Sentido y sensibilidad y monstruos marinos (48 page)

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Authors: Jane Austen,Ben H. Winters

BOOK: Sentido y sensibilidad y monstruos marinos
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La ceremonia se celebró en la playa de la isla Viento Contrario a comienzos de otoño.

Con semejante confabulación en su contra, conociendo como conocía la bondad del coronel, sintiendo que el horror que le inspiraba su aspecto se desvanecía por momentos, convencida de que éste la amaba profundamente, ¿qué podía hacer Marianne?

Marianne Dashwood había nacido para un destino extraordinario. Había nacido para recobrarse de un amor y desengaño vivido a la tardía edad de diecisiete años, y sin un sentimiento superior a una profunda estima y vivaz simpatía, concedió voluntariamente su mano a otro hombre. Aun hombre que había sufrido no menos que ella debido a una antigua relación; a quien, dos años antes, Marianne consideraba demasiado mayor para casarse; un hombre que a veces volvía el rostro para no verse en el espejo, de tanto que le dolía contemplarlo, y que de vez en cuando seguía padeciendo un leve deterioro del tejido cartilaginoso.

Pero así fue. En lugar de caer víctima de una pasión irresistible, como la joven había confiado tiempo atrás en experimentar, en lugar de permanecer junto a su madre el resto de su vida, hallando solaz únicamente en una vida retirada y unos estudios que le permitieran diseñar una magnífica Estación Submarina, como un juicio más prudente y sosegado la había inducido posteriormente a desear, Marianne se encontró, a los diecinueve años, sometiéndose a nuevos afectos, asumiendo nuevos deberes, en una nueva casa, esposa, madre de familia y patrona de una aldea. Asimismo, comprobó que el rostro del coronel no era la única región de su fisonomía que contenía múltiples apéndices, un hecho que comportaba cierta satisfacción conyugal.

El coronel Brandon era ahora tan feliz como todos los que le querían opinaban que merecía ser. En Marianne halló consuelo por todas las desdichas que había padecido en el pasado, incluso por la que había definido su vida. El cariño y la compañía de Marianne procuraron vivacidad a su mente y alegría a su espíritu, y el hecho de que ella se sintiera feliz promoviendo la de su esposo satisfizo y deleitó también a sus perspicaces amigos. Marianne nunca había amado a medias, y con el tiempo entregó a su marido todo su corazón, como en el pasado se lo había entregado a Willoughby.

Éste acogió la noticia del matrimonio de Marianne no sin dolor, y al poco tiempo su castigo se completó con el perdón voluntario de la señora Smith, quien, al revelarle que debía su clemencia a haberse casado con una mujer de carácter, indujo a Willoughby a pensar que, de haberse comportado honrosamente con Marianne, habría alcanzado la dicha y la riqueza.

Es indudable que su arrepentimiento por su despreciable conducta, que comportaba en sí misma su castigo, era sincero, y solía pensar en el coronel Brandon con envidia, y en Marianne con pesar. Pero no cabe suponer que estuviera siempre inconsolable, o que muriera con el corazón destrozado, pues no fue así. Willoughby vivió para esforzarse en gozar de la vida, cosa que conseguía con frecuencia. Su esposa no siempre estaba de mal humor, ni vivía en una casa carente de comodidades. Reanudó su constante búsqueda de un tesoro, armado con nuevos mapas, armando nuevas goletas y entrenando a nuevos perros.

Con todo, y a pesar de su descortesía al sobrevivir a la pérdida de Marianne, Willoughby siempre conservó por ella una profunda estima que hizo que se interesara por todo lo relacionado con su vida, convirtiéndola en su paradigma secreto de la perfección femenina. Y aunque años más tarde consiguió un nuevo silbato para atraer a los pulpos, que utilizaba con frecuencia, muchas jóvenes bellezas eran objeto a los pocos días de su desprecio por no tener comparación con la señora Brandon.

Entre los méritos y la dicha de Elinor y Marianne, cabe destacar que, aunque eran hermanas y residían a un tiro de piedra una de otra, vivían en perfecta armonía, sin que se produjera nunca la menor frialdad entre sus maridos; todos vivían en una grata proximidad, salvo las noches en que se despertaban, en sus respectivas casas, al oír un sonido frío e inconfundible que reverberaba por toda la campiña: K'yaloh D'argesh F'ah! K'yaloh D'argesh F'ah! K'yaloh D'argesh F'ah!

Guía de debate para los lectores de Sentido y sensibilidad y monstruos marinos

Sentidoy sensibilidad y monstruos marinos es un estudio sobre el amor, la relación entre hermanas y pulpos gigantes que presenta numerosas facetas. Confiamos que estas preguntas incrementen la apreciación y el disfrute del lector de esta magnífica obra de la literatura clásica sobre monstruos marinos.

1. Marianne siente una permanente fascinación por los «caballeros de fortuna», pero su experiencia más cercana con unos piratas constituye para ella, para decirlo suavemente, una decepción. ¿En qué sentido los personajes de los piratas y los temas relacionados con los piratas (en especial el encuentro de las Dashwood con Barba Feroz) ilustran el abismo entre la percepción y la realidad?

2. En Sentidoy sensibilidad y monstruos marinos, determinadas vivencias personales dolorosas se producen al mismo tiempo que los ataques de monstruos marinos, sugiriendo una relación metafórica de «monstruos» con el sufrimiento de un desengaño amoroso; por ejemplo, Marianne es rechazada por Willoughby en Hidro-Z precisamente cuando unas gigantescas langostas mutantes se amotinan. ¿Ha sido usted alguna vez «atacado por langostas gigantes», figurativa o literalmente?

3. A lo largo de la novela se apuntan varias explicaciones sobre el origen de «la Alteración» que, en primer lugar, hizo que las bestias marinas se volvieran contra los seres terrestres. ¿Qué explicación le parece más plausible? ¿Le convence el relato del señor Palmer, en el capítulo 49, que atribuye todo lo ocurrido a que unos dioses-monstruos que habían permanecido sumidos en un letargo habían comenzado a despertarse?

4. ¿Por qué Margaret es la única que se alarma ante los extraños hechos que ocurren en la isla Pestilente, como los remotos cantos y la nube de vapor? ¿Cree que el motivo de que su familia no haga caso de su inquietud se debe sólo a la falta de credibilidad que damos a los jóvenes, o bien indica un profundo rechazo a afrontar lo desconocido?

5. ¿Qué es peor, ser devorado por un tiburón o ser consumido por los ácidos jugos gástricos de una bestia marina grande como un buque de guerra?

6. Sería muy fácil achacar la falta de interés de Marianne por el coronel Brandon simplemente al hecho de que está enamorada de Willoughby. ¿Cree que no considera al sabio y leal Brandon un pretendiente debido principalmente a su edad? ¿A que éste ha tenido una relación anterior? ¿O a la grotesca máscara carnavalesca de la parte inferior de su rostro?

7. Para Elinor, y especialmente para Marianne, el matrimonio es un estado que desean alcanzar fervientemente, pero para lady Middleton es una cárcel de la que desea escapar. ¿Esta aparente contradicción es un elemento utilizado para prestar mayor profundidad a la trama o refleja una ambigüedad por parte de los autores con respecto al matrimonio? ¿Puede una mujer, sin estudios previos en ingeniería náutica, aprender ella sola a pilotar un submarino?

8. ¿Ha mantenido usted una relación sentimental con alguien que resultara ser una bruja marina?

9. La vida en la Estación Submarina Beta está marcada por un desenfreno y un afán de diversión imposible de alcanzar fuera de la Cúpula, donde los constantes ataques de monstruos marinos están a la orden del día. ¿Cree usted que la apocalíptica destrucción de la Estación por una legión de peces constituye un comentario sobre ese estilo de vida hedonista?

10.¿Es Monsieur Fierre un símbolo de algo? Cite otras tres obras conocidas de la literatura occidental en las que aparezcan mayordomos orangutanes. ¿Esos personajes también son asesinados por piratas?

Agradecimientos

Deseo dar las gracias a Jason Rekulak, de Quirk Books, por invitarme a jugar en este mundo, y al resto del extraordinario equipo que creó este libro. Eugene Smith nos proporcionó las deliciosas y ridiculas ilustraciones; Lars Leetaru pintó la maravillosa cubierta; Doogie Horner diseñó la cubierta y el interior; las editoras Margaret «McG» McGuire y Cathlyn Matracia enmendaron varios errores embarazosos; Dorothy Lun introdujo centenares de modificaciones de última hora; y John J. McGurk y Melissa Jacobson se aseguraron de que los libros estuvieran listos puntualmente.

Deseo también expresar mi agradecimiento a Erik por una primera lectura del manuscrito; a Diana, Spike y Tree, por hacer que todo resultara divertido, y a mi colaboradora, Jane, por un sólido primer pase.

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