Sex code (17 page)

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Authors: Mario Luna

Tags: #Autoayuda

BOOK: Sex code
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Pero claro, si ya partes con un Ala o un Pivote inicialmente, tienes mucho adelantado.

UN LIGUE PARA AVENTUREROS

Aparte de lo dicho, podemos afirmar que de cuantas formas de interacción estudia la disciplina de las Artes Venusianas, esta es sin duda la más heroica de todas. Y, a la vez, la que más autonomía e independencia va a permitir que experimentes. Pues, así como otro tipo de interacciones dependen de muchos factores externos, las cualidades que esta requiere son mucho más internas. En otras palabras, te tienes a ti, tu coraje y tu creatividad… y sí, algunas técnicas que te voy a enseñar. No dependes de nada ni de nadie y, dondequiera que te encuentres que haya TBs, tu juego estará contigo.

PARTICULARIDADES DEL SARGEO

Conviene, además, señalar que las habilidades y técnicas que se requieren para culminar con éxito este tipo de interacciones son muy específicas de su propio contexto. Por ello, puede que no se parezcan a nada que hayas aprendido anteriormente. Debes, pues, estar preparado.

Por lo general, sus recursos suelen ser muy «explosivos». Esto no es de extrañar, pues están encaminados a captar en un tiempo muy breve la atención e interés de una mujer que seguramente cuenta con numerosísimas opciones. En algunos casos, puede que incluso se vea en dificultades para prestar atención a una sola persona.

CIBERLIGUE

Darle la espalda a la tecnología es darle la espalda al progreso. Y, darle la espalda al progreso, es darle la espalda al futuro.

Por ello el Ciberligue, simplemente, ha dejado de ser una opción. Al igual que la electricidad y el agua corriente, al igual que los cajeros automáticos, los teléfonos y el transporte moderno no son algo que se elija o no, Internet ha pasado ya a formar parte de nuestra vida. Y no hay nada que podamos hacer al respecto. De hecho, las nuevas generaciones ya no podrán entenderla sin él.

EL CIBERLIGUE NO ES DE FRUSCOS

Mucha gente piensa que Internet es para Fruscos que no tienen otra forma de relacionarse. Creen, en definitiva, que Internet es un sinónimo de bajo Estatus. Por supuesto, esto es algo que tiende a desaparecer.

Lo cierto es que, guste o no, el ciberligue ofrece ventajas increíbles para ambos sexos, por lo que no hay que descartar que se acabe imponiendo como método preferencial. Es, además, particularmente interesante para principiantes o gente perezosa y con mucho tiempo.

IDEAL PARA EMPRENDEDORES Y GENTE SISTEMÁTICA

Resulta de especial utilidad cuando se toma el planteamiento de la productividad y se lleva como un negocio. A fin de cuentas, cuando se utiliza inteligentemente y se elaboran sistemas adecuados, la Red de Redes permite ahorrar esfuerzo a la vez que multiplica la eficacia de cualquier acción.

En definitiva, deja de ser un mero pasatiempo cuando se buscan, aplican y mejoran sistemas de conseguir mejores resultados con menor empleo de esfuerzo y tiempo. Y, cuando mujeres reales, de carne y hueso, acaban visitándote en tu propia casa, ¿no estamos hablando ya de algo muy real?

EL MEJOR SIMULADOR DE VUELO

Pero, en el peor de los casos, Internet es un gran simulador. Especialmente, cuando hablamos de chateo.

Si tienes miedo a las mujeres, si para ti son criaturas absolutamente extrañas y remotas que no se dejan descifrar, quizás te conviene darte unos cuantos viajes en el simulador de vuelo antes de coger el avión.

Tengo un amigo, por ejemplo, que tenía pavor a las mujeres. Su pánico era tal que, si alguna le dirigía la palabra (cosa que rara vez sucedía), se ponía a rascarse la barbilla y a murmurar cualquier sinsentido a sus zapatos.

Un día vino a pedirme ayuda, así que le di un pequeño curso concentrado de una hora. Durante todo el tiempo, él estuvo tomando notas y realizando esquemas. Cuando hubo concluido le recomendé, además, que probara a chatear con chicas por un tiempo.

Según me contó más tarde, eso fue exactamente lo que hizo. Durante su mes de vacaciones, no se dedicó a otra cosa que a chatear con mujeres, día y noche. Solo paraba para llevar a cabo las tareas que requiere la supervivencia más básica. De hecho, durante ese tiempo descuidó la higiene de su casa y la suya personal.

Cuando lo volví a ver, estaba irreconocible. Su radical cambio de look fue lo que menos me impactó. De repente, ese tímido empedernido que tan bien conocía, se sentía increíblemente a gusto con las mujeres. Hoy, es uno de mis Alas más audaces.

Y todo gracias a un buen simulador de vuelo.

CONVIENE COMBINARLO CON OTRA FORMA DE LIGUE

Sin embargo, parece que hay una medida para todo.

Lo digo porque no hace mucho tiempo que estuve presenciando un seminario sobre Ciberligue. Al igual que suele ocurrir en mis propios seminarios, acudían diversos expertos a ofrecer sus descubrimientos y puntos de vista sobre el tema.

Entre otras cosas, recuerdo un momento en que salió a hablar un invitado que estaba reputado como uno de los mayores expertos sobre el tema a nivel mundial. Antes de que empezase a hablar, supe que algo no andaba bien con él.

Por desgracia para él, mi sospecha no hizo más que confirmarse en cuanto abrió la boca. Su cuerpo al completo temblaba, su cara era una constante avalancha de tics y su voz parecía la de un poseso a quien un poderoso y malvado espíritu invisible estuviese oprimiendo fuertemente la garganta.

Aunque lo que dijo resultaba extremadamente interesante, yo no podía más que desear que algo o alguien pusiese de una vez fin a su tortura. Resultaba simplemente lastimoso. Y… ¿el problema? ¿Sería lo que yo me temía?

Pues bien, no tardé en descubrir la razón. Y era exactamente lo que me había temido. El chico se había limitado, exclusivamente, al Ciberligue.

MUJERES: INSTRUCCIONES DE URGENCIA

Puesto que ellas son el objeto de nuestro estudio, todo en este manual estará relacionado, de un modo u otro, con las peculiaridades de las mujeres.

Conviene, eso sí, ofrecerte algunos conceptos básicos sobre la mujer cuanto antes. Algunos de ellos te sorprenderán, en tanto que otros te ofrecerán esa respuesta que siempre te ha rondado la cabeza pero nunca llegó a cuajar.

Presta atención, porque el conocimiento que vas a adquirir a continuación es un requisito básico para contar con Juego Sólido
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EL FACTOR FULANA

Para ciertos hombres y, sobre todo, para muchas mujeres la promiscuidad está cargada de connotaciones negativas. Esto es así hasta el punto de que, para muchas mujeres, ser promiscua viene acompañado de la palabra fulana u otras similares.

Pese a la liberación sexual. Pese a los movimientos feministas. Pese a todo ello. ¿Por qué?

Muchos dirán que se debe a los efectos de la religión, a un lastre sociocultural heredado del pasado, a la educación recibida, a la presión que la sociedad ejerce sobre ellas.

Ahora bien, es verdad que esto se da. Y es verdad que la fuerza con la que el Factor Fulana se manifiesta varía de cultura a cultura e incluso de grupo a grupo. Pero ¿es esto suficiente para explicarlo?

El problema es que esta cantinela ya lleva circulando más de un siglo. Las generaciones se han sucedido, nuevos padres con nuevas ideas han surgido, nuevos sistemas de educación se han implantado.

Y esto, por supuesto, ha tenido varios efectos. Sin embargo, ¿cuál ha sido el principal de ellos?

LA LIBERACIÓN SEXUAL HA ENFATIZADO LAS DIFERENCIAS

El principal de ellos es que los hombres se han liberado más que nunca. Pero ¿qué ha ocurrido entre las mujeres?

Aunque también se han dado sustanciosos cambios entre las mujeres, los sinónimos de la palabra «fulana» siguen usándose como arma arrojadiza. Entre los hombres, sin embargo, dicho insulto carece de sentido o incluso resulta cómico.

Y, por más que a diversos niveles se haya hecho hincapié sobre el hecho de que acostarse con muchos hombres no debe ser algo reprobado moralmente en una mujer, las palabras «puta», «golfa», «buscona», «perra» o «zorrón»
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siguen teniendo connotaciones muy negativas y sentando como un tiro a la mayoría de las mujeres
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. Diles lo mismo a varios amigos tuyos y cuéntame luego cómo reaccionan.

Es como si la liberación sexual no hubiera terminado de cuajar o… ¿si lo ha hecho?

La prueba de que algo ha ocurrido es que el hombre de nuestra sociedad se encuentra más sexualmente liberado que nunca. Jamás ha tenido a su disposición tanto material pornográfico o sexual, tantas prostitutas ni tanta TB y semidesnuda anunciando sus productos como ahora.

Así que, ¿cuál ha sido el verdadero efecto de la revolución sexual?

Si algo, no ha hecho más que recalcar las diferencias ya existentes entre el comportamiento sexual de hombres y mujeres.

GATO ENCERRADO

En realidad, sería falso afirmar que no ha habido cambios en la actitud de la mujer con respecto al sexo. Las mujeres hablan de él cada vez más y, con cada año que pasa, parece estar más claro entre ellas que el sexo se trata de algo positivo.

Si se ha logrado esto, si el mito de que el sexo sea sucio y malo ha caído finalmente, ¿qué hace que siga en pie el Factor Fulana? ¿Qué impide que desaparezcan las diferencias?

A fin de cuentas, sigue habiendo diferencias. Y estas parecen referirse más a cómo —válgame la redundancia— enfoca el sexo cada sexo que a quién lo ve peor o mejor. Diferencias que, a mi juicio, se encuentran lejos de deberse únicamente a una educación o cultura distintas
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En suma, no todo es religión, cultura o educación. Sin negar el efecto que estas hayan podido tener sobre el comportamiento sexual de la mujer, los Aven hemos empezado a sospechar que hay algo más detrás del Factor Fulana.

¿Y SI LAS MUJERES NO QUIEREN ESA CLASE DE LIBERACIÓN?

Nos guste o no, lo cierto es que la mayoría de las mujeres no se sienten bien consigo mismas cuando incurren en esta clase de comportamiento. Y más apremiante aún resulta su necesidad de ocultarlo ante los demás, especialmente cuando estas terceras personas son mujeres.

Como te he mostrado en capítulos anteriores, mi creencia es que, aparte de cualquier presión social que pueda darse, existe una explicación puramente biológica de este fenómeno
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Dijimos entonces que hace unos ciento cincuenta mil años, hablar de una mujer promiscua equivalía a hablar de una mujer poco selectiva a la hora de procrearse, pues sexo y procreación iban indisolublemente unidos.

Como consecuencia de ello, las mujeres excesivamente promiscuas tenían muchas menos probabilidades que las que no lo eran de que sus genes pudieran sobrevivir y replicarse a lo largo de las futuras generaciones.

El resultado a la larga de esto resulta palpable hoy en día: las mujeres actuales no descienden de las mujeres que fueron proclives al sexo libre con cualquier hombre. De ahí que tampoco les llene a ellas esta clase de actividad.

Por ello, quizás, exista una liberación sexual de la mujer. Pero, ¿por qué iba a ser esta idéntica o similar a la del hombre?

UNA TEORÍA NATURAL

La idea no es nueva ni extraña, por lo que no debería chocar.

Hoy día, por ejemplo, casi cualquier psicólogo aceptaría que el miedo a hablar en público, por ejemplo, es una de las fobias más extendidas entre la humanidad por razones puramente evolutivas.

Durante la época que nos desarrollamos como especie, vivíamos en pequeñas tribus y, a veces, incluso congregados en pequeñas cavernas. Ser aceptado por nuestros semejantes era algo crucial pues, si perdíamos dicha aceptación, corríamos el riesgo de ser expulsados de la comunidad. Algo que, a su vez, conducía a una muerte casi cierta.

Esto explica que tengamos tanto miedo al rechazo social. Puesto que hablar en público puede conducir a la forma más rápida, drástica y cruel de rechazo social, nuestra aprensión frente a dicha actividad resulta más que comprensible.

Ahora bien, si algo tan generalizado como el miedo a hablar en público se explica desde esta teoría, ¿por qué no iba a hacerlo un hecho que resulta tan común o más, como es el del Factor Fulana?

Hará falta algo más que viejos y manidos clichés para destronar a una explicación tan satisfactoria del fenómeno como es la evolución
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IMPLICACIONES DEL FACTOR FULANA

En suma, la mujer actual no lleva nada bien acostarse con un hombre que la haga sentirse fácil y poco selectiva. Y, aun cuando le guste el sexo, se encuentra infinitamente más cómoda practicándolo cuando siente que el hombre al que se entrega ha sido elegido entre numerosos candidatos menos aptos, y que este además experimenta ciertas emociones por ella: es decir, que existe un vínculo entre ellos que hace que él esté dispuesto a asistirla y protegerla. Al menos por un tiempo.

EL PODER DE UNA PALABRA

Y es de esta realidad de donde la palabra «fulana», con sus innumerables sucedáneos, extrae toda su carga negativa. Se trata, a fin de cuentas, de un adjetivo que suele acompañar un sentimiento muy poco agradable y que las mujeres esgrimen entre ellas casi como un arma. Algo que no debe extrañarnos después de haber echado un vistazo a nuestro pasado natural donde, para una mujer, ser «fulana» conducía nada menos a la decadencia de su estirpe y, en última instancia, a su desaparición.

Por todo ello, el Aven debe conocer a fondo el Factor Fulana y cómo prevenirlo. Le corresponde velar tanto por la reputación de su Objetivo como por cómo pueda sentirse a este respecto. Pues, cuando nos hallamos con una mujer, cualquier cosa que pueda hacer que el Factor Fulana entre en funcionamiento, amenaza con echar de inmediato a perder todo nuestro juego.

EL MOVIMIENTO SEXUAL FEMINISTA

Otra buena forma de entender la diferencia en el comportamiento sexual entre hombres y mujeres es estudiar la evolución de los diversos movimientos feministas. Además, sería injusto tratar un tema como este sin mencionar el valiente esfuerzo que numerosas mujeres han llevado a cabo a lo largo de la historia por obtener una igualdad que las equiparara a los hombres. Algunas, incluso, arriesgando su libertad o integridad física al hacerlo.

Sin embargo, solo hay un aspecto del movimiento feminista que afecta directamente al tema de este libro. Hablo de la cultura sexual.

Si dejamos de lado reivindicaciones como la igualdad de derechos, la igualdad en el trabajo, y otro tipo de reclamaciones sociales totalmente justas, encontramos que los movimientos feministas han tratado también de causar un impacto cultural y sexual en la sociedad en que se han desarrollado.

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