Pocos meses más tarde, nuestro manuscrito llegó a la mesa de Linda Quinton, vicepresidente y editora asociada de Tor, a quien le encantó y se lo pasó a la editora Melissa Singer. Que el manuscrito cayera en sus manos, resultó ser para nosotros una auténtica fortuna. El entusiasmo de Linda insufló nueva vida a nuestro libro, y Melissa, una editora ideal, nos ayudó a limar las aristas más ásperas del relato, ofreciéndonos excelentes consejos editoriales. Este libro no sería lo que es sin su ayuda. Los departamentos de producción, arte, distribución, ventas y publicidad de Tor se contagiaron del entusiasmo de Linda y Melissa por nuestro libro y tanto Bill como yo lo apreciamos muchísimo. Un agradecimiento especial para Jamie Stafford-Hill, el director artístico, por diseñar la fabulosa ilustración de portada.
Durante el proceso de investigación y elaboración de este libro junto a Bill, me comuniqué con muchos expertos en diferentes especialidades. Todos ellos fueron, sin excepción, pacientes y muy generosos con su tiempo e información. En primer lugar, quiero dar las gracias a Bill, que me dio un curso acelerado sobre fenómenos meteorológicos. Lori Blast, a cargo de las relaciones públicas y educación en el Centro de Operaciones de la Fuerzas Aérea MacDill de la NOAA, ha sido una valiosa ayuda y me puso en contacto con el piloto «cazador de huracanes» del LCDR Cari Newman y con el director de vuelo/piloto, el meteorólogo Paul Flaherty. Ambos respondieron a todas mis preguntas, brindándome una información increíble sobre lo que significa volar hacia los huracanes cuando la mayoría de los pilotos tratan por todos los medios de evitarlos. Paul, en particular, resultó ser un informador sincero, ameno y paciente, cuyo entusiasmo por su trabajo fue patente en todas las respuestas a mis innumerables preguntas.
Quiero dar las gracias también a tres personas del UBS en Stamford, Connecticut, quienes, una tarde muy ocupada hicieron un poco de tiempo para decirnos todo lo que necesitábamos conocer sobre el entorno de un mercado bursátil: Ellen Schubert, que nos llevó a Bill y a mí al parqué del UBS y nos hizo un resumen rápido pero completo de lo que allí sucede; Elizabeth Maxwell, que fue extremadamente generosa con su tiempo y nos suministró información sobre el trabajo de los operadores de bolsa, sobre el cómo y el porqué de su trabajo, y a Gary Gray, que nos explicó detalladamente, con toda claridad, y con un encantador sentido del humor, el papel importante de los meteorólogos en las bolsas. Igualmente, quiero mostrar mi agradecimiento a Bernd Pfrommer por ayudarme a entender los derivados del clima. Jarrod Bernstein y Andrew Troisi me proporcionaron una estupenda información sobre las operaciones de los servicios de emergencia de la ciudad de Nueva York. Los datos técnicos que nos facilitaron todos fueron recibidos con gratitud y utilizados con la mejor de las intenciones; sin embargo, hay algunas cosas que hemos tenido que adaptar al contexto de nuestro relato. Soy responsable de todos los errores.
Debo dar un agradecimiento especial a mi padre, que sirvió al país como oficial de la Armada de los Estados Unidos en varias misiones de abastecimiento en el Pacífico. Crecí escuchando sus historias, con frecuencia divertidas, sobre sus aventuras en el mar, y disfruté, en particular, de aquellas en que los barcos navegaban evitando tifones y ocasionalmente, atravesándolos. Mientras trabajaba en este libro, una de esas historias acudió insistentemente a mi memoria. En ella el barco en el que se encontraba se dirigía hacia un tifón. Los fuertes vientos y el oleaje hicieron que parte de la cubierta y la estructura de soporte se rompiera. Como oficial encargado del control de daños, la situación era un problema de su responsabilidad. No dudó en utilizar todas las barandillas metálicas, escalera, camastro o cualquier otra cosa disponible para tapar la brecha, y en poner a soldar a todo el personal que estuviera libre. Los que no conocían la diferencia entre un soldador de acetileno y una cadena de ancla (parafraseo, después de todo él era marino) se convirtieron en soldadores expertos a toda velocidad. El barco se salvó sin pérdidas humanas o de mercancías, y llegó renqueando a puerto, asombrando a todos los que pudieron examinar los daños que había sufrido.
Cuando tenía veinte años, creía que esa historia relataba un accidente de escasa envergadura que él había ido adornando para entretener a sus revoltosos hijos, y puse una expresión incrédula un día que volvió a contárnosla. A los pocos días, recibí, sin comentario alguno, una copia de la felicitación del Departamento de la Armada que detallaba en un lenguaje menos florido, pero no menos excitante, la misma historia que él me había contado. Me sentí avergonzada, asombrada y, no por primera vez, inmensamente orgullosa de ser su hija. Es una pena que no esté aquí para leer este libro. Creo que le habría gustado.
Gracias también a mis amigos y a mi familia, que no sólo me quieren sino que siguen dirigiéndome la palabra después de haberme ido a una especie de exilio electrónico mientras trabajaba en este libro. Un agradecimiento especial a Deb Dufel, Amy Hymans, Nancy Mitchell y Melanie Cochra por su comprensión y apoyo.
Mi gratitud infinita a Kevin Przypek («Super K»), que fue el mejor postor con ocasión de que uno de los personajes del libro se llamara como él. La generosa donación de Kevin para el fondo para el patio de la escuela Newfield ha sido una estupenda contribución para una buena causa. Mike O'Connor también merece una mención especial, porque incrementó el precio estratégicamente, apostando contra Kevin. Gracias también a sus esposas, Ángela y Tara, respectivamente, por alentar las costumbres «consumistas» de sus maridos.
Finalmente, gracias infinitas a mi marido y a mis hijos. Son el aire que respiro.
Marianna Jameson
Verano de 2007
Los amigos que nos acompañan en la travesía
titubean, se pierden en la tormenta.
¡Nosotros, sólo nosotros permanecemos!
Matthew Arnold,
Rugby Chapel.
BILL EVANS, se inició a los trece años como locutor en radio y televisión, y estudió Administración de Empresas en la Universidad Estatal de Mississippi y Meteorología en la Universidad Estatal de Jackson. Ha sido meteorólogo y presentador de televisión en varias emisoras de varios estados. Es un conocido deportista y colaborador en organizaciones benéficas para niños y jóvenes. Publicó su primer libro en el año 2007.
MARIANNA JAMESON, Escritora americana de intriga y misterio, Marianna Jameson está especializada en defensa, software e industria aeroespacial.
Su novela más conocida en español es Categoría 7, escrita con Bill Evans.