Read Cadáveres bien parecidos (Crónica negra del rock) Online
Authors: Jordi Sierra i Fabra
Tags: #Ensayo, Historia
Por otro lado, la justicia hizo algo mucho más práctico: realizarle una autopsia al cantante, a pesar de haber muerto sin aparentes causas de violencia, drogadicción u otros supuestos. Lo que la autopsia reveló no se hizo público hasta el 19 de marzo de 1980, pero los resultados eran concluyentes. En la sangre de Elvis se encontró en mayor o menos proporción la suma de estos fármacos… «drogas» legales: Zmytal, Biphetamine, Carbrital, Hydrochloride cocaine, Demerol, Dexamyl, Dexedrine, Dilaudid, Hycomine, Ionamin, Leritine, Lomotil, Parest, Percodan, Placidyl, Quaalude, Tuinal y Valium. Dieciocho fármacos, aunque en sus habitaciones privadas se hallaron recetas de otros muchos y frascos casi llenos de las más variadas sustancias. La consecuencia era evidente: Elvis Presley había muerto prácticamente envenenado. Su médico personal, el doctor George Nichopoulos, y el médico del Tennessee Medical Board, doctor Nick, tuvieron que responder a una acusación pública y el primero fue enjuiciado con cargos directos por este motivo.
En la vista que se celebró se supo que durante casi dos años Elvis Presley ingirió pildoras a miles.
El descargo del doctor Nichopoulos fue este: «No tenía más remedio que recetarle, como médico, puesto que tenía muchos problemas. Pero suponiendo que yo no le hubiese dado todo lo que le di, otro lo habría hecho, o él mismo se habría automedicado». Entre el 1 de enero de 1977 y el día de su muerte, Nichopoulos extendió noventa y cinco recetas médicas al enfermizo paciente Elvis Presley. Una cada dos días y ocho horas.
El rock, los aplausos, el deseo de recuperar los años perdidos, la necesidad del artista… todo devoró a Elvis Presley. Otros cayeron incluso más jóvenes, y tuvieron cadáveres mejor parecidos.
Él, después de todo, aún puede que tuviera suerte. Tampoco tuvo que envejecer hasta el grado de la decrepitud. Supo preservar una imagen final que se proyectase sobre el futuro, como Marilyn, como Dean o como Holly.
Y aunque en una forma que no deseó, murió como había empezado: dándolo todo, hasta la vida, por un sueño.
Es hora de volver al camino, a los numerosos artistas que, con más o menos historia personal, cayeron de una u otra forma. Hasta aquí hemos visto a la mayoría de leyendas, a los pioneros del infortunio y a los que en los años 60 se escaparon para siempre. Incluso se ha capturado, fuera de tiempo, a Lennon o a Presley, para situarlos dentro de un contexto y unidos a un entorno. Ahora, ya en los 70 y los 80, habrá que ver de cuántas formas un músico puede hacer ese camino final. Los cinco grandes bloques de la crónica negra son las sobredosis, el suicidio, el asesinato y demás fórmulas violentas, los accidentes y las muertes naturales aunque con clara vinculación-relación con la Zona Oscura que genera el rock.
Vayamos por el primero de los apartados que hemos citado: las sobredosis.
El primer caído por la droga en los años 70 fue Al Wilson, autor y guitarra de Canned Head, banda excepcional en los márgenes del rock y el
blues
blanco en Estados Unidos por su potente carisma y porque por sus filas pasaron músicos de singular peso específico. Los Head nacieron en 1965, se separaron en 1966 y volvieron a unirse este año para alcanzar el éxito con su primer álbum y su actuación en el Festival de Monterrey de junio de 1967. Sus estrellas principales eran Bob «The bear» Hite, un cantante con cien kilos y más de poderío, y Al Wilson, que había nacido el 4 de julio de 1943 en Boston, Massachusetts. Hasta 1970 desarrollaron ascendentemente una renovadora línea en su estilo, pero el 3 de septiembre de este año Al se excedió en el consumo de píldoras y les dejó. Con innumerables cambios y una existencia cada vez más descendente, el grupo fue diluyéndose a través de los 70 y la muerte de Bob Hite por obesidad fue la puntilla final (como se verá más adelante).
El 2 de agosto de 1972 las drogas se llevaban a Brian Cole, miembro del grupo americano Association. Su carrera en los 60 alcanzó la cima con la perfecta conjunción vocal de su mejor éxito,
Windy
, canción dedicada a una perra y no a una mujer como parecía en un comienzo. La muerte de Cole significó también el fin de Association. El 6 de noviembre del mismo 72 una extraña combinación de drogas y fatalidad acababa con Billy Murcia, un batería de dieciocho años que no iba a ver el futuro. Billy fue miembro inaugural de los New York Dolls, una estrafalaria banda surgida en la cresta del
glam rock
. Antes de que se dieran a conocer, Billy se excedió con la dosis la noche del 6 de noviembre y en mitad de su agonía a su novia no se le ocurrió otra cosa que echarle café ardiendo por la garganta, tratando de reanimarle. La droga en el cuerpo y el café sofocándole precipitaron un fulminante paro cardíaco que le mató. No fue más que uno de tantos incidentes tristes. Al año siguiente los New York Dolls, vestidos y pintarrajeados como putas baratas, saltaban a la fama, convirtiéndose en un grupo popular y agresivo aunque no triunfal por espacio de un par de años. Luego se separaron y cada uno de los cinco miembro flirteo durante años por la esquina del círculo. El tercer olvidado de 1972 fue Danny Whitten, músico de los Crazy Horses, la banda que solía acompañar regularmente a Neil Young. Danny era un buen guitarra, pero también un excelente autor. Tras su muerte, el 18 de noviembre, Neil Young le dedicó su afortunado LP
Tonight's the night
.
El 19 de septiembre de 1973 se produjo una de las muertes más singulares de la historia del rock, y no por la muerte en sí, sino por lo que sucedió a raíz de ella. Fue uno de esos incidentes de leyenda que con el tiempo se han mitificado. En 1975 dieron pie a una novela (
La revolución del 32 de Triciembre
). El protagonista: Gram Parsons.
Gram nació el 5 de noviembre de 1946 en Winterhaven, en el soleado Estado de Florida. Excelente músico, talento innovador, atractivo y con dinero, la vida cabe considerarla fácil dentro de su entorno. Su padre era el millonario Con «Dog» Connor, aunque él tomase el apellido de su padrastro, el no menos rico Robert Parsons. En 1962 y con sólo dieciséis años fue uno de los pioneros en electrificar el
folk
; es decir, antes de que Bob Dylan lo hiciera en 1964 y lo institucionalizara en 1965, Gram avanzó las bases del llamado
folk-rock
. En 1962 dio vida al grupo Shilon y en 1965, siendo estudiante de Harward con diecinueve años, formó la International Submarine Band. Un LP y su total dedicación a la música le llevaron hasta California, donde en 1968 pasó a formar parte de los Byrds, el legendario grupo que versionó el
Mr. Tambourine man
de Dylan convirtiéndolo en número 1 en 1965 y consolidando el
folk-rock
como género. En 1968 los Byrds necesitaban un urgente cambio de orientación y Gram se lo dio, realizando el trasvase puro al
country-rock
con un impecable álbum tras el cual su inquietud le llevó a dar vida a su propia banda, la Flying Burrito Brothers Band. Para el mismísimo Dylan, éste fue el mejor conjunto de
country-rock
jamás surgido. Por desgracia Gram seguía dando muestras de su inquietud y en abril de 1970 escogió el camino final, convertido en una estrella: cantar en solitario. Los Flying se separarían en 1971 y renacerían de nuevo a fines de 1974. Entre tanto, la historia de Gram ya había dado el insospechado giro de su último destino.
A poco de grabar su segundo LP en solitario (que ya no vería editado), Gram se excedió en la sobredosis. La inquietud perenne de su vida (tenía veintiséis años y una densa carrera tras de sí) también solía manifestarla en su adición a toda clase de píldoras, estimulantes y drogas. El 19 de septiembre de 1973 la mujer de la limpieza le encontró en el suelo de la habitación del motel que ocupaba, en Los Ángeles. Cuando la ambulancia le llevaba al hospital más cercano dejó de respirar.
Al día siguiente la muy católica familia del músico reclamó el cadáver para enterrarle en el panteón familiar de Winterhaven. La familia ignoraba un pequeño detalle: Gram había manifestado a un grupo de amigos, entre los que se encontraba Phil Kaufman, su
road-manager
, el deseo de ser incinerado a su muerte. Poco podía imaginar (o quizás…) que esa muerte sería tan inmediata. La noche en que el ataúd con su cadáver reposaba en el depósito de carga del aeropuerto de Los Ángeles, Kaufman y los amigos de Gram robaron el cuerpo y tras viajar el resto de la noche llegaron al Joshua Tree National Monument (un Parque Nacional, próximo a Los Ángeles) donde cumplieron con su última voluntad, quemándole a la salida del sol, para esparcir luego sus cenizas por el aire. En ese mismo sitio se levanta hoy un pequeño monumento, una simple piedra, que ha terminado siendo un centro de culto lo mismo que la tumba de Jim Morrison en París, un lugar donde los peregrinos del rock acuden para recordar lo que posiblemente aún sea la más bella historia de amor fraterno jamás imaginada, al margen consideraciones más o menos legales en torno al singular hecho de que su cuerpo fuese robado, burlado a la justicia y a los inciertos «propietarios» familiares, ignorantes de que Gram ya no les pertenecía por haber pasado a formar parte de La Más Grande Historia Jamás Cantada.
Menos poéticas e igualmente sórdidas por su especial entorno de soledad, fueron las cuatro bajas de 1974.
Vinnie Taylor fue el primero, el 17 de abril. Una sobredosis de heroína terminó con la carrera de uno de los miembros de la muy versátil banda Sha Na Na, practicantes del
rock and roll
espectáculo y especialmente divertidos por sus parodias (que les llevaron a tener su propio show en TV). El 15 de septiembre del 74 se incorporaba a las huestes del Más Allá el ex bajista de Uriah Heep, Gary Thain. Gary entró en el grupo en 1971 y vivió lo mejor de la etapa estelar de los Uriah. En 1974 estuvo a punto de morir en Dallas, Texas, al recibir una potente descarga eléctrica en una actuación.
Este incidente provocó una furibunda ruptura entre el conjunto y él, puesto que Thain acusó al resto de ser los responsables de querer actuar en malas condiciones climatológicas. Los Heep le despidieron y sin que llegase a determinarse una posible relación o no con este hecho, el 15 de septiembre su cuerpo fue encontrado en la bañera de su casa, víctima de la habitual sobredosis.
Ocho días después, el 23 de septiembre, fallecía por una brutal mezcla de cocaína y heroína el batería de la Average White Band Robbie Mclntosh. Una vez más la suerte fue esquiva con una de sus víctimas, porque Robbie estuvo en los Average en los tiempos difíciles, interviniendo en la grabación de los dos primeros LP's, para morir justo en la antesala del éxito. Tanto el segundo álbum del grupo,
Average White Band
como el
single Pick up the pieces
, serían número 1 en Estados Unidos poco después de su muerte. Finalmente, un mes y dos días más tarde, el 25 de octubre de 1974, desaparecía Nick Drake, un carismático, excéntrico y misterioso guitarra. Nick había nacido en Birmania en 1948, pero la familia se trasladó a Inglaterra en 1954. Ashley Hutchings, miembro de los Fairport Convention le descubrió a fines de los años 60 y le presentó a su compañía discográfica. Manteniendo una personalidad estrictamente musical, estudiosa y de alta técnica, Nick grabó tres LP's que con el tiempo y su muerte se han convertido en objeto de culto y búsqueda para mitómanos. Sin embargo en Drake se observó inmediatamente la habitual dicotomía del artista que anhela el éxito pero no sus consecuencias. Deseaba triunfar como guitarrista, buscaba la depuración máxima de su técnica, pero odiaba el entorno del rock, las entrevistas, la pérdida de un valioso tiempo que él prefería dedicar a lo que le gustaba, no a promocionar unas obras que, según sus palabras, bastaban con ser escuchadas. A raíz de la publicación de
Pink moon
, su tercer LP, desapareció por completo, hundido por la falta de éxito pero negándose a colaborar como parte del
star system
en su propio lanzamiento. Tuvo que ser sometido a tratamiento psiquiátrico y en 1974 inició los trabajos del que iba a ser su cuarto LP. Lamentablemente para él necesitaba ayudas externas para superar su miedo ante el retorno y éstas acabaron con su vida en forma de sobredosis el ya citado 25 de octubre.
Tim Buckley fue siempre una esperanza del
folk
, uno de los artistas de segunda fila, a la caza y persecución del cometa Dylan. Nació el 14 de febrero de 1947 en Washington DC y en California formó varios grupos de música
country
hasta que en 1965 el
manager
de Frank Zappa, Herb Cohen, le descubrió y se ocupó de su carrera. A partir de 1966 grabó una buena serie de LP's capaces de mantenerle en la citada élite de artistas sobrios aunque sin masivo éxito y el 29 de junio de 1975 una poca digerible mezcla de heroína y morfina le sentenciaron eternamente.
Tommy Bolin sí fue una estrella. Debutó como guitarra solista del James Gang en 1973 por recomendación directa de Joe Walsh, ex miembro de los Gang convertido en solista (y más tarde en decisivo elemento de la última etapa de los Eagles). Joe le descubrió en una oscura banda llamada Zephyr y le recomendó para que sustituyera a Domenic Troiano, que se iba a Guess Who (Troiano había sido el sustituto de Walsh en noviembre de 1971). Bastaron dos LP's con James Gang para que Bolin diera el salto a la fama y a comienzos de 1975 fue reclamado por Deep Purple, pionera del
heavy metal
, para sustituir a su héroe de la guitarra, Ritchie Blackmore. El paso de Tommy Bolin por Deep Purple fue fugaz, en primer lugar porque el grupo ya se hallaba en los estertores de su potencial, y en segundo lugar porque el guitarra tenía ideas bastante claras sobre su futuro inmediato. Bolin grabó un único álbum,
Come taste the band
, en 1975, y poco después formó su propia banda, la Tommy Bolin Band, publicando dos LP's,
Teaser
en 1975 y
Private eye
en 1976.
Invitado por Jeff Beck como telonero de su gira americana de 1976, fue hallado muerto en la habitación del hotel de Miami donde habían actuado por su novia. La autopsia reveló un envenenamiento de la sangre, colapso y otras menudencias, aunque la causa directa fue una sobredosis de heroína. Era el 4 de diciembre de 1976.
El 78 fue otro año masivamente trágico, con cuatro muertos por sobredosis no citados anteriormente. De ellos, tres son «víctimas menores». El cuarto fue uno de los grandes de la historia: Keith Moon, batería de los Who. En enero murió Gregory Herbert, uno de los últimos saxos de Blood, Sweat & Tears. En marzo seguía sus pasos Rick Evers,
manager
y también marido de Carole King, una de las autoras y cantantes de mayor éxito de la primera mitad de los años 70, líder de la canción intimista. Otro
manager
caía, el 5 de agosto, Peter Meaden, primer inductor de la carrera de los Who entre 1963 y 1964, y autor de algunos de sus primeros discos, como
I'm the face
.