Read Psicología de la posible evolución del hombre Online
Authors: P. D. Ouspensky
Tags: #Autoayuda, Filosofía, Histórico.
Además de estas funciones normales del movimiento, también hay algunas extrañas funciones motrices que representan el trabajo inútil de la máquina, sin intención de la naturaleza; pero que ocupan mucho lugar en la vida del hombre usando gran cantidad de su energía. Estas son: la formación de sueños, la imaginación, el ensueño, el hablar interno, el hablar por hablar, y en general,
todas las manifestaciones descontroladas e incontrolables
.
Las cuatro funciones: intelectual, emocional, instintiva y motriz, ante todo tienen que ser comprendidas en todas sus manifestaciones, y más tarde tienen que ser observadas en sí mismo. Tal observación de si, o sea, la observación sobre bases correctas, con la comprensión preliminar de los estados de conciencia y de las diferentes funciones, constituye la base del estudio de uno mismo, es decir,
el principio de la psicología
.
Es muy importante el recordar que al observar diferentes funciones es útil el observar al mismo tiempo su relación con los diferentes estados de conciencia.
Tomemos los tres estados de conciencia, sueño, vigilia, y posibles vislumbres de conciencia de sí, y las cuatro funciones: pensamiento, sentimiento, instinto y movimiento. Todas las cuatro funciones se pueden manifestar en el sueño, pero sus manifestaciones son deshilvanadas y no confiables. No hay manera de usarlas, simplemente van por su cuenta. En el estado de vigilia, o de conciencia relativa, hasta cierto punto pueden servirnos de orientación. Se pueden comparar sus resultados, verificarlos, enderezarlos; y a pesar de que pueden crear muchas ilusiones, en nuestro estado ordinario aún no tenemos otra cosa y debemos hacer con ellas lo que podamos. Si nos diéramos cuenta de las falsas observaciones, de las falsas teorías, de las falsas deducciones y conclusiones hechas en este estado, deberíamos dejar de creer por completo en nosotros mismos. Pero los hombres no se dan cuenta de cuán decepcionantes pueden ser sus observaciones y sus teorías, y continúan creyendo en ellas. Es esto lo que impide a los hombres el observar los raros momentos en que sus propias funciones se manifiestan en conexión con vislumbres del tercer estado de conciencia, es decir, de conciencia de sí.
Todo esto quiere decir que cada una de las cuatro funciones se puede manifestar en cada uno de los tres estados de conciencia. Pero los resultados son totalmente diferentes. Cuando aprendamos a observar estos resultados y sus diferencias, comprenderemos la relación correcta entre las funciones y los estados de conciencia.
Pero aún antes de considerar la diferencia en la función en relación con los estados de conciencia es necesario comprender que la conciencia del hombre y las funciones del hombre son fenómenos totalmente diferentes, de naturaleza totalmente distinta, dependientes de causas diferentes, y que el uno puede existir sin el otro.
Las funciones pueden existir sin la conciencia y la conciencia puede existir sin las funciones
.
Continuando con nuestro estudio del hombre, debemos hablar ahora en mayor detalle sobre los diferentes estados de conciencia.
Como ya lo he dicho, el hombre tiene posibilidad de cuatro estados de conciencia: el sueño, la conciencia de vigilia, la conciencia de sí, y la conciencia objetiva; pero el hombre vive sólo en dos: parte en el sueño y parte en lo que es llamado estado de vigilia. Es como si poseyera una casa de cuatro pisos, pero viviera sólo en los dos inferiores.
El primero, o el estado más bajo de conciencia, es
el sueño
. Este es un estado pasivo y puramente subjetivo. El hombre está rodeado de sueños. Todas sus funciones psíquicas trabajan sin ninguna dirección. No hay lógica, no hay secuencia, ni causa, ni resultado en los sueños. Puramente imágenes subjetivas -ya sean reflejos de experiencias anteriores o reflejos de percepciones vagas del momento, tales como sonidos que llegan al hombre que duerme, sensaciones que vienen de su cuerpo, ligeros dolores, sensaciones de tensión muscular- vuelan por su mente, dejando una muy pequeña huella en la memoria y más frecuentemente sin dejar ningún rastro.
El segundo grado de conciencia llega cuando el hombre despierta. Este segundo estado, el estado en que estamos ahora, es decir en el que trabajamos, hablamos, imaginamos que somos seres conscientes, y así sucesivamente, lo llamamos a menudo
conciencia despierta o conciencia lúcida
, cuando en realidad debería llamarse "sueño despierto" o "conciencia relativa". Explicaremos más adelante este término.
Aquí es necesario comprender que el primer estado de conciencia, esto es, el sueño, no desaparece cuando llega el segundo, es decir, cuando el hombre despierta. El sueño continúa, con todos sus sueños e impresiones, sólo se le agrega una actitud más crítica hacia las propias impresiones, pensamientos mejor hilvanados, y acciones más disciplinadas. Y gracias a lo vivido de las impresiones sensoriales, a los deseos, y a los sentimientos, especialmente el deseo de
contradicción
o de
imposibilidad
cuya ausencia es total en el sueño, los sueños se vuelven invisibles, exactamente como las estrellas y la luna se vuelven invisibles con el resplandor del sol. Pero están todos allí, y a menudo influyen en todos nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, algunas veces incluso más que la percepción real del momento.
Al respecto debo decir de inmediato que no me refiero a lo que en la psicología moderna se llama "el subconsciente" o "la mente subconsciente". Estas son simplemente expresiones erróneas, términos equivocados, que no quieren decir nada y no se refieren a ningún hecho real. En nosotros no hay nada permanentemente subconsciente, porque no hay nada permanentemente consciente y no hay "mente subconsciente" por la sencilla razón de que no hay "mente consciente". Más adelante verán cómo se produjo este error, y cómo apareció esta terminología equivocada que fue aceptada por doquier.
Pero volvamos a los estados de conciencia que existen en realidad. El primero es el sueño. El segundo es el "sueño despierto" o "conciencia relativa.
Como ya dije, el primero es un estado puramente subjetivo. El segundo es menos subjetivo; el hombre ya distingue entre el "yo" y el "no yo", es decir, entre su cuerpo y los objetos que difieren de su cuerpo, y puede, hasta cierto punto, orientarse entre ellos y conocer suposición y cualidades. Pero no se puede decir que en este estado el hombre está despierto, porque está muy fuertemente influenciado por los sueños, y de hecho vive más en sueños que en la realidad. Todos los absurdos y todas las contradicciones de la gente, y de la vida humana en general, se pueden explicar cuando nos damos cuenta de que la gente
vive en el sueño
, hace todo en el sueño, y no sabe que
están dormidos
.
Es útil el recordar que este es el significado interior de numerosas doctrinas antiguas. La que mejor conocemos es el Cristianismo, o la
enseñanza de los Evangelios
, en la cual la idea de que los hombres viven en el sueño y de que ante todo deben despertar es la base de todas las explicaciones de la vida humana, aunque muy raramente se la entienda como debiera ser comprendida, en este caso literalmente.
Pero la pregunta es: ¿Cómo puede despertar un hombre?
La enseñanza de los Evangelios exige el despertar, pero no dice cómo despertar.
No obstante el estudio psicológico de la conciencia muestra que sólo cuando un hombre se da cuenta de que está dormido, se puede decir que está en el camino del despertar. Jamás podrá despertar si no se da cuenta antes de su sueño.
Estos dos estados, sueño y sueño despierto, son los dos únicos estados de conciencia en que vive el hombre. Además de ellos hay dos estados de conciencia posibles para el hombre, pero sólo le son accesibles después de dura y prolongada lucha.
Estos dos estados superiores de conciencia se llaman "conciencia de sí" y "conciencia objetiva.
Generalmente creemos que poseemos la conciencia de sí, es decir, que estamos conscientes de nosotros mismos, o en todo caso que podemos ser conscientes de nosotros mismos en el momento que lo queramos; pero en verdad "la conciencia de sí" es un estado que
nos lo atribuimos sin ningún derecho
. La "conciencia objetiva" es un estado del cual no sabemos nada. La conciencia de sí es un estado en el cual el hombre llega a ser objetivo para consigo mismo, y la conciencia objetiva es un estado en el cual entra en contacto con el mundo real, u objetivo, del cual ahora está separado por los sentidos, sueños y estados subjetivos de conciencia.
Se puede hacer otra definición de los cuatro estados de conciencia desde el punto de vista de la posible
cognición de la verdad
:
Esto está tan lejos de nosotros que ni siquiera podemos pensar sobre ello de manera apropiada, y debemos tratar de comprender que hasta los vislumbres de conciencia objetiva sólo pueden llegar en el estado plenamente desarrollado de conciencia de sí.
En el estado de sueño podemos tener vislumbres de conciencia relativa. En el estado de conciencia relativa podemos tener vislumbres de conciencia de sí. Pero si deseamos tener períodos más prolongados de conciencia de sí y no meramente vislumbres, tenemos que comprender que éstos no pueden producirse por sí mismos, necesitan
acción voluntaria
. Esto quiere decir que la frecuencia y la duración de los momentos de conciencia de sí dependen del dominio que uno tenga sobre sí mismo. Quiere decir entonces que la conciencia y la voluntad son casi una sola y misma cosa, o en cualquier caso aspectos de la misma cosa.
Debemos comprender ahora que el primer obstáculo en el camino del desarrollo de la conciencia de sí en el hombre es su convicción de que ya la posee, o en cualquier caso, de que la puede tener en el momento en que lo desee. Es muy difícil persuadir a un hombre de que no está consciente, ni de que tampoco puede ser consciente a voluntad. Es particularmente muy difícil porque la naturaleza hace aquí una jugarreta muy graciosa. Si se le pregunta a un hombre si está consciente, o si se le dice que no está consciente, contestará que si lo está, y que es absurdo decir que no lo está, porque lo está oyendo y lo comprende.
Y tendrá toda la razón, aunque al mismo tiempo esté totalmente equivocado
. Esta es la jugada que le hace la naturaleza. Tendrá razón porque su pregunta o su observación lo habrá vuelto vagamente consciente por un instante. Un momento después la conciencia desaparecerá. Pero recordará lo que usted le dijo y lo que él contestó, y por supuesto considerará que está consciente.
En realidad el adquirir la conciencia de sí significa un prolongado y duro trabajo. ¿Cómo podría un hombre estar de acuerdo con trabajar así, si cree que ya posee exactamente lo que se le promete como resultado de un prolongado y duro trabajo? Naturalmente, un hombre no comenzará este trabajo ni lo considerará necesario, hasta que no llegue a estar convencido de que no posee ni conciencia de sí ni todo lo que esté relacionado con ella, es decir, la unidad o individualidad, el "Yo" permanente y la voluntad.
Esto nos trae al asunto de las escuelas, ya que es sólo en escuelas especiales donde se puede dar el desarrollo de
la conciencia de sí, de la unidad, del "Yo" permanente y de la voluntad
. Esto debe ser comprendido claramente.
Los hombres, al nivel de la conciencia relativa, no pueden encontrar por sí mismos estos métodos
; y estos métodos no se pueden describir en libros ni enseñar en escuelas ordinarias, por la sencilla razón de que son diferentes para cada persona y no hay un método universal que sea igualmente aplicable a todos.
En otras palabras, esto quiere decir que quienes quieran cambiar su estado de conciencia necesitan una escuela. Pero antes deben darse cuenta de su necesidad. Mientras crean que pueden hacer algo por sí mismos, no serán capaces de hacer uso de una escuela, aunque la encuentren. Las escuelas existen sólo para aquellos que necesitan una, y que saben que necesitan una.
La idea de escuelas -el estudio de las clases de escuelas que pueden existir, el estudio de los principios y métodos de escuela- ocupa un lugar muy importante en el estudio de la psicología que está relacionada con la idea de evolución; ya que sin una escuela no puede haber evolución. Uno no puede ni siquiera comenzar, porque uno no sabe cómo comenzar; mucho menos continuar o alcanzar cualquier cosa.
Esto quiere decir que habiéndose desembarazado de la primera ilusión, la de que ya posee todo lo que uno puede tener, hay que librarse de la segunda ilusión, la de que es posible obtener algo por uno mismo; ya que por uno mismo no se puede conseguir nada.
Estas conferencias no son una escuela, ni siquiera el comienzo de una escuela. Una escuela requiere una presión de trabajo mucho mayor. No obstante, a los que deseen escuchar puedo darles en estas conferencias algunas ideas de cómo trabajan las escuelas, y de cómo se las puede encontrar.
He dado antes dos definiciones de psicología.
Primero dije que la psicología es el estudio de la posible evolución del hombre; y segundo, que la psicología es el estudio de sí mismo.
Lo que quise decir es que sólo vale la pena estudiar la psicología que investiga la evolución del hombre, y que la psicología que sólo se ocupa de una fase del hombre, sin saber nada acerca de sus otras fases, obviamente no es completa, y no puede tener ningún valor, aun desde un punto de vista puramente científico, es decir, desde el punto de vista de la experimentación y de la observación. Porque la fase actual, tal como la estudia la psicología ordinaria, no existe como algo separado, y consta de muchas subdivisiones que van de fases inferiores a fases más altas. Más aún, el experimento mismo y la observación muestran que uno no puede estudiar la psicología como se estudia cualquier otra ciencia que no está directamente conectada con uno mismo. Uno debe comenzar el estudio de la psicología por uno mismo.