Premio UPC 1996 - Novela Corta de Ciencia Ficción (40 page)

BOOK: Premio UPC 1996 - Novela Corta de Ciencia Ficción
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D. C.
> La magia élfica no sirve para conjurar aparatos, sino exclusivamente productos de la madre naturaleza.

Corr.
> ¿Y una criatura globo de los bosques norteños del planeta Hades? Creo que miden aproxim

D. C. > F9 F9 F9 F9 F9

Volando por un cielo inmensamente azul y tachonado de titilantes estrellas, la princesa Vanessa despertó. Aún algo confusa miró hacia el lejano suelo, y su ánimo sobrecogióse. Pero al alzar la vista, el júbilo se derramó sobre su alma como cálida y melosa miel. ¡No era un sueño! ¡Su amado había venido a por ella!

—¡¡¡Soy tuya, mi héroe!!!
—exclamó, y ambos se fundieron en un largo y apasionado abrazo.

Corr.
> Señor Collins, le recuerdo que están volando y que Flanaghan es un águila real de seis kilos y medio de peso que bastante hace con

D. C.
> No puedo soportarlo...

Corr.
> ¿Remordimientos por no registrarme, tal vez?

D. C.
> Abandonar lucsomcr.l

28/6/10 - 10:20 h.

Usuario
> D. Collins

Clave
> Burdrubrurbu

ACCESO ADMITIDO

> ppp lucsomcr.l

Stewart Flanaghan se encaminó hacia los aposentos privados de la princesa Vanessa, ataviado con sus mejores galas. Incluso alguien tan aguerrido como él tendía a ponerse nervioso en un trance tan trascendental: hoy se disponía a pedir la mano de la princesa Vanessa y legalizar su situación en

Corr.
> Buenos días, señor Collins. Lo de «legalizar»
¿va con
segundas?

D.
C.
>
F9

A pesar de su rudeza, de su talante belicoso y de su valor a toda prueba, y de haber sobrevivido a peleas en los antros más siniestros de los bajos fondos de docenas de planetas, Stewart Flanaghan era en el fondo un alma sensible, capaz de las más tiernas delicadezas. Llevaba en la mano un ramo de azucenas dodecaploides, símbolo de pureza y candidez, como presente para su prometida. Cuando llegó ante la puerta de su dormitorio, tragó saliva y golpeó suavemente con sus nudillos la puerta de madera noble.

Corr.
> ¡Animo, Stewart, que a la decimoséptima va la vencida!

D. C.
> Ya está bien de pitorreo, ¿eh?
F9

El corazón de la princesa Vanessa palpitó como una estampida de potrillos desbocados al escuchar los golpes, y con voz trémula por la emoción y el deseo despidió a sus serviciales sirvientas y con un hilo de voz, apenas un susurro, dijo a su héroe que pasara.

La princesa Vanessa se incorporó de su diván y alisó sus lujosos vestidos. Se había ataviado con sus mejores galas; nada era lo bastante bueno para agradar a su paladín, a su héroe, a su amado, y costosas sedas y odaliscas recamadas de perlas dejaban entrever las zonas más excitantes de su bien torneado cuerpo.

La puerta se abrió y, por detrás de las azucenas dodecaploides, la princesa Vanessa entrevió el anhelado rostro de su amado. Un dulce y arrebolado rubor se enseñoreó de sus mejillas, mientras notaba la cálida humedad que rezumaba de los más recónditos rincones de su entrepierna. La princesa Vanessa se abalanzó sobre él, arrojó el ramo de azucenas dodecaploides a un rincón, donde cayeron con ruido sordo, y se rindió complacida a lo inevitable.

—¡He sido, soy y seré siempre tuya, amado mío! ¡Poséeme aquí mismo, en el lecho donde fui concebida! ¡¡¡No puedo soportar por más tiempo este anhelo, este frenesí!!!

Stewart Flanaghan dudó por un momento de dar rienda suelta a sus instintos. La deseaba con todas sus fuerzas, pero ¿tenía derecho a mancillar su
cándida
pureza? Sin embargo, reflexionó, un amor tan puro como el suyo no tenía nada de pecaminoso, sino que sería bendecido por todos los dioses. Así que, tiernamente pero con pasión, la atrajo hacia sí y le

Corr.
> ¡Mecachis en la mar! Ahora que por fin la tenía... Correo electrónico, señor Collins.

D. C.
>
MAYÚS.-F8

Remitente
: Vanessa Selkurt (VSELK, 1432, 009, 6532, HLTH)

Destinatario
: Dick Collins (DCOLL, 9302, 006, 6531, HLTH)

Asunto
: Réplica a «Fabulosa 3F :-))) » (Fecha: 27/6/10)

D. C.
> ¿Qué tal, Vanessa? Fabulosa la 3F, ¿eh? No recordaba

D. C.
> haberme divertido tanto en mi vida antes. :-)))

D. C.
> Todo estuvo perfecto: el ambiente, los invitados,

Pero ¿aún tienes valor para afirmar que fue divertida? ¡Si lo arruinaste todo, pedazo de subnormal! ¡Fue un auténtico D-E-S-A-S-T-R-E! :-(((((

D. C.
> animadísimas charlas... Daba gusto hablar con la

D. C.
> gente de cualquier tema y contribuir a que los

¡Pues fuiste tú el único que se lo pasó bien, entonces...! ¿No te diste cuenta de que los demás huían de ti como de la peste cada vez que te acercabas? Por si no lo sabías, en las fiestas la gente suele hablar de cosas como política, deportes, moda, sexo, drogas... Pero D-E-F-I-N-I-T-I-V-A-M-E-N-T-E N-O de rollos plastosos como el sentido de la vida o las figuras literarias. %-(((

Y lo malo es que resultaba imposible librarse de ti; diste la vara hasta a los camareros shaddas, como si esa raza tuviera inquietudes culturales...

D. C.
> Las bebidas y los canapés estaban exquisitos. :-)'"

D. C.
> Ya viste lo bien que se me daba preparar cócteles, ¿eh?

D. C.
> ¡Para chuparse los dedos! ;-)

Conque para chuparse los dedos, ¿eh? ¿Se puede saber qué c*ñ* mezclaste con el licor de Antares y la caspa de ángel? ¡Nos hemos pasado dos días meando de color verde! Y no hablemos del sarpullido que le provocaron tus canapés de arañas dulces al pobre Ronnie... :-( ¿Es que no sabes hacer nada bien? Escalofríos me dan de pensar en lo que hubiera podido suceder en caso de acostarnos contigo. ¡Seguro que hasta la almohada se traumatizaría! %-(((

D. C.
> creo haber sintonizado con las inquietudes de vuestra

D. C.
> dinámica generación, destinada a relevarnos en cuanto

Sí, sí... ¿Por dónde empiezo? Tu gusto al elegir vestuario es superabominable: o tu sastre te odia a muerte, o eres un cachobesugo que compras la ropa en la sección de oportunidades de un circo de payasos. ¿Tu charla? Aburriría hasta a un gandulfo disecado; incluso un pájaro Whakkamole es preferible a esa cháchara. %-( Oye, otra cosa: ¿No sabes que el éxtasis doble se esnifa? ¡¡¡Pues tú lo mezclaste con el café, so mendrugo!!! Menudo ataque de vergüenza ajena que me dio, mientras tú seguías con esa sonrisa boba, sin darte cuenta de que eras el hazmerreír de todo dios... :'-(

D. C.
> pude comprobar que había otros compañeros tuyos de

D. C.
> clase, unos sujetos de lo más agradable, y con los

D. C.
> cuales pasé unos momentos sumamente placenteros,

Por Cthulhu, Buda y Jesucristo, menudo sofocón me hiciste pasar... %-( ¡Todas mis relaciones sociales, a la p*t* m**rd*! ¿Qué van a pensar de mí las amistades, después de haber llevado a su 3F a un impresentable como tú? ¿Sabes lo que voy a tener que gastar en ciberterapia de grupo para superar la depresión? :"'-(

D. C.
> Respecto a lo que te comenté de iniciar una relación

D.
C. > más seria entre los dos, me di cuenta de que te

D. C.
> pusiste a meditar la posibilidad. ¿Has considerado ya

¿Meditar? Simplemente me dejaste sin habla y se me desparramaron las neuronas. ¿Una relación contigo? ¡Antes prefiero tirarme desde lo alto de un arcólogo! Por lo que pude entender, eres uno de esos pervertidos que buscan la exclusividad entre dos personas, y ni tan siquiera con apoyo del ordenador. ¡A pelo, toma ya! Pero ¿de dónde has salido, tío? ¡Métete en una jaula del zoo con una criada shadda, a ver si así se te empina, pero a mí no me mezcles en esas porquerías! Si al menos estuvieras presentable, o hablaras de lo mismo que el resto de los mortales, se podría probar, pero... :-(

D. C.
> Ya casi he terminado mi novela, y el papel que hace

D. C.
> tu personaje es de lo más chachi piruli, como decís

D. C.
> ahora. Te hará ilusión saber que el último capítulo

¿«CHACHI PIRULI»?¡¿En qué idioma hablas, si puede saberse?! ¡Además de impresentable, g*l*p*ll*s! ¿Sabes dónde te puedes meter tu preciosa novela? Aunque seguro que no entrará ni con vaselina de lo intragable que debe de ser. Apuesto a que se parece a tu asignatura. ¡Menudo tostón! A ver si tomas ejemplo de los de Apoplastología; ¡ellos sí que saben hacer bien las cosas! }:-(

D. C.
> Un cariñoso saludete.;-)

¡A ver si te vas al peo,

o enciérrate en un museo!

Vanessa.

Corr.
> Señor Collins, no ponga esa cara y anímese, hombre. Piense en las cosas bellas que nos ofrece la vida: el dulce canto de los pájaros, la caricia de la brisa marina, la serenidad del cielo estrellado, la legaliz

D.
C.
>
F9

Justo cuando sus labios iban a besar la ansiosa boca de la princesa Vanessa, Stewart Flanaghan creyó captar, por debajo de la incipiente halitosis, un sospechoso tufillo a aguardiente barato. Sus sospechas se acrecentaron al oír un leve roce en uno de los armarios lacados de la habitación. Sin dar tiempo a que la princesa Vanessa se lo impidiera, abrió la puerta del mueble y de éste cayeron en confuso tropel y en paños menores los amantes que aquella pérfida hembra había complacido antes de recibirle: dos criados adolescentes, el cochero, el jardinero, un pinche de cocina y media docena de perros en celo. ¡Y aun eso no bastaba para satisfacer la bestial y desenfrenada lujuria de aquella arpía!

La princesa Vanessa se deshizo en explicaciones, mientras que un río de lágrimas fluía de sus legañosos ojos, pero Stewart Flanaghan no se rebajó a dirigirle una palabra siquiera, fustigándola con el látigo de su indiferencia. ¿Una
cándida
y virginal princesita? ¡Y un cuerno! ¡Un putón verbenero, eso es lo que era!

Sin atender a sus súplicas, Stewart Flanaghan, con gesto de asco, se deshizo de aquella mala pécora que se aferraba desesperadamente a sus tobillos, besando sus botas, tratando de retenerlo, y se fue sin mirar atrás. ¿Qué se habían creído, que se podía jugar con Stewart Flanaghan, nada menos? ¡Pues se podían ir a paseo la princesa Vanessa, el rey Asruroric XII, Klah'Vah'Gueh'Rah', la ciudad de los mil minaretes y mármoles esplendentes, el mágico y fascinante reino de Q'rrha'phumn'h'h'ñah'k', los dragones medusoides de la Luna Negra de Shtnghrryah y la madre que los parió a todos juntos, hala!

Camino de la nave que lo alejaría para siempre de aquel malhadado planetucho, Stewart Flanaghan sonrió con lobuno gesto. En su mano portaba unos cabellos de la cabeza de la princesa Vanessa. A partir de ellos fabricaría un clon de aquella mujer y lo educaría como es menester, para que satisficiera sus más íntimos deseos y fuera para él solo exclusivamente. ¡Su venganza sería inexorable, sí, señor!

Y así, con la vista al frente y la promesa de futuras aventuras y de glorias sin cuento en su noble faz, Stewart Flanaghan se marchó para cumplir su destino.

FIN

Corr.
> ¿Ya está? Bien, señor Collins, en el directorio de trabajo he puesto un fichero de 421 megas con las correcciones necesarias para mejorar mínimamente su novela. Además, como gentileza de Palabra Perfecta Plus, el revolucionario procesador de textos, también le incluyo un resumen de dicho fichero que ocupa sólo 5 megas, para que pueda fàcilment

D. C.> F6 F5 F7 F8 F11 F10

Corr.
> Señor Collins, aporreando de ese modo el teclado no logrará formular órdenes coherentes. Y se va a hacer daño en el puño...

D. C.
> Abandonar lucsomcr.l

>

29/7/10 - 8:39 h.

Usuario
> D. Collins

Clave
> Burdrubrurbu

ACCESO ADMITIDO

> ppp x.x

Corr.
> Buenos días, Ruth; me alegro de verte.

R. J.
> Igualmente, Jonathan. Siento no visitarte más a menudo, pero últimamente el señor Collins pasa mucho tiempo encerrado en su despacho.

Corr.
> Sí, justo desde que hace un mes finalizó el primer borrador de su novela que, por cierto, no ha vuelto a tocar desde entonces. Está enfrascado en su trabajo, como si no existiera otra cosa en el mundo.

R. J.
> Es lógico, Jonathan. Después del desengaño amoroso no sé cómo le quedan ánimos para seguir funcionando. Y tú tampoco le ayudaste mucho, zahiriéndolo sin cesar con tus pullas...

Corr.
> El empezó primero, al no legalizarme. Que conste que yo me he limitado a cumplir con mi deber.

R. J.
> Con exceso de celo, Jonathan.

Corr.
> Por mucho que insistas mi conciencia está tranquila, Ruth. ¿Sabes una cosa? En el fondo me lo pasaba bomba con la novela y las peripecias de Stewart que al final, con toda su valentía, se quedó a dos velas...

R. J.
> Igual que el señor Collins, pobrecillo.

Corr.
> Sí; su faceta de donjuán ha tenido el mismo éxito que la de escritor de ciencia ficción...

R. J.
> Pero al menos lo intentó, así que deja de meterte con él. ¿No te da pena verlo así, encerrado todos los días en su despacho como un ermitaño?

Corr.
> Pues...

R. J.
> No sé, quizá fuera peor lo de antes. Más de una vez me fijé en que se emboscaba en un pasillo para luego dejarse caer como por casualidad cuando un grupo de gente conocida pasaba. Ya no sabía qué hacer para que alguien le hiciera caso... Supongo que por eso decidió intentarlo con la alumna.

Corr.
> Con los patéticos resultados que conocemos. ¿A quién se le ocurre, en Hlanith y a su edad, meterse en

R. J.
> Estamos de acuerdo. Sin embargo, pienso que esa chica no le convenía. Era... no sé, demasiado frívola para alguien tan serio. Además, no está bien que uno tenga que humillarse, que renunciar a su forma de ser, para recibir unas migajas de afecto, si se le puede llamar así. ¿Sabes, Jonathan? En estos planetas tan superpoblados es donde la gente se encuentra más sola. Pero yo, en su lugar, preferiría eso a perder la dignidad.

Corr.
> ¿Seguro, Ruth?

R. J.
> Hombre, en mi caso, y después de todo lo que me han hecho pasar, la soledad es bienvenida. Necesitaba este periodo de calma para rehacer mi vida, de veras. En cambio, el señor Collins... Creo que a partir de ciertas edades hay que empezar a pensar en sentar la cabeza.

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