Cuentos inconclusos de Númenor y la Tierra Media (55 page)

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Authors: J.R.R. Tolkien

Tags: #Fantasía

BOOK: Cuentos inconclusos de Númenor y la Tierra Media
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Por toda la información reunida resulta claro que Gollum sabía cuando menos en qué dirección se encontraba la Comarca; pero aunque sin duda se le habría podido arrancar más con el tormento, era evidente que Sauron no sospechaba que Bolsón proviniera de una región muy distante de las Montañas Nubladas, o que Gollum supiera dónde estaban esas tierras, y supuso que sería posible encontrarlo en los Valles del Anduin, en el mismo sitio donde el propio Gollum había vivido una vez.

Éste era un pequeño error, y muy natural…, pero posiblemente el más importante que cometió Sauron en relación con todo ese asunto. Si no hubiera sido por él, los Jinetes Negros habrían llegado a la Comarca semanas antes.

En el texto B se cuenta algo más acerca del viaje de Aragorn con Gollum cautivo hacia el norte, al reino de Thranduil, y se consideran con mayor detalle las dudas de Sauron acerca de la conveniencia de recurrir a los Espectros de los Anillos con el fin de buscar el Anillo.

[Después de ser liberado de Mordor] no tardó Gollum en desaparecer en la Ciénaga de los Muertos, donde los emisarios de Sauron no podían seguirlo o no estaban dispuestos a hacerlo. Ningún otro espía de Sauron podía llevarle noticias. (El poder de Sauron en Eriador era probablemente muy escaso, y tenía allí pocos agentes; y los que enviaba eran a menudo estorbados o confundidos por los sirvientes de Saruman). Por tanto, por fin, resolvió recurrir a los Espectros de los Anillos. No había estado dispuesto a hacerlo antes, hasta que no supiera con precisión dónde se encontraba el Anillo, por varias razones. Eran, con mucho, los más poderosos de sus sirvientes, y los más adecuados para semejante misión, pues estaban esclavizados a los Nueve Anillos, que ahora él mismo guardaba en su poder. Jamás actuaban en contra de la voluntad de Sauron, y si uno de ellos, aunque fuera el Rey Brujo su capitán, se hubiera apoderado del Anillo Único, lo habría llevado a Sauron sin más demora. Pero tenían desventajas en tanto no empezara la guerra abierta (para la cual Sauron no estaba todavía preparado). Todos, excepto el Rey Brujo, eran capaces de perderse a la luz del día si iban solos; y todos, excepto una vez más el Rey Brujo, tenían miedo del agua, y salvo en casos de extrema necesidad, les repugnaba entrar en ella o cruzar una corriente a no ser que pudieran hacerlo por un puente que los mantuviera secos.
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Además, como arma principal manejaban el terror. Éste era en verdad mayor cuando estaban desnudos, invisibles; y era mayor también cuando se encontraban juntos. De modo que cualquier misión que emprendieran difícilmente podía mantenerse en secreto; y el cruce del Anduin y de otros ríos representaba un obstáculo. Por esas razones Sauron vaciló largo tiempo, pues no quería que sus principales enemigos se enteraran del propósito de sus servidores. Puede suponerse que Sauron no sabía al principio que nadie, salvo Gollum y «el ladrón Bolsón», supieran algo del Anillo. Hasta que apareció Gandalf y lo interrogó,
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Gollum no sabía que Gandalf tuviera alguna relación con Bilbo, ni siquiera sabía de la existencia de Gandalf.

Pero cuando Sauron se enteró de que sus enemigos habían capturado a Gollum, la situación tuvo un cambio drástico. Cuándo y cómo sucedió, por supuesto, no puede saberse con certeza. Probablemente, mucho después del acontecimiento en cuestión. De acuerdo con Aragorn, Gollum fue hecho cautivo al caer la noche del primer día de febrero. En la esperanza de que ninguno de los espías de Sauron lo advirtiera, Aragorn llevó a Gollum por el extremo norte de Emyn Muil y cruzó el Anduin justo por encima de Sarn Gebir. A menudo allí se arrojaban montones de leños desde la margen oriental, y atando a Gollum a un tronco, cruzó el río a nado con él, y siguió la marcha hacia el norte por senderos tan hacia el oeste como le era posible encontrarlos a lo largo de la linde del Fangorn, y así hasta cruzar el Limclaro, luego el Nimrodel y el Cauce de Plata a través del bosque de Lorien,
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y siguió adelante, evitando Moria y el Valle Dimrill, y cruzó el Gladio hasta que llegó cerca de Carroca. Allí volvió a cruzar el Anduin con ayuda de los Beórnidas, y entró en el Bosque. Todo el trayecto del viaje, a pie, tuvo aproximada-mente novecientas millas, y lo cubrió Aragorn con fatiga en cincuenta días, llegando a Thranduil el 21 de marzo.
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Lo más probable es, pues, que los sirvientes de Dol Guldur tuvieran por primera vez noticias de Gollum después de penetrar Aragorn en el Bosque; porque, aunque se suponía que el poder de Dol Guldur llegaba a su término en el Camino del Bosque Viejo, eran muchos los espías que allí había. Evidentemente las noticias tardaron algún tiempo en llegar al jefe Nazgûl de Dol Guldur, y es probable que éste no informara a Barad-dûr en tanto no supiera con mayor precisión el paradero de Gollum. Por tanto, sin duda, abril estaría ya avanzado cuando supo Sauron que Gollum había sido visto otra vez, aparentemente cautivo en manos de un Hombre. Esto podía significar bien poco. Ni Sauron ni ninguno de sus sirvientes sabían nada de Aragorn todavía, ni de quién era. Pero evidentemente más tarde (pues las tierras de Thranduil estaban estrechamente vigiladas ahora), quizá al cabo de un mes, Sauron oyó la inquietante noticia de que los Sabios tenían conocimiento de Gollum, y de que el mismo Gandalf había ido al reino de Thranduil.

Sauron tuvo que haber sentido entonces cólera y alarma. Decidió recurrir a los Espectros de los Anillos no bien pudiera, porque la rapidez y no el sigilo era ahora lo importante. Esperando alarmar al enemigo y perturbar sus designios con el temor de la guerra (que por ahora no intentaba emprender), atacó Thranduil y Gondor casi al mismo tiempo.
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Tenía estos dos objetivos adicionales: capturar o dar muerte a Gollum o, cuando menos, arrebatárselo a sus enemigos, y forzar el paso del puente de Osgiliath, de modo que los Nazgûl pudieran cruzarlo, y, al mismo tiempo, poner a prueba las fuerzas de Gondor.

En esa ocasión Gollum escapó. Pero el paso del puente fue forzado. Las fuerzas allí utilizadas fueron probablemente mucho menores de lo que creyeron los hombres de Gondor. En el pánico del primer ataque, cuando al Rey Brujo se le permitió revelarse un breve tiempo en todo su terror,
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los Nazgûl cruzaron el puente por la noche y se dispersaron hacia el norte. Sin desdeñar el valor de Gondor, que, a decir verdad, Sauron encontró mayor de lo esperado, resulta claro que Boromir y Faramir lograron rechazar al enemigo y destruir el puente sólo porque el ataque había tenido éxito en lo que más importaba.

En ninguna parte explica mi padre el temor que los Espectros de los Anillos sentían ante el agua. En lo que acaba de relatarse, constituye uno de los principales motivos del ataque de Sauron contra Osgiliath, y reaparece en notas detalladas sobre los movimientos de los Jinetes Negros en la Comarca: así, del Jinete (que era de hecho Khamûl de Dol Guldur, véase nota I) que aparece en el extremo opuesto de la Balsadera de Gamoburgo cuando los Hobbits acababan de cruzar (
La Comunidad del Anillo
, I, 5), se dice que «era perfectamente consciente de que el Anillo había cruzado el río; pero el río era una barrera que impedía darse cuenta de la dirección que había tomado», y el Nazgûl de ningún modo tocaría las aguas «élficas» del Baranduin. Pero no se aclara cómo cruzaron otros ríos que por fuerza tuvieron que encontrar en el camino, por ejemplo, el Agua Gris, donde había sólo «un peligroso vado formado por las ruinas del puente» (Apéndice D, «La historia de Galadriel y Celeborn»). Mi padre, por cierto, advirtió que esta idea no era fácil de sostener.

La narración del vano viaje de los Nazgûl por los Valles del Anduin en la versión B es casi igual a la que aquí se ofrece por entero (A), con la diferencia de que en B los asentamientos de los Fuertes no estaban aún totalmente abandonados; y los que allí vivían todavía fueron muertos o expulsados por los Nazgúl.
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En todos los textos las fechas precisas discrepan ligeramente y también discrepan con las que se dan en «La Cuenta de los Años»; estas diferencias no se han tenido en cuenta aquí.

En D se relata la suerte de Gollum después de escapar de los Orcos de Dol Guldur y antes de que la Comunidad penetrara por las Puertas Occidentales de Moría. Este texto se encuentra en borrador y fueron necesarias ciertas correcciones.

Parece claro que Gollum, perseguido a la vez por Elfos y Orcos, cruzó el Anduin posiblemente a nado, y de este modo esquivó la persecución de Sauron; pero perseguido todavía por los Elfos, y no atreviéndose a pasar cerca de Lórien (sólo la seducción del Anillo mismo hizo que se atreviera un tiempo después), se escondió en Moría.
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Eso ocurrió probablemente en el otoño; luego su rastro se perdió definitivamente.

Qué fue de Gollum, por supuesto, no puede saberse con certeza. Era singularmente apto para sobrevivir a aprietos semejantes, aunque al precio de grandes sufrimientos; pero corría el peligro de que lo descubrieran los sirvientes de Sauron que acechaban en Moria,
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especialmente por cuanto sólo robando con gran riesgo podía satisfacer su necesidad de comida. Sin duda había tenido la intención de utilizar Moría simplemente como pasaje secreto hacia el oeste, pues su propósito era encontrar él mismo la «Comarca» tan pronto como pudiera; pero se perdió, y tardó largo tiempo en orientarse. Así, pues, parece probable que se había puesto en camino hacia las Puertas Occidentales poco antes de que los Nueve Caminantes llegaran. Por supuesto, nada sabía acerca del funcionamiento de las puertas. A él debieron de parecerle enormes e inamovibles; y aunque no tenían cerradura ni tranca y se abrían hacia fuera de un empellón, no lo descubrió. De cualquier modo, se encontraba entonces lejos de toda fuente de alimentos, pues los Orcos rondaban principalmente por el extremo este de Moría, y estaba débil y desesperado, de modo que aun cuando lo hubiera sabido todo sobre las puertas, no las habría abierto.
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Gollum tuvo, pues, la suerte de que los Nueve Caminantes llegaran en el momento preciso.

La historia de la llegada de los Jinetes Negros a Isengard en setiembre de 3018 y la captura de Grima Lengua Viperina tal como se cuenta en A y B, está muy alterada en la versión C, donde la narración empieza sólo cuando los Jinetes vuelven hacia el sur cruzando el Limclaro. En A y B los Nazgûl llegaban a Isengard dos días después de que Gandalf huyera de Orthanc; Saruman les decía que Gandalf se había ido y negaba todo conocimiento acerca de la Comarca,
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pero era traicionado por Grima, a quien capturaban al día siguiente mientras iba éste de prisa a Isengard con la noticia de la llegada de Gandalf a Edoras. En C, en cambio, los Jinetes Negros llegaban a las Puertas de Isengard mientras Gandalf estaba todavía prisionero en la torre. En esta narración, Saruman, lleno de miedo y desesperación al comprender de verdad el horror de servir a Mordor, resolvía de pronto ceder ante Gandalf y pedirle perdón y ayuda. Tratando de dar largas ante las puertas, admitía que Gandalf estaba dentro y decía que iría a verlo para averiguar lo que sabía; si no le era posible, les entregaría a Gandalf. Entonces Saruman subía precipitadamente a lo alto de Orthanc… y descubría que Gandalf había desaparecido. A lo lejos, hacia el sur, recortada sobre la luna poniente, vio a una gran Águila que se dirigía a Edoras.

La situación de Saruman era ahora peor. Si Gandalf había escapado quedaba todavía la posibilidad de que Sauron no consiguiera el Anillo y fuera derrotado. En su corazón, Saruman reconocía el gran poder de Gandalf y la extraña «buena fortuna» que lo acompañaba. Pero ahora se encontraba solo para enfrentarse con los Nueve. Su estado de ánimo cambió y su orgullo se reafirmó con la ira provocada por la huida de Gandalf del inexpugnable Isengard y con el enfurecimiento y la envidia consiguientes. Volvió a las Puertas y mintió diciendo que había hecho confesar a Gandalf. No admitió que su conocimiento no procedía de Gandalf, y no se daba cuenta de cuánto sabía Sauron de lo que él pensaba y sentía.
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—Yo mismo comunicaré esto al Señor de Barad-dûr —dijo altivo—, con quien hablo desde lejos sobre los grandes asuntos de nuestra incumbencia. Pero todo lo que necesitáis saber sobre la misión que os ha encomendado es dónde se encuentra «la Comarca». Se encuentra, dice Mithrandir, al noroeste de aquí, a unas seiscientas millas, sobre las fronteras del país marino de los Elfos. —Para su deleite, vio Saruman que esto no gustaba ni siquiera al Rey Brujo—. Tenéis que cruzar el Isen por los Vados y luego, rodeando las montañas, dirigíos a Tharbad junto al Cauce Gris, id de prisa y comunicaré a vuestro amo que así lo habéis hecho.

Estas astutas palabras convencieron incluso al Rey Brujo, por el momento, de que Saruman era un aliado fiel, uno de los de más confianza de Sauron. En seguida los Jinetes abandonaron las Puertas y cabalgaron de prisa hacia los Vados del Isen. Tras ellos Saruman envió lobos y Orcos en una vana persecución de Gandalf; pero en esto tenia también otros propósitos: mostrar su poder a los Nazgûl, quizá también evitar que se demoraran en las cercanías; y además estaba enojado y deseaba hacer algún daño a Rohan y acrecentar el miedo que Lengua Viperina estaba levantando en el corazón de Théoden. Lengua Viperina había estado en Isengard no mucho antes y estaba entonces regresando hacia Edoras; entre los perseguidores había algunos que le llevaban mensajes.

Cuando se hubo desembarazado de los Jinetes, Saruman se retiró a Orthanc sumido en graves y terribles pensamientos. Parece que decidió dar largas todavía con esperanzas de obtener el Anillo para sí. Pensaba que el rumbo de los Jinetes a la Comarca podría antes estorbarlos que beneficiarlos, porque conocía la guardia de los Montaraces, y creía también (pues sabía de las palabras oníricas oraculares y de la misión de Boromir) que el Anillo estaba ya camino de Rivendel. Sin demora envió a Eriador a todos los espías, pájaros espías y agentes que pudo reunir.

En esta versión, pues, la captura de Grima por los Espectros de los Anillos y la traición de aquél a Saruman no figuran; porque, por supuesto, no hay en este caso tiempo bastante para que Gandalf llegue a Edoras e intente prevenir al Rey Théoden, y para que Grima parta hacia Isengard a prevenir a Saruman, antes de que los Jinetes Negros hubieran dejado Rohan.
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La revelación de que Saruman les había mentido la tuvieron del hombre que habían hecho prisionero y que llevaba consigo mapas de la Comarca, y se dicen algunas cosas más de este hombre y de la relación de Saruman con la Comarca.

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