James Potter y La Maldición del Guardián (62 page)

BOOK: James Potter y La Maldición del Guardián
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—Eso sí que sería útil —dijo James, con los ojos bien abiertos—. Una pluma que puede hacer los exámenes por ti. ¿Cuánto vale?

Rose recorrió a James con una mirada desdeñosa.

—Es realmente asombroso lo mucho que te esfuerzas por evitar los deberes más simples, James.

—Sí —contestó James—, el tío Ron estaría orgulloso.

Los cuatro recorrieron la calle, entrando en la mayor parte de las tiendas por el camino. Cameron compró una nueva funda para varita en la Peletería Hiram y Blattwott e inmediatamente enfundó su varita en ella. Se la mostró a James y Ralph.

—¡Protege el acabado mientras simultáneamente realza las propiedades mágicas! —proclamó Cameron con altanería, leyendo directamente la etiqueta—. La parte interior está cubierta de cuero de venado y enriquecida con betún y Realzador de Encantamientos para Varita Wymnot. ¡Limpia mi varita cada vez que la saco!

—Genial, Cam —asintió Ralph—. Eh, parece realmente elegante además.

—¡Gracias! —sonrió Cameron abiertamente—. Oye, ¿podemos parar en el puesto de periódicos? Quiero ver si la nueva publicación de Historias Estupendas está disponible.

El puesto de periódicos estaba entre la esquina de la Calle Mayor y la Avenida Guddymutter, y era el único puesto de periódicos de dos pisos que James había visto nunca. Una escalera de caracol adicional de madera conducía a un estrecho pasillo de hierro forjado que rodeaba el segundo nivel. El pasillo estaba repleto de magos y brujas ojeando cada tipo de periódico y revista imaginable. El mismo pico del puesto de periódicos era una ruidosa Lechucería en miniatura, trinando con aves de todos los tamaños. Parecían estar yendo y viniendo a cada instante, cada lechuza asistida por un hombre pequeño instalado en un escritorio redondo en el medio. Cuando llegaba una lechuza, el hombrecillo daba vueltas en su silla para recuperar su paquete. La mayor parte de estos parecían ser pequeñas tiras de pergamino enroscados como rollos de papel e insertados en tubos dorados en las patas de las lechuzas. Cuando el hombre quitaba el mensaje, se volvía hacia un tubo acústico y leía su contenido. El tubo acústico llevaba la voz del hombre a través de un complicado conjunto de tuberías y fuelles, que finalmente difundían cada palabra a la Calle Mayor.

—Boletín de noticias desde Turquía —leyó el hombre con una voz sorprendentemente profunda de barítono— el Gran Visir del Califato Mágico, Rajah Hassajah, ha muerto inesperadamente, para ser reemplazado en el ínterin por su asistente, Ahmed Al Mustaphus. La autoridad internacional del banco de magos ha congelado todas las transacciones con el Califato hasta que dicha crisis sea satisfactoriamente solucionada. Les mantendremos informados a medida que se reciban noticias.

—Oh, mirad quien viene en la portada de El Quisquilloso de este mes —dijo Rose, sacando una copia del estante más bajo. James se inclinó hacia delante, mirando. La portada mostraba a Luna Lovegood aceptando feliz un anillo de su nuevo enamorado, Rolf Scamander. La foto estaba obviamente escenificada, pero la sonrisa de Luna era lo bastante genuina, y la mirada de feliz afecto en la cara de bicho de Rolf resultaba inconfundible. En la foto, Luna aceptaba el anillo, y después lo sujetaba para la cámara. Parecía hecho de ámbar con un insecto diminuto incrustado en él.

—Ya es un hecho —Ralph inspiró por la nariz.

—Bien, me alegro por ella —dijo Rose, volviendo a poner el periódico en el mueble— Luna lleva mucho tiempo deseando casarse. Quiere una familia.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó James, arrugando la frente—. Conozco a Luna de toda la vida y nunca ha dicho nada de eso.

Rose parecía distante.

—Eso es porque tú no has escuchado las conversaciones correctas.

Por encima de sus cabezas, el anunciador de la Lechucería habló a través del aparato amplificador.

—En una actualización de informes previos, los misteriosos avistamientos de enjambres de Dementores en el Centro de Londres sólo han aumentado, aunque ninguna investigación ha podido definir claramente el origen de la colmena, o predecir los lugares de futuras opresiones. Adicionalmente, el alcance de la plaga parece estar aumentando día a día, extendiéndose a vecindarios cercanos a una velocidad alarmante. El reportaje muggle de los incidentes está ganando fama, aunque las atribuciones de los efectos son sumamente variadas. En un inesperado giro de acontecimientos, el Ministerio de Magia ha anunciado la creación de un subdepartamento de Aurores para localizar y doblegar la colmena. Entretanto, muchos ciudadanos inquietos del mundo mágico están abandonando la zona céntrica de Londres hasta que los inexplicables ataques estén bajo control. Les mantendremos informados del curso de los acontecimientos.

La cara de Ralph palideció.

—Oí algo de esto cuando fui a casa de vacaciones, pero no lo relacioné. Parece haber empeorado bastante. ¿Creéis que está relacionado con el descenso del Guardián?

—Tiene que estarlo —dijo James, recordando su anterior conversación con el director—. Merlín me dijo que los Borleys eran básicamente bebés Dementores. Tal vez el Guardián es algo así como dementor máximo. ¡Tal vez el Guardián ha congregado a todos los dementores no capturados y los está usando para empezar su trabajo en la tierra!

Rose se estremeció.

—¡Ese es un pensamiento horrible! Si es cierto, James, entonces nuestros padres podrían estar en peligro, ya que trabajan en el Ministerio. Especialmente tu padre. ¡Si él se encarga de ese subdepartamento de Aurores, estará persiguiendo al Guardián y ni siquiera lo sabrá! ¡Tenemos que advertirles!

James sabía que Rose tenía razón. Asintió con la cabeza.

—Le enviaré a mi padre una lechuza tan pronto como regresemos esta noche. Le contaré todo lo que sabemos por ahora.

—¿Pero por qué utilizaría el Guardián Dementores? —preguntó Ralph— ¿yo creía que podía afectar a los humanos directamente?

Rose contestó:

—Puede, pero sólo a unos cuantos a la vez, por ahora. Se alimenta del miedo y del terror, así que utiliza a los Dementores para obtener lo que necesita. Pero esto prueba que no ha encontrado aún a su anfitrión humano. Una vez que tenga al anfitrión, ya no necesitará a los Dementores. Estará directamente conectado a la comunidad humana. Podrá afectar a un montón de personas a la vez, y nada podrá detenerlo.

—Necesitamos ambas mitades de la Piedra Faro antes de que eso ocurra —dijo James fervientemente—. Quienquiera que tenga toda la piedra todavía podrá mandar al Guardián de vuelta al Vacío, ¿no?

—No sabemos dónde está la mitad de la piedra de Slytherin —se lamentó Ralph—. Y la mitad que conocemos está en el dedo del mago más poderoso del mundo. Esto hace que robar el maletín de Jackson parezca un paseo por el parque.

James estaba impasible.

—Al menos sabemos dónde está el anillo de Merlín. Sólo tenemos que averiguar quién podría haber recibido en herencia el anillo de Slytherin.

—Bueno, ningún problema —dijo Ralph sarcásticamente—. Sólo tenemos que rastrear un anillo negro místico a través de tres generaciones de docenas de magos oscuros. ¡Debería estar chupado!

—¿Qué anillo negro místico? —preguntó Cameron, regresando con un saco del puesto de periódicos.

Rose puso sus ojos en blanco.

—Nada, Cameron. Solo estamos intentando salvar el mundo aquí. Lo hacemos todos los días, ya sabes.

—Oh —dijo Cameron, frunciendo un poco el ceño—. Creí que tal vez hablabais del anillo de la familia Gaunt que el director Dumbledore le dio a tu padre.

Como si fuesen uno, James, Ralph, y Rose miraron a Cameron. Él les miró parpadeando un poco nervioso.

—¿Qué anillo, Cameron? —preguntó Ralph.

Cameron mostró una sonrisa ladeada, como si le estuviesen tomando del pelo.

—Ya sabéis. El anillo que tenía la Piedra de Resurrección en él. Era una de las Reliquias de la Muerte en el último libro. El director Dumbledore la encontró y se la dio a Harry Potter dentro de la Snitch dorada. Recordáis eso, eh … ¿no?

Rose, Ralph, y James intercambiaron miradas. Rose dijo:

—¿Podría ser realmente tan simple?

Los ojos de James se abrieron pensativamente.

—Cameron, te sabes esos libros de memoria, ¿verdad? Cuéntanos todo lo que recuerdes acerca de ese anillo.

Cameron miró a James, un poco desconcertado, y después se encogió de hombros.

—Bien, según la leyenda, el anillo perteneció una vez a la Muerte, permitía al portador ver y hablar con los muertos. Pasó a través de generaciones de parientes de Salazar Slytherin hasta que llegó a la familia Gaunt. Voldemort tomó el anillo y lo utilizó como un, eh, Horrocrux —Cameron susurró la última palabra como si fuese una especie de palabrota. Siguió con su voz normal—. Más tarde, Dumbledore se hizo con el anillo y agrietó la piedra con la espada de Gryffindor, dejándola inservible para Voldemort. Después de su muerte, Dumbledore legó la piedra a Harry Potter, escondiéndola dentro de su Snitch. En el libro, Harry usa la Piedra de Resurrección para hablar con sus padres muertos cuando va a enfrentarse a Voldemort en el Bosque. Después de eso, nadie sabe qué fue de la piedra. Sea como sea, cuando dijisteis algo acerca de un anillo negro misterioso, pensé que podríais estar hablando de eso. Lo siento.

—Cameron —dijo Rose seriamente—, podría besarte, estúpido cerebrito. ¡Esto es genial!

Cameron se sonrojó ferozmente y abrazó su saco, sonriendo abiertamente.

Ralph preguntó:

—¿Crees que la Piedra de Resurrección y la Piedra Faro son la misma?

—Desde luego parece encajar —contestó James—. Era negra, estaba engastada en un anillo y se dejó en herencia desde Salazar Slytherin a través de un montón de generaciones.

Rose añadió:

—Y permitía al portador ver y comunicarse con los muertos porque provenía del Vacío a través del que pasan todas las almas al morir.

Ralph se estremeció.

—¿Entonces donde acabó? ¿Qué le sucedió después de esa noche en el Bosque?

—Es justo como Cameron dijo —suspiró Rose—, nadie lo sabe. Si mal no recuerdo, fue dejado a propósito fuera de los libros a fin de que nadie se sintiese tentado de ir en busca de la piedra otra vez. Se supone que se perdió para siempre. Nadie sabe dónde está, o si todavía existe.

James entrecerró los ojos, pensando. Optó por no decir nada, pero sabía de al menos una persona que sabía lo que había pasado con la Piedra de Resurrección. Y James era una de las pocas personas del mundo que podía preguntar a esa persona y posiblemente obtener una respuesta.

Finalmente, el cuarteto se puso en camino hacia Las Tres Escobas, cariñosamente llamada entre algunos de los estudiantes mayores como el “Triple Palo”. Pidieron Cervezas de mantequilla y disfrutaron de una cena ligera. Los estudiantes de Hogwarts abarrotaban las mesas, hablando bulliciosamente y llamándose entre ellos. Sabrina, Damien, y Gennifer Tellus atravesaron la puerta cuando James terminaba su salchicha. Damien sonrió abiertamente mientras se abría paso a empujones a través de la multitud.

—Por lo que veo lo conseguisteis —declaró Damien—. Estoy un poco celoso, ya sabéis. Nosotros descubrimos ese túnel primero. Esperaba ser el primero en ver el interior de La Casa de los Gritos. ¿Cómo es?

—Apenas se mantiene en pie —contestó James—, tendrás suerte si está todavía entera cuando la atravieses.

—¿Dónde están Noah y Petra? —preguntó Rose.

Gennifer puso los ojos en blanco.

—Oh, están teniendo una pelea de enamorados en Madame Puddifoot. Les dije que no crearía sino problemas el que comenzaran salir.

—En realidad no están saliendo —dijo Sabrina, acercando una silla y sentándose— Simplemente están besuqueándose. No es exactamente lo mismo.

James levantó la mirada vivamente, sorprendido de que de algún modo se hubiera perdido este acontecimiento.

—¿Cuánto hace que están, eh, besuqueándose?

—Empezó más o menos una semana antes de Navidad —contestó Sabrina—. Probablemente tanto ensayar como amantes para la obra condujo a eso. Sólo puedes fingir un tiempo antes de que se filtre a la vida real.

—James sabe mucho de eso —dijo Ralph, llevándose a la boca lo que quedaba de su salchicha. James suspiró.

—¿Entonces por qué están discutiendo? —preguntó Rose.

Damien gesticuló dramáticamente.

—Noah vio a Petra teniendo alguna seria conversación con Ted detrás de Sortilegios Weasley. Ella lloraba, y a Ted tampoco se le veía muy feliz. Noah es en realidad un tipo celoso, ya sabéis.

—Debería haber sabido en lo que se estaba metiendo, quedando con la ex-novia de su mejor amigo —proclamó Gennifer pomposamente— Eso apesta a problemas a kilómetros de distancia.

Sabrina dijo:

—De cualquier manera, simplemente no comprendo que ve Ted en Victoire. Tenía la suerte de tener a Petra. Victoire es una pomposa creída lo mires como lo mires. Sin ofender.

Rose agitó una mano.

—Oh, no tienes que disculparte ante nosotros. Pensamos lo mismo, la mayor parte del tiempo.

James se sintió repentinamente ardiente y enfadado. Se quedó mirando fijamente por la ventana, confundido ante sus propios pensamientos y emociones. Algo en el hecho de que Noah y Petra estuvieran saliendo, de repente le pinchaba despiadadamente. Siempre le había caído bastante bien Noah, pero ahora, de improviso, quería ir al encuentro del chico mayor y derribarle de un puñetazo. La ironía era que sabía dónde encontrar a Noah: estaba sentado delante de Petra en este preciso momento, simplemente calle abajo en el ridículamente rosado y esponjoso Salón de Té de Madame Puddifoot. Peor aún, sabía con absoluta certeza que Noah no era el problema principal. Tal como había dicho Rose, estaba claro que Petra seguía enamorada de Ted Lupin a pesar de que él había seguido adelante con Victoire. Todo el asunto era irremediablemente complicado, y le frustraba darse cuenta de que no había absolutamente nada que él pudiera hacer al respecto.

Finalmente, la conversación tomó otros derroteros. James, Rose, Ralph, y Cameron se despidieron de los Gremlins y se abrieron paso hacia la calle. La tarde se enfriaba a medida que el sol se escondía, trayendo un agitado viento que recorría el pueblo. Pedacitos de periódico y envoltorios de caramelo cruzaban la calle mientras los estudiantes comenzaban el viaje de regreso al distante castillo. El cuarteto se dirigió a la Casa de los Gritos, deteniéndose sólo una vez por el camino para entrar en Sortilegios Weasley, donde esperaban saludar a George y Ted.

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