Read Exploración Online

Authors: Aurora Seldon e Isla Marín

Tags: #Erótico

Exploración (26 page)

BOOK: Exploración
12.23Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Sasha miró hacia las escaleras. Tommy dormía aún y no habían querido despertarlo tan pronto.

—Lo sé… sólo trato de mejorar las cosas. Es todo.

—¿Mejorar? A mí no me parece que con eso mejoren —observó el pelirrojo, mientras batía los huevos para la tortilla.

—No lo entiendes, ¿verdad? Me he alejado de Tommy… quiero que todo vuelva a ser como antes, quiero que él y yo volvamos a tener cosas en común. Sólo quiero que comparta lo que ahora me importa.

Richie no habló durante largo rato, observando cómo Sasha preparaba el café y comenzaba a cortar las naranjas para el zumo. Sonrió con dulzura y le tomó la mano.

—No se han alejado, Tigre. Puede que no compartan lo mismo, pero el cariño persiste.

—Yo no sé… Se lo he intentado explicar, he intentado que conozca a mi grupo y que entienda mis puntos de vista. Pero él no quiere aceptarlos, pone pretextos. Antes, él y yo teníamos casi todo en común. Ahora, nos une el sexo, tú, los Andrew, alguna que otra música y libros, pero nada más. Y cuando yo encuentro algo que me parece importante y trascendente y quiero compartirlo con Tommy, él sólo dice que no le gusta cómo lo miran y sigue como siempre, con sus mismas distracciones insustanciales.

—Quizá para él no lo sean. Quizá para Tommy eso sea importante —dijo suavemente Richie.

—Lo sé y trato de entenderlo… ¿por qué no entiende que a mí me importa el grupo? —Sasha dejó lo que estaba haciendo y tomó su chaqueta—. Voy a salir… necesito despejarme un poco. Dile a Tommy que no es necesario que vaya a la reunión, iré solo. Como siempre.

—Solo no —dijo inmediatamente Richie—. Irás conmigo.

5

Como Sasha no había vuelto al cabo de media hora, Richie decidió despertar a Tommy; tendrían que ponerse en marcha para llegar al colegio antes de la comida. Subió las escaleras con una bandeja, que dejó sobre la mesita de noche.

Tommy dormía, completamente ajeno a lo que pasaba, y Richie se quedó mirándolo con ternura. No… Tommy por lo visto no había captado nada, sólo dormía feliz y relajado, como un gatito al que únicamente le faltaba ronronear.

Se recostó en la cama.

—Buenos días —susurró, besándole la mejilla.

—Buenos días —respondió Tommy con voz pastosa y se estiró mientras bostezaba. Tras frotarse los ojos, lo miró, sonrió, le rodeó el cuello con los brazos, repitió el saludo y lo besó.

Richie sonrió también. Tommy podía ser el más alto de los tres, pero siempre sería su niño.

—Hola, Dragón. ¿Cómo dormiste?

—Como un lirón y me he levantado muy… descansado —añadió mientras su cuerpo comenzaba a ondular contra el del Richie. Era obvio que el «pequeño» se había levantado con ganas de marcha—. ¿Dónde está Sasha? —preguntó sonriendo y mirando a todas partes.

—Salió. Fue a tomar un poco de aire. —Sonrió, quitándole importancia—. Te traje el desayuno. No sé tú, pero yo me muero de hambre.

—Yo también tengo hambre —dijo Tommy con una sonrisa pícara, sin dejar de ondular contra el otro cuerpo—. Mucha hambre. —Volvió a besarlo, ahora profundizando el beso.

Richie se quitó la bata que cubría su cuerpo desnudo y se pegó a Tommy.

—Tú siempre tienes de esa hambre —susurró en medio del beso, mientras sus manos se deslizaban por todo el cuerpo del muchacho hasta llegar a su entrepierna.

—Y la tendré por muchos años. —Tommy rió. Parecía que iba a añadir algo más pero el movimiento de la mano en su ya más que incipiente erección lo hizo jadear mientras se sujetaba con fuerza a los hombros del pelirrojo.

Richie se entregó con ardor, decidido a disfrutar el momento. No tenían mucho tiempo, pero Tommy era una delicia que no deseaba perderse por nada del mundo. Quería compensarlo de algún modo por el mal rato que Sasha le había hecho pasar.

Tomó poco a poco el control del beso y el de toda la situación. Preparó a Tommy con dedos ansiosos y cuando acababa de introducirse en él, ambos perdidos en gemidos y jadeos, oyó abrirse y cerrarse la puerta de la calle.

Era Sasha.

El ruso, luego de pasar un buen rato afuera, había decidido volver y ver si Tommy continuaba durmiendo. Apenas abrió la puerta, los ruidos provenientes de la planta alta lo alertaron sobre lo que ocurría.

«Tommy nunca cambiará», pensó, y volvió a salir.

Richie se tensó al oír la puerta, pero se relajó de nuevo cuando volvió a escucharla cerrarse. Sujetando las caderas de Tommy, arremetió varias veces al tiempo que lo masturbaba, y cerró los ojos cuando sus manos se llenaron de la simiente del muchacho.

—¡Aaaah! —gritó Tommy en su orgasmo, arqueándose y finalmente dejándose caer en la cama con la respiración entrecortada. Cuando se recuperó, le dio un beso en la punta de la nariz, se estiró sobre la cama para coger la bandeja, y se puso a comer con la misma ansia con la que había follado.

Richie sonrió al verlo comer con tanto apetito, y luego de estirarse un momento, se incorporó también para asearse y tomar una tostada.

—Sasha debe estar afuera —dijo con un poco de remordimiento—. Será mejor que lo traiga a desayunar. —Estudió el rostro de Tommy, concentrado en los huevos revueltos, y al percibir que estaba calmado, continuó—. ¿Sabes? Estuvimos hablando sobre anoche. Aceptó haberse sobrepasado un poco. Y me dijo que no necesitas ir a esa reunión.

—Iré —dijo Tommy sin pensarlo ni un segundo.

Richie acarició su mejilla.

—Buen chico. —Sonrió—. Voy a traer a Sasha, debe estarse congelando.

Se colocó la bata de nuevo y bajó las escaleras. No se equivocaba, Sasha estaba de pie en medio del jardín, mirando hacia la carretera. Se acercó y lo abrazó desde atrás.

—Tommy pregunta por ti —dijo, tirando suavemente de él—. Vamos, vas a enfriarte aquí.

Abrazados, subieron nuevamente al dormitorio. Sasha se quedó un momento mirando a Tommy, que, acurrucado aún en la cama, saboreaba una tostada con mermelada.

Era una visión extraña. Completamente desnudo comiendo con gula y con las gafas de sol puestas. Cuando vio a Sasha, una radiante sonrisa iluminó su rostro y tomando una tostada recién untada con mantequilla y mermelada, se la ofreció en vez de comérsela.

El ruso vaciló un momento, avergonzado por lo que había hecho la noche anterior y por las palabras de Richie. Miró al pelirrojo que le dio un empujón y avanzó a los brazos de Tommy, tomando la tostada.

—Hola, Dragón. —Sonrió, sentándose en la cama—. Veo que tuviste un dulce despertar —dijo en alusión a Richie, que mordía otra tostada.

—La compañía que era excelsa… Bueno, podría haber sido inmejorable. —Tommy lo miró con intención. Lo había echado de menos a su lado cuando despertó. Ya no despertaba a su lado tantas veces como antes y le dolía.

—Eso puede remediarse. —Richie arrastró a Sasha sobre él en la cama, tirando de su camisa—. Tommy dice que irá de todos modos a tu famosa reunión y eso debe celebrarse.

Sasha sonrió, agradablemente sorprendido.

—¿En serio quieres ir? —preguntó.

—Por supuesto que iré, te lo había prometido —dijo Tommy mirándolo con seriedad—. Jamás te rompería una promesa.

—Fue una promesa forzada —reconoció Sasha—. No tenías muchas opciones. No tienes que hacerlo si no quieres.

—Fue una promesa y punto. —La mirada de Tommy se hizo pícara—. De todas formas… ¿de verdad crees que podrías haberme obligado a algo si yo no quisiera? —Una enigmática sonrisa adornó su rostro.

Sasha sonrió, derrotado, pero las manos de sus amigos le hicieron olvidar pronto el disgusto.

Capítulo 13
1

El sábado 13 de junio fue el día escogido por Sasha para llevar a sus amigos a la reunión del grupo. Como se realizaría en Londres, habían aprovechado para pasar la noche del viernes y todo el sábado con Richie.

Estaba emocionado. Por primera vez en varios meses sentía que Tommy formaba de nuevo parte de su vida, y el que Richie los acompañara hacía el evento más trascendente aún.

El trabajo en el laboratorio había hecho que Sasha se volviera mucho más cuidadoso en su modo de vestir. En esta ocasión, había escogido un traje completamente blanco, no demasiado formal, para asistir a la reunión. Richie iba con
jeans
y cazadora de cuero y Tommy iba con su camiseta negra preferida: la del dragón plateado que Richie le había regalado. No se la había puesto desde el concierto de Queen, pero ese día sentía que necesitaba suerte. Unos
jeans
y una cazadora vaquera a juego terminaban su conjunto.

Cuando los tres estuvieron listos, abordaron el viejo automóvil de Richie y se dirigieron a la reunión. Era en un elegante edificio en Bayswater y para entrar debían identificarse. Sasha habló por el intercomunicador y los tres subieron al octavo piso, donde el ruso se dirigió a uno de los apartamentos y llamó.

—Este lugar es de los padres de Randy. Lo usan cuando vienen a Londres —explicó al notar la incómoda mirada de Richie.

—Sí… ya veo —observó Tommy un poco a la defensiva mirando alrededor—. Muy proletario, sí señor.

Sasha iba a replicar, pero la puerta se abrió y una morena vestida con un conjunto de cuero muy apretado les dio la bienvenida.

—Ella es Juliette. Y ellos son mis amigos, Richie y Tommy.

Se hicieron las presentaciones y entraron. Mientras avanzaban, Sasha le susurró a Tommy:

—La novia de Juliette estudia Artes Plásticas y adora los clásicos. Puedes contarle que tocas el chelo.

—¿Por qué tendría que contárselo? —replicó Tommy en un susurro, frunciendo el ceño—. Tardé años en decírtelo a ti. Ni siquiera se lo he dicho a Richie, ni a Alex ni Angel. ¿Por qué tengo que decírselo a estos que no los conozco de nada? —añadió entre dientes.

Sasha suspiró imperceptiblemente.

—Como quieras —replicó a la defensiva. Richie lo miró alzando una ceja. Había estado hablando con Juliette y no se había percatado del diálogo de sus amigos.

—Sasha, por fin llegaste.

Había un grupo charlando en el sofá, y Randy se levantó de allí para darles la bienvenida. Se veía muy atractivo vestido de negro y Richie no pudo dejar de notar que tenía un aire a Tommy. De hecho, era como un Tommy soso y desteñido y eso le pareció sumamente curioso.

Randy saludó efusivamente a Sasha y se giró hacia los otros.

—Has traído finalmente a tus invitados. —Una mirada de desprecio brilló en sus ojos cuando vio a Tommy, que se encogió levemente—. Es un placer verte, Stoker. ¿Y tú eres…? —Se volvió hacia Richie y le sonrió con coquetería, pero no lo engañó. El pelirrojo había notado cómo había mirado a Tommy y no iba a perdonarle que le hiciera daño a su pequeño—. No creo haberte visto por el campus.

—Soy Richard… Richard Porter. —Se presentó, dándole la mano—. Y no, no me has visto en el campus. No he asistido nunca allí, soy amigo de Sasha y Tommy desde hace unos años.

—Ah, pues encantado. —Randy sonrió—. Poneos cómodos, estáis en vuestra casa —añadió para acto seguido hacer las presentaciones a los demás.

Juliette se sentó junto a su novia Sharon, una rubia de aspecto dulce que le sonrió cálidamente a Tommy. La tercera chica, Alice, vestía de negro y tenía un aire gótico y fatalista. Cuando los saludó, lo hizo como una diosa que desciende de su pedestal para complacer a sus adoradores.

Sentados en la alfombra estaban Ashley y Leslie, los dos más jóvenes del grupo, que seguían todas las acciones de Randy con reverente fascinación. Habían captado el tono de su ídolo al saludar a Tommy e imitaron el frío saludo.

Otros siete chicos completaban el grupo, un rubio hiperactivo que se presentó, coqueteó y Tommy habría jurado que hasta le metió mano, que dijo llamarse Sydney. También estaba Patrick Arden, a quien ya conocía y seguía siendo igual de tímido; y otro muchacho con el cabello castaño un poco más oscuro que el de Patrick, bastante serio pero gentil, que se presentó como Alan. Esos tres fueron educados y amables, a diferencia de Samuel, un pelirrojo con cara de chorlito, que resultó ser lo que aparentaba: un tío con poco seso y menos luces, el payaso que tienen todos los grupos y el único que solía reírse de sus propias bromas. Samuel dijo alguna tontería sobre las gafas de Tommy, pero nadie le prestó atención.

Los otros tres que quedaban fueron igual de desagradables que Randy. Anthony era un moreno con bigote y perilla sumamente cuidada, que los miró con igual gesto de desprecio y se fijó en la ropa de Richie con un gesto despectivo en los labios. Un muchacho de dorados rizos, llamado Dylan, hizo una presentación rimbombante llena de palabras cultas pero vacías de significado; y finalmente el que menos le gustó a Tommy: Terence, una especie de armario empotrado de tres puertas, grande y fuerte como un toro y con la misma brutalidad del animal, que lo miró como si quisiera aplastarlo.

Luego de las presentaciones, Randy tomó del brazo a Sasha y lo arrastró para que se sentara con él en un amplio sillón.

Tommy frunció el ceño pero Richie lo tomó del hombro, le susurró «paciencia» y se lo llevó a otro de los sofás.

Sharon les sonrió a ambos.

—¿Y bien? ¿Qué os parece el grupo?

—Variopinto —respondió Richie cuando vio que Tommy hacía un gesto enfurruñado y se negaba a hablar, cruzando los brazos—. Deduzco que no os conocéis todos de la universidad, ¿verdad?

—No, claro que no —dijo Sharon—. Juliette, Alice y yo venimos del UCL
[6]
. Yo tengo una beca allí, como Sasha. Ashley y Leslie son de Saint Michael, Tommy debe conocerlos de allí, ¿verdad? Patrick y Alan estudian en el Steiner College, en ingeniería. Tony, Dylan, Terry, Samuel y Sydney son del King’s College.

Richie asintió, pensativo. Todos estudiaban en importantes universidades de Londres y vestían de un modo que gritaba que nunca tendrían que preocuparse por el dinero. En el grupo, Sharon y Sasha eran los únicos para los que el trabajo y el esfuerzo sí tenían significado.

—Conozco a Patrick por Sasha y creo que he visto a Alan —añadió dubitativo Tommy, mirándolos—. A vosotros en cambio, no sé si os he visto —dijo dirigiéndoles una mirada igual de airada a los dos jovencitos Ashley y Leslie. «Niñatos», pensó.

—Nosotros sí te hemos visto —dijo Ashley—, siempre detrás de Sasha. —Leslie se rió, cuchicheándole algo al oído.

—¿Y tú, Richie? ¿Qué es lo que haces? No pareces estudiante. —preguntó Juliette.

—No estudio. Tengo un
sexshop
—informó puntualmente el pelirrojo—. Se llama Sextasis.

BOOK: Exploración
12.23Mb size Format: txt, pdf, ePub
ads

Other books

The Why of Things: A Novel by Elizabeth Hartley Winthrop
Bad Blood by Linda Fairstein
Pathfinder by Julie Bertagna
Adultery by Paulo Coelho
Urn Burial by Kerry Greenwood
The Woodshed Mystery by Gertrude Warner