Read La puta de Babilonia Online
Authors: Fernando Vallejo
"Una voz se oye en Ramá con llanto y lamento amargo: es Raquel que llora por sus hijos y se niega a ser consolada porque ya no existen", ¡Quién que lea este versículo de Jeremías (31:15) puede pensar que está anunciando la matanza de los inocentes que cuenta Mateo! Pues es lo que sostiene este fabulador cuando después de inventarnos que Herodes mandó matar a todos los niños de Belén y su comarca de dos años para abajo termina diciendo: "Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías", y nos suelta el versículo. Y según el mismo fantaseador, la profecía de que Jesús iba a nacer en Belén (Mateo 2:5,6) es este versículo de Miqueas: "Pero tú, Belén Efrata, aunque eres la más pequeña entre todos los pueblos de Judá, me darás al que debe gobernar a Israel" (Miqueas 5:1). Y la profecía de la huida a Egipto (Mateo 2:15) es este versículo de Oseas: "Cuando Israel era niño lo amé y de Egipto llamé a mi hijo" (Oseas 11:1). Y dice Mateo en 4:12-16: "Cuando oyó que Juan (Bautista) había sido encarcelado se retiró a Galilea. Y dejando Nazaret se fue a vivir a Cafarnaún, ciudad marítima, en los confines de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías: 'Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí en el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles, para el pueblo que yacía en tinieblas una gran luz ha amanecido"', Si en vez de Cafarnaún Cristo se hubiera ido a vivir a Corazín, o a Genesartet, o a Magdala, o a Tiberiades, o a Seforis también se habría cumplido la profecía.
Y escribe Juan (19:32-37): ''Vinieron los soldados y les quebraron las piernas a los que habían crucificado con él. Pero cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto no le quebraron las piernas sino que uno de los soldados le abrió el costado con la lanza y al instante brotó sangre y agua. El que lo vio da testimonio y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice la verdad para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumplieran las Escrituras: 'No le quebrantarán ni un hueso'. Y también otro pasaje de las Escrituras dice: 'Mirarán al que traspasaron'''. El primer pasaje es de los Salmos (34:20,21) y lo que dice es: "Aunque el justo padezca muchos males de todos los librará Yavé. Él cuida con afán todos sus huesos, y no le será quebrado ni uno de ellos". O sea lo contrario de lo que le pasó a Jesús: es cierto que no le quebraron ni un hueso, ¡pero lo mataron! En cuanto al segundo pasaje es de Zacarías (12:10) y en él dice Yavé: "Y derramaré sobre la casa de David y los moradores de Jerusalén espíritu de gracia, y llorarán por mí, a quien traspasaron, como se llora la pérdida de un hijo único". ¡Cuándo han llorado los judíos por la muerte de Jesús! ¡Nada más faltaba!
En estas profecías de retardados mentales para retardados mentales se basa la Puta para probar que, puesto que se cumplieron, Cristo sí existió y fue el enviado de Dios. Pero hay más, un pasaje de Lucas (24:41-44) en que es Cristo el que sin el menor pudor se atribuye a sí mismo el cumplimiento de lo anunciado en las escrituras. Escribe Lucas que Cristo se les aparece resucitado a "los once" y les dice que lo palpen para que comprueben que no es un espíritu y que ha resucitado en carne y hueso. "Y diciendo esto les mostró las manos y los pies. Y como ellos, aunque llenos de gozo, seguían sin creer maravillados, les dijo: '¿Tenéis algo de comer?'. Entonces le dieron parte de un pez asado y miel. Y tomando el pez comió y les dijo: 'Ya os decía cuando aún estaba con vosotros que había de cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos"'. Pretencioso el hombre, ¿no? Y en Mateo 13:13-15 les explica a los apóstoles: "Por eso les hablo (al pueblo ignaro) en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden. Y se cumple en ellos la profecía de Isaías que dijo: 'Oiréis, pero no entenderéis; miraréis, pero no veréis. Porque el corazón de este pueblo se ha embotado"'. Pero no hay tal profecía en Isaías. Lo que éste cuenta es que en el año en que murió el rey Ozías, Yavé lo envía a decirle al pueblo que por más que oigan no entenderán y por más que miren nunca verán de suerte que acabarán siendo destruidos a causa de su cerrazón mental, y sus ciudades serán asoladas y sus tierras quedarán vueltas un desierto. Lo cual no sólo es un mensaje perverso sino inútil, pues si Yavé sabe que el pueblo no va a hacer caso, ¿para qué manda a Isaías? Por lo demás los oídos sordos no son sólo de los tiempos de Isaías o de Jesús sino de todos los tiempos. ¡Cuánto no llevo explicando por qué hay que repudiar a la Puta! Más le hace el viento a Juárez cuando le sopla a su estatua.
¿Y para qué habla Cristo en parábolas si, como nos dice, el pueblo cerril no escucha ni entiende? En Mateo 13:18-35 le propone a la multitud una después de la otra las parábolas del sembrador, la cizaña, el grano de mostaza y la levadura, tras lo cual nos dice el evangelista: "Todas estas cosas se las dijo Jesús a las multitudes en parábolas y de nada les hablaba sino en parábolas para que se cumpliese lo dicho por medio del profeta: 'Abriré mi boca en parábolas y proclamaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo'''. ¡Pero cuál profeta! Lo que cita Mateo no es de ningún profeta. Es el versículo 2 del Salmo 78 que dice: "En parábolas vaya abrir mi boca y evocaré los enigmas del pasado". Como sea, con profeta o sin profeta: ni las multitudes entienden las parábolas de Cristo ni tampoco las entienden sus discípulos: "Entonces después de despedir a las multitudes entró en la casa y sus discípulos le dijeron: 'Explícanos la parábola de la cizaña del campo'. Él les respondió: 'El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno. El enemigo que la sembró es el Diablo; la siega es el fin del mundo; los segadores son los ángeles"', etc. (Mateo 13:36-43). Éstas son equivalencias abusivas, adivinanzas. El mundo es el mundo y no un campo, y los ángeles son los ángeles y no segadores, etcétera.
Cristo es un engendro fraguado por Roma, centro del imperio y del mundo helenizado, a partir del año 100, juntando rasgos tomados de los mitos de Atis de Frigia, Dioniso de Grecia, Buda de Nepal, Krishna de la India, Osiris y su hijo Horus de Egipto, Zoroastro y Mitra de Persia y toda una serie de dioses y redentores del género humano que lo precedieron en siglos y aun en milenios y que el mundo mediterráneo conoció a raíz de la conquista de Persia y la India por Alejandro Magno. El cristianismo de los primeros tiempos tuvo que competir con varios de los misterios de Asia Menor y en especial con el mitraísmo, la gran religión del imperio de la que tanto tomó y a la que sólo se pudo imponer con el apoyo de Constantino y sus sucesores, ya bien avanzado el siglo III. Cristo nació el 25 de diciembre de una Virgen, y en la misma fecha, que es el solsticio de invierno, nacieron Atis, de la Virgen Nana; Buda, de la Virgen Maya; Krishna, de la Virgen Devaki; Horus, de la Virgen Isis, en un pesebre y en una cueva. También Mitra nació el 25 de diciembre, de una virgen, en una cueva y lo visitaron pastores que le trajeron regalos. Y de una virgen también nació Zoroastro o Zaratustra.
Atis murió por la salvación de la humanidad crucificado en un árbol, descendió al submundo y resucitó después de tres días. Mitra tuvo doce discípulos; pronunció un Sermón de la Montaña; fue llamado el Buen Pastor; lo consideraron la Verdad y la Luz, el Logos, el Redentor, el Salvador y el Mesías; se sacrificó por la paz del mundo; fue enterrado y resucitó a los tres días; su día sagrado era el domingo y su religión tenía una eucaristía o Cena del Señor en que decía: "El que no coma de mi cuerpo ni beba de mi sangre de suerte que sea uno conmigo y yo con él, no se salvará".
Buda fue bautizado con agua estando presente en su bautizo el Espíritu de Dios, enseñó en el templo a los 12 años, curó a los enfermos, caminó sobre el agua y alimentó a quinientos hombres de una cesta de bizcochos; sus seguidores hacían votos de pobreza y renunciaban al mundo; fue llamado el Señor, Maestro, la Luz del Mundo, Dios de Dioses, Altísimo, Redentor y Santo; resucitó y ascendió corporalmente al Nirvana.
Dioniso también resucitó y fue llamado Rey de Reyes, Dios de Dioses, el Unigénito, el Ungido, el Redentor y el Salvador. Horus fue bautizado en el río Eridanus por Anup el Bautista que fue decapitado; a los 12 años enseñó en el templo y fue bautizado a los 30; fue llamado el "Ungido", la Verdad, la Luz, el Mesías, el Hijo del Hombre, la Palabra Encarnada, el Buen Pastor y el Cordero de Dios; hizo milagros, exorcizó demonios, resucitó a Azarus y caminó sobre el agua; pronunció un Sermón de la Montaña y se transfiguró en lo alto de un monte; fue crucificado entre dos ladrones y resucitó después de ser enterrado tres días en una tumba.
Krishna fue hijo de un carpintero, su nacimiento fue anunciado por una estrella en el oriente y esperado por pastores que le llevaron especias como regalo; tuvo doce discípulos; fue llamado el Buen Pastor e identificado con el cordero; también fue llamado el Redentor, el Primogénito y la Palabra Universal; hizo milagros, resucitó muertos y curó leprosos, sordos y ciegos; murió hacia los 30 años por la salvación de la humanidad y el sol se oscureció a su muerte; resucitó de entre los muertos, ascendió al cielo y fue la segunda persona de una Trinidad.
Zoroastro fue bautizado en un río con agua, fuego y viento santo; fue tentado en el desierto por el Diablo y empezó su ministerio a los 30 años; expulsó demonios y le devolvió la vista a un ciego; predicó sobre el cielo y el infierno, sobre la resurrección, el juicio, la salvación y el apocalipsis.
¿Y qué son las palabras atribuidas a este engendro mitológico de Cristo sino un batiburrillo sacado de los libros canónicos y apócrifos de la Biblia hebrea y de la sabiduría popular? El Sermón de la Montaña ha sido tomado de los Salmos, Isaías, los Proverbios y el Eclesiástico. Y sus bienaventuranzas provienen del quinto tratado (capítulos 91-107) del Libro de Enoc y del Libro de los Nazarenos que dice: "Bienaventurados los pacíficos, los justos, los creyentes", "da de comer al hambriento, da de beber al sediento, viste al desnudo" y "que tu mano derecha no sepa qué limosna da la izquierda". Y el llamado "pequeño Apocalipsis" de los evangelios sinópticos tiene frases tomadas al pie de la letra de ese mismo Libro de Enoc, así como del Libro de los Jubileos y del Testamento de los Doce Patriarcas. El dicho de Cristo de que "es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre al reino de Dios" es un proverbio que está en el Talmud. Y su precepto de que 'Trata a los demás como quisieras que te trataran a ti" está en el libro de Tobías (4:15): "Lo que no quieras que te hagan no se lo hagas a los demás". Y también se lo atribuyen al famoso rabino Hillel, contemporáneo de Jesús: "No le hagas a los demás lo que no te guste que te hagan a ti, ésa es la ley en pocas palabras y lo demás es comentario". Y de la sabiduría popular y no de Jesús son los dichos "Nadie echa vino en odres viejos" (Marcos 2:22) y "¿Desde cuándo los sanos necesitan médico?" (Mateo 9:12).
Ni siquiera es original que enseñe con parábolas, narraciones fingidas con que pretende explicarnos su tan cacareado Reino de los Cielos, pues Krishna y los budistas también recurrieron a ese género y asimismo los jainistas, de quienes provienen las parábolas del hijo pródigo y el sembrador. En cuanto a las de Cristo, cuando no son adivinanzas infantiles son brumosas, insensatas, inmorales y arbitrarias, llenas de violencia e injusticia, de mentirosos, asesinos, opresores, ingratos, torturadores y traficantes de esclavos que él no reprueba. En vano busca uno en ellas una mínima compasión o comprensión o humanidad. ¡Qué más arbitrariedad e injusticia que la que consagra esa parábola de los labradores de la viña que cuenta Mateo en 20:1-161 En ella un patrón les paga igual a los labradores que contrató al amanecer que a los que contrató al atardecer, y cuando estos últimos se lo reprochan, a uno de ellos le contesta: "Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no conviniste conmigo en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿No puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O es que vas a ver con malos ojos que yo sea bueno? Así los últimos serán los primeros y los primeros los últimos". Esta parábola empieza diciendo: "El Reino de los Cielos es semejante a un patrón que salió al amanecer a contratar obreros para su viña". Pues si ése el Reino de los Cielos sale sobrando pues es igual al mísero reino injusto de este mundo que pesa sobre nosotros día a día y que es obra del patrón, de Dios, que lo creó dándole a cada quien según su divina y real gana, haciendo a unos bueyes y a otros hombres, a unos esclavos y a otros amos, a unos ricos y a otros pobres, a unos bellos y a otros feos, a unos tontos y a otros inteligentes. La de los labradores de la viña es la parábola de la injusticia, la del horror de este mundo, pero resume a cabalidad las enseñanzas de Cristoloco, un impostor confundidor que nunca buscó iluminar ni ennoblecer.
Cura a un ciego en Jericó, resucita a un muerto en Naín, hace andar a un paralítico en Cafarnaún, expulsa a unos demonios en Gerasa, se mete a las sinagogas a predicar sin que se lo pida nadie. Va, viene, sube, baja, cita a Isaías, los Salmos, el Éxodo, el Levítico, el Deuteronomio como televangelista con micrófono. Con los fariseos se enzarza en tremendas discusiones acerca de la Ley y los Profetas, y con argucias de sofista y una casuística digna del jesuita más pérfido los vence. De haber vivido hoy lo habrían contratado como abogado Enron y Halliburton.
Es el Mesías en quien se cumplen todas las profecías. Pero no uno local que viene a salvar a Israel sino el mismísimo redentor de todo el género humano. Él es el Hijo.
—¿El Hijo de quién?
—Pues del Padre.
—¿De Yavé?
—Ah, compadre, ahí sí me la está poniendo muy peliaguda. Dejémoslo simplemente en el Hijo. O si prefiere, el Señor.
—¿Pero no se le dice pues "Señor" también al Padre?
—Sí, pero es que son dos. Dos "Señores" distintos en un solo Dios verdadero.
—Con la paloma del Espíritu Santo arriba y en medio de ellos.
—Exacto.
—¡Ah, compadre, qué feliz me hace! Hablo en prosa y soy teólogo.
Hoy es opinión casi unánime entre los eruditos imparciales que el evangelio más antiguo es el de Marcos, que en él se basan los de Mateo y Lucas y que los tres fueron escritos originalmente en griego. Y es que el Evangelio de Mateo reproduce el noventa por ciento del de Marcos y el de Lucas reproduce el cincuenta y siete por ciento. y sin embargo la Puta, apoyándose en una incierta cita de Papías hecha por Eusebio en su Historia eclesiástica, ha sostenido siempre, y con la mayor desfachatez lo sigue sosteniendo hoy en día, que el Evangelio de Mateo fue el primero y que fue escrito originalmente en arameo. ¡Claro, para acercarlo lo más posible a Cristo! Sólo hasta principios del siglo XIX se empezó a cuestionar esta tesis que una simple comparación de los evangelios revela como equivocada. De entonces data el término "sinóptico" (del griego ''ver al mismo tiempo"), que le debemos a Griesbach, para agrupar estos tres evangelios por oposición al de Juan, del que difieren en esencia. Si el Evangelio de Marcos, que es el más corto, coincide casi en su totalidad con el de Mateo, que es bastante más largo, esto significa que Mateo fue el que tomó a Marcos y le agregó cosas, y no al revés. E igual pasa con Lucas. Por mil seiscientos años, vale decir del 200 hasta 1800, la Puta impidió que se hiciera esta constatación evidente. Además de coincidir en lo que han tomado de Marcos, los evangelios de Mateo y Lucas coinciden en lo que han tomado de una segunda fuente de dichos atribuidos a Jesús que no ha subsistido en ninguna copia y que los eruditos designan con la palabra alemana Quelle (fuente) abreviada a Q. En fin, para unos breves pasajes de Mateo se ha postulado una tercera fuente designada como M, y para otros breves pasajes de Lucas una cuarta fuente designada como L. Mateo y Lucas son pues, en esencia, un Marcos aumentado.