Estúpidos Hombres Blancos (13 page)

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Authors: Michael Moore

Tags: #Ensayo

BOOK: Estúpidos Hombres Blancos
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Lo irónico de todo este estado de cosas es que los mismos políticos que rechazan financiar adecuadamente la educación en, este país son los mismos que se suben por las paredes al ver que nuestros alumnos van por detrás de los alemanes, los japoneses y los de cualquier otro país en el que haya agua corriente y una economía que no se base en la venta de pipas. De pronto, piden responsabilidades. Quieren que se responsabilice a los profesores y comprobar sus aptitudes. Y también pretenden examinar una y otra vez a los chicos mediante repetidas pruebas de nivel. No hay nada malo en la utilización de exámenes de nivel para determinar si los estudiantes están aprendiendo a leer y escribir y a sumar y restar. Pero hay demasiados políticos y burócratas de la enseñanza que han desatado todo un frenesí examinador, como si todo lo que va mal en nuestro sistema educativo pudiera arreglarse milagrosamente con sólo mejorar los resultados de dichos exámenes.

A quienes habría que examinar (aparte de los «expertos» que no dejan de gimotear) es a los llamados líderes políticos. La próxima vez que vea a su representante o congresista, pásele este cuestionarlo y recuérdele que cualquier aumento salarial futuro dependerá de sus resultados:

1. ¿Cuál es la paga anual de su votante medio?

2. ¿Qué porcentaje de beneficiados por el subsidio social son niños?

3. ¿Cuántas especies animales y botánicas están en peligro de extinción?

4. ¿De qué tamaño es el agujero en la capa de ozono?

5. ¿Qué países africanos tienen una tasa de mortalidad infantil inferior a la de Detroit?

6. ¿Cuántas ciudades estadounidenses siguen contando con dos periódicos rivales?

7. ¿Cuántas onzas hay en un galón?

8. ¿Qué es más probable, morir de un disparo en la escuela o alcanzado por un rayo?

9. ¿Cuál es la única capital de estado que no tiene un Mc Donald's?

10. Describa la historia de la
Ilíada
o de la
Odisea
.

RESPUESTAS

1. 28.548 dólares.

2. El 67 %.

3. 11.046.

4. 27 millones de kilómetros cuadrados.

5. Libia, Mauricio y Seychelles.

6. 34.

7. 128 onzas.

8. Es dos veces más probable morir por el impacto.

de un rayo que por un disparo en la escuela.

9. Montpelier, Vermont.

10. La
Ilíada
es un poema épico de Homero acerca de la guerra de Troya. La
Odisea
es otro poema épico de Homero que narra los diez años de viaje de regreso de Ulises, rey de Itaca, una vez acabada la guerra de Troya.

Es bien posible que los genios que le representan a usted en legislatura no acierten ni el 50 % de las respuestas. Como consuelo, piense que de aquí a un par de años podrá mandarlos a gárgaras.

Sin embargo, hay un grupo en este país que no anda rascando la barriga mientras se queja de la ineptitud de los profesores; uno profundamente preocupado por el tipo de escolares que vamos a proyectar al mundo adulto. No sería exagerado decir que en un gran interés en esta audiencia cautiva de millones de jóvenes... o en las fortunas que gastan cada año (más de 150.000 millones de dólares en el 2000). Sí, señor, se trata de la América Empresarial, cuya generosidad para con las escuelas de la nación no es que otro ejemplo de sus continuados servicios patrióticos.

¿Hasta qué punto están comprometidas las grandes multinacionales con las escuelas de nuestros niños?

Según las cifras recogidas por el Centro para el Análisis del Mercantilismo en la Educación, su caridad desinteresada se ha parado de forma espectacular desde 1990. En los últimos diez años, el patrocinio empresarial de programas y actividades escolar se ha incrementado en un 248 %. A cambio de ello las escuelas permiten a estas compañías asociar su nombre a determinados eventos escolares.

Por ejemplo, Eddie Bauer patrocina la final del concurso National Geography. Se distribuyen libros escolares con anuncios de Calvin Klein y Nike. Ésta y otras empresas de calzado, en un intento de captar a las estrellas del mañana, financian equipos de baloncesto de algunos institutos urbanos.

Pizza Hut estableció un programa para alentar a los niños a leer. Cuando los estudiantes alcanzan el objetivo de lectura mensual, se les recompensa con artículos de la marca. En el restaurante donde se premia al chaval, el encargado del mismo le felicita personalmente y le entrega un adhesivo y un certificado. Pizza Hut ha sugerido a los directores de las escuelas que cuelguen a la vista de todos una lista de honor Pizza Hut a mayor gloria de los alumnos lectores.

General Mills y Campbell's Soup ingeniaron un plan mejor. En lugar de ofrecer premios, tienen programas que gratifican a las escuelas por incitar a los padres a comprar sus productos. General Mills da a las escuelas diez centavos por cada tapa de sus productos que envíen, con lo que pueden ganar hasta 10.000 dólares al año. Eso representa la venta de 100.000 productos de General Mills. El programa de Campbell's, Etiquetas para la Educación, es igualmente tremendo: «Material escolar gratuito para los niños de América» es el eslogan de la compañía. Las escuelas pueden conseguir un ordenador Apple iMac «gratis» por sólo 94.950 etiquetas de sopa. Para ello, Campbell’s sugiere que cada estudiante mande una etiqueta por día. Con el cálculo de cinco etiquetas por niño a la semana, todo lo que hace falta es una escuela con 528 niños para obtener el ordenador.

No es únicamente este tipo de patrocinio lo que vincula a las escuelas con las multinacionales. La década de los noventa vivió un incremento espectacular del 1.384 % en acuerdos entre escuelas y empresas de refrescos. Un total de 240 distritos escolares en 31 estados han vendido derechos de exclusividad a una de las tres grandes compañías del ramo (Coca-Cola, Pepsi, Dr. Pepper) para introducir sus productos en la escuela. ¿Alguien se extraña de que haya más niños con sobrepeso que nunca, o más mujeres con falta de calcio porque cada vez beben menos leche? Y a pesar de que las leyes federales prohíben la venta de refrescos en la escuela hasta la hora de comer, en algunos centros masificados el «almuerzo» empieza a media mañana. Agua carbonatada y azucarada con saborizantes: el desayuno de los campeones. (En marzo de 2001, CocaCola respondió a la presión pública anunciando que incluiría agua, zumos y otras bebidas sin azúcar ni cafeína en sus máquinas de venta de refrescos.)

Supongo que se pueden permitir concesiones como ésas gracias al trato que cerraron con el distrito escolar de Colorado Springs. El estado de Colorado ha sido pionero en lo tocante a la vinculación de las escuelas con las multinacionales del refresco. Así, el mentado distrito recibirá 8,4 millones de dólares a lo largo de diez años en virtud de su acuerdo con Coca-Cola (y más si supera el «requisito de vender 70.000 cajas de productos de Cola al año). Para asegurar el logro de tales objetivos, funcionarios del distrito escolar sugirieron a los directores que otorgaran acceso ilimitado a las máquinas que expendedoras y que les permitieran beber Coca-Cola en clase.

Pero la Coca-Cola no está sola en la batalla. En el distrito escolar del condado de Jefferson, Colorado (al que pertenece el instituto Columbine), Pepsi contribuyó con 1,5 millones de dólares para la construcción de un nuevo estadio. Algunas escuelas del condado incorporaron un nuevo curso de ciencias, desarrollado en parte por la propia Pepsi y titulado La Empresa de Bebidas Carbonatadas. En él, los estudiantes cataban distintas colas, analizaban muestras, contemplaban vídeos de una planta embotelladora y, finalmente, visitaban una.

El distrito escolar de Wylie, Texas, firmó un acuerdo en 1996 que repartía entre Coca-Cola y Dr. Pepper los derechos de venta de refrescos a las escuelas. Cada compañía pagaba 3 1.000 dólares al año. En 1998, el condado cambió de parecer y firmó un trato con Coca-Cola por valor de 1,2 millones por quince años. Dr. Pepper demandó al condado por incumplimiento de contrato y el distrito escolar acabó por comprar la parte que correspondía a Dr. Pepper por valor de 160.000 dólares. Además, hubo de pagar otros 20.000 en concepto de costes legales.

No sólo las empresas corren el riesgo de perder presencia. Los estudiantes que están faltos del debido espíritu empresarial escolar se exponen a un riesgo notable. Cuando Mlke Cameron se presentó con una camiseta de Pepsi en el Día de la Coca-Cola del instituto Greenbrier de Evans, Georgia, lo expulsaron por un día. El Día de la Coca-Cola formaba parte de la participación de la escuela en el concurso nacional Apúntate a Coca-Cola, que premia con 10.000 dólares al instituto que idee el mejor plan para distribuir bonos de descuento de Coca-Cola. Los responsables del instituto Greenbrier declararon que Cameron había sido expulsado «por su actitud negativa y por tratar de perjudicar la imagen de la escuela al quitarse la camisa y mostrar la camiseta de Pepsi mientras los estudiantes posaban para una foto formando entre todos ellos la palabra “Coke”. Cameron dijo que había llevado la camiseta a la vista durante todo el día y que no había tenido problemas hasta que se tomó la foto. Sin perder tiempo, el departamento de marketing de Pepsi decidió mandarle una caja llena de gorras y camisetas con su marca.

Por si no bastara con convertir a los estudiantes en auténticos anuncios ambulantes, las escuelas y las multinacionales hacen del centro escolar un enorme escaparate para la América Empresarial. Así, la cesión con fines publicitarios de espacios escolares como marcadores, tejados, paredes y libros de texto ha subido un 539 %.

Colorado Springs, no contenta con vender su alma a CocaCola, ha recubierto sus autobuses escolares con anuncios de Burger King, Wendy's y otras compañías. Los estudiantes también han recibido forros de libros y agendas escolares gratuitos con anuncios de Kellogg's y fotos de personalidades de la cadena Fox TV.

Después de que miembros del distrito escolar de Grapevine-Colleyville en Texas decidieran que no querían publicidad en sus aulas, permitieron que se pintaran los logotipos de Dr. Pepper y 7-Up en los tejados de dos de sus institutos. Ambos se hallan —qué coincidencia— bajo la ruta de vuelo del aeropuerto de Dallas.

Las escuelas no sólo buscan modos de hacer propaganda; también se ocupan de la percepción de sus productos por parte de los alumnos. Ése es el motivo por el que, en algunas escuelas, ciertas compañías llevan a cabo estudios de mercado en horas lectivas. La Agencia de Recursos del Mercado Educativo de Kansas sostiene que «los chicos responden abierta y fácilmente a preguntas y estímulos» en el aula (naturalmente, eso es lo que se supone que deben hacer, pero para aprender, no en beneficio de unos cuantos encuestadores que les piden que rellenen cuestionarlos para estudios mercadotécnicos).

Las empresas también han descubierto que pueden llegar a este público mediante el «patrocinio» de material educativo. Esta práctica, como las otras, ha aumentado vertiginosamente hasta un 1.875 % de lo que representaba en 1990.

Los profesores pasan vídeos de Shell Oil que enseñan a los estudiantes a gozar de la naturaleza conduciendo hasta allí, después de haber llenado convenientemente el depósito en una gasolinera Shell. ExxonMobil, por su parte, desarrolló un programa educativo sobre el reflorecimiento de la vida salvaje en el escenario del trágico desastre ecológico causado por la marca negra del Exxon Valdez. Un libro de matemáticas de tercero incluye ejercicios que consisten en contar caramelos Tootsie Rolls. Un programa patrocinado por la chocolatera Hershey's y utilizado en muchas escuelas se presenta como «la máquina del sueño chocolatero» e incluye lecciones de matemáticas, ciencias, geografía... y nutrición.

En algunos institutos, el curso de económicas corre a cargo de General Motors. GM escribe y aporta los libros de texto, así como el temario del curso. Mediante el ejemplo de GM, los estudiantes aprenden los beneficios del capitalismo y el modo de dirigir una empresa... como GM.

Y qué mejor manera de grabar un logotipo comercial en el cerebro de los niños que a través de la televisión e Internet en el aula. El marketing electrónico, mediante el cual las compañías proveen de software o equipamiento a las escuelas a cambio del derecho a anunciarse, se ha incrementado en un 139%.

Por ejemplo, la empresa ZapMe! suministra a las escuelas una sala de ordenadores gratis y acceso a una selección predeterminada de páginas web. A su vez, la escuela debe comprometerse a mantener la sala abierta al menos durante cuatro horas al día. ¿Cuál es la trampa? El navegador ZapMe! no deja de emitir anuncios, y la compañía recolecta información sobre los hábitos de navegación de los estudiantes, información que pueden vender a otras empresas.

Quizás el más dañino de estos depredadores empresariales sea la emisora escolar Channel One. Unos 8 millones de estudiantes repartidos entre 12.000 aulas miran el programa de anuncios y noticias de Channel One, que se emite cada día. De este modo, los chicos pasan el equivalente de seis días enteros al año mirando Channel One en al menos el 40 % de escuelas secundarias e institutos. El tiempo de aprendizaje perdido en la mera contemplación de anuncios es de un día entero al año. Esto se traduce en un coste anual para los contribuyentes de 1.800 millones de dólares.

Es como si educadores y médicos estuvieran de acuerdo en que nuestros hijos no ven suficiente televisión. Es probable que haya lugar en el cole para algunos programas; yo tengo recuerdos fantásticos del día en que vi astronautas en la pantalla de televisión instalada en el auditorio de la escuela. Pero de las emisiones de doce minutos diarios que retransmite Channel One, sólo el 20 % del tiempo se dedica a temas políticos, económicos, sociales y culturales. Eso deja un abrumador 80 % destinado a publicidad, deportes, partes meteorológicos y promociones de la propia cadena.

Por si fuera poco, Channel One tiene una presencia desproporcionada en escuelas de comunidades con familias de bajos ingresos, por lo general pertenecientes a minorías; las comunidades donde hay menos dinero disponible para la educación y donde se gasta menos en libros de texto y otros materiales académicos. Una vez que estos distritos escolares reciben donaciones empresariales, se tiende a olvidar la financiación insuficiente por parte del gobierno.

¿ERES UN ASESINO ESCOLAR EN POTENCIA?

La siguiente es una lista de rasgos que el FBI ha identificado como “factores de riesgo” entre estudiantes que podrían cometer actos violentos. Así que aléjate de estudiantes que den muestras de:

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