Authors: Christian Cameron
Gracias también a la gente de Lesbos, de Atenas y de Platea; no puedo nombraros a todos, pero ellos me han entretenido, informado y apoyado constantemente en tres viajes a Grecia, y la persona a la que puedo nombrar es Aliki Hamosfakidou, de Dolphin Helias Travel, por su atención, interés y apoyo a través de muchos centenares de mensajes de correo electrónico y de algunas reuniones.
En el plano profesional, tengo que reconocer la deuda contraída con el señor Tim Waller, mi corrector de texto, cuyos conocimientos lingüísticos, tanto del inglés como del griego antiguo, siempre me suponen un baño de humildad. Es muy bueno tanto en cuestiones orientales como en occidentales. Gracias a él, este libro es mejor de lo que habría sido sin él.
Bill Massey, mi editor en Orion, descubrió dos errores importantes en esta narración e hizo que los corrigiese; una vez más, este libro es mejor gracias a su trabajo. Un libro mucho mejor. Bueno, y también descubrió muchos otros errores, pero permítanme no mencionarlos. He tenido pocos editores. Trabajar con Bill es maravilloso. Venga, autores, ¿cuántos podéis decir lo mismo?
Mi agente, Shelley Power, contribuyó a la publicación de este libro más que ninguna otra persona, primero, como agente al modo habitual, y después, viniendo a Grecia y entusiasmándose también al ver Lesbos y Atenas, y llevándonos a Archaeon
Gefsis
, un restaurante que trata de transportar al cliente al mundo antiguo. Gracias por todo, Shelley, ¡y muy especialmente por la comida!
Soy muy afortunado porque mis amigos sigan prestándose voluntariamente a leer mis manuscritos y criticarlos: Robert Sulentic, Rebecca Jordán (que mantiene también las páginas web www.hippeis.com y www.plataians.org), Jenny Carrier, Matt Heppe, Aurora Simmons y Kate Boggs. Gracias a vosotros, este es un libro mejor.
Christine Szego y el personal y la dirección de mi librería habitual, Bakka-Phoenix, de Toronto, también merecen mi agradecimiento, pues suelo entrar en ella y soltar peroratas de quince minutos sobre argumentos, personajes, diálogos o meras noticias —escribir es un trabajo solitario, y es bueno tener con quien hablar—. Y ellos saben hacer grandes lanzamientos de libros.
Como de costumbre, este libro se ha escrito, casi palabra por palabra, en el Luna Café de Toronto, donde me siento en mi mesa, ocupo otra mesa con el
Classical Atlas
, de Barrington, y, a pesar de ello, me sirven un café excepcional, con buen humor y una excelente comida a diario.
¿No es raro que los autores dejen siempre a su familia para el final? Es, en efecto, lo que suele hacerse. Así que yo también lo haré, aunque debería mencionar a mi esposa en cada una de las etapas; después de todo, ella es también una recreadora, ha hecho útiles observaciones sobre toda clase de cosas que ambos hemos leído (lo que realmente me viene a la mente, sin embargo, son los tejidos atenienses) y, además, más aun que la señora Szego, Sarah tiene que escuchar mis interminables muestras de entusiasmo acerca de la historia mientras escribo (la palabra
¿sabes
?, probablemente le cause más horror que cualquier otra cosa que se pueda pensar). Mi hija, Beatrice, es también recreadora, y su capacidad de retratar la vida de una niña real es asombrosa. Mi padre, Kenneth Cameron, me enseñó la mayor parte de las cosas que sé acerca de escribir y continúa dándome excelentes consejos y escuchando mis quejas sobre el proceso, lo que puede ser el mayor servicio.
Dicho esto, es difícil decir exactamente qué puedo reclamar para mí, si le gusta este libro. He tenido mucha ayuda y la aprecio. Gracias. Y si encuentra palabras mal escritas, indicaciones de navegación inexactas y errores históricos, entonces sabrá que yo también he puesto algo de mi parte. Porque todos los fallos son exclusivamente míos.
Toronto, marzo de 2010
Soy un estudioso aficionado del mundo griego. Las definiciones son mías, aunque tomadas del LSJ
[10]
, del
Handbook of Greek Mythology
de Routledge o del
Classical Dictionary
de Smith. Acerca de algunas cuestiones militares, he cometido la temeridad de discrepar del saber recibido sobre el tema. Para obtener más información y ver algunas ilustraciones útiles, visite mi página web:
www.hippeis.com
.
Akmakes
: Espada corta o cuchillo largo escita, también utilizado a veces por medos y persas.
Andrón
: «Estancia de los hombres» de una auténtica casa griega, en la que los hombres celebraban sus fiestas. La investigación reciente suscita serias dudas acerca de la exclusividad sexual de la sala, pero el nombre sigue ahí.
Apobatai
: «Guerreros en carros». En muchas poblaciones que no habían utilizado carros de guerra en acciones bélicas durante siglos, los apobatai eran unos trescientos carristas de elite. En Atenas, competían en eventos especiales; en Tebas, pueden haber sido los precursores de la Banda Sagrada.
Arconte
: Magistrado de una ciudad y, en algunos casos, de tres o cuatro. Una autoridad.
Aspis
: Escudo de los hoplitas griegos (¡que no se llamaba hoplón!). El aspis tiene un diámetro aproximado de un metro, presenta una profunda concavidad (de hasta 15 centímetros) y pesa entre 3,5 y 7 kilogramos.
Basileus
: Título aristocrático del pasado (al menos, del 500 a.C.) que significa «rey» o «señor».
Birreme
: Nave de guerra de dos órdenes o filas de remos, a diferencia del trirreme, que cuenta con tres órdenes o filas de remos.
Cítara
: Instrumento de cuerda de cierta complejidad, con un cuerpo hueco como caja de resonancia.
Clámide
: Capa corta hecha con un rectángulo de tela de 1,50 por 2,30 metros, aproximadamente; podía llevarse también como un quitón, aunque doblada y prendida de forma diferente, o utilizarla para taparse con ella para dormir, a modo de manta.
Coraza
:Véase «coselete».
Core
: Sirvienta o hija.
Coselete/coraza
: En el 500 a.C., las mejores corazas eran de bronce, en su mayoría de la variedad conocida como coraza de campana. Al final de este período, aparecen las corazas con la forma del torso, que se popularizan en la década de 450. Otro estilo es el coselete blanco, aparecido al principio de las Guerras Médicas; los aficionados y especialistas que recrean la época en cuestión lo llaman coselete
Tube and Yoke
[11]
y algunos lo llaman (erróneamente) linotórax. Es posible que algunos coseletes de este tipo fuesen de lino —nunca lo sabremos—, pero probablemente el material más utilizado era el cuero ateniense, que a menudo se curtía y al que se le daba un acabado con alumbre, dándole un aspecto blanco brillante. Otro tipo era la coraza de tubo y yugo de escamas, que puede verse en la página web del autor, vistiéndola él mismo. La coraza de escamas habría sido la más cara de todas y probablemente diera la máxima protección.
Daidala
: Citerón, el macizo montañoso que domina Platea, era el lugar en el que se desarrollaba una importante fiesta del fuego, la Daidala, que celebraban los píateos en la cumbre de la montaña. En la ceremonia usual, tal como la preparaban los píateos cada séptimo año, vestían un ídolo de madera (daidalon) con vestimenta nupcial y lo llevaban en una carreta de bueyes desde Platea a la cima de la montaña, donde se le prendía fuego después de los ritos correspondientes. Ahora bien, en la Gran Daidala, que se celebraba cada cuarenta y nueve años, se quemaban catorce daidalas de distintas poblaciones beocias en una gran pira de madera apilada con maleza, junto con una vaca y un toro que eran sacrificados a Zeus y a Hera. Esta enorme pira sobre la cima de la montaña tenía que constituir un espectáculo impresionante; Pausanias dice que nunca supo de unas llamas que ascendieran tanto ni que se vieran desde tan lejos. La leyenda cultual que se ofrecía para explicar la fiesta era la siguiente: una vez que Hera discutió con Zeus, como hacía con frecuencia, ella se retiró a la casa de su infancia en Eubea y rechazó todo intento de reconciliación. Por eso, Zeus pidió consejo al hombre más sabio de la tierra, Citerón (epónimo de la montaña), que gobernaba en Platea en los primeros tiempos. Citerón le aconsejó que hiciera una imagen de madera de una mujer, la cubriera con velos como si fuera una novia y la llevara en una carreta de bueyes tras extender el rumor de que estaba planeando casarse con la ninfa Platea, hija del dios río Asopo. Cuando Hera irrumpió en la escena y rasgó los velos, se quedó tan aliviada al descubrir la estatua de madera en vez de la esperada novia que, al final, consintió en reconciliarse con Zeus (Handbook of Greek Mythology, de Routledge, pp. 137-138).
Daimon
: Literalmente, un «espíritu»; el daimon de combate podría ser la adrenalina, y el daimon de la filosofía podría no ser más que la inteligencia innata. Baste decir que hombres muy inteligentes, como Sócrates, creían que los espíritus enviados por dios podían inspirar profundamente a un hombre e influir en sus acciones.
Daktyloi
: Literalmente, «dígitos» o «dedos»; en el habla común, «pulgadas», en el sistema de medidas vigente. Los sistemas diferían de una ciudad a otra. Me he tomado la libertad de utilizar solo las unidades atenienses.
Despoina
: «Señora», tratamiento formal.
Diekplous
: Compleja táctica naval acerca de la cual todavía se discute. En este libro, el diekplous o golpe de penetración comienza con un ataque en el que la nave embiste con la proa (imagine los dos barcos acercándose proa frente a proa o de frente) y cae con el espolón sobre los remos del enemigo. Los remos eran la parte más vulnerable de una nave de guerra, algo muy difícil de imaginar a menos que haya remado en una barca grande y comprenda hasta qué punto pueden ser fatales los remos… ¡para usted! Una vez destrozados los remos del enemigo, la nave atacante pasa en paralelo a la de aquel y gira rápidamente tras dejar atrás la popa, acercándose con facilidad (el defensor está casi inerte en el agua) y embistiendo al enemigo bajo la popa o el codaste, según convenga.
Dotu
: Lanza de unos tres metros de largo, con punta de bronce.
Dsone
: Cinturón; a menudo, una cuerda o un cordón delicadamente trabajado; también podía ser un pesado ceñidor de bronce para la guerra.
Efebo
: Hombre joven y libre. Varón joven en formación para ser hoplita. Por regla general, prestaba servicio a su ciudad y, en períodos antiguos, era una de las dos cumbres de la belleza masculina.
Elefzevía
: Libertad.
Erastés
: El «amante» en una pareja del mismo sexo: el hombre mayor, un guerrero con experiencia, de entre veinticinco y treinta años.
Evómenos
: El «amado» en una pareja del mismo sexo en la Grecia antigua. Normalmente, el más joven, de unos diecisiete años. En el mundo moderno, este es un tema complejo, casi peligroso: ¿se trataba de parejas sexuales, de un amor caballeresco o de una mera «hermandad» de guerreros? Sospecho que había elementos de los tres tipos. Y me temo que escribir sobre este período sin hablar del vínculo entre erómenos y erastés sería como poner a todos los guerreros una armadura de acero y no de bronce…
Estadio
: Medida de distancia. El estadio ateniense mide unos 185 metros.
Eudaimonía
: Literalmente, «felicidad». Un sentimiento de extrema alegría.
Exedra
: Porche del alojamiento de las mujeres; en algunos casos, porche sobre el patio central de una hacienda.
Falange
: La fuerza militar de una ciudad al completo; el cuerpo efectivo y formado de hombres antes de una batalla (todos los grupos más pequeños formados juntos constituían una falange). En este período, sería un error imaginar una máquina militar minuciosamente ejercitada.
Estratego
: En Atenas, el comandante de una de las diez tribus militares. En otros lugares, un oficial superior griego, a veces, el comandante en jefe.
Filarca
: Jefe de fila: oficial al mando de entre cuatro y dieciséis hombres que marchan tras él en la falange.
Hetera
: Literalmente, «compañera». En la antigua Atenas, la hetera era una cortesana, mujer muy experta que facilitaba compañía sexual, además de moda, consejo político y música.
Himatión
: Prenda muy grande de rica lana, a menudo bordada, que llevaban como vestido exterior las ciudadanas ricas o como único vestido los hombres mayores, sobre todo los que ejercían autoridad.
Hipaspista
: Literalmente, «bajo el escudo». Escudero o servidor militar. En la época de Arímnestos, el hipaspista solía ser un hombre más joven de la misma clase que el hoplita.
Hoplita
: Guerrero griego de clase alta. Para servir como hoplita era necesario estar en posesión de una lanza pesada, un casco y un aspis (véase más arriba) y unos ingresos superiores a los de los hombres libres de clase marginal más baja. Aunque se haya hablado mucho del ciudadano soldado de la antigua Grecia, sería más justo comparar a los hoplitas con los caballeros medievales que con los legionarios romanos o los modernos soldados de la Guardia Nacional de cada estado de Estados Unidos. Los ciudadanos más pobres prestaban servicio militar y, a veces, como hoplitas o infantes de marina, pero, en general, las filas de vanguardia eran dominio exclusivo de los hombres de clase alta, que podían permitirse la mejor preparación y la armadura esencial.
Hoplitódromo
: La carrera de los hoplitas o carrera con armas: dos estadios con un aspis al hombro, casco y grebas en las carreras primitivas. He corrido esta carrera con armadura. No es ninguna broma.
Hoplomaco
: Participante en la hoplomaquia.
Hoplomaquia
: Combate de hoplitas o combate de entrenamiento. De nuevo, hay un debate enorme acerca del momento de la aparición de la hoplomaquia y de cuánto entrenamiento recibían los hoplitas. Una cosa que no hacían era la instrucción en orden cerrado, como los soldados modernos: no se menciona en absoluto en la literatura griega. No obstante, disponían de artes marciales muy evolucionadas (véase «pancracio») y es casi seguro que la hoplomaquia era un término que se refería al «arte marcial de lucha con todo el equipo del hoplita».