Tu rostro mañana (56 page)

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Authors: Javier Marías

Tags: #Intriga, Relato

BOOK: Tu rostro mañana
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Wheeler los fue mirando con detenimiento y con indudable interés, casi con fascinación, y al cabo de un rato en silencio, dijo:

—Son distintos. Hay más odio en ellos.

—¿En los españoles?

—Sí, fíjate en que los nuestros, y aun los de los demás países, advertían sobre todo del peligro e instaban a callar, a extremar la discreción y las precauciones, pero no demonizaban al enemigo oculto ni hacían hincapié en su rastreo, su persecución y su destrucción, es curioso. Casi ni lo vituperaban. Tal vez porque teníamos conciencia de estar haciendo nosotros lo mismo que él cuando podíamos, en Alemania y en la Europa ocupada. Y de que en una guerra es de esperar (y por tanto no se puede reprochar mucho, propagandas aparte) que cada bando recurra a cuanto esté en su mano para ganarla, sin límites, o sólo con los que la opinión pública exige. Lo cual, claro está, no significa que se respeten de hecho los que se asegura no traspasar oficialmente, sino que se cruzan con sigilo, en secreto, no reconociéndolo o incluso negándolo si se tercia. Pero mira este: 'Descubridlo y denunciadlo', y al espía se lo presenta como a un monstruo de vista y oído elefantiásicos y también de olfato, se lo relaciona con el fascismo italiano y no sé si además lleva un bonete de cura en la calva, ¿tú lo ves, tú qué ves? Y no hablemos de este otro: 'Descubrid y aplastad sin piedad a la quinta columna', cuyos miembros aparecen como un puñado de ratas rapiñadoras y sanguinarias bajo la linterna, con la suela de un gran zapato a punto de aniquilarlas y una porra con picos para machacarlas. Claro que este cartel es del Partido Comunista, dominado por los stalinistas soviéticos, y éstos incitaban a la caza sin cuartel del enemigo y del tibio y a cargárselos sin contemplaciones, lo mismo que los franquistas en el otro lado. Y observa el siguiente: al escucha se lo llama 'La bestia': 'La bestia acecha. ¡Cuidado al hablar!', y lleva una corona en la cabeza y una cruz en el pecho que le cuelga de un collar, ¿no?, tiene algo de femenino por eso. Se está caracterizando al emboscado, se está diciendo quién y cómo es, se lo está señalando. Esos otros carteles, en cambio, los del famoso Renau con el ojo y la oreja y el de la Dirección General de Bellas Artes dirigido a los milicianos, esos sí se parecen más a los nuestros, son menos agresivos, más defensivos, más preventivos, más neutros, ¿no crees? Alertan sin más contra el espionaje. El texto del último podría figurar perfectamente en uno de los británicos posteriores: 'No deis detalles sobre la situación de los frentes. Ni a los camaradas. Ni a los hermanos. Ni a las novias'. Las malditas novias. Se las incorporaba demasiado a la vida propia, y ellas nos incorporaban demasiado a la suya, cuando nadie debía estar seguro de nadie. Muy interesante este libro, Jacobo, un millón de gracias por pensar en mí y traérmelo desde España, con lo mucho que pesa. —Se quedó pensativo unos segundos, luego añadió—: Sí, es muy llamativo ese odio. Es algo distinto. Yo no sé si aquí lo conocimos de la misma manera.

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