Read Residence on Earth (New Directions Paperbook) Online
Authors: Pablo Neruda,Donald D. Walsh
Yo toco el odio como pecho diurno,
yo sin cesar, de ropa en ropa, vengo
durmiendo lejos.
No soy, no sirvo, no conozco a nadie,
no tengo armas de mar ni de madera,
no vivo en esta casa.
De noche y agua está mi boca llena.
La duradera luna determina
lo que no tengo.
Lo que tengo está en medio de las olas.
Un rayo de agua, un día para mí:
un fondo férreo.
No hay contramar, no hay escudo,
no hay traje, no hay especial solución insondable,
ni párpado vicioso.
Vivo de pronto y otras veces sigo.
Toco de pronto un rostro y me asesina.
No tengo tiempo.
No me busquéis entonces descorriendo
el habitual hilo salvaje o la
sangrienta enredadera.
No me llaméis: mi ocupación es ésa.
No preguntéis mi nombre ni mi estado.
Dejadme en medio de mi propia luna,
en mi terreno herido.
I touch hatred like a daily breast,
from clothes to clothes I come incessantly
sleeping far away.
I am not, I am no good, I don’t know anyone,
I have no weapons of sea or of wood,
I do not live in this house.
With night and water my mouth is filled.
The durable moon determines
what I do not have.
What I do have is in the midst of the waves.
A thunderbolt of water, a day for me:
an iron bottom.
There is no countersea, no shield, no suit,
there is no special unfathomable solution,
or vicious eyelid.
I live suddenly and at other times I follow.
I suddenly touch a face and it murders me.
I have no time.
Do not seek me, then, drawing back
the customary savage thread or the
sanguinary vine.
Do not call me: that is my occupation.
Do not ask my name or my estate.
Leave me in the midst of my own moon,
in my wounded terrain.
De todo lo que he hecho, de todo lo que he perdido,
de todo lo que he ganado sobresaltadamente,
en hierro amargo, en hojas, puedo ofrecer un poco.
Un sabor asustado, un río que las plumas
de las quemantes águilas van cubriendo, un sulfúrico
retroceso de pétalos.
No me perdona ya la sal entera
ni el pan continuo, ni la pequeña iglesia devorada
por la lluvia marina, ni el carbon mordido
por la espuma secreta.
He buscado y hallado, pesadamente,
bajo la tierra, entre los cuerpos temibles,
como un diente de pálida madera
llegando y yendo bajo el ácido duro,
junto a los materiales
de la agonía, entre luna y cuchillos,
muriendo de nocturno.
Ahora, en medio
de la velocidad desestimada, al lado
de los muros sin hilos,
en el fondo cortado por los términos,
aquí estoy con aquello que pierde estrellas,
vegetalmente, solo.
Of all that I have done, of all that I have lost,
of all that I have won through fright,
in bitter iron, in leaves, I can offer a little.
A frightened taste, a river that the feathers
of burning eagles gradually cover, a sulphuric
retreat of petals.
I am no longer forgiven by the entire salt
or the continuous bread,
or the little church devoured
by the ocean rain, or the coal bitten
by the secret foam.
I have searched and found, heavily,
under the ground, among fearsome bodies,
a kind of tooth of pale wood
coming and going beneath the harsh acid,
next to the substances
of agony, between moon and knives,
dying of the night.
Now, in the midst
of the disparaged speed, beside
the threadless walls,
in the depths cut by the ends,
here I am with that which loses stars,
vegetally, alone.
No preguntó por ti ningún día,
salido
de los dientes del alba, del estertor nacido,
no buscó tu coraza, tu piel, tu continente
para lavar tus pies, tu salud, tu destreza,
un día de racimos indicados?
No nació para ti solo,
para ti sola, para ti la campana
con sus graves circuitos de primavera azul:
lo extenso de los gritos del mundo, el desarrollo
de los gérmenes fríos que tiemblan en la tierra, el silencio
de la nave en la noche, todo lo que vivió lleno de párpados
para desfallecer y derramar?
Te pregunto:
a nadie, a ti, a lo que eres, a tu pared, al viento,
si en el agua del río ves hacia ti corriendo
una rosa magnánima de canto y transparencia,
o si en la desbocada primavera agredida
por el primer temblor de las cuerdas humanas
cuando canta el cuartel a la luz de la luna
invadiendo la sombra del cerezo salvaje,
no has visto la guitarra que te era destinada,
y la cadera ciega que quería besarte?
Yo no sé: yo sólo sufro de no saber quién eres
y de tener la sílaba guardada por tu boca,
de detener los días más altos y enterrarlos
en el bosque, bajo las hojas ásperas y mojadas,
a veces, resguardado bajo el ciclón, sacudido
por los más asustados árboles, por el pecho
horadado de las tierras profundas, entumecido
por los últimos clavos boreales, estoy
cavando más allá de los ojos humanos,
más allá de las uñas del tigre, lo que a mis brazos
llega
para ser repartido más allá de los días glaciales.
Te busco, busco tu efigie entre las medallas
que el cielo gris modela y abandona,
no sé quién eres pero tanto te debo
que la tierra está llena de mi tesoro amargo.
Qué sal, qué geografía, qué piedra no levanta
su estandarte secreto de lo que resguardaba?
Qué hoja al caer no fue para mí un libro largo
de palabras por alguien dirigidas y amadas?
Bajo qué mueble oscuro no escondí los más dulces
suspiros enterrados que buscaban señales
y sílabas que a nadie pertenecieron?
Eres, eres tal vez, el hombre
o la mujer o la ternura que no descifró nada.
O tal vez no apretaste el firmamento oscuro
de los seres, la estrella palpitante, tal vez
al pisar no sabías que de la tierra ciega
emana el día ardiente de pasos que te buscan.
Pero nos hallaremos inermes, apretados
entre los dones mudos de la tierra final.
Did no day ask about you, emerged
from the teeth of dawn, born from death’s rattle,
did it not seek your armor, your skin, your continent
to wash your feet, your health, your skill,
no day of appointed branches?
Was it not born for you alone,
man or woman, for you the bell
with its solemn circuits of blue spring:
the vastness of the world’s shouts, the development
of the cold germs that tremble in the earth, the silence
of the ship in the night, all that lived covered with eyelids
in order to faint and scatter?
I ask you:
nobody, you, whatever you are, your wall, the wind,
if in the river water you see running toward you
a generous rose of song and transparence,
or if in licentious spring insulted
by the first tremor of human chords
when the barracks sing in the moonlight
invading the shadow of the wild cherry tree,
have you not seen the guitar destined for you,
and the blind hip that wanted to kiss you?
I do not know: I only suffer from not knowing who you are
and from having the syllable kept by your mouth,
from detaining the highest days and burying them
in the woods, beneath the harsh, damp leaves,
at times, shielded beneath the cyclone, shaken
by the most frightened trees, by the pierced
bosom of the deep earth, benumbed
by the last northern spikes, I am
digging beyond human eyes,
beyond the tiger’s claws, what reaches my arms
to be spread beyond the glacial days.
I look for you, I look for your image among the medals
that the gray sky models and abandons,
I do not know who you are but I owe you so much
that the earth is filled with my bitter treasure.
What salt, what geography, what stone does not lift
its secret banner from what it was shielding?
What leaf on falling was not for me a long book
of words addressed and loved by someone?
Beneath what dark furniture did I not hide the sweetest
buried sighs that sought signs
and syllables that belonged to no one?
You are, you are perhaps, the man or the woman
or the tenderness that deciphered nothing.
Or perhaps you did not clutch the dark human
firmament, the throbbing star, perhaps
on treading you did not know that from the blind earth
comes forth the ardent day of steps that seek you.
But we shall find ourselves unarmed, pressed
among the mute gifts of the final earth.
Cuando el arroz retira de la tierra
los granos de su harina,
cuando el trigo endurece sus pequeñas caderas y levanta
su rostro de mil manos,
a la enramada donde la mujer y el hombre se enlazan acudo,
para tocar el mar innumerable
de lo que continúa.
Yo no soy hermano del utensilio llevado en la marea
como en una cuna de nácar combatido:
no tiemblo en la comarca de los agonizantes despojos,
no despierto en el golpe de las tinieblas asustadas
por el ronco pecíolo de la campana repentina,
no puedo ser, no soy el pasajero
bajo cuyos zapatos los últimos reductos del viento palpitan
y rígidas retornan las olas del tiempo a morir.
Llevo en mi mano la paloma que duerme reclinada en la semilla
y en su fermento espeso de cal y sangre
vive Agosto,
vive el mes extraído de su copa profunda:
con mi mano rodeo la nueva sombra del ala que crece:
la raíz y la pluma que mañana formarán la espesura.
Nunca declina, ni junto al balcón de manos de hierro,
ni en el invierno marítimo de los abandonados, ni en
mi paso tardío,
el crecimiento inmenso de la gota, ni el párpado que
quiere ser abierto:
porque para nacer he nacido, para encerrar el paso
de cuanto se aproxima, de cuanto a mi pecho
golpea como un nuevo
corazón tembloroso.
Vidas recostadas junto a mi traje como palomas paralelas,
o contenidas en mi propia existencia y en mi desordenado sonido
para volver a ser, para incautar el aire desnudo de la hoja
y el nacimiento húmedo de la tierra en la guirnalda:
hasta cuándo
debo volver y ser, hasta cuándo el olor
de las más enterradas flores, de las olas más trituradas
sobre las altas piedras, guarda en mí su patria
para volver a ser furia y perfume?
Hasta cuándo la mano del bosque en la lluvia
me avecina con todas sus agujas
para tejer los altos besos del follaje?
Otra vez
escucho aproximarse como el fuego en el humo,
nacer de la ceniza terrestre,
la luz llena de pétalos,
y apartando la tierra
en un río de espigas llega el sol a mi boca
como una vieja lágrima enterrada que vuelve a ser semilla.
When rice withdraws from earth
the grains of its flour,
when wheat hardens its little flanks and lifts up
its thousand-handed face,
I hasten to the arbor where man and woman are linked
to touch the innumerable sea
of what endures.
I am not brother of the tool carried on the tide
as if in a cradle of aggressive pearl:
I do not tremble in the region of dying despoliation,
I do not wake to the thump of the darkness frightened
by the raucous clapper of the sudden bell,
I cannot be, I am not the passenger
beneath whose shoes throb the last redoubts of the wind
and the rigid waves of time return to die.
I bear in my hand the dove that sleeps reclining on the seed
and in its thick ferment of lime and blood
lives August,
lives the month extracted from its deep goblet:
with my hand I surround the new shadow of the growing wing:
the root and the feather that tomorrow will form the thicket.
It never abates, neither next to the iron-handed balcony,
nor in the sea winter of the abandoned ones, nor in
my slow step,
the immense swelling of the drop, or the eyelid that
wants to be opened:
because I was born to be born, to cut off the passage
of everything that approaches, of everything that beats
on my breast like a new
trembling heart.
Lives lying next to my costume like parallel doves,
or contained in my own existence and in my disordered sound
to be again, to seize the naked air of the leaf and
the moist birth of the earth in the garland:
how long
must I return and be, how long does the fragrance
of the most buried flowers, of the waves most pounded
on the high rocks, keep in me its homeland
to be again fury and perfume?
How long does the hand of the woods in the rain
bring me close with all its needles
to weave the lofty kisses of the foliage?
Again
I hear approach like fire in smoke,
spring up from earthly ash,
light filled with petals,
and pushing earth away
in a river of flowerheads the sun reaches my mouth
like an old buried tear that becomes seed again.