Mi vida en la formula uno (7 page)

BOOK: Mi vida en la formula uno
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Mientras la situación en Lamborghini empezaba a agriarse, yo estaba ocupado enviando cartas a todos los equipos de carreras, en espera de que alguien tuviera un lugar para mí. La otra oportunidad que me dieron fue trabajar para John Mecom en Estados Unidos. Conocí a John en Módena un par de años antes cuando vino a comprar Ferrari. ¡Sí, era así de rico! Era uno de los productores de petróleo más grandes de Texas, si no es que el más grande, pero era un hombre muy aterrizado y un entusiasta fanático de las carreras que, al ver la oportunidad de comprar Ferrari cuando estaba débil en 1962, intentó conseguirlo. Pero, por supuesto, FIAT no permitiría que Ferrari, la joya de la corona de la industria automotriz italiana, cayera en manos extranjeras y entraron al rescate de Ferrari.

Mecom regresó a Módena en 1964, tras estar en África y Persia, donde el gobierno había expropiado algunos de sus pozos petroleros, lo cual le costó la pérdida de varios millones de dólares, pero no parecía demasiado molesto al respecto. Aprovechamos la oportunidad de invitarlo a Santa Agata a visitar la fábrica Lamborghini, cosa que hizo y pareció muy interesado e impresionado, en especial con el banco de prueba de motores. También le mostramos todos los dibujos y lo que había hecho la oficina de diseño, sin el conocimiento de Lamborghini, para el primer auto Sport prototipo de carreras.

Le gustó todo lo que vio, pero recién habiendo perdido varios millones de dólares, quizás no estaba con ánimo de gastar. No que Lamborghini ya estuviera listo para vender, pero me habría encantado que él comprara el método y los conocimientos de trabajo y creara la división de carreras de Lamborghini. Tal vez si hubiéramos tenido algo más tangible que simples dibujos clandestinos, él hubiera quedado más impresionado. Comimos en el mejor lugar de Módena, el Real Fini, y esperamos hasta pasada la madrugada mientras le llegaban noticias de sus autos de carreras Chevrolet Corvette Stingrays que estaban compitiendo en las 12 Horas de Sebring, pero ninguno de los tres acabó.

Cuando nos despedimos, me pidió que me mantuviera en contacto y que si alguna vez cambiaba de parecer yo sería más que bienvenido en su equipo en EU. Por halagador que fuera, no pensaba que el futuro estuviera en Estados Unidos. Vine a Europa a hacer una carrera en el automovilismo internacional e ir a Estados Unidos sólo habría sido un alto en el camino y no lo real, aunque el dinero era muy tentador. Por otro lado, habría llegado ahí con algo positivo y no tenido que comenzar de cero otra vez.

El primer registro del aspirante a piloto de carreras.

En el autódromo de Módena con Sarita y Ricardo Rodríguez y Juan Manuel Bordeu.

Con Giancarlo Baghetti, en Zandvoort, en 1962; él es uno de los dos pilotos en ganar su primer AMG, lo que logró en su debut en Francia, en 1961.

En Le Mans con Gian Paolo Dallara, de Maserati, uno de mis primeros mentores.

Con Ricardo y el jefe de mecánicos, Becchi, en Monza, 1962.

Pedro Rodríguez con su padre, Don Pedro, en Le Mans.

Con Dan Gurney en Monza, 1962. No sabía lo involucrado que iba a estar posteriormente con el gran piloto estadounidense.

Con Enzo Ferrari en una sesión de práctica; siempre había un aura de grandeza a su alrededor.

Probando en Módena, 1962: Ricardo, Juan Manuel Bordeu, yo, Lorenzo Bandini y Phil Hill.

En el equipo JW Automotive: nunca estabas lejos de los ojos de los dos Johns, Horsman y Wyer, pero fueron tiempos alegres.

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