Asesinato en el campo de golf (26 page)

BOOK: Asesinato en el campo de golf
4.65Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Había, por supuesto, en el caso varios puntos que dejaron perpleja a la Policía; pero Poirot explicó las cosas de un modo tan plausible que, paso a paso, fue cesando toda investigación acerca de los mismos.

Poco después volvimos a Londres. Sobre la chimenea de casa de Poirot advertí la presencia de un espléndido modelo de sabueso. En contestación a mi mirada interrogante, Poirot afirmó con la cabeza.

—Sí, señor. He recibido mis quinientos francos. ¿No es magnífico? Le llamo Giraud.

A los pocos días vino a vernos Jack Renauld.

—Monsieur Poirot, he venido a despedirme. Salgo para América del Sur inmediatamente. Mi padre tenía vastos intereses en el Continente y me propongo comenzar allí una nueva vida.

—¿Se va usted solo, Jack?

—Viene mi madre conmigo..., y conservaré a Stonor como secretario. Le gustan las regiones remotas del mundo.

—¿Nadie más va con ustedes?

Jack se sonrojó.

—¿Se refiere a...?

—A una joven que le quiere a usted profundamente..., que ha estado dispuesta a dar su vida por usted.

—¿Cómo puedo pedírselo? —murmuró el muchacho—. Después de todo lo que ha pasado, ¿puedo ir a encontrarla y...? ¡Oh, qué clase de triste historia podría contarle!

—Las mujeres tienen un genio maravilloso para fabricar muletas para este género de historias.

—Sí, pero... ¡he sido tan condenadamente loco!

—Todos lo hemos sido, una vez u otra —observó Poirot filosóficamente.

—Hay algo más. Soy el hijo de mi padre. ¿Se casaría nadie conmigo sabiendo esto?

—Dice usted que es el hijo de su padre. Hastings, aquí presente, le dirá que yo creo en la herencia...

—Pues ¿entonces...?

—Aguarde. Conozco a una mujer, una mujer valiente y sufrida, capaz de un gran afecto, de un supremo sacrificio personal...

El muchacho levantó la mirada. Sus ojos se enternecieron.

—¡Mi madre!

—Sí. Usted es hijo de su madre tanto como de su padre. Vaya a ver a Bella. Dígaselo todo. No le oculte nada... ¡y ya verá lo que ella le dice!

Jack parecía irresoluto.

—Vaya a verla, no ya como un niño, sino como un hombre..., como un hombre inclinado bajo el Destino del pasado y del presente, pero que mira hacia adelante, hacia una vida nueva y maravillosa. Pídale que la comparta con usted. Usted puede no darse cuenta de ello, pero el amor del uno por el otro ha sido sometido a la prueba del fuego y ha salido intacto de esta prueba.

¿Y qué más hay del capitán Arthur Hastings, humilde cronista de estas páginas?

Se ha hablado algo sobre ir a reunirse con los Renauld, en un rancho, al otro lado del Océano, pero para el final de esta historia prefiero volver a una mañana en el jardín de Villa Geneviéve.

—No puedo llamarte Bella —dije yo—, puesto que éste no es tu nombre. Y Dulce parece poco familiar. Por tanto, tendrá que ser Cenicienta. Recordarás que Cenicienta se casó con el Príncipe. Yo no soy príncipe, pero...

Ella me interrumpió:

—Cenicienta le previno; estoy segura. Ya lo ves, no podría prometer convertirse en princesa. Después de todo, no era más que una pequeña fregona...

—Ahora le toca al Príncipe el turno para interrumpir —observé—. ¿Sabes lo que dijo? «¡Demonio!..., dijo el Príncipe, ¡y la besó!»

Y uní la acción a la palabra.

Notas

[1]
Alusión a la «Sra. Harris», amiga imaginaria de la caricaturesca enfermera Sara Gamp, en la novela de Dickens Martin Chuzzlewit, a la que Sara menciona con frecuencia como interlocutora de interminables diálogos.
(N. del T.)

BOOK: Asesinato en el campo de golf
4.65Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

The Absolutely True Story of Us by Melanie Marchande
Drives Like a Dream by Porter Shreve
Loving A Firefighter (Loving Series) by Carlton, Susan Leigh
Over Her Dead Body by Bradley Bigato
To Touch The Knight by Lindsay Townsend