Indecentes (16 page)

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Authors: Ernesto Ekaizer

Tags: #Divulgación, #Economía

BOOK: Indecentes
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Rodríguez Zapatero decide, más tarde, iniciar el regreso con su familia en el Parque Nacional de Doñana. El único consuelo que se lleva es que el bono español a diez años se ha negociado este viernes 5 de agosto por debajo del italiano. La diferencia del tipo de interés es simbólica pero reveladora del cerco al que comienza a ser sometido su colega Berlusconi. España, con una prima de 369 puntos básicos o 3,69 por ciento, paga un tipo de interés del 6,05 por ciento mientras Italia, cuya prima sube a 373 puntos básicos o 3,73 por ciento, abona el 6,08 por ciento.

En paralelo a su retorno a Doñana, las malas noticias no dan tregua. Esta vez no toca a España. En la madrugada del viernes al sábado, nueve de la noche de Nueva York, dos de la madrugada hora peninsular española, la agencia de
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Standard & Poor's anuncia que ha decidido rebajar la calificación crediticia de Estados Unidos. Por primera vez en setenta años, Estados Unidos se queda sin su máxima nota de sobresaliente alto, la AAA.

Esa madrugada, Sarkozy continúa su veraneo en Cap Negre, la finca de la familia de su esposa Carla Bruni en Var, en la Costa Azul, al borde del Mediterráneo. ¿Va Francia a conservar la AA A después de que Estados Unidos acaba de ser despojada de un peldaño y se queda con la calificación AA+? Pierde las pocas esperanzas que albergaba. Sarkozy ya ve cómo es inevitable que caiga la guillotina de la degradación. Un escalón por lo menos.

Pero lo primero es lo primero. Al BCE se le han cruzado los cables. Su maniobra para poner de rodillas a Berlusconi y a Rodríguez Zapatero antes de proceder a la compra de la deuda pública se le complica con la incertidumbre que viene del otro lado del Atlántico a raíz de esta rebaja de la calificación crediticia de Estados Unidos, previsible pero no por ello menos explosiva.

Se trata ahora de evitar que el gran pánico queme los mercados financieros y bursátiles el lunes 8 de agosto. Se aproxima una tormenta perfecta.

5. Agosto de 2011, repetición de jugada

El cruce de comunicaciones a ambos lados del Atlántico, entre Washington y Francfort, en la madrugada del viernes 5 al sábado 6 de agosto de 2011 evoca los peores momentos de la caída de Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008. Una operación para frustrar un nuevo «lunes negro» en los mercados se pone en marcha durante esas horas en vela.

La agencia Reuters anticipa a las seis de la tarde del sábado que el presidente del Banco Central Europeo convoca al día siguiente, domingo 7, una videoconferencia del consejo para debatir la agitación en los mercados, evaluar las nuevas reformas anunciadas por el Gobierno italiano y determinar qué posibles medidas adoptar. Trichet se dispone a tener después una conferencia telefónica con los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del Grupo de los Siete (G-7), países más industrializados del mundo (Estados Unidos, Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá). Nicolás Sarkozy, que preside en nombre de Francia el G-7, y Angela Merkel estudian un comunicado.

A Elena Salgado le toca estar de guardia. Habla con Zapatero, que este sábado mantiene una conversación desde Doñana con Josep Antoni Duran i Lleida. La ministra tiene, también, un pequeño papel de actriz de reparto en la obra que se está montando para el fin de semana. Aunque ya ha anticipado que el Gobierno prevé adoptar en su consejo de ministros del 19 de agosto nuevas medidas de consolidación fiscal para asegurar el objetivo de déficit, necesita precisar aún más de qué se trata. Para ello concede una entrevista la tarde del domingo 7. El plan es completar los compromisos ya anunciados por Berlusconi el viernes 5 con una declaración que refresque los compromisos de España. Rodríguez Zapatero delega, pues, en la ministra Salgado. Esta actuación dará pie a que Sarkozy y Merkel difundan a su vez una declaración para respaldar las futuras acciones del BCE. Es un montaje perfectamente estudiado. Su objetivo son los medios de comunicación. El comunicado franco-alemán va a basarse en los compromisos de Italia y España. Toda la artillería de comunicación está coordinada hacia la tarde del domingo para dar cobertura a Trichet.

El domingo 7 de agosto, la ministra sostiene contactos telefónicos con los ministros de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble; el francés Francois Baroin, en contacto, a su vez, con los ministros de Finanzas del G-7; el de Italia, Giulio Tremonti, y el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la Comisión Europea, el finlandés Olli Rehn. La ministra también habla con el presidente del Eurogrupo, el primer ministro luxemburgués Jean-Claude Juncker y con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner. Y, claro, con el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. A medida que va recogiendo información se la transmite al presidente en Doñana.

La ministra conoce de sobra tanto los entresijos de su elaboración como la versión final de la carta enviada el viernes 5 por el BCE al presidente del Gobierno. Por tanto, tiene que ofrecer, antes de la videoconferencia, unos compromisos que vayan en la dirección de las condiciones propuestas.

En sus declaraciones a la agencia Efe, que son distribuidas sobre las seis de la tarde del domingo, la ministra, en efecto, delinea lo que podría ser la respuesta oficial del Gobierno de Rodríguez Zapatero a la carta de Trichet y Fernández Ordóñez. Más que una entrevista, habida cuenta de que sus declaraciones no son entrecomilladas, es una respuesta virtual a la medida de las necesidades del BCE en esta jornada.

El Gobierno, dice, se dispone a aprobar este mes medidas para apuntalar el cumplimiento del objetivo de déficit. Entre ellas señala que se incrementa este mismo año los pagos a cuenta del impuesto de sociedades para grandes empresas.

En el caso de la Administración General del Estado, se aspira a lograr mejoras en la gestión del impuesto de sociedades. Para 2011, esa decisión supone aumentar los pagos a cuenta para empresas de gran tamaño. Esto redondea unos ingresos adicionales en 2011 del orden de los 2.500 millones de euros. Otros 2.400 millones de euros proceden de ahorros por la reducción del gasto farmacéutico.

La ministra, pues, responde así, con estos 5.000 millones de euros, en números redondos, a la exigencia de una consolidación fiscal adicional del 0,5 por ciento del PIB según consta en la carta del BCE. Pero todavía en el apartado de las finanzas públicas, asegura que se trabaja para acordar con las Comunidades Autónomas la puesta en funcionamiento de la regla de gasto en el mes de septiembre. Y, más respuestas a la carta: el Gobierno está abocado a aumentar la transparencia de las cuentas públicas de las Comunidades Autónomas ofreciendo los datos trimestrales a partir del tercer trimestre de 2011 en términos de contabilidad nacional y no solamente en términos presupuestarios, como se hace en la actualidad.

En el capítulo laboral, la ministra señala que en línea con la reforma del mercado de trabajo, el Gobierno va a incrementar la flexibilidad del contrato a tiempo parcial, principalmente a través de los horarios. Es el mejor y más rápido camino, estima, para contribuir a la creación de empleo, y permitirá que muchas personas puedan seguir un proceso de formación después de que dejasen sus estudios para trabajar en sectores como el de la construcción.

Mientras el consejo de gobierno del BCE está celebrando su videoconferencia, Sarkozy, desde la Costa Azul, y Merkel, desde las montañas del Tyrol, Italia, donde hace senderismo, se ponen de acuerdo en el comunicado conjunto. La página web del Palacio del Elíseo, en París, lo hace público sobre las ocho y cuarto de la tarde.

«El presidente Sarkozy y la canciller Merkel reiteran su compromiso para poner en práctica las decisiones adoptadas por los jefes de Estado y de Gobierno de la Zona Euro y las instituciones de la Unión Europea el 21 de julio de 2011», señala. «Dan la bienvenida a las recientes medidas anunciadas por Italia y España para acelerar la consolidación fiscal y aumentar la competitividad. En especial, el objetivo de las autoridades italianas de alcanzar el equilibrio del presupuesto un año antes de lo previsto tiene una importancia fundamental», añade.

El comunicado, antes de pasar a lo que es su mensaje central, promete «mejorar la eficacia del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera así como aumentar su flexibilidad, con las condicionalidades apropiadas, a través de los siguientes instrumentos: programa de prevención, financiación de la recapitalización de las entidades financieras e intervención en el mercado secundario sobre la base de un análisis del BCE que señale la existencia de una situación excepcional en los mercados financieros y sobre la base de un acuerdo común por parte de los Estados participantes para evitar el contagio».

Por tanto, dado que el citado Fondo todavía tiene un camino legal para recorrer hasta ser una realidad, con nuevas funciones, Sarkozy y Merkel van directamente al grano, con una invitación nada disimulada para que la videoconferencia decida la compra de bonos italianos y españoles a partir del día siguiente, lunes 8 de febrero: «En línea con las decisiones del 21 de julio, Francia y Alemania confían en que el análisis del BCE aportará las bases apropiadas para las intervenciones en los mercados secundarios así como para ayudar a identificar las circunstancias en las cuales la estabilidad financiera de la Eurozona en su conjunto se encuentra en situación de riesgo».

No pasan dos horas cuando, concluida la reunión, Trichet da a conocer una declaración del «presidente del BCE». En primer lugar, el «consejo da la bienvenida a los anuncios realizados por los gobiernos de Italia y España en relación con nuevas medidas y reformas en las áreas de la políticas fiscal y estructural». Estima que es «esencial una decisiva y rápida implementación por ambos gobiernos para apuntalar la competitividad y flexibilidad de sus economías y para reducir con rapidez el déficit público». Al tiempo subraya el «compromiso conjunto expresado por Alemania y Francia». Utiliza el lenguaje de las cartas enviadas a Berlusconi y Rodríguez Zapatero al señalar que el consejo considera de «decisiva importancia» el compromiso de los jefes de Estado y de Gobierno de «honrar su propia firma soberana individual». Añade que es fundamental que los gobiernos se preparen para activar el Fondo de Estabilidad en el mercado secundario en base al análisis del BCE sobre la existencia de circunstancias financieras excepcionales en el mercado y riesgos para la estabilidad financiera». Y, finalmente, anuncia que pondrá en práctica «activamente» su programa de compra de bonos.

De acuerdo con el guión, los ministros y gobernadores de bancos centrales del G-7 mantienen desde sus lugares de veraneo una teleconferencia. El ministro francés de Finanzas, François Baroin, a cargo de la coordinación, difunde un comunicado en la madrugada del lunes 8. «Ningún cambio en los fundamentos de la economía justifica las recientes tensiones financieras que enfrentan Italia y España. Damos la bienvenida a las medidas adicionales de política económica anunciadas por Italia y España para reforzar la disciplina fiscal y apuntalar la recuperación de la actividad económica y la creación de empleo», dice.

La lógica no es fácil de entender. Si ningún cambio en las tendencias fundamentales de la economía explica la conducta de los inversores de desprenderse de deuda pública italiana y española, según reconoce el G-7 al hablar de las «tensiones financieras» de los últimos días, ‹por qué adoptar medidas para reforzar la disciplina fiscal? La ministra Salgado, precisamente, explica unas horas más tarde que «las declaraciones de todos los representantes institucionales son las mismas, que España y nuestros fundamentos económicos están muy lejos de necesitar un rescate, lo que hay es una inestabilidad en los mercados de deuda». Recuerda que la deuda pública española llegará a finales de 2011 a los 680.000 millones de euros lo que representa el 64 por ciento del PIB, veinte puntos porcentuales por debajo de la media de la Unión Europea. Y aunque admite que la economía española se desacelera en el segundo trimestre del año, un 0,2 por ciento según acaba de anunciar el Banco de España, y que ello se suma a crecimientos inferiores de otros países, «de ahí» dice la ministra «a llegar a la recesión sinceramente no creo». Salgado es tajante: «En absoluto va a haber una recesión».

Hasta la decisión del BCE este domingo 7, las compras de bonos públicos, sobre todo de Grecia, ha supuesto engordar el balance de la entidad en 74.000 millones de euros. Pero España e Italia son palabras mayores. La deuda pública española en el mercado asciende a 650.000 millones de euros mientras que la italiana se eleva a 1,6 billones de euros. Las intervenciones, por tanto, se prevén mucho más importantes respecto al pasado.

En la mañana del lunes 8, por fin, los mercados de deuda comienzan de manera titubeante. La prima de riesgo del bono español a diez años llega a superar las marcas del viernes 5, al dispararse hasta los 400 puntos básicos o 4 por ciento, pero desciende, a medida que el BCE interviene, por debajo de los 300 puntos básicos. Al cierre, las compras tienen un efecto indiscutible con la caída más vertiginosa que se conozca desde la entrada en funcionamiento del euro. La prima termina en 289 puntos o 2,89 por ciento, contra 370 puntos básicos o 3,7 por ciento el viernes 5. El bono cierra, pues, a un tipo de interés del 5,1 por ciento contra un 6,0 por ciento el viernes 5. La prima de riesgo de la deuda italiana también cae. Con 301 puntos básicos o 3,0 por ciento sigue algo por encima de la española. Ya algo más tranquilo, Rodríguez Zapatero recibe la llamada telefónica del presidente norteamericano Barack Obama, la tarde del lunes 8. Obama ha hablado el viernes 6 con Berlusconi, Sarkozy y Merkel.

La carta confidencial del BCE al presidente del Gobierno sigue siendo un secreto guardado bajo siete llaves, pero la respuesta a algunas de las exigencias que ella contiene evidencian que Rodríguez Zapatero, desde Doñana, y Rubalcaba, en Madrid, están haciendo su trabajo.

El lunes 8, mientras se está materializando la compra de bonos públicos españoles por parte del BCE, Rubalcaba, que ya ha comentado en privado con algunos colaboradores de su equipo económico el contenido de la carta, y según anticipa en la cena de cumpleaños de Rodríguez Zapatero del jueves 4 de agosto, aborda el tema salarios. El candidato socialista hace un llamamiento «urgente» a patronal y sindicatos para que «se reúnan y acuerden una política de rentas que incluya moderación salarial y reinversión de beneficios para crear empleo».

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