Read Taller de escritura creativa para niños y adolescentes Online
Authors: Esmeralda Berbel
Â
Escribir
Una vez aclarados los puntos anteriores, el maestro les invita a escribir un texto siguiendo, en la medida de lo posible, las pautas del cuento.
6
Consigna: Contar una historia que me contaron
El cuento de China
HabÃa una vez una niña que se llamaba Mei-Xin, de la provincia de Uando, en China. Y en el paÃs de China habÃa muchas niñas que tenÃan juguetes pero ¿sabes qué no tenÃan? No tenÃan papá ni mamá. Y en otro pueblo habÃa unos padres que querÃan una niña de China y escribieron muchas cartas y pasaron muchos dÃas y muchos dÃas hasta que un dÃa cuando Ana estaba de tiendas la llamó un señor de China y le dijo a Ana que era madre de una niña y ¿cuántos años tiene? dos años le dice el señor. Y Ana aún tiene que esperar pero pudo ver la foto de Yang Mei- Xin y cuando la vio, el lunes, porque ya era lunes, Ana le dijo que teÂnÃan mucha suerte.
Y
ANG
M
EI-
X
IN
, 6 años
Â
Consigna: Abecedario poético
Los animales
A | F |
Abubillas vienen | El flamenco |
y abubillas van | vuela con una rosa |
y el sol se cansa de verlas pasar    |  y un camaroncito |
porque abubillas vienen | y un poquito de temblor. |
y abubillas van | |
G |
Â
Consigna: Cuento libre
Una noche en la que todo el mundo dormÃa los muñecos de mi habitación cobraron vida. La primera fue la osita Rosita, la segunda fue Copita de Nieve, después Mic, y por último, MarÃa la coneja con su bebé. Todos salieron de mi habitación y, uno por uno, fueron bajando la escalera. DesÂpués la osita Rosita abrió la puerta de la calle y salieron. Suerte que se mancharon las patas, porque después para volver a casa seguirÃan las pisadas. Bien, seguimos con la historia: llevaban un mapa y además es difÃcil perderse en mi barrio.
Pasearon un buen rato hasta media noche. Después volvieron a casa siguiendo sus pisadas. Cuando yo me desperté estaban todos en su sitio pero nadie se dio cuenta de esta historia. Quizá solo ha pasado en mi imaginación.
M
IRANDA
T
EIXIDÃ
, 8 años
Â
Consigna: Ruletas de palabras | Consigna: Haiku |
Onecer en el tajo | Lágrimas secas |
onecer en el tajo de moho de una flor    | caen |
haciendo una cascada. | |
verde fuera bonita por dentro | |
Onecer en el tajo | |
Onecer en el moho. | |
J |
Â
Consigna: Me invento la historia de los signos
Las comillas
Estaban cansadas de siempre tener que apartar a las otras palabras para que no molestasen a «las más importantes», en fin, que ser segurata es muy cansino, ya que aparte de cubrirlas estaban bajo el control de éstas las cuales les mandaban. Tan cansadas estaban que un dÃa dijo una: «Yo me largo». Y se largó asÃ, sin más. Las otras pensaron que era una buena idea irse y ellas también dimitieron. Juntas decidieron montar una empresa que se llamó
Las comas
y se encargaba de separar diferentes frases a ver si asà todo tenÃa un poco más de sentido.
A
NGO
F
ALCONES
, 13 años
Â
Consigna: Poema libre | Consigna: Haiku |
Hacia el futuro se aleja    | En el atardecer de verano   |
dejando el pasado | las aves reposan |
sin memoria ni cabeza. | bajo las nubes. |
I |
Â
Consigna: Me como algo y me transformo
Me como un jardÃn, despacio para podérmelo comer todo; saboreo la hierba seca de la tarde y voy recordando sabores olvidados o
inertos
. Saboreo el encuentro con la flor, lo saboreo más que ningún otro encuentro, me como los pétalos, el tallo, las raÃces, hasta no dejar nada. Me como cuatro árboles separados por un balancÃn, me como las manzanas, los plátanos, las peras y las almendras de mi jardÃn. Me como a mi abuela que está sentada en el balancÃn leyendo
Mortal y rosa.
Asà que me como también su libro, me como por lo tanto expresiones, palabras, muertes, acentos, comas, me como a Francisco Umbral, me como la naranja mecánica de Stanley Kubrick sobre todo porque no tiene mucho que ver. Me como tres vasos que se olvidaron de recoger llenos de conversaciones estúpidas que se crean por la noche. Me como todos los pájaros de color turquesa y el olor de todas las rosas. Me como los problemas que deposito cada mañana y no se desvanecen.
Me como mi jardÃn para que nadie se lo coma antes.
G
RETA
F
ERNÃNDEZ
, 13 años
Â
Consigna: Inventar palabras
(fragmento)
Arlinta
Caminaba despacio. Las baldosas rojas como la sangre pasaban por debajo de ella, espantadas. Y luego se burlaban, desdeñosas, superiores. HipóÂcritas. Entonces enfilaba su camino de grava que conducÃa a aquella casa pequeña y decrépita. La maldad se colgaba a su alrededor, pero Arlinta la espantaba con un brusco golpe de viento y retrocedÃa medio muerta.
Entraba por la puerta de madera, las termitas cuchicheaban explicándose secretos de muertos y ella le veÃa, dormido en una esquina, enrollado en sà mismo, en sus excrementos y sus miedos y sus sudores y su deÂmencia puñetera. Se acercaba a él y sentÃa una sombra de remordimiento, pero la pena caÃda dentro, en el centro mismo del cuerpo, la empujaba hacia el hombre. En el instante en que sentÃa la pena como un puñal de llamas en los ojos y en el corazón y en el alma, él abrÃa los ojos.
O
RIOL
R
OCHE,
13 años
Â
Consigna: Texto libre
(fragmento)
Hubo un tiempo en que no querÃa recordar. Me adentraba en las inicuas estancias de la memoria, y una vez allà lloraba, solamente por oÃr el llanto al que nada le atrae la fuerza de sà mismo, un llanto húmedo y categórico, del cual apenas me inundaba.
Los recuerdos, al adentrarse la noche, perdÃan los párpados. Sus imágenes se tornaban de una crueldad inmarcesible, y cada nervio de mi cuerpo alcanzaba el sufrimiento acallado: parecÃa que su contenido fuera plenamente inexistente. Pero cuando lo vi, sin mudanzas ni convulsiones, mi alma pegada en las respectivas estancias de la memoria, empecé a comprender lo que realmente sucedÃa: ya no habÃa recuerdos, todo mi ser se habÃa convertido en aquello que tanto habÃa ansiado, ya no era yo, habÃa perdido las propiedades de mà mismo y apenas era un efÃmero y perecedero recuerdo hallando su plenitud en la desaparición y en la desdicha.
P
OL
R
UIZ DE LA
G
ARZA
, 14 años
Â
Consigna: El juego de las instrucciones
Manual de instrucciones para levantarse
Partiendo del principio de que todo lo que sube baja, usted debe hacerse a la idea de que ninguna forma de levantarse es permanente. Para un leÂvantamiento real o fÃsico es necesario un pequeño impulso inicial. Llegará el momento en que usted necesite encontrar un equilibrio, en el que su peso esté distribuido equitativamente; una vez lograda esa etapa, sus pies encontrarán su posición en la tierra. Si sufre usted de vértigo, el proceso deberá ser realizado con más lentitud.
Para un levantamiento metafórico o moral se deberá partir de otro principio, el que dice que una vez se ha tocado el fondo, el único camino que queda se dirige hacia arriba. Es aconsejable el uso de ciertas sustancias como el café, si el impulso necesario no se encuentra; si es usted bipolar o ciclotÃmico, deberá tener en cuenta que la altura a la que llegue será inversamente proporcional a la siguiente caÃda.
M
ARINA
T
ORRINGTON
, 16 años
Abelló, Montserrat:
Al cor de les paraules,
Proa, Barcelona, 2002.
Aguado, Jesús:
Animal poesÃa,
Crecida, Huelva, 2011.
Aguado, Jesús:
El libro de homenaje,
Hiperión, Madrid, 1993.
Allende, Isabel:
Eva Luna,
Random House Mondadori, Barcelona, 2004.
AzorÃn, José MartÃnez Ruiz:
La voluntad,
Castalia, 1989.
Banyai, Istvan:
Zoom,
A la orilla del viento, México, 1998.
Bécquer, Gustavo Adolfo:
Rimas y leyendas,
Espasa Calpe, Barcelona, 1988.
Beckett, Samuel:
Bing,
Tusquets, Barcelona, 1997.
Berbel, Esmeralda:
Lo que piensan las adolescentes
, Obelisco, Barcelona, 2010.
Berbel, Esmeralda:
Trátame bien,
Alba, Barcelona, 2004.
Burton, Tim:
La melancólica muerte del chico Ostra,
Anagrama, Barcelona, 2005.
Burtor, Michel:
La modificación,
Cátedra, 1988.
Carroll, Lewis:
Alicia en el paÃs de las maravillas,
Valdemar, Madrid, 2010.
Cortázar, Julio:
Historias de cronopios y de famas,
Suma de Letras, Madrid, 2000.
Cortázar
,
Julio:
Final de juego,
Alfaguara, Barcelona, 1984.
Córtazar,
Julio:
Bestiario,
Suma de Letras, Madrid, 1951.
Cortázar, Julio:
Rayuela,
Anagrama, Barcelona 1984.
Cheever, John:
Diarios,
Emecé, Barcelona, 2006.
Delibes, Miguel:
Cinco horas con Mario,
Destino, Barcelona 1982.
Duras, Marguerite:
El mal de la muerte,
Tusquets, 1984.
Fitzgerald, F., Scott:
El curioso caso de Benjamin Button y otros cuentos,
MondaÂdori, Debolsillo, 2009.
Formosa, Feliu y Casas, Joan:
Amb efecte,
Empúries, Barcelona, 1987.
Frank, Ana:
Diario de Ana Frank,
Mexicanos Unidos, México, 1982.
Freixas, Laura:
Madres e hijas,
Anagrama, Barcelona 1996.
Girondo, Oliveiro:
CalcomanÃas.
Renacimiento, Sevilla, 2007.
Gorey, Edward:
Amphigorey
,
Valdemar, Madrid, 2003.
Gruwell, Erin y Freedom Writers:
Diarios de la calle,
Elipsis, Barcelona 2007.
Joyce, James:
Ulises,
Lumen, Barcelona 2006
.
Lienas, Gemma:
El diario violeta de Carlota,
Alba, Barcelona, 2001.
Lispector, Clarice:
La mujer que mató a los peces,
Sabina, Madrid, 2008.
Marçal, Maria-Mercè:
Crontraban de llum,
Proa, Barcelona, 2001.
MartÃn Tafarell, Teresa:
Del tiempo y las sombras,
Candaya, Barcelona, 2009.
Medel, Elena:
Mi primer bikini,
DVD, Barcelona, 2002.
Millás, Juan José:
Los objetos nos llaman,
Seix Barral, Barcelona, 2008.
Neruda, Pablo:
Nerudario,
Lom, Chile, 1997.
Neruda, Pablo:
Confieso que he vivido,
Plaza & Janés, Barcelona, 1995.
Nin, Anaïs:
Diarios,
RM, México 1967.
Queneau, Raymond:
Ejercicios de estilo,
Cátedra, Madrid, 2006.
Rodari, Gianni:
. El libro de los por qué,
CÃrculo de Lectores, Barcelona, 1991
Rodari, Giann:
Gramática de la fantasÃa,
Planeta, Barcelona, 2005.