Residence on Earth (New Directions Paperbook) (4 page)

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Authors: Pablo Neruda,Donald D. Walsh

BOOK: Residence on Earth (New Directions Paperbook)
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MADRIGAL WRITTEN IN
WINTER

In the depths of the deep sea,

in the night of long lists,

like a horse your silent

silent name runs past.

 

Lodge me at your back, oh shelter me,

appear to me in your mirror, suddenly,

upon the solitary, nocturnal pane,

sprouting from the dark behind you.

 

Flower of sweet total light,

bring to my call your mouth of kisses,

violent from separations,

resolute and delicate mouth.

 

Now then, in the long run,

from oblivion to oblivion the rails

reside with me, the cry of the rain:

what the dark night preserves.

 

Welcome me in the threadlike evening,

when at dusk it works upon

its wardrobe and in the sky a star

twinkles filled with wind.

 

Bring your substance deep down to me,

heavily, covering my eyes,

let your existence cut across me, supposing

that my heart is destroyed.

 

FANTASMA

Cómo surges de antaño, llegando,

encandilada, pálida estudiante,

a cuya voz aún piden consuelo

los meses dilatados y fìjos.

 

Sus ojos luchaban como remeros

en el infinito muerto

con esperanza de sueño y materia

de seres saliendo del mar.

 

De la lejanía en donde

el olor de la tierra es otro

y lo vespertino llega llorando

en forma de oscuras amapolas.

 

En la altura de los días inmóviles

el insensible joven diurno

en tu rayo de luz se dormía

afirmado como en una espada.

 

Mientras tanto crece a la sombra

del largo transcurso en olvido

la flor de la soledad, húmeda, extensa,

como la tierra en un largo invierno.

 

PHANTOM

How you rise up from yesteryear, arriving,

dazzled, pale student,

at whose voice the dilated and fixed months

still beg for consolation.

 

Their eyes struggled like rowers

in the dead infinity

with hope of sleep and substance

of beings emerging from the sea.

 

From the distance where

the smell of the earth is different

and the twilight comes weeping

in the shape of dark poppies.

 

At the height of motionless days

the insensible diurnal youth

was falling asleep in your ray of light

as if fixed upon a sword.

 

Meanwhile there grows in the shadow

of the long passage through oblivion

the flower of solitude, moist, extensive,

like the earth in a long winter.

 

LAMENTO LENTO

En la noche del corazón

la gota de tu nombre lento

en silencio circula y cae

y rompey desarrolla su agua.

 

Algo quiere su leve daño

y su estima infmitay corta,

como el paso de un ser perdido

de pronto oído.

 

De pronto, de pronto escuchado

y repartido en el corazón

con triste insistencia y aumento

como un sueño frío de otoño.

 

La espesa rueda de la tierra

su llanta húmeda de olvido

hace rodar, cortando el tiempo

en mitades inaccesibles.

 

Sus copas duras cubren tu alma

derramada en la tierra fría

con sus pobres chispas azules

volando en la voz de la lluvia.

 

SLOW LAMENT

Into the night of the heart

your name drops slowly

and moves in silence and falls

and breaks and spreads its water.

 

Something wishes for its slight harm

and its infinite and short esteem,

like the step of a lost one

suddenly heard.

 

Suddenly, suddenly listened to

and spread in the heart

with sad insistence and increase

like a cold autumnal dream.

 

The thick wheel of the earth,

its tire moist with oblivion,

spins, cutting time

into inaccessible halves.

 

Its hard goblets cover your heart

spilt upon the cold earth

with its poor blue sparks

flying in the voice of the rain.

 

COLLECIÓN
NOCTURNA

He vencido al ángel del sueño, el funesto
alegórico:

su gestión insistía, su denso paso llega

envuelto en caracoles y cigarras,

marino, perfumado de frutos agudos.

 

Es el viento que agita los meses, el silbido de un tren,

el paso de la temperatura sobre el lecho,

un opaco sonido de sombra

que cae como trapo en lo interminable,

una repetición de distancias, un vino de color confundido,

un paso polvoriento de vacas bramando.

 

A veces su canasto negro cae en mi pecho,

sus sacos de dominio hieren mi hombro,

su multitud de sal, su ejército entreabierto

recorreny revuelven las cosas del cielo:

él galopa en la respiración y su paso es de beso:

su salitre seguro planta en los párpados

con vigor esencial y solemne propósito:

entra en lo preparado como un dueño:

su substancia sin ruido equipa de pronto,

su alimento profético propaga tenazmente.

 

Reconozco a menudo sus guerreros,

sus piezas corroídas por el aire, sus dimensiones,

y su necesidad de espacio es tan violenta

que baja hasta mi corazón a buscarlo:

él es el propietario de las mesetas inaccesibles,

él baila con personajes trágicos y cotidianos:

de noche rompe mi piel su ácido aéreo

y escucho en mi interior temblar su instrumento.

 

Yo oigo el sueño de viejos compañeros y mujeres amadas,

sueños cuyos latidos me quebrantan:

su material de alfombra piso en silencio,

su luz de amapola muerdo con delirio.

 

Cadáveres dormidos que a menudo

danzan asidos al peso de mi corazón,

qué ciudades opacas recorremos!

 

Mi pardo corcel de sombra se agiganta,

y sobre envejecidos failures, sobre lenocinios de

escaleras gastadas,

sobre lechos de niñas desnudas, entre jugadores de foot-ball,

del viento ceñidos pasamos:

y entonces caen a nuestra boca esos frutos blandos del cielo,

los pájaros, las campanas conventuales, los cometas:

aquel que se nutrió de geografía pura y estremecimiento,

ése tal vez nos vio pasar centelleando.

 

Camaradas cuyas cabezas reposan sobre barriles,

en un desmantelado buque prófugo, lejos,

amigos míos sin lágrimas, mujeres de rostro cruel:

la medianoche ha llegado y un gong de muerte

golpea en torno mío como el mar.

Hay en la boca el sabor, la sal del dormido.

 

Fiel como una condena, a cada cuerpo

la palidez del distrito letárgico acude:

una sonrisa fría, sumergida,

unos ojos cubiertos como fatigados boxeadores,

una respiración que sordamente devora fantasmas.

 

En esa humedad de nacimiento, con esa proporción tenebrosa,

cerrada como una bodega, el aire es criminal:

las paredes tienen un triste color de cocodrilo,

una contextura de araña siniestra:

se pisa en lo blando como sobre un monstruo muerto:

 

las uvas negras inmensas, repletas,

cuelgan de entre las ruinas como odres:

oh Capitán, en nuestra hora de reparto

abre los mudos cerrojos y espérame:

allí debemos cenar vestidos de luto:

el enfermo de malaria guardará las puertas.

 

Mi corazón, es tarde y sin orillas,

el día, como un pobre mantel puesto a secar,

oscila rodeado de seres y extension:

de cada ser viviente hay algo en la atmósfera:

mirando mucho el aire aparecerían mendigos,

abogados, bandidos, carteros, costureras,

y un poco de cada oficio, un resto humillado

quiere trabajar su parte en nuestro interior.

Yo busco desde antaño, yo examino sin arrogancia,

conquistado, sin duda, por lo vespertino.

 

NOCTURNAL
COLLECTION

I have conquered the angel of sleep, the metaphorical
doom:

his procedure insisted, his dense passage arrives

wrapped in snails and locusts,

maritime, perfumed with sharp fruits.

 

He is the wind that shakes the months, the whistle of a train,

the passage of temperature over the bed,

an opaque sound of shadow

that falls like a rag on the interminable,

a repetition of distances, a wine of confused color,

a dusty passing of bellowing cows.

 

At times his black hamper falls upon my chest,

his bags of authority wound my shoulder,

his multitude of salt, his half-open army

overrun and overturn the things of heaven:

he gallops in the breath and his step is kisslike:

his secure saltpeter he plants in the eyelids

with essential vigor and solemn purpose:

he enters the preparation like a master

his soundless substance he equips suddenly,

his prophetic food he propagates tenaciously.

 

I often recognize his warriors,

his rooms corroded by the air, his dimensions,

and his need for space is so violent

that he comes down to my heart to seek it:

he is the proprietor of the inaccessible plateaus,

he dances with tragic and daily personages:

at night his aerial acid breaks my flesh

and within me I listen to the trembling of his instrument.

 

I hear the dream of old companions and beloved women,

dreams whose pulsings shatter me:

I tread in silence on their ruglike substance,

their poppy light I bite deliriously.

 

Sleeping corpses that often

dance clutched to the weight of my heart,

what opaque cities we travel through!

 

My dark shadowy steed becomes gigantic,

and above aged gamblers, above whorehouses with

worn-away staircases,

above beds with naked girls, among soccer players,

hugging the wind we pass:

and then fall into our mouths those bland fruits from the sky,

birds, convent bells, comets:

that one who was nurtured on pure geography and trembling,

that one perhaps saw us pass sparkling.

 

Comrades whose heads rest on barrels,

on a dismantled fugitive ship, far away,

my tearless friends, women with cruel faces:

midnight has arrived and a death gong

strikes around me like the sea.

In the mouth there is the taste, the salt of the sleeper.

 

Faithful as a penalty, to each body

hastens the pallor of the lethargic district:

a cold smile, submerged,

eyes hooded, like weary boxers,

a breathing that dully devours ghosts.

 

In that moistness of birth, with that gloomy proportion,

closed in like a wine cellar, the air is criminal:

the walls have a sad crocodile color,

a texture of sinister spider:

one steps on the softness as on a dead monster:

 

the immense black grapes, swollen,

hang down among the ruins like wineskins:

oh, Captain, in our hour of distribution

open the mute locks and wait for me:

there we must sup dressed in mourning:

the malarial patient will guard the doors.

 

My heart, it is late and shoreless,

the day, like a poor tablecloth put out to dry,

wavers surrounded by beings and extension:

of each living being there is something in the atmosphere:

if one looked hard at the air beggars would appear,

lawyers, bandits, mailmen, dressmakers,

and a little of each trade, a humbled remainder,

wants to perform its part in our interior.

I have been seeking for years, I examine without arrogance,

conquered, no doubt, by the twilight.

 

JUNTOS NOSOTROS

Qué pura eres de sol o de noche caída,

qué triunfal desmedida tu órbita de bianco,

y tu pecho de pan, alto de clima,

tu corona de árboles negros, bienamada,

y tu nariz de animal solitario, de oveja salvaje

que huele a sombra y a precipitada fuga tiránica.

 

Ahora, qué armas espléndidas mis manos,

digna su pala de hueso y su lirio de uñas,

y el puesto de mi rostro, y el arriendo de mi alma

están situados en lo justo de la fuerza terrestre.

Qué pura mi mirada de nocturna influencia,

caída de ojos oscuros y feroz acicate,

mi simétrica estatua de piernas gemelas

sube hacia estrellas húmedas cada mañana,

y mi boca de exilio muerde la carne y la uva,

mis brazos de varón, mi pecho tatuado

en que penetra el vello como ala de estaño,

mi cara blanca hecha para la profundidad del sol,

mi pelo hecho de ritos, de minerales negros,

mi frente, penetrante como golpe o camino,

mi piel de hijo maduro, destinado al arado,

mis ojos de sal ávida, de matrimonio rápido,

mi lengua amiga blanda del dique y del buque,

mis dientes de horario bianco, de equidad sistemática,

la piel que hace a mi frente un vacío de hielos

y en mi espalda se torna, y vuela en mis párpados,

y se repliega sobre mi más profundo estímulo,

y crece hacia las rosas en mis dedos,

en mi mentón de hueso y en mis pies de riqueza.

 

Y tú como un mes de estrella, como un beso fijo,

como estructura de ala, o comienzos de otoño,

niña, mi partidaria, mi amorosa,

la luz hace su lecho bajo tus grandes párpados,

dorados como bueyes, y la paloma redonda

hace sus nidos blancos frecuentemente en ti.

 

Hecha de ola en lingotes y tenazas blancas,

tu salud de manzana furiosa se estira sin límite,

el tonel temblador en que escucha tu estómago,

tus manos hijas de la harina y del cielo.

 

Qué parecida eres al más largo beso,

su sacudida fija parece nutrirte,

y su empuje de brasa, de bandera revuelta,

va latiendo en tus domínios y subiendo temblando,

y entonces tu cabeza se adelgaza en cabellos,

y su forma guerrera, su círculo seco,

se desploma de súbito en hilos lineales

como filos de espadas o herencias del humo.

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