Read Psicología de la posible evolución del hombre Online
Authors: P. D. Ouspensky
Tags: #Autoayuda, Filosofía, Histórico.
Nuestra idea fundamental va a ser que el hombre, tal como lo conocemos,
no es un ser completo
; que la naturaleza lo desarrolla sólo hasta un cierto punto y que luego lo deja, para que siga desarrollándose
por sus propios
esfuerzos e iniciativas, o vivir y morir tal cual nació, o degenerar y perder su capacidad de desarrollo.
En este caso la evolución del hombre querrá decir el desarrollo de ciertas cualidades y rasgos
interiores
que generalmente permanecen sin crecer
y que no pueden desarrollarse por sí solos
.
La experiencia y la observación muestran que ese desarrollo es posible sólo en ciertas condiciones determinadas, con esfuerzos de cierta clase por parte del hombre mismo, y con
ayuda suficiente
de aquellos que comenzaron antes un trabajo similar y que ya han obtenido un cierto grado de desarrollo, o
por lo menos
cierto conocimiento de los métodos.
Tenemos que comenzar con la idea de que sin esfuerzos es imposible la evolución; sin ayuda, igualmente, es imposible.
Después de lo cual tenemos que comprender que, en el camino del desarrollo, el hombre tiene que hacerse un
ser diferente
,
y tenemos
que aprender y comprender en qué sentido y en qué dirección el hombre tiene que hacerse un ser diferente; es decir, qué significa ser un ser diferente.
Luego tenemos que comprender que no
todos los hombres
pueden desarrollarse y llegar a ser seres diferentes. La evolución es cuestión de esfuerzos personales, y en relación con la masa de la humanidad la evolución es una rara excepción. Puede parecer extraño, pero debemos darnos cuenta de que no sólo es rara,
sino que cada vez está llegando a ser más y más rara
.
Por supuesto, surgen muchas preguntas de lo dicho anteriormente:
Trataré de contestar a estas preguntas y comenzaré por la última.
¿Por qué no se pueden desarrollar todos los hombres y llegar a ser seres diferentes?
La respuesta es muy sencilla.
Porque no lo quieren
. Porque no saben nada acerca de ello y, aunque se les diga, sin una larga preparación, no podrán comprender lo que significa.
La idea principal es que para hacerse un
ser diferente
un hombre debe quererlo mucho y por muy largo tiempo. Un deseo pasajero o vago, basado en el descontento con las condiciones exteriores, no creará el impulso suficiente.
La evolución del hombre depende de su comprensión de lo que puede conseguir, y de lo que tiene que dar para ello.
Si el hombre no lo quiere, o si no lo quiere
con suficiente intensidad
, y no hace los esfuerzos necesarios, nunca se desarrollará. De manera que en esto no hay injusticia. ¿Por qué debería tener lo que no quiere? Si al hombre se le forzara a convertirse en un ser diferente, cuando está satisfecho de lo que es, esto si sería entonces injusticia.
Ahora preguntémonos qué significa un
ser diferente
. Si consideramos todo el material que podamos conseguir, que se refiera a esta proposición, encontramos la afirmación de que al hacerse un ser diferente el hombre adquiere muchas nuevas cualidades y poderes que no posee ahora. Esta es una afirmación común encontrada en toda clase de sistemas que admiten la idea de un crecimiento psicológico o interior del hombre.
Pero esto no es suficiente. Aun la descripción más detallada de estos nuevos poderes no nos ayudará en forma alguna a comprender cómo aparecen ni de dónde vienen.
En las teorías generalmente conocidas falta un eslabón, aun en aquellas que acabo de mencionar que están basadas en la idea de la posibilidad de evolución del hombre.
La verdad es que antes de que el hombre adquiera cualesquiera
nuevas
facultades o poderes, que no conoce ni posee ahora, tiene que adquirir facultades y poderes
que tampoco posee
, pero que se arroga a sí mismo; es decir, que cree que las conoce y que las puede usar o controlar.
Este es el eslabón que falta, y
éste es el punto más importante
.
Por el camino de la evolución, que ha sido descrito como un camino basado en el esfuerzo y en la ayuda, el hombre debe adquirir cualidades que cree que ya posee, pero sobre las cuales se engaña a sí mismo.
Para poder comprenderlo mejor, y saber qué facultades y poderes puede adquirir el hombre, tanto completamente nuevos como inesperados, y también aquellos que se imagina que ya posee, tenemos que partir del conocimiento general que tiene el hombre de sí mismo.
Y así llegamos, de inmediato, a un hecho muy importante.
El hombre no se conoce a sí mismo
.
No conoce, ni sus propias limitaciones, ni sus propias posibilidades. Ni siquiera conoce lo mucho que no se conoce.
El hombre ha inventado muchas máquinas, y sabe que una máquina complicada necesita algunas veces años de estudio cuidadoso antes de poder usarla o controlarla. Pero no aplica este conocimiento a sí mismo, aunque él mismo sea una máquina mucho más complicada que cualquier máquina que ha inventado.
Tiene toda clase de ideas falsas acerca de sí mismo. Ante todo, no se da cuenta de que él
es verdaderamente una máquina
.
¿Qué quiere decir que el hombre es una máquina?
Quiere decir que no tiene
movimientos independientes
, ni dentro ni fuera de él. Es una máquina que es puesta en movimiento por
influencias externas y por impactos exteriores
.
Todos sus movimientos, acciones, palabras, ideas, emociones, humores y pensamientos son producidos por influencias exteriores. Por sí mismo, es tan sólo un autómata con cierta provisión de recuerdos de experiencias previas y cierta cantidad de energía de reserva.
Tenemos que comprender que el hombre no puede hacer nada
.
Pero él no se da cuenta de ello y se atribuye la
capacidad
de hacer. Esta es la primera cosa falsa que el hombre se arroga.
Esto tiene que comprenderse con toda claridad.
El hombre no puede hacer
. Todo lo que el hombre cree que hace, en realidad sucede. Sucede exactamente como "llueve" o "nieva".
En español no hay formas impersonales de verbos que se puedan usar en relación con las acciones del hombre. De manera que tenemos que seguir diciendo que el hombre piensa, lee, escribe, ama, odia, comienza guerras, pelea, etc. En realidad todo ello
sucede
.
El hombre no puede moverse, pensar o hablar de
motu propio
. Es una marioneta tirada de aquí y de allá por hilos invisibles. Si así lo comprende puede aprender más sobre sí mismo, y tal vez entonces las cosas comiencen a cambiar para él. Pero si no puede darse cuenta ni comprender su
total mecanicidad
, o si no quiere aceptarla como un hecho, no puede aprender nada más y las cosas no pueden cambiar para él.
El hombre es una máquina
, pero una máquina muy peculiar. Es una máquina que, en las circunstancias adecuadas, y con el tratamiento adecuado,
puede saber que es una máquina
. Al darse plena cuenta de ello puede encontrar los medios para dejar de ser una máquina.
Ante todo, el hombre debe saber que él no es uno; él es muchos. No tiene un Yo permanente e inmutable. Él es siempre diferente. En un momento es uno, en el siguiente momento es otro, en el tercer momento es un tercero, y así sucesivamente, casi sin término.
La ilusión de unidad o unicidad se crea en el hombre, ante todo, por la sensación de un cuerpo físico, luego
por su nombre
, que en casos normales siempre sigue siendo el mismo, y tercero, por cierto número de hábitos mecánicos que le son implantados por la educación o los adquiere por imitación. Al tener siempre las mismas sensaciones físicas, al oír siempre el mismo nombre, y al notar en sí mismo los mismos hábitos e inclinaciones que tenía antes, se cree ser siempre el mismo.
En realidad no hay unidad en el hombre y no hay un centro de control, ni un Yo permanente.
Este es el esquema general del hombre:
Cada pensamiento, cada sentimiento, cada sensación, cada deseo, cada gusto y cada aversión es un "yo". Estos "yoes" no están conectados entre sí, ni coordinados en forma alguna. Cada uno depende de los cambios de las circunstancias exteriores, y de los cambios de las impresiones.
Algunos siguen mecánicamente a otro, y algunos aparecen siempre acompañados de otros. Pero en esto no hay ni orden ni sistema.
Hay ciertos grupos de "yoes" que están ligados naturalmente. Hablaremos de estos grupos posteriormente. Por ahora debemos tratar de comprender que hay grupos de "yoes" ligados tan solo por asociaciones accidentales, recuerdos accidentales, o semejanzas totalmente imaginarias.
En todo momento, cada uno de estos "yoes" sólo representa a una muy pequeña parte de nuestro "cerebro", "mente", o "inteligencia"; pero cada uno de ellos pretende representar
a la totalidad
. Cuando el hombre dice "yo", cree que está expresando la totalidad de sí mismo, pero en realidad, aun cuando lo pretenda, es sólo un pensamiento pasajero, un deseo pasajero. Una hora después lo puede haber olvidado completamente, y expresar con la misma convicción una opinión, un punto de vista, o un interés opuesto. Lo peor de todo es que el hombre no lo recuerda. En la mayoría de los casos cree en el último yo que se expresó, mientras éste dure: esto es, hasta que otro "yo", a veces totalmente desconectado del precedente, no exprese su opinión o deseo en un tono más fuerte que el primero.
Volvamos ahora a las otras dos preguntas:
¿Qué significa "desarrollo"? ¿Y qué quiere decir que el hombre tiene que llegar a ser "un ser diferente"? En otras palabras, ¿qué clase de cambio
es posible
para el hombre?, y ¿cómo y
cuándo
comienza este cambio?
Ya se ha dicho que el cambio comenzará con aquellos poderes y capacidades que el hombre
se atribuye a sí mismo
, pero que en realidad no posee.
Esto quiere decir que antes de que adquiera cualesquiera
nuevos
poderes o capacidades, el hombre debe desarrollar en sí mismo las capacidades que cree poseer y sobre las cuales tiene las más grandes ilusiones.
El desarrollo no puede comenzar basado en la mentira qué uno se hace a sí mismo, ni engañándose a sí mismo. El hombre debe saber lo que tiene y lo que no tiene. Esto significa que debe darse cuenta de que no posee las cualidades ya descritas que se arroga a sí mismo, o sea:
la capacidad de hacer, la individualidad o unidad, un Yo permanente, y además Conciencia y Voluntad
.
Y es necesario que el hombre lo sepa, porque mientras crea que posee estas cualidades no hará los esfuerzos apropiados para adquirirlas, exactamente como un hombre que no comprará cosas caras, pagando un alto precio por ellas, si cree que ya las posee.
La más importante y la más engañosa de estas cualidades es
la conciencia
. Y el cambio en el hombre comienza por el cambio de su comprensión del
significado de la conciencia
, para seguir luego con la adquisición gradual de su dominio sobre ella.
¿Qué es la conciencia?
En la mayoría de los casos en el lenguaje ordinario se usa la palabra "conciencia" como un equivalente de la palabra "inteligencia", en el sentido de
actividad de la mente
.
En realidad, la conciencia es una especie muy particular de "darse cuenta" en el hombre, independiente de su actividad mental. Ante todo,
"darse cuenta" de sí mismo
, darse cuenta
de quién es él
,
de dónde está
, y más aun "darse cuenta" de lo que sabe, de lo que no sabe, y así sucesivamente.
Sólo uno mismo puede saber si en un momento dado está "consciente" o no. Esto fue probado hace mucho tiempo en cierta corriente de pensamiento en la psicología europea, la que comprendió que sólo el mismo hombre puede conocer ciertas cosas acerca de sí.
Aplicándolo a la conciencia, quiere decir que sólo un mismo hombre puede saber si su conciencia existe en un momento o no. Esto quiere decir que la presencia o la ausencia de la conciencia en un hombre no se puede probar por la observación de sus actos exteriores. Como ya lo he dicho, este hecho fue probado hace mucho tiempo, pero su importancia nunca fue totalmente comprendida, porque siempre se le ligaba con la comprensión de la conciencia como un proceso mental o una actividad de la mente. Si un hombre se da cuenta de que no estaba consciente hasta el momento en que lo percibe, y luego se olvida de esta percepción, o aun si la recuerda, esto no es conciencia. Es tan solo el recuerdo de una fuerte percepción.
Quiero ahora atraer su atención hacia otro hecho que ha sido perdido de vista por todas las escuelas modernas de psicología.
Es un hecho que la conciencia en el hombre, no importa cómo se la mire, nunca permanece en el mismo estado. Existe, o no está. Los momentos más elevados de conciencia crean
memoria
. Los otros momentos, el hombre simplemente no los recuerda. Esto, más que nada, produce en el hombre la ilusión de conciencia continua o de un continuo "darse cuenta de sí ".