil de piedra
de la fuente dormido, o, en el aire,
algún vagar de túnica ligera.
En el ambiente de la tarde flota
ese aroma de ausencia,
que dice al alma luminosa: nunca,
y al corazón: espera.
Ese aroma que evoca los fantasmas
de las fragancias vírgenes y muertas.
Sí, te recuerdo, tarde alegre y clara,
casi de primavera,
tarde sin flores, cuando me traías
el buen perfume de la hierbabuena,
y de la buena albahaca,
que tenía mi madre en sus macetas.
Que tú me viste hundir mis manos puras
en el agua serena,
para alcanzar los frutos encantados
que hoy en el fondo de la fuente sueñan...
Sí, te conozco, tarde alegre y clara,
casi de primavera.
The languid lemon tree hangs
a pale and dusty branch
over the clear fountain spell,
and there at the bottom dream
the gold fruit...
It is a bright afternoon
of almost spring,
a tepid March afternoon
holding April’s nearby breath.
I am alone in the silent patio,
looking for a candid and old illusion,
a shadow on the white wall,
a memory asleep
on the fountain rim, or in the wind
the swish of a thin dress.
Into this afternoon mood floats
a taste of absence,
telling the soul on fire
never
and the heart
wait.
This taste evokes ghosts
of dead virgin smells.
Yes, I remember you, bright happy afternoon
of almost spring,
bloomless afternoon when you brought me
the good smell of spearmint
and good sweet basil
my mother grew in her clay pots.
You saw me sink my ignorant hand
into dead water
to grab the spellbound lemons
lying in a daze in the fountain today ...
Yes, I know you, bright happy afternoon
of almost spring.
Se la asomado una cigüeña a lo alto del campanario.
Girando en torno a la torre y al caserón solitario,
ya las golondrinas chillan. Pasaron del blanco invierno,
de nevascas y ventiscas los crudos soplos de infierno.
Es una tibia mañana.
El sol calienta un poquito la pobre tierra soriana.
Pasados los verdes pinos,
casi azules, primavera
se ve brotar en los finos
chopos de la carretera
y del río. El Duero corre, terso y mudo, mansamente.
El campo parece, más que joven, adolescente.
Entre las hierbas alguna humilde flor ha nacido,
azul o blanca. ¡Belleza del campo apenas florido,
y mística primavera!
¡Chopos del camino blanco, álamos de a ribera,
espuma de La montaña
ante la azul lejanía,
sol del día, claro día!
¡Hermosa tierra de España!
A stork has appeared high on the campanile.
Chirping swallows are circling the tower
and solitary mansion. Gone is white winter
with its snowstorms and crude blasts from the inferno.
It is a mild morning.
The sun gently heats the poor Sorian land.
Shunning green pines that are almost blue,
spring is seen
burgeoning in the slender
poplars of the roadway
and by the river. The Duero flows limpid, tamely, mute.
The fields seem not young but adolescent.
In the grass a lowly flower is born,
white or blue. Beauty of the fields barely flowering
and mystical spring!
Black poplars by the white road, aspens by the shore,
foam of the mountain
against the blue remoteness,
sun of day, brightness of day!
Delicious land of Spain!
A la desierta plaza
conduce un laberinto de callejas.
A un lado, el viejo paredón sombrío
de una ruinosa iglesia;
a otro lado, la tapia blanquecina
de un huerto de cipreses y palmeras,
y, frente a mí, la casa,
y en la casa la reja
ante el cristal que levemente empaña
su figurilla plácida y risueña.
Me apartaré. No quiero
llamar a tu ventana... Primavera
viene—su veste blanca
flota en el aire de la plaza muerta—
viene a encender las rosas
rojas de tus rosales... Quiero verla...
A labyrinth of narrow streets
converges on the deserted plaza.
On one side the old big wall in shadow
of a church in ruin;
on the other the whitish adobe wall
of an orchard with cypresses and palms,
and before me the house,
and on the house the iron grille
outside the window that light blurs
her placid and smiling face.
I will go away. I don’t want
to call at your window... Spring
comes, her white dress
floats in the wind of the dead plaza.
She comes to burn the red
roses of your bushes... I want to see her...
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero,
a lo largo del sendero...
—La tarde cayendo está—.
“En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón.”
Yo todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:
“Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada.”
I go dreaming along roads
of the evening. The hills
gold, the pines green,
the dusty oaks!...
Where does the road end?
I am singing, a voyager
going down the path...
evening is darkening.
“In my heart I had
the thorn of a passion.
One day I pulled it out.
Now I feel no heart.”
All the fields suddenly
are still, mute and somber:
meditating. The wind echoes
in the poplars along the river.
Dusk drops into darkness,
the road that winds
and weakly glimmers
blurs and disappears.
My song again complains:
“Sharp golden thorn,
if only I could feel you
piercing my heart!”
Yo meditaba absorto, devanando
los hilos del hastío y la tristeza,
cuando llegó a mi oído,
por la ventana de mi estáncia, abierta
a una caliente noche de verano,
el plañir de una copla soñolienta,
quebrada por los trémolos sombríos
de las músicas magas de mi tierra.
... Y era el Amor, como una roja llama...
—Nerviosa mano en la vibrante cuerda
ponía un largo suspirar de oro
que se trocaba en surtidor de estrellas—.
...Y era la Muerte, al hombro la cuchilla,
el paso largo, torva y esquelética.
—Tal cuando yo era niño la soñaba—.
Y en la guitarra, resonante y trémula,
la brusca mano, al golpear, fingía
el reposar de un ataúd en tierra.
Y era un plañido solitario el soplo
que el polvo barre y la ceniza avienta.
In remote meditation, I was fingering
a few threads of boredom and gloom,
when a pulsing reached my ear
through my room window
open to a hot summer night.
In came the wailing of drowsy song,
a shattering dark tremolo
of enigmatic
cante hondo
from the earth.
Love like a red fire.
A nervous hand on the shivering string
released a long gold sigh
that turned into a fountain of stars.
Death, her blade on her shoulder,
her twisted and long skeletal step
exactly as I dreamed her as a child.
On the echo and throb of the guitar,
her coarse hand struck. She mimicked
the settling of a coffin in the earth,
and its thump was a solitary whining blow
sweeping away dust and shooting up ash.
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“Deep song,” often used as the generic term for the many kinds of Andalusian flamenco song.