A su lado, Kate trató de controlar en todo momento el proceso de aquella recapitulación interior para que Adán no corriera peligro con las convulsiones. Su cuerpo en repetidas veces se arqueó y movilizó involuntariamente; aunque sus ojos estaban cerrados, se movían rápidamente indicando la fase rem. Incluso la potencia del cuarzo sobre la hipófisis era tal que tuvo dos erecciones sin estar consciente de ello.
Luego de lo que le pareció una eternidad, volvió a abrir los ojos poco a poco.
—¿Cómo te encuentras? —susurró Kate.
Adán sólo sonrió con los ojos entreabiertos.
—Ha sido un viaje increíble —su VOZ era muy suave.
—¿Qué has visto? ¿Puedes contarme?
Adán hizo un esfuerzo.
—Fue muy intenso —comenzó a relatar con entusiasmo—. Lo primero que vi en el ojo de mi mente fue una luz que borró mis recuerdos personales y me hizo sentir como si flotara y la extraña sensación de que un vacío abarcaba todo lo que existe.
Kate sonrió dulcemente.
—Luego vi cómo los planetas de nuestro sistema solar estaban conectados por una especie de ola energética que unía el universo sin que hubiera ninguna división. La Tierra se veía lejana y bella, un globo lleno de paz.
Frunció el ceño, le costaba expresar todos sus recuerdos.
—Posteriormente se me apareció una visión extraña. La Tierra, en su origen, era sembrada por seres que venían de las estrellas, unos seres que emitían una luz muy fuerte, altos y llenos de claridad en sus ojos, con un aspecto más bello que el humano. Aquellos seres, que estaban vinculados entre sí por medio del mismo océano de luz que unía a todo el universo, a través de experimentos genéticos creaban la nueva raza que comenzó a habitar la Tierra.
—Entre ellos circulaba la misma corriente de pensamiento; todos trabajaban para un mismo fin, un proyecto divino: la siembra del
Homo sapiens
. Se llamaban
Elohim
, eran seres avanzados de otros rincones del cosmos, creadores de la humanidad por orden de La Fuente Original.
—Primero fueron de un color oscuro como el ébano, luego rojo, luego amarillo y luego blanco. Aquellos
Elohim
—seres de luz mitad femeninos, mitad masculinos— pusieron la primera marca en el útero de varias mujeres de luz y, al mismo tiempo, originaban los primeros seres sobre el planeta. Fueron bebés que los seres de luz protegieron durante bastante tiempo hasta que se valieron por sí mismos. Se comunicaban telepáticamente.
Adán estaba emocionado por lo que sentía.
—Percibí que existía una corriente extraña en el ambiente, la sensación de que el espacio-tiempo no existía. Aquello era muy gratificante.
Kate notó que el sexólogo hacía un esfuerzo por rememorar aquello.
—Luego todo fue como una gran fiesta cósmica, muchos seres de luz llegaban desde distintas zonas del espacio para ver la nueva creación. Venían en una especie de naves circulares muy grandes y volaban a gran velocidad. Todo aquello era un espectáculo de luces y sensaciones. Lo que más me llamó la atención era que todos parecían hechos de luz, con su aura tremendamente brillante, no lo sé exactamente.
Kate alzó una ceja.
—Parecía que había ciertas jerarquías dentro de aquellos seres creadores —dijo Adán, mirándola a los ojos.
—¿Jerarquías?
Adán asintió.
—Sí, maestros superiores, otros científicos, otros seres de luz trabajadores, no lo supe distinguir todo.
—¿De donde venían?
—De las estrellas —afirmó Adán, con euforia en su VOZ—. De la constelación de Sirio, de las Pléyades y de las estrellas conocidas como los Tres Reyes, Orión.
Kate tenía una expresión luminosa en el rostro.
—Sigue.
Adán se quedó sentado con las piernas cruzadas, Kate le acercó una manta para que no se quedara frío pero él no la necesitaba ya que sentía un fuerte calor interno.
—En la Tierra convivían los animales y una especie de hombres más rudimentarios, tal vez los
Homo erectus
o los Neanderthales, se veían primitivos y poblaban libremente la Tierra.
—¿Y los nuevos bebés?
—Crecieron, pude ver cómo todo pasaba rápidamente. Luego esos bebés se hicieron niños, adolescentes, mayores. Pero tenían un contacto consciente en su interior, desplegaban un lenguaje universal y no se comportaban como los
Homo erectus
; eran seres avanzados, llenos de energía, poderes y luminosidad. Al cabo de lo que me pareció una respiración, los seres de luz que crearon a las mujeres y hombres originales se marcharon y dejaron que la civilización comenzara por sí misma.
Kate abrió los ojos grandes.
—Lemuria —Adán arqueó una ceja y asintió a estas palabras de Kate—. Fue la primera civilización antes que los atlantes. ¿Allí terminó todo?
—No. Al irse, los seres de luz les dejaron el mensaje de que volverían cada cierto tiempo; también dejaron un código para mantener su conciencia cósmica y no perder la conexión con el universo. Usarían su energía para crear una civilización y se guiarían por la libertad de creación y unidad. Ellos confiaban en que la siembra de la semilla de luz, del ADN matriz original, prosperara de acuerdo con sus planes. Tengo la certeza de que aquello que he visto fue un experimento.
—Sigue.
Adán tomó conciencia. Su corazón experimentó una sensación de euforia.
—¡Nunca hemos estado solos! ¡Ellos han sido el eslabón perdido que siempre buscó la ciencia!
Kate sonrió.
—Además aquellos arquetipos originales de los primeros seres, cuyo material genético primordial formaba la sustancia de la primera raza de seres humanos, tenían unos poderosos patrones vibratorios y la posibilidad de contactarse mediante el pensamiento, ya que tenían un tejido interior de complejos códigos de luz con un increíble ADN activo en sus doce hebras.
—Esto debería escucharlo el doctor Krüger —dijo Kate con énfasis—, ninguno de nosotros ni los niños hemos podido ir tan lejos en nuestros viajes de conciencia.
Adán se quedó con la vista fija en el suelo, mirando sin mirar, sus ojos estaban recordando aquellas vivencias.
—El material genético de estas cuatro primeras razas estaba unido a un programa especial del
Homo sapiens
, al combinar el ADN de las cuatro razas en una misma matriz. Los seres superiores y maestros genetistas potenciaron todas las hebras para que el material genético fundamental pudiera tener una frecuencia planetaria en pleno contacto con ellos y con todo el universo. Así, el prototipo original estaba en armonía con su verdadero origen. No había indicios de muerte, aquello era pura luz, el Paraíso, el Jardín del Edén.
Kate estaba impactada y le pidió que siguiera narrándole todo con el mayor detalle posible.
—Luego los seres de la Tierra se reprodujeron y crearon más, así formaron la primera civilización inteligente avanzada.
—¿Cómo se conectaban? —quiso saber ella—. Dijiste que mediante la telepatía, pero, ¿y con los seres dimensionales que los habían creado?
—Mediante cuarzos como éste —dijo Adán y señaló al que tenía en sus manos, el cual había quedado muy caliente—. Sus ciudades comenzaron a iluminarse con grandes cristales de más de un metro de alto, como si fuesen farolas de luz. La gente llevaba colgado un cristal en su cuello como un pasaporte personal con información.
Adán se sobresaltó.
—¡El cristal de cuarzo que Alexia lleva colgado!
—¿Qué te pasa? —le preguntó Kate al verlo alterarse.
—Tengo que comunicarme con Alexia, debe estar preocupada.
—Ahora lo haremos. Cuéntame más, aprovecha que tienes fresca la experiencia en tu mente.
Adán inhaló con profundidad para oxigenar su cerebro.
—Sentí que el modelo de Darwin de la evolución de las especies era correcto sólo hasta antes de la llegada a la Tierra de los seres de luz. Pero el eslabón perdido, los primeros humanos originales de cuatro colores primordiales fueron creados por seres dimensionales del espacio. Todos ellos descendientes de los primeros seres creados. También he visto cómo las civilizaciones avanzaban, llegaban a su esplendor y luego eran destruidas. Observé como apareció y luego desapareció una gran ciudad que podría ser la Atlántida, en lo que parecía ser sólo un instante, pues el tiempo no existía en mi visión.
Adán sintió que su corazón se agitaba al recordar una antigua tablilla sumeria grabada con los seres primitivos en actitud similar a como se hace con un bebé de probeta, dando la sensación de que cruzaron el ADN de los seres dimensionales con los primitivos. Aquella tablilla hallada por arqueólogos quizá hace referencia a la manera en que los primeros úteros habían sido preparados para el nacimiento de los seres humanos que ya vendrían con el código genético activado totalmente.
Kate vio que se distanciaba.
—¿Por qué perdimos aquella conciencia? ¿Pudiste verlo? ¿Por qué las civilizaciones de Lemuria y Atlántida perecieron?
—Por lo mismo que nos puede suceder a nosotros —aquellas palabras salieron del fondo de su vientre, casi como si no tuviera alternativa.
—¿Por qué? Dijiste que aquellos seres eran casi etéricos, no materiales.
Adán tomó una respiración profunda.
—Después de miles y miles de años, las civilizaciones se fueron corrompiendo y perdiendo contacto con su verdadero origen. Surgieron las eras geológicas, las edades y largos periodos. Todo fue cambiando, el poder y sobre todo el ego corrompieron a aquellas primeras civilizaciones, aunque eran muy avanzadas. ¡Todo lo he visto tan nítidamente! Los pueblos se separaron luego de esa gran inundación, aunque se mantuvo algo de la sabiduría original de la mano de Horus, el dios egipcio, descendiente atlante, y de otros seres de luz llenos de poder y sabiduría. Luego, con el correr de los milenios, la civilización comenzó a decaer.
—Así como he visto a los seres dimensionales de luz, los que crearon la raza humana, otros extraterrestres pequeños de color gris, de oscuras intenciones, comenzaron a llegar a la Tierra, inquietos por el nuevo experimento. Comenzaron a generar maniobras para desprogramar el ADN, neutralizando su funcionamiento original, el código de luz; aunque los seres dimensionales originales, servidores de La Fuente, enviaban cada tanto mensajeros solares para volver a encarrilar a las civilizaciones.
Kate estaba profundamente impresionada.
—A lo largo de la historia, la humanidad perdió progresivamente su conciencia original, se tergiversó totalmente el mensaje de los enviados, sobre todo por el afán de dominio de las religiones. Ahora, tal como lo señalaron los mayas, hemos llegado a un ciclo cósmico para que la Tierra renazca, para que lo oculto emerja a la superficie y los secretos salgan a la luz. ¡2012 es la oportunidad colectiva de retomar contacto con La Fuente!
Su rostro se iluminó al decir esas palabras. Al mismo tiempo, un haz del Sol entró por lo alto de aquella cúpula. Las dos imágenes proyectaban la belleza ancestral de una mujer y un hombre desnudos.
—El Sol —dijo Adán, casi susurrando.
—¿El Sol?
Adán se sentía completamente distinto luego del contacto con el cuarzo atlante, experimentaba claridad y un conocimiento profundo.
—Sí. El Sol estuvo más activo de lo habitual, lo que indica que ya está recibiendo la energía de La Fuente Central de la galaxia y completará su envío el 21 de diciembre, cuando una ola energética active las hélices del ADN de la gente. ¡El Sol siempre ha estado de nuestra parte! ¡Es un ser vivo! ¡Es la representación de la divinidad en nuestro sistema planetario! ¡Ellos lo sabían!
Kate escuchaba con suma atención todo.
—Los antiguos —respondió excitado—, las civilizaciones antiguas adoraban al Sol, a Ra, eran llamados los Radiantes, en Grecia lo llamaban Apolo, el dios Sol.
Aunque no lo dijo, Adán recordó cómo las personas se perdieron en los laberintos del fanatismo religioso, hasta que en el antiguo Egipto, el faraón Akhenatón, el marido de Nefertiti, afirmo que no había más Dios que uno solo, destituyendo las costumbres politeístas.
—Luego el progresivo olvido de la divinidad original, el correr del tiempo y, mucho más tarde, el cristianismo y demás religiones hicieron que la adoración a todas las fuerzas vitales como el Sol y la Naturaleza se considerara blasfemia, brujería, símbolo del demonio y pecado; terminaron por silenciar ese contacto esencial. Impusieron un culto muerto y sin sentido, haciendo que la gente se sintiera incluso más alejada de todo, creando una dualidad esquizofrénica en la mente del individuo.
—De aquella forma, Dios pasó a ser una entidad masculina, desconocida y lejana, dando así nacimiento al patriarcado represor; olvidándose La Fuente Original y su aspecto femenino. Terminaron de fundamentar la falsa creencia de que Dios estaba arriba y lejos, no dentro del código genético ni en la conciencia individual.
Kate estaba sorprendida con tantas cosas y buscó sacar la máxima información como hacía con los niños índigo.
—Todos hemos hecho el experimento con el cuarzo pero nadie ha podido obtener esa información.
Adán se alzó de hombros.
—No lo sé —respondió—, quizá yo he entrado a otros archivos distintos como quien entra a una misma computadora. El poder del cuarzo me llevó hacia allí.
—Volvamos al Sol —dijo Kate—, yo he visto unos informes que indican que es perjudicial y que está en un estado de combustión peli.
—¡No es peligroso! ¡El Sol está destruyendo las redes de control!