Su primera obra narrativa fue
Un hombre acabado
(1912), en la que describió su azarosa juventud y donde los retratos paisajísticos de su Florencia natal revelan, como en otros libros, las verdaderas dotes del Papini escritor. Afectado por la dura experiencia de la Primera Guerra Mundial, se convirtió al catolicismo empujado por la necesidad de encontrar certezas definitivas y absolutas.
Este cambio espiritual, que causó polémicas en su entorno, fue el germen de
Historia de Cristo
(1921), libro que alcanzó un enorme éxito a pesar de que algunos le acusaron de ser un gran manipulador de las ideas que se adaptaban al momento. En esta misma línea caracterizada por una heterodoxia que irritaba por igual a ateos y creyentes escribió
San Agustín
(1929),
Gog
(1931),
El Diablo
(1943),
Cartas del papa Celestino VI a los hombres
(1946), un papa imaginario del que se sirve para lanzar un mensaje de paz y fraternidad, y sobre todo
Juicio Universal
, en el que trabajó casi toda su vida y que se publicó póstumamente.
De su prolífica obra crítica cabe destacar
Dante vivo
(1933) o
Grandezze di Carducci
(1935), mientras que
Cento pagine di poesie
(1915) y
Opera prima
(1917) figuran entre sus mejores libros de poesía.