Un traidor como los nuestros (16 page)

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Authors: John Le Carré

Tags: #Intriga, polcíaco, espionaje

BOOK: Un traidor como los nuestros
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—¿Quiere saber quién me hizo este tatuaje, Catedrático? —susurra con la voz ronca a causa de la emoción—. ¿Una hora al día durante seis puñeteros meses?

Sí, a Perry le gustaría saber quién le tatuó en el colosal brazo una Virgen en…
topless
…con su coro femenino y tardó seis meses en hacerlo. Le gustaría saber qué relación guarda Nuestra Señora con las aspiraciones de Dima a una plaza en Roedean para Natasha, o a la residencia permanente en Gran Bretaña para toda su familia a cambio de cierta información vital, pero el profesor de literatura inglesa que lleva dentro también está descubriendo que Dima el narrador tiene su propia línea argumental y que sus tramas se caracterizan por la digresión.

—Esto lo hizo mi Rufina, una…
zek,
…como yo. Le dedicaba una hora al día. En el campo de trabajo hacía de fulana. Tenía tuberculosis. Nada más acabarlo, murió. Vivir para ver, ¿eh? Vivir para ver.

Un silencio respetuoso mientras ambos contemplan la obra maestra de Rufina.

—¿Sabe qué es Kolyma, Catedrático? —pregunta Dima, con la voz aún empañada—. ¿Ha oído hablar?

Sí, Perry sabe qué es Kolyma. Ha leído a Solzhenitsin. Ha leído a Shalámov. Sabe que el Kolyma es un río al norte del Círculo Ártico, y que dio nombre a los campos de trabajo más severos del archipiélago Gulag, antes o después de Stalin. También conoce el significado de zek: los reclusos de Rusia, millones y millones.

—A los catorce años ya era un puñetero zek en Kolyma. Preso común, por delincuencia, no por política. La política es una mierda. La delincuencia es pura. Quince años.

—¿Pasó quince años en Kolyma?

—Y tanto, Catedrático. Quince años de condena.

En la voz de Dima la angustia ha dado paso al orgullo.

—Dima, el preso común, tenía el respeto de los otros presos. ¿Y por qué acabé en Kolyma? Por asesinato. Era un buen asesino. ¿A quién asesiné? A un miserable…
apparatchik
…soviético de Perm. Nuestro padre se suicidó, se cansó; bebía mucho vodka. Mi madre, para darnos de comer, sopa, tenía que follar con ese…
apparatchik
…miserable. En Perm, vivíamos en un apartamento comunal. Treinta personas, ocho habitaciones miserables, una cocina miserable, un cagadero, todo el mundo apestaba y fumaba. A los niños no nos gustaba ese…
apparatchik
…miserable que se follaba a nuestra madre. Cuando el…
apparatchik
…venía a visitarnos, teníamos que quedarnos fuera, en la cocina, al otro lado de un tabique muy delgado. Traía comida, se follaba a mi madre. Todo el mundo nos miraba: escucha a tu madre, es una puta. Teníamos que taparnos los puñeteros oídos con las manos. ¿Quiere saber una cosa, Catedrático?

Perry sí quiere.

—¿Sabe de dónde sacaba la comida ese fulano, el…
apparatchik?

Perry no lo sabe.

—¡Era un puto intendente militar! Repartía la comida en el cuartel. Llevaba pistola. Una pistola preciosa, con funda de piel… todo un héroe. Pruebe a follar con una cartuchera alrededor del culo. Habría que ser un acróbata. Ese intendente militar, ese…
apparatchik
, se quitaba los zapatos. Se quitaba esa pistola preciosa. Dejaba la pistola dentro de un zapato. Vale, me digo. Igual ya te has follado a mi madre más que suficiente. Igual no te la follas más. Igual ya nadie sigue mirándonos como a los hijos de una puta. Llamo a la puerta. La abro. Soy educado. «Perdone», digo. «Soy Dima. Perdone, miserable camarada…
Apparatchik.
…¿Puedo coger prestada su preciosa pistola, si no le importa? Tenga la amabilidad de mirarme a la cara una vez. Si no me mira, ¿cómo voy a matarlo? Muchas gracias, camarada.» Mi madre me mira. No dice nada. El…
apparatchik
…me mira. Lo mato, al muy mamón. De un solo tiro.

Dima se apoya el índice en el puente de la nariz, señalando por dónde entró la bala. Perry recuerda que tocó con ese mismo dedo las narices de sus hijos durante el partido de tenis.

—¿Por qué asesiné a ese…
apparatchik
? —pregunta Dima retóricamente—. Por mi madre, que protegía a sus hijos. Por amor al chiflado de mi padre, que se suicidó. Por el honor de Rusia, por eso lo maté, al muy mamón. Y para acabar con las miradas de los demás en el pasillo, seguramente. Por eso en Kolyma me acogieron bien. Yo era un…
krutoi,
…un buen tío: ningún problema, como una seda. Era un buen chico ruso, puro. No era un preso político. Era un preso común. Era un héroe, un luchador. Maté a un…
apparatchik
…del ejército, a lo mejor también de la Cheka, seguro. Si no, ¿por qué iban a caerme quince años? Tenía honor. No soy…

Al llegar a este punto de la historia, Perry titubeó, y asomó a su voz un tono de inseguridad.

—«No soy un "pájaro carpintero". No soy un "perro", Catedrático» —continuó con incertidumbre, y advirtió que Héctor levantaba la mano.

—Con eso, quería decir «informante» —explicó Héctor—. Pájaro carpintero, perro, gallina: tiene donde elegir. Todo eso significa «informante». Intentaba convencerlo de que no lo es cuando en realidad sí lo es.

Con un gesto de asentimiento para dar a entender que admitía los conocimientos superiores de Héctor, Perry reanudó el relato.

—Un día, pasados tres años, ese buen chico, Dima, se hace hombre. ¿Cómo se hace hombre? Lo convierte en hombre mi amigo Nikita. ¿Quién es Nikita? Nikita es también honorable, también un buen luchador, un gran delincuente. Será un padre para este buen chico, este Dima. Será un hermano para él. Protegerá a Dima. Querrá a Dima. Y el suyo será un amor puro. Un día, un buen día para mí, un día de orgullo, Nikita me lleva ante los…
vory.
…¿Sabe qué son los…
vory,
…Catedrático? ¿Sabe qué es…
vor?

Sí, Perry sabe incluso qué son los…
vory.
…También sabe qué es un…
vor.
…Ha leído a Solzhenitsin, ha leído a Shalámov. Ha leído que en el Gulag los…
vory
…son los árbitros de los presos y los encargados de administrar justicia, una hermandad de delincuentes honorables que han jurado acatar un riguroso código de conducta, renunciar al matrimonio, la propiedad y toda relación servil con el Estado; que los…
vory
…veneran el sacerdocio y se deleitan en su mística; y que…
vor
…es el singular de…
vory,
…forma plural. Y que el orgullo de los…
vory
…estriba en ser Delincuentes dentro de la Ley, una aristocracia muy al margen de la chusma callejera que jamás ha conocido una ley.

—Mi Nikita habla con un comité de…
vory
…muy importante. Asisten a esa reunión muchos delincuentes importantes, muchos buenos luchadores. Él dice a los…
vory:
…«Queridos hermanos míos, os presento a Dima. Dima, hermanos míos, ya está preparado. Aceptadlo». Y ellos aceptan a Dima, lo hacen hombre. Lo convierten en un delincuente honorable. Pero Nikita aún debe proteger a Dima. Porque Dima… es… su…

Mientras Dima el delincuente honorable busca el…
mot juste,
…Perry el profesor saliente de Oxford acude en su ayuda:

—¿Discípulo?

—¡Discípulo! ¡Sí, Catedrático! ¡Como los de Jesús! Nikita protegerá a su discípulo Dima. Es lo normal. Es la ley de los…
vory.
…Siempre lo protegerá. Es una promesa. Nikita me ha convertido en…
vor.
…Por tanto me protege. Pero Nikita muere.

Dima se enjuga la frente calva con el pañuelo, se restriega los ojos con la muñeca, se pinza las aletas de la nariz con el pulgar y el índice como un nadador al salir del agua. Cuando aparta la mano, Perry advierte que llora por la muerte de Nikita.

Héctor ha propuesto un descanso natural. Luke ha preparado café. Perry acepta una taza y, ya puestos, una galleta digestiva de chocolate. El profesor que lleva dentro está en plena exposición, reorganizando datos y observaciones, presentándolos con toda la precisión y exactitud a su alcance. Pero nada puede apagar del todo el brillo de la emoción en sus ojos, el acaloramiento en sus mejillas enjutas.

Y tal vez en su afán de autocorrección toma conciencia de ello y se inquieta, razón por la que, cuando continúa, elige un estilo narrativo sincopado, casi brusco, más en consonancia con la objetividad pedagógica que con el ímpetu de la aventura.

—Nikita cogió el tifus. Era pleno invierno. Sesenta grados bajo cero, más o menos. Morían muchos presos. A los celadores les importaba un carajo. Los hospitales no estaban allí para curar; eran sitios donde morir. Nikita era duro de roer y tardó lo suyo en sucumbir. Dima cuidó de él. Abandonó los trabajos forzados, acabó en la celda de castigo. Cada vez que lo dejaban salir, volvía junto a Nikita al hospital, hasta que se lo llevaban a rastras una vez más. Palizas, hambre, privación de luz, encadenado a una pared a temperaturas bajo cero. Todos esos servicios para los que ustedes subcontratan a países menos escrupulosos, y luego hacen ver que no saben nada —añade Perry en un asomo de hostilidad medio humorístico que no surte el efecto deseado—. Y mientras reconfortaba a Nikita, acordaron que Dima introduciría a su propio protegido en la Hermandad de los…
vory.
…Fue un momento solemne, por lo visto: Nikita, moribundo, designando su posteridad por medio de Dima. La transmisión del cáliz en tres generaciones de delincuentes. El protegido de Dima… el discípulo, como ahora se complacía en llamarlo, gracias a mí, me temo… era un tal Mijaíl, alias Misha. —Perry reproduce el momento—: «"Misha es un hombre de honor, ¡como yo!", les digo», proclama Dima al máximo comité de…
vory.
…«Es un preso común, no político. Misha ama a la verdadera Madre Rusa, no a la Unión Soviética. Misha respeta a todas las mujeres. Es fuerte, es puro, no es un informante, no es militar, no es celador, no es del KGB. No es policía. Mata a policías. Desprecia a todos los…
apparatchiks.
…Misha es mi hijo. Es vuestro hermano.…
Vory,
…aceptad al hijo de Dima como hermano vuestro.»

Perry en actitud decididamente profesoral una vez más. Señoras y señores, tomen nota de la siguiente información si son tan amables. El fragmento que voy a leerles representa la versión abreviada de la historia personal de Dima, tal como él la contó, entre trago y trago de vodka, en la atalaya de aquella casa llamada Las Tres Chimeneas:

—En cuanto lo soltaron de Kolyma, volvió de inmediato a Perm y llegó justo a tiempo para enterrar a su madre. Los primeros años de la década de los ochenta fueron de gran prosperidad para los delincuentes. Esa vida a todo tren era peligrosa y breve, pero rentable. Con sus impecables credenciales, Dima fue recibido con los brazos abiertos por los…
vory
…locales. Descubriendo que poseía un talento innato para los números, enseguida se involucró en la especulación ilegal de divisas, las estafas a aseguradoras y el contrabando. Un historial de delitos menores en rápido aumento lo lleva a la Alemania del Este comunista, donde se especializa en robo de coches, falsificación de pasaportes y tráfico de divisas. Y de paso aprende a hablar el alemán. Toma a tantas mujeres como se le ponen a tiro, pero su compañera constante es Tamara, metida en el mercado negro, tratante en géneros tan insólitos como la ropa de mujer y los alimentos básicos, residente en Perm. Con la ayuda de Dima y cómplices de orientación similar, Tamara dirige también un negocio paralelo basado en la extorsión, el secuestro y el chantaje. Debido a esto, entra en conflicto con una hermandad rival, que primero la coge prisionera y la tortura, y luego le carga el mochuelo por un delito que no ha cometido y se la entrega a la policía, que la tortura un poco más. Dima explica el «problema» de Tamara: «Nunca canta, Catedrático, ¿me oye? Es una buena delincuente, mejor que un hombre. La meten en la celda de presión. ¿Sabe qué es una celda de presión? La cuelgan cabeza abajo, la violan diez veces, veinte, la muelen a palos, pero ella no canta. Los manda a la mierda. Tamara, una gran luchadora, no una "perra"».

De nuevo Perry dejó caer la palabra con inseguridad, y de nuevo Héctor acudió discretamente en su rescate:

—«Perra» es aún peor que perro o pájaro carpintero. Una perra incumple el código del hampa. A esas alturas Dima se siente ya desbordado por la culpabilidad.

—Entonces quizá por eso se le trabó la lengua al pronunciar la palabra —sugirió Perry, y Héctor coincidió en que quizá así fuera.

Perry otra vez en el papel de Dima:

—Un día la policía se hartó ya tanto de ella que la desnudó y la dejó en la puta nieve. No cantó en ningún momento, ¿me oye? Se volvió un poco loca, eso sí. Habla con Dios. Compra muchos iconos. Entierra dinero en el puto jardín y no lo encuentra, ¿qué más da? Es una mujer leal, ¿me entiende? Nunca la dejaré. A la madre de Natasha la quería, pero a Tamara nunca la dejaré. ¿Me oye?

Perry lo oye.

En cuanto Dima empieza a ganar dinero de verdad, manda a Tamara a una clínica de reposo y rehabilitación en Suiza y luego se casa con ella. Al cabo de un año nacen los gemelos. Poco después de la boda se conoce el compromiso nupcial de Olga, la hermana de Tamara, mucho menor y de una belleza espectacular, una buscona de lujo muy valorada entre los…
vory.
…Y el novio no es otro que el querido discípulo de Dima, Misha, que también ha salido ya de Kolyma.

—La unión de Olga y Misha colma de felicidad a Dima —declaró Perry—. En adelante Dima y Misha serían auténticos hermanos. Conforme a la ley de los…
vory
…Misha ya era hijo de Dima, pero con ese matrimonio la relación familiar entre ellos era absoluta. Los hijos de Dima serían los hijos de Misha; los hijos de Misha serían los suyos —añadió, y se recostó en actitud concluyente, como si esperase las preguntas del público.

Pero Héctor, que había advertido, sonriente, cómo se refugiaba Perry en su piel académica, prefirió ofrecer un comentario irónico con su propio sello:

—Lo cual no deja de ser una rareza por parte de esos condenados…
vory
, ¿no le parece? Tan pronto reniegan del matrimonio, la política, el Estado y toda la pesca, como los encontramos de tiros largos, pavoneándose por el pasillo de la iglesia al son de las campanas. Tómese otro trago de esto. Solo un dedo. ¿Con agua?

A continuación, el ligero trasiego de la botella y la jarra de agua.

—Eso era, pues, aquella gente, ¿no? —reflexionó Perry a destiempo, y tomó un sorbo del whisky aguado—. Todos aquellos tíos y primos tan raros de Antigua. Eran Delincuentes dentro de la Ley, y estaban allí para expresar sus condolencias por la muerte de Misha y Olga.

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