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Authors: Norman Mailer

Tags: #Policíaco

El fantasma de Harlot (114 page)

BOOK: El fantasma de Harlot
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10

Ese mismo día tenía dos citas, una por la mañana, otra por la tarde, con un par de exiliados cubanos que me informaban acerca de las actividades no declaradas de sus respectivos grupos políticos. Debía verlos en sendos pisos francos, distantes veinticinco kilómetros entre sí. Como no pude establecer contacto con el que debía ver por la tarde, tuve que decirle a Harlot que saldría en el último vuelo. Cuando llegué al aeropuerto National de Washington tomé un taxi hasta su casa en Georgetown, y en la antigua sala comimos hamburguesas y patatas fritas que descongelamos y él mismo puso en la sartén. Era la noche libre de la cocinera, y Harlot comentó que en Colorado, cuando niño, raras veces había comido otra cosa para la cena. Éste fue uno de los pocos detalles de su infancia de los que alguna vez me habló.

—¿Con quién comía? —pregunté.

Se encogió de hombros.

—Comía solo.

Se levantó de la mesa, me condujo a su estudio, abrió un maletín de doble compartimiento para mostrarme que estaba lleno de fichas, después lo cerró y me entregó la llave.

—Ahora es todo tuyo —dijo—, y deberás guardar estos papeles en una caja de seguridad en Zenith.

—Sí, señor.

—No quiero que dejes nada de esto sobre el escritorio durante el día, ni que lleves un solo papel a tu motel.

En el transcurso de la comida me interrogó acerca de las medidas de seguridad de Zenith y mis condiciones de vivienda en Royal Palms.

—Bien —dijo—, ¿cómo describirías la situación?

—Como increíble.

—El papel de Kennedy me resulta claro. Si es elegido, será nuestro primer presidente priápico desde Grover Cleveland. Pero ¿qué pasa con Gargantúa, como lo llamas en tu circense telegrama?

—Fue un descuido de mi parte.

—Estabas borracho de ti mismo. En nuestro trabajo, es lo mismo que enfermar de tifus.

—¿Quién, excepto usted, podía entender el significado? —pregunté.

—Para empezar, J. Edgar Hoover. No tienes experiencia en enviar telegramas públicos.

—Sí, señor.

—Otro error como éste, y no volverás a trabajar para mí.

—Sí, señor.

Se aclaró la garganta como indicándome que era hora de abordar un nuevo tema.

—Ahora, a la higiene. El proyecto se llamará DESCUIDADO. Giancana será RAPUNZEL. Kennedy, IOTA. Sinatra será STONEHENGE. La muchacha deberá tener un nombre de hombre. ¿Qué te parece BARBA AZUL?

Asentí. Sin alegría, pero asentí.

—Su ex compañera de instituto, Wilma Raye, con quien, como ya descubrirás, habla todo el tiempo, puede ser AURAL.

—Sí, señor.

—No he tenido tiempo de leer las transcripciones, que juntas son un libro tan voluminoso como la Biblia. Sólo las he hojeado. Deberás digerir el contenido del maletín y resumirlo para mí. No omitas nada esencial. Es producto del FBI, pero la transcripción, aunque electrónicamente refinada, sigue siendo confusa. Así es el FBI. De modo que púlela para mí. Cuando las transcripciones resulten demasiado confusas, resúmelas. Extrae lo esencial de las idas y venidas de este emprendedor Barba Azul. —Me miró a los ojos — . ¿Podrás conducir a la dama al lecho?

—Cincuenta por ciento de probabilidades —respondí espontáneamente—. Debo probarme a mí mismo que estoy calificado.

—Estoy seguro de que eso es lo que dicen los chicos alegres soviéticos antes de que el KGB les encomiende una misión. Lo que te digo es que te conviertas en confidente. Por supuesto, deberás cuidarte de no dejar tu voz en las cintas del FBI. Llévala a un hotel diferente cada vez.

—Eso es costoso. —Adoptó una actitud de abatimiento—. ¿Me autorizará a usar casas francas? Hay varias en Miami que no están mal.

Meditó acerca de los posibles riesgos.

—De momento comencemos con habitaciones de hotel —dijo—. Si los gastos se disparan, reconsideraremos la opción de las casas francas.

—Sí, señor. —Hice una pausa—. Pero considerando que accedo a un lugar elevado, debemos considerar otras dificultades.

—Adelante.

—Si el FBI ha intervenido su teléfono en el Fontainebleau, tarde o temprano la oiremos mencionar a Harry Field cuando hable con sus amigas. Quizá sospeche que Field es de la Agencia. Esa no es una suposición disparatada en Miami. En ese caso, el FBI me localizaría.

Asintió.

—¿Hay algún modo de que la muchacha no hable de ti?

—Quizá pueda convencerla de que RAPUNZEL me quebrará las piernas si no me protege.

—Bien, eso podría restañar la herida abierta de la verborrea. —Pestañeó— . ¿Sabes? Si no fuera por mis tareas en la Agencia, podría ser tan conversador como ella.

—¿Usted? ¿Como ella?

—En nuestro trabajo, el impulso de divulgar un secreto es equiparable al fuerte deseo sexual que pueden sentir los sacerdotes.

Me dio una palmada en la espalda, muy divertido.

—Muchacho, hay un vuelo a Miami a medianoche. Debes regresar.

Me llevó al aeropuerto, un gesto extrañamente cortés, proviniendo de Harlot. En el camino, reuní el coraje necesario para preguntarle acerca de Kittredge y Christopher.

—Los veo una vez al mes —dijo lentamente, como si sopesara su confianza en mí—. Tenemos unas cariñosas reuniones en Maine. Pero sí, Harry, uno se siente solo, como no puede ser de otra manera. Kittredge está trabajando en un libro.

—¿Va bien?

—En mi opinión, la parte que me ha dado a leer es notable. Excelente lo que ha escrito sobre el narcisismo. Tiene una nueva teoría que no había oído antes, y Alfa y Omega funcionan muy bien en ella. Los narcisistas son personas cuyas relaciones humanas más poderosas tienen lugar dentro de sí mismas. Es brillante, y espero que los demás piensen lo mismo. Nuestra muchacha necesita ser reconocida. —Miró hacia delante, las manos sobre el volante—. Kittredge es una madre excelente para Christopher. El niño está espléndido. Lo echo de menos de una manera que ni siquiera puedo describirme a mí mismo.

Se detuvo en la entrada de la aerolínea y me estrechó la mano —Tratemos de pasarla lo mejor posible. El nuestro es un trabajo cruel, hasta que nos damos cuenta de lo divertido que puede ser. En el avión dormí. Estaba tan cansado que podría haberme acostado en seguida, pero primero me dirigí a la oficina, guardé el contenido del maletín en mi caja de seguridad, y dormí un par de horas tendido sobre el escritorio que, lamentablemente, era demasiado corto. Soñé que RAPUNZEL ordenaba a cincuenta mil duendecillos que me ataran las piernas con telarañas.

11

Harlot y yo nos comunicábamos dentro de los Estados Unidos, razón por la cual podía enviarle largos cables con un código especial a VAMPIRO con tanta confianza como si estuviera usando un teléfono seguro. En consecuencia, nuestra vida de trabajo no se veía abrumada por medidas de seguridad. Sin embargo, mi vida emocional recibió un duro golpe. ¿Cómo referirme a Modene como BARBA AZUL? La insistencia de Harlot en el uso de estos criptónimos desagradables me pareció un castigo por el telegrama que le había enviado. Por supuesto, el bisabuelo de Hugh por parte de madre había sido famoso porque sus muías eran capaces de subir las cuestas más escarpadas con una carga enorme encima: los genes malignos, indudablemente, perseveraban mejor. Tener que emplear los criptónimos de Harlot hacía que me sintiese como una de aquellas muías. No era nada sencillo ahondar en las relaciones de Modene con Sinatra, Kennedy y Giancana, y además, debía soportar la transformación de su nombre en BARBA AZUL. De verdad que fue un duro golpe para mi vida emocional. Una mujer así — ¿cómo juzgar si era un gato de palacio o un ángel apasionado?— se convertía en un ave migratoria con un anillo numerado en la pata. Tarde o temprano, todos los trabajos buenos e importantes demuestran ser crueles, me decía.

SERIAL: J/38, 741, 651

RUTA: LÍNEA/VAMPIRO-DESVÍO ESPECIAL

A: VAMPIRO-A

DE: FIELD 10:00 HORAS, 10 DE JULIO, 1960

TEMA: DESCUIDADO

Como en estas comunicaciones la seguridad no importa, y en las transcripciones del FBI se usan los nombres verdaderos, me pregunto si no podemos dejar de lado los criptónimos. BARBA AZUL, etcétera, resultan repelentes.

Aguardo sus instrucciones inmediatas.

FIELD

Éstas llegaron en una hora, y por
circuito de bajo privilegio
, lo cual era una manera de recordarme que DESVÍO ESPECIAL estaba en la terminal de Harlot y que yo no tenía los medios para descifrar un código especial. Además, firmaba VALQUIRIA, un sustituto de VAMPIRO. Bastaba cualquier palabra que empezara con V, y contuviera por lo menos dos de las cinco letras restantes.

SERIAL: J/38, 742, 308

RUTA: LÍNEA/ZENITH-ABIERTO

A: ROBERT CHARLES

DE: VALQUIRIA 11:03 HORAS, 10 DE JULIO, 1960

TEMA: TELÉFONO SEGURO

Llamar inmediatamente.

VALQUIRIA

Demoré una hora en comunicarme.

—Me inclino por complacerte —empezó diciendo Harlot—. No obstante, esto sienta un terrible precedente. Los nombres verdaderos deforman nuestro juicio. Especialmente cuando se trata de un juego importante. Ya se ha depositado sedimento en nuestra evaluación de viejas historias de periódicos. Mientras que un criptónimo inadecuado puede estimular la percepción. Es preciso sacar la mente del contexto.

—Sí, señor.

Sentí que estaba en uno de los Bajos Jueves. Sentado en la asfixiante cabina que alojaba nuestro teléfono seguro, una primera gota de sudor comenzó a descender por mi espalda.

—Sin embargo, puedo apreciar tu punto de vista —prosiguió—. Se trata de algo fuera del curso ordinario de las cosas. La primera cuestión es si el material es ultrasensible o paródico. De modo que puedes escribir tus informes con criptónimos o sin ellos. Sigue tus impulsos. Queremos saber quién le hace qué a quién, ¿no?

—Agradezco su flexibilidad —dije.

—Bien. Tú debes ser igualmente abierto.

—Sí, señor.

Vaciló, como si buscara un criptónimo para un verbo.

—¿Dirías, Harry, que la muchacha podría resultar de primera calidad en el henil?

Tardé en responder.

—Hugh —dije por fin—, en base a los datos que poseo, espero que el henil sea un factor positivo en nuestras relaciones.

—Buen muchacho. Ponte a trabajar —dijo, y colgó.

SERIAL: J/38, 749, 448

RUTA: LÍNEA/VAMPIRO-DESVÍO ESPECIAL

A: VAMPIRO-A

DE: FIELD 20:47 HORAS, 10 DE JULIO, 1960

TEMA: DESCUIDADO

La cuestión esencial es la confiabilidad de BARBA AZUL. Parece sincera. No le cuesta hablar sobre asuntos que otras personas mantendrían en secreto. No obstante, uno descubre en seguida que no carece de talento para la mendacidad. Por ejemplo, al principio entendí que su vida personal estaba dividida en dos mitades, cada una de ellas completa, una con un hombre en Palm Beach cuyo nombre no quiso darme (IOTA), y la otra con un ejecutivo de la compañía de aviación llamado Walter.

Esta apreciación, considerablemente errónea, provista por ella, duró hasta que, mediante las conversaciones telefónicas que a principios de este año mantuvo con AURAL, me enteré de que despachó a Walter poco después de que STONEHENGE entrara en su vida. Si bien en su trabajo BARBA AZUL disfrutaba de las ventajas que la posición de Walter le ofrecía, STONEHENGE debe de haberle aclarado que, gracias a sus amplios contactos, un buen horario podía conseguirse con un amigo casado, o sin él. Walter desaparece de escena. Si parece frío, es porque lo es.

No obstante, BARBA AZUL me habló de su relación con Walter como si ésta aún continuara. Quizá le sirva con cortejantes cotidianos como FIELD. La conclusión es que sabe mentir muy bien.

Ahora, a nuestra cronología. Me referiré al período que va del 10 de diciembre de 1959, al 10 de enero de 1960, como Alto Stonehenge. Modene conoció a Sinatra el diez de diciembre en un vuelo que cubría la ruta entre Washington y Miami, y, dada su habilidad para llamar la atención, podemos tomar por sentado que Sinatra la invitó a que lo acompañase a Las Vegas la semana siguiente.

Durante sus numerosas conversaciones telefónicas con AURAL durante este período, BARBA AZUL suministra una descripción del ambiente de STONEHENGE. Sinatra le había reservado una suite en el hotel Sands, y al negarse ella argumentando que el precio estaba fuera de su alcance y que tampoco podía aceptar tanta generosidad de su parte, Sinatra se echó a reír y dijo: «Querida, estás conmigo. El hotel no cobrará nada».

Las Vegas, 17 a 19 de diciembre de 1959. Sinatra tiene un espacioso bungalow en el Sands, rodeado de otros bungalows similares reservados para el Clan, y se sabe que ha pasado días y noches bebiendo en el patio junto a la piscina reservada para uso exclusivo de él y su Clan (cuyos miembros actuales son Joey Bishop, Sammy Cahn, Sammy Davis, Jr., Eddie Fisher, Peter Lawford y Dean Martin). Modene le confiesa a Willie Raye (AURAL) que Clan es un buen nombre para el grupo.

Durante la transcripción de una conversación telefónica con Willie, Modene dice: «El primer día junto a la piscina fue tan horrible como un primer día de colegio. Hablan en un código especial. Alguien dice "ring-a-ding" y todos se ríen. Es decir, todos saben cuándo reírse, excepto yo».

De: Transcripción 21 dic., 1959

WILLIE: Yo en tu lugar me habría marchado.

MODENE: Estuve a punto de hacerlo, de no ser por Frank.

WILLIE: ¿Salvó la situación?

MODENE: Bien, no al principio. Debo decírtelo. Fue un verdadero choque verlo en Las Vegas. Estaba vestido con sus colores favoritos. Anaranjado y negro. No tiene gusto para vestirse ni para nada. Tiene flores ave de paraíso en su habitación. Por si no lo sabes, son anaranjadas y negras.

WILLIE: Supongo que todo no habrá sido tan horrible.

MODENE: No. Pero sólo porque tocaban sus canciones junto a la piscina.

WILLIE: ¿Resultó?

MODENE: Bien, estuvimos juntos.

En este punto de mi informe a Harlot, a eso de las diez de la noche en las vacías oficinas de Zenith, con el aire acondicionado reciclando una atmósfera cargada de nicotina, confieso que dejé de escribir a máquina por un momento e hice rechinar los dientes una vez. Si bien estos detalles podían llegar a ser tan fascinantes para Hugh Montague como los primeros informes sobre la vida en Urano, al escribirlos no podía dejar de sentir que una parte de mi ser se denigraba. Esta mujer-niña, presumida como un león y capaz de viajar en compañía de gorilas reales y de todo un candidato a la presidencia de los Estados Unidos, había reaccionado ante mis atenciones. Estaba dispuesto a creer que si alguna vez nos acostábamos, podríamos encontrar una salida que nos permitiese huir de los laberintos del pasado. ¿Acaso todo idilio improbable no es una huida de la cárcel? Permanecí sentado con los dedos suspendidos sobre las teclas de la máquina de escribir preguntándome si ese informe objetivo sobre el comportamiento de Modene no dañaría la huida en alguno de sus aspectos.

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