—¿Volverás? —preguntó Edy, con cierta ansia.
—Sí que volveré… en cuanto me airee un poco por ahí. No te voy a dejar sola con este tipo… fíjate el mal genio que se le ha puesto… por una tontería.
—¿Y de la nave, qué? —preguntó el Manchurri.
Una sonrisa fue apareciendo poco a poco en el rostro de Sergio; una sonrisa que significaba muchas cosas… y quizás entre ellas, la más importante, que el viaje de Marta debía ser buen wu-wei.
—Iremos mañana —dijo Sergio, adoptando una expresión amenazadora—. Y debéis dejarme hablar a mí el primero… Yo Sergiok, gran jefe. ¿Vosotros, visitantes de las estrellas?
GABRIEL BERMÚDEZ CASTILLO, nació en 1934, y actualmente vive en Zaragoza con su mujer y sus dos hijos, una niña de trece años y un niño de siete años. Confiesa escribir desde los 18 años, con intervalos alternativos de fiebre productiva, en los que redacta largas novelas que a veces quedan inconclusas, y otros intervalos de profunda abulia. En 1972 publicó su primer libro,
El mundo Hókum
, una colección de relatos cortos de sf. que recientemente ha sido reeditada por Ediciones Litho-Arte y uno de los cuales,
La isla verde
, mereció un premio en Trieste.
Viaje a un planeta Wu-Wei
es su segunda obra publicada, y según su propio autor fue escrita casi de un tirón, con la ayuda de una máquina de escribir Hispano Olivetti eléctrica, dos cuadernos de anillas para tomar notas, un montón de libros de consulta y alguna que otra botella de vino de Cariñena. El resultado es una de las novelas de ciencia ficción más originales publicadas en España en los últimos años y, sin la menor duda, el descubrimiento de un valor literario que va a dar mucho que hablar.