¿Tení­an Ombligo Adan y Eva? (25 page)

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Authors: Martin Gardner

Tags: #Ciencia, Ensayo

BOOK: ¿Tení­an Ombligo Adan y Eva?
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Cuando le pedí a Oates un ejemplo de mensaje con «simone», citó una conferencia de prensa de Bush, el 8 de agosto de 1990, en la que la frase al revés que le llamó la atención era «simone en las arenas». Me puso la cinta para que la escuchara. Como en la mayoría de las grabaciones pasadas al revés, la frase no suena muy clara, pero se puede oír si te dicen qué es lo que debes escuchar.

¿Qué estaban oyendo realmente los que escuchaban a Bush cuando éste dijo «simone en las arenas»? Según Oates, las palabras del presidente fueron «Irak ha acumulado una enorme maquinaria bélica». La palabra «simone» surgía de los sonidos de la palabra «enorme».

El columnista Philip Terzian dijo que el asunto le recordaba el caso del álbum blanco de los Beatles, en el que algunos oían, al ponerlo al revés, las palabras «he enterrado a Paul». «He estado leyendo al revés la carta [de Jones] a Richard Cheney y estoy seguro de haber oído una voz que decía "he enterrado a Pell"». Oates le dijo a Emery que llevaba siete años investigando el discurso invertido y había descubierto que en éste surgen pensamientos subconscientes, un descubrimiento que consideraba «de enorme valor». Por supuesto, las frases al revés tienen un alto contenido simbólico y hay que interpretarlas con mucho cuidado. Por ejemplo, en una de las cintas al revés de Oates aparecía la frase «Soy sir Lancelot». Según él, significaba que el orador se veía subconscientemente como un caballero andante o un salvador. Oates declaró que se había trasladado a Estados Unidos con la esperanza de obtener reconocimiento académico por su gran trabajo.

Dice Oates que cuando oyó por primera vez la palabra «simone» en unas declaraciones de Bush, pensó que podía referirse a algún amigo o pariente, pero después de oírla de nuevo en los discursos sobre la crisis del Golfo pronunciados por Baker y Cheney, empezó a sospechar que se trataba de un código secreto. La frase que surgía en el discurso al revés de Baker era «simone no quiere brillar».

En la época en que Jones envió esta carta a Cheney, Pell estaba en campaña de reelección contra la congresista Claudine Schneider. Esta no pudo aprovecharse del asunto «simone», escribe Emery, porque también ella cree en lo paranormal. Pell ganó la reelección con facilidad. Uri Geller se llevó parte del crédito de su victoria. «Le proyectaré mi energía para que gane», le había dicho a un periodista. [Ver el Denver Post del 2 de febrero de 1990 y «The Flip Side of Simone is Enormous» («El reverso de Simone es enorme»), por C. Eugene Emery, Jr., en el
Providence Journal Bulletin
del 10 de febrero de 1990.] Jones dejó de trabajar con Pell en 1991 para dedicarse plenamente a su cargo de presidente de la Fundación para el Potencial Humano. Sus oficinas están en Falls Church (Virginia), que es donde Jones reside ahora. En su origen, la fundación estaba financiada por Laurance Spelman Rockefeller. Pell forma parte del consejo de dirección. Desde 1985 hasta hace poco. Jones ha sido administrador de la Sociedad Americana para la Investigación Psíquica, de la que fue presidente desde 1989 hasta 1992.

No se sabe lo que piensa hacer Pell después de retirarse. Cuando comunicó su decisión de no volver a presentarse, la revista
Time
(18 de septiembre de 1995) tituló su artículo «Senator Oddball» («El senador chiflado»). Durante décadas, decía
Time
, Pell ha sido «el residente más excéntrico del Capitolio», un habitante de la «Zona Pell». Entre sus muchos pellismos está su manera de decir «saludos formales» cuando le presentan a alguien, y too peachy (estupendísimo) para describir un discurso florido. Viste ropa de mezclilla holgada, casi nunca va afeitado y tiende a mascullar entre dientes cuando tiene dudas. En homenaje a su pudiente padre, lleva el cinturón de éste, que es tan largo que le da dos vueltas alrededor de la cintura. Lo lleva incluso cuando practica
jogging
. Algunos de sus apodos, según
Time
, son Nacidomuerto Pell, Biennacido Pell, Senador Magoo y el Senador del Espacio Exterior.

Cuando preparaba una de sus fiestas anuales para sus empleados, Pell pidió prestados dos camellos a Doris Duke, heredera de un magnate del tabaco, que también vivía en Newport. Quería poner a los camellos a pastar en su jardín, como atracción insólita especial. Doris le disuadió con el argumento de que a los camellos les gusta escupir a las personas desconocidas.

Otro miembro del Congreso que también es un incansable promotor de lo psíquico es el republicano Charles Grandison Rose III, de Carolina del Norte. Lleva en el Congreso desde 1973 y ha formado parte del Comité de Inteligencia de la Cámara desde 1977. Como Pell, Rose dice estar firmemente convencido de que el Ejército debería invertir mucho más dinero en desarrollar armas que utilicen poderes psíquicos, armas que dejarían obsoletos a los anticuados explosivos.

Rose fundó la Cámara de Compensación del Congreso sobre el Futuro para dar a los psíquicos la oportunidad de dirigirse a los líderes políticos de Washington. Ha abogado por un «Proyecto Manhattan psíquico» financiado por el gobierno, que desarrollaría técnicas de clarividencia y psicoquinesis para derrotar al enemigo. Pero la carrera de Charlie Rose es otra historia.

Addendum

A finales de noviembre de 1995, la Agencia de Inteligencia de la Defensa (DIA) reveló la existencia de su secretísimo programa
Stargate
, que fue desclasificado y suspendido en la primavera de 1995. A lo largo de veinte años se gastaron 20 millones de dólares en este programa, que incluía el estudio de seis psíquicos que aseguraban tener poderes de clarividencia —«visión remota»— que supuestamente se podían utilizar para espiar. La CIA, que supervisó el programa
Stargate
, decidió, basándose en informes del psicólogo Ray Hyman y otros, que la visión remota era inútil para el trabajo de inteligencia y que no se debían gastar más fondos públicos en dicha investigación.

Desde 1985,
Stargate
estuvo dirigido por Edwin May. La estrella de su personal era el ex oficial de Inteligencia Militar Joe McMoneagle, que ahora dirige una empresa llamada Intuitive Intelligence Applications con su mujer, que es astróloga. Cobran a sus clientes 1.500 dólares al día.

El 28 de noviembre de 1995, Ted Koppel, en su programa de televisión
Nightline
(ABC), entrevistó a May, al ex director de la CIA Robert Gates, a la estadística Jessica Utts, a un investigador de lo psíquico presentado simplemente como Norm, y a Hyman.

Gates dijo que la CIA supervisó el programa
Stargate
sólo porque los rusos estaban haciendo investigaciones similares y por la presión de unos cuantos congresistas que no nombró. Añadió que los resultados de la investigación
Stargate
no tenían ningún valor y que la CIA no había tomado ninguna decisión basándose en ellos.

May, Utts y Norm defendieron tenazmente el
Stargate
, asegurando que daba carta de validez a la visión remota. A Hyman, el escéptico de turno, sólo se le concedieron unos segundos para decir que, en su opinión, la visión remota sigue sin confirmarse.

18. La ridícula visión remota de Courtney Brown

Cosmic Voyage: A Scientific Discovery of Extraterrestrials Visiting Earth
, por Courtney Brown. Dutton, 1996, 275 pp., 23,95 dólares. Mi primera reacción a este ridículo libro fue «es falso». Pero no, Courtney Brown existe de verdad. Es profesor adjunto de ciencia política en la Universidad de Emory en Atlanta (Georgia) y ha escrito varios libros sobre ciencia social y uno de matemáticas titulado
Chaos and Catastrophe Theory
. En la portada del libro, su nombre va seguido por las siglas «Ph. D». (doctor).

En la contracubierta hay dos comentarios elogiosos. Uno es de Whitley Strieber, autor de numerosos libros sobre abducciones por ovnis, incluyendo la suya propia. El otro es del psiquiatra de Harvard John Mack. Mack cree firmemente que extraterrestres de las dimensiones superiores del espacio-tiempo están visitando la Tierra y llevándose personas a sus naves espaciales para realizar con ellas operaciones atroces. Su
libro Abduction
(1994), editado por Scribner's, fue un éxito de ventas. Harvard no puede librarse de él porque tiene un cargo inamovible.

Brown dice que después de aprender meditación trascendental —su esposa es instructora de MT— llegó a dominar el avanzado programa MT-Sidhi, que enseña el «vuelo yóguico» y otros sidhis, como hacerse invisible y atravesar las paredes. Recomienda encarecidamente dos libros del Maharishi. Después, Brown asistió al Monroe Institute en Faber (Virginia), donde aprendió telepatía y alcanzó un elevado nivel de conciencia. Insta a sus lectores a que adquieran tres libros de Robert Monroe.

El nivel definitivo de la formación de Brown se lo impartió un experto en VRC (visión remota científica), un término reciente para la clarividencia. Asegura que no sólo ha adquirido la capacidad de ver por visión remota lugares distantes de la Tierra, sino también la de ver partes remotas del universo y presenciar acontecimientos históricos, tanto en el pasado lejano como en el distante futuro. Los lectores que quieran desarrollar poderes similares pueden ponerse en contacto con Brown en su Farsight Institute, Box 49243, en Atlanta. Por 3.000 dólares se puede seguir un curso de visión remota de una semana; los cursos más avanzados se pagan aparte.

Cosmic Voyage
es un compendio de «hechos» asombrosos que Brown descubrió en más de treinta sesiones de VRC bajo la supervisión de un hombre que él llama su «monitor» o «instructor».

Brown nunca dice su nombre, pero se sabe que se trata de Ed Dames, comandante del Ejército retirado y actual presidente de una organización de investigaciones psíquicas llamada Psi Tech, con sede en Beverly Hills (California).

Antes de que Brown se convirtiera en discípulo de Dames, éste ya era conocido como ferviente creyente en una Federación Galáctica de extraterrestres que recorren la galaxia en naves espaciales muy avanzadas. Cree que hay marcianos viviendo en Nuevo México, que hay instalaciones extraterrestres en la Luna y que la «cara» de piedra de Marte fue esculpida por una civilización marciana. Durante algún tiempo estuvo relacionado con el malogrado proyecto
Stargate
, una investigación de diez años financiada por la CIA para investigar las posibles aplicaciones militares de la visión remota. Después de gastar unos 20 millones de dólares, la CIA canceló el proyecto, considerando que era malgastar el dinero de los contribuyentes.

Las sesiones de visión remota de Brown, supervisadas por Dames, ampliaron hasta la exageración las creencias de Dames.

Los críticos de la visión remota hacen notar que la manera más fácil de contaminar los resultados es mediante lo que se llama «carga frontal». Esto significa que el monitor o el sujeto, y a veces los dos, saben por anticipado cuál es el «objetivo». En las sesiones de Brown, Dames conocía siempre el objetivo. La posibilidad de influir consciente o inconscientemente sobre el sujeto, mediante comentarios y preguntas tendenciosas, es obvia. Dado que las sesiones de Brown tenían carga frontal, hasta los que creen en la visión remota consideran que no fueron válidas.

Según Brown, hace millones de años vivía en Marte una raza de humanoides sin pelo. Tenían ojos grandes, piel clara y habilidades telepáticas. Un cometa errante, o tal vez un asteroide, rozó el planeta, dañando gravemente su atmósfera y dejando el planeta rojo inhabitable. Los marcianos se vieron obligados a refugiarse en cavernas subterráneas, donde aún sigue viviendo la mayoría de ellos.

Una Federación Galáctica de superseres envió a Marte un equipo de rescate formado por humanoides altruistas de una raza llamada los Grises a causa de su color. Tiempo atrás, los Grises se habían visto obligados a abandonar su propio planeta, tras haber permitido imprudentemente que su ambiente degenerase, más o menos como estamos haciendo ahora nosotros con el nuestro. El hundimiento de su cultura se aceleró a causa de un misterioso y maligno dictador que padecía de «baja autoestima» y que puede haber sido nada menos que el Lucifer bíblico.

Antes de que los Grises perdieran su planeta natal, se alimentaban principalmente de pescado. En aquel tiempo, su impulso sexual era mucho más fuerte que el nuestro, aunque sus genitales eran «bastante pequeños, según los criterios humanos». Los Grises son de baja estatura, con una cabeza como la de una mantis religiosa y enormes ojos negros. Se comunican por telepatía y viven doscientos años.

Estos benévolos superseres poseen naves espaciales capaces de recorrer distancias galácticas a velocidades superiores a la de la luz y viajar en el tiempo hacia adelante y hacia atrás. Pueden alterar la materia, lo que permite a sus naves volar a través de montañas, como hacían en la película de Spielberg Encuentros en la tercera fase. Los Grises están evolucionando lentamente, transformándose en seres aun superiores, y con el tiempo se «fusionarán con Dios».

En las últimas décadas, varios centenares de marcianos han sido transportados por los Grises a un lugar situado al norte de Santa Fe (Nuevo México), donde viven en cavernas bajo la montaña llamada Santa Fe Baldy. Su tecnología está 150 años más avanzada que la nuestra. Ya no son calvos. Gracias a su ingeniería genética, están empezando a parecerse a nosotros. Disponen de naves espaciales propias, con las que pronto ayudarán a los Grises a traer más marcianos a la Tierra. De hecho, la base de Santa Fe Baldy está destinada a convertirse en un centro de inmigración para refugiados marcianos.

Otro grupo de marcianos ha sido transportado por los Grises a una aldea no identificada de América del Sur, donde viven disfrazados de indios. Los Grises han conseguido alterar los genes marcianos para que puedan soportar la gravedad de la Tierra, que es más fuerte, y respirar nuestra atmósfera. Tanto a los marcianos como a los Grises les preocupa la rapidez con la que estamos destruyendo nuestro ambiente. Están deseando ayudarnos a corregir nuestro modo de actuar, pero no están dispuestos a ponerse en contacto con nosotros hasta que demos el primer paso, haciéndoles saber que queremos contactar con ellos.

De algún modo, Brown descubrió
The Urantia Book
, un monumental volumen supuestamente escrito por seres celestiales bajo la supervisión y edición del doctor William Sadler, un conocido psiquiatra de Chicago que falleció en 1969. Brown se ha creído lo que dice
The Urantia Book
sobre seres invisibles que viven entre nosotros y hacen todo lo que pueden por ayudarnos y que se llaman Los de la Mitad del Camino (porque están en un plano intermedio entre nosotros y los ángeles). «Descubrir que Los de la Mitad del Camino existen realmente —escribe Brown— fue una conmoción que reverberó en la conciencia del equipo militar de VRC durante bastantes años».

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