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Authors: Jack Campbell

Tags: #Ciencia-Ficción

Incansable (11 page)

BOOK: Incansable
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Lo que no se esperaría el director general era que la flota de la Alianza se estabilizara y avanzara directamente para encontrarse de frente con el centro de la flotilla síndica. Aquel era el tipo de carga directa que prescindía de los misiles y que tan familiar se había vuelto en ambos bandos, puesto que los conocimientos y la habilidad necesarios para llevar a cabo maniobras más complejas terminaron perdiéndose en las cada vez más sangrientas batallas. Los comandantes que solo conocían una manera de combatir se mantenían fieles a la misma y confiaban en el «espíritu de lucha» para superar las situaciones más arriesgadas y sobrevivir al fuego enemigo. El coraje y el honor eran los baluartes que hacían posible emprender violentos combates a cuyo término uno de los bandos se alzaba victorioso, aunque tuvieran que pagar un alto precio en forma de naves destruidas y tripulantes fallecidos.

Este no era el estilo de Geary. Él había traído consigo la experiencia adquirida un siglo atrás, con la que consiguió librar complicadas batallas a lo largo y ancho de las vastas regiones espaciales, coordinando los movimientos de las distintas formaciones a pesar de los desfases temporales que sufrían los sistemas de comunicación e información, que podían ser de varios segundos, minutos u horas. A pesar de las reticencias iniciales, la flota decidió aceptar su liderazgo; al menos, en su mayor parte. Cuando más cerca estuvo de ordenar un ataque directo contra el enemigo fue en la primera batalla de Lakota, y solo después de una serie de maniobras consiguió engañar a los síndicos para que dispersaran su formación hasta el punto de dejar el núcleo al descubierto, sin el apoyo de las unidades de escolta.

No, los síndicos sabían que Geary no acostumbraba a atacar por el medio al inicio de un combate. Imaginarían que, de entre todas las opciones posibles, no escogería esa.

Así que eso fue lo que decidió hacer.

El grueso de la flota de la Alianza y las dos subformaciones superiores seguían disgregándose y mezclándose, de modo que todas las naves abandonaban su posición relativa al
Intrépido
y pasaban a seguir una amplia variedad de vectores de rumbo y velocidad, mientras el
Intrépido
seguía alzando y bajando la proa ligeramente. Las unidades de propulsión principales del crucero de batalla se activaron por un momento para ralentizar la nave y permitir que otros buques de guerra de la Alianza se posicionaran en el flanco por donde llegaría el enemigo.

Debajo, las otras dos subformaciones de la Alianza también se habían disgregado; las naves que las componían ascendían para unirse al grueso y ocupar sus nuevas posiciones.

—¿De verdad conseguiremos terminar con esto antes del contacto? —inquirió Desjani con voz monótona.

—Eso espero.

—¿Por qué cree que la flotilla síndica se elevará para interponerse en la que parecía ser su trayectoria? —preguntó Rione.

Geary se mantuvo concentrado en los movimientos de las naves a la vez que le respondía.

—Porque así es como funciona el instinto humano. Si alguien intenta alzarse sobre nosotros, nosotros procuraremos situarnos al mismo nivel o aun más arriba. —Incluso los humanos criados en el espacio mostraban la misma actitud, pese a que en un sistema estelar el uso de los términos «arriba» y «abajo» era algo completamente arbitrario; así, «arriba» se empleaba para referirse a la región superior del plano del sistema estelar y «abajo», para hablar de la parte inferior—. Si el director general de los síndicos sigue su instinto durante el poco tiempo que tiene para reaccionar, serán nuestros.

Mientras el resto de las naves de la flota se dispersaba, las gigantescas moles de los acorazados de la Alianza pasaban entre ellas e iban formando una pared ligeramente curvada que lideraba la flota, a cuyo alrededor se apiñaba un enjambre de destructores y cruceros pesados.

Alrededor del
Intrépido
, los demás cruceros de batalla iban ocupando sus posiciones, de manera que sus respectivos oficiales al mando se iban dando cuenta de que estaban situados muy por detrás de los acorazados. A Geary no le costó imaginarse lo enfadadas que deberían de estar las tripulaciones de esos cruceros de batalla, aunque no tendrían tiempo de hacer nada al respecto antes de entrar en contacto con el enemigo.

Justo por detrás de los cruceros de batalla, las cuatro naves auxiliares avanzaban rodeadas de los cuatro cruceros de batalla de la Alianza que más daño habían sufrido, junto con algunos buques de guerra con desperfectos y todos los cruceros pesados.

—Tiempo estimado para el contacto: veinte segundos. Tenemos transmisiones entrantes para el capitán Geary procedentes del
Arrojado,
el
Victorioso,
la
Implacable
, la
Ilustre
, la
Inspiradora
, la
Atrevida…

Obviamente, no se esperaba que los capitanes de los cruceros de batalla reaccionaran con tanta vehemencia y actuaran de inmediato para expresar su disconformidad. Desjani se estaba mordiendo la lengua para no decirle «se lo advertí», en tanto él accionaba la anulación de comandos en el panel de control del sistema de comunicación, con la mirada fija en la formación enemiga, la cual se había inclinado ya un poco hacia arriba, tal y como esperaba. El comandante síndico esperaba poder utilizar una gran potencia de fuego contra la flota de la Alianza mientras esta intentaba pasar a toda prisa sobre la formación rival durante uno de los pases fulminantes a los que Geary solía recurrir, con las naves síndicas más potentes concentradas en la corona de la formación. Sin embargo, en lugar de eso, las últimas maniobras orquestadas por Geary habían colocado a la flota concentrada de la Alianza en un vector que la conducía directamente al núcleo de los síndicos.

Y estos no tenían tiempo para reaccionar.

—A todas las unidades: faltan menos de veinte segundos para entrar en contacto con el enemigo. Todos los acorazados deben concentrar el fuego en los buques capitales enemigos. Tenemos que derribar sus defensas. Los cruceros de batalla les darán el golpe de gracia. Si todos los buques capitales situados al alcance son eliminados, ataquen a todos los blancos que puedan según se vayan colocando en sus trayectorias de disparo, pero conserven los misiles espectro. —Geary miró el indicador de la hora. Tenía que dar la siguiente orden de maniobra antes de que la flota atravesara la flotilla enemiga, aunque no fuese ejecutada hasta después—. A todas las unidades, ejecuten segunda serie de maniobras a las uno cuatro.

—Tiempo estimado para el contacto: diez segundos… cinco segundos.

Los síndicos se encontraban frente a ellos y, un instante después, justo detrás. El momento de contacto fue extremadamente breve. Los sistemas automáticos de fijación de objetivos apuntaron y dispararon en el momento en que los buques de guerra se entrecruzaban a una velocidad combinada de casi sesenta mil kilómetros por segundo. El casco del
Intrépido
se sacudió cuando los disparos del enemigo alcanzaron sus escudos. Geary intentaba mantener la concentración en la situación general mientras los consultores informaban a gritos del desarrollo del combate.

Los síndicos habían lanzado una ráfaga de misiles y metralla hacia la posición en que esperaban que se encontrase la flota de la Alianza, de tal modo que la inmensa mayoría de los disparos pasaron por encima mientras los buques de guerra de la Alianza avanzaban por debajo. La metralla de la Alianza, por el contrario, impactó de lleno en el débil núcleo de la flotilla síndica. A tan poca distancia, y gracias a la formación compacta de la Alianza, la densa cortina de esferas de acero que disparó logró aniquilar los cruceros ligeros y las naves de caza asesinas que encontró a su paso, provocando una lluvia de destellos que indicaban la muerte de los escoltas. Acto seguido, se vieron nuevos destellos, cuando la metralla de la Alianza castigó los escudos de los cruceros pesados, los acorazados y los cruceros de batalla que conformaban el núcleo de la flotilla síndica. Mientras los buques de guerra contrincantes se disparaban unos a otros, las lanzas infernales impactaban contra los distintos blancos y, a partir de los cruceros de batalla y los acorazados de la Alianza, se formaron unos campos de anulación que absorbieron a parte de los oponentes.

Los síndicos contraatacaron disparando a diestro y siniestro, e hicieron blanco en los inmensos escudos y blindajes de los acorazados de la Alianza. Una vez que estos absorbieron las primeras ráfagas, el fuego síndico azotó a los siguientes buques de guerra de la Alianza, debilitados aunque todavía letales.

El encuentro duró tan solo una fracción de segundo, así que los humanos tan solo podían confiar en la resistencia de sus defensas, la precisión de sus sistemas automáticos de fijación de objetivos y su suerte. Después, mientras la formación de la Alianza y la flotilla síndica se alejaban, Geary observó cómo los sensores de la flota evaluaban los resultados.

Los siete acorazados y los tres cruceros de batalla síndicos que conformaban el núcleo de la flotilla enemiga se habían enfrentado a treinta acorazados y cruceros de batalla de la Alianza. Sobrepasados en número en una proporción de tres a uno y sin los campos de anulación, lo que ofrecía a la Alianza una posición ventajosa a muy corta distancia de las naves con escudos debilitados, los síndicos sufrieron el resultado esperable. Los tres cruceros de batalla síndicos explotaron, al igual que dos de los acorazados; otro acorazado se partió en tres grandes bloques, y los cuatro restantes terminaron viajando a la deriva gravemente dañados, con enormes agujeros en sus respectivos cascos, que marcaban los puntos de impacto de los campos de anulación, y con casi ningún sistema operativo.

La lista de cruceros y naves de caza asesinas de las fuerzas síndicas que resultaron inutilizados o destruidos alcanzaba una longitud considerable. El núcleo de la flotilla síndica había desaparecido sin más.

—Ejecutando segunda serie de maniobras a la hora uno cero cuatro —anunció Desjani. La emoción por el combate se iba imponiendo a su enfado con Geary.

Al mismo tiempo, este comprobó el estado de la flota de la Alianza y los movimientos de la flotilla síndica. El enemigo estaba trasladando su formación hacia la derecha y a su alrededor, manteniendo las cuatro formaciones de las esquinas en posiciones fijas, tal vez con la esperanza de que las naves de la Alianza siguieran avanzando hacia el punto de salto. Sin embargo, la formación principal de la Alianza empezaba a disolverse de nuevo, de forma que los cruceros de batalla, los cruceros ligeros y un gran número de destructores se desviaron hacia abajo mientras se unían para componer una nueva formación, al tiempo que los acorazados, los cruceros pesados, las naves auxiliares, los buques de guerra dañados y el resto de los destructores se iban cerrando los unos sobre los otros y comenzaban a ascender.

Geary sintió como si le atravesara una ráfaga de metralla cuando el visualizador empezó a mostrar alertas parpadeantes que informaban de que varios buques de guerra de la Alianza habían sido dañados o destruidos. Un símbolo brillante, situado en la estela de la flota de la Alianza, señalaba la nube en expansión de los restos de la
Ejemplar
, la última nave de reconocimiento. Más pequeñas que los acorazados y más grandes que los cruceros, las naves de reconocimiento resultaban muy útiles, pero adolecían de algunas deficiencias de diseño. Al igual que sus naves hermanas destruidas en anteriores enfrentamientos, la
Ejemplar
era lo bastante grande para atraer el fuego enemigo, pero no lo suficiente para resistirlo.

Ningún acorazado de la Alianza quedó inutilizado, si bien los síndicos concentraron su fuego sobre el
Resuelto
y el
Temible
cuando los acorazados se enfrentaron a ellos. Así, los dos sufrieron nuevas e importantes averías. El
Resuelto
, cuyos sistemas de propulsión habían sido afectados, intentaba avanzar al mismo ritmo que el resto de la flota, pero no podía evitar quedarse rezagado con respecto a los demás buques de guerra.

A la estela de la flota, el crucero de batalla Increíble viajaba a la deriva después de haber recibido más daños cuando protegía a las auxiliares. Algunas de sus armas seguían funcionando, pero, por lo demás, era un blanco fácil; sin duda, su tripulación estaría rezando para que la batalla no le ocasionase más daños a la nave, por lo menos hasta que consiguieran reparar algunas unidades de propulsión.

Los cruceros pesados Tortuga, Recámara, Kurtani y Tarian cayeron fuera de combate; de los dos primeros solo quedaron algunos fragmentos sueltos. Los cruceros ligeros Kissaki, Blasón y Trunnion desaparecieron, y los destructores Punzón, Yatagán, Embestida, Arabas y Kururi fueron eliminados.

No quedaba tiempo para comprobar los daños menores ocasionados durante la primera tanda de disparos.

En el lugar donde las formaciones se habían encontrado, podían verse enjambres de cápsulas de escape, tanto con los supervivientes de las naves destruidas de la Alianza como con los síndicos que habían logrado abandonar sus naves inutilizadas.

Lo peor de todo había sido que, con una segunda ráfaga de misiles disparados en el preciso instante en el que los combatientes se entrecruzaban, los síndicos habían conseguido producir daños fatales en una de las naves que Geary menos podía permitirse perder.

—La
Trasgo
ha perdido todas las unidades de propulsión —informó la consultora de operaciones—. Daños graves en popa a consecuencia de dos o tres impactos de misil. El tiempo estimado para recuperar la propulsión básica es de, al menos, una hora.

Geary observó cómo la nave auxiliar atravesaba el espacio mientras, incapaz de cambiar de rumbo ni de acelerar, la destrozada
Trasgo
seguía la ruta de los restos y las naves abandonadas tras la batalla y se alejaba de los demás buques de guerra de la Alianza. Tras analizar la ruta de la
Trasgo
y cotejarla con el movimiento de los síndicos, los resultados obtenidos fueron tan categóricos como desalentadores.

—La
Trasgo
no tiene ninguna posibilidad. ¿Puede alguien confirmarme que el tiempo más probable para que los síndicos ataquen la
Trasgo
es de veinticinco minutos?

—Confirmado, señor —respondió de inmediato la consultora de operaciones—. La estimación es de veinticuatro minutos.

La
Trasgo
tenía que volver a ponerse en marcha lo antes posible, y, en cualquiera de los casos, la pesada nave auxiliar no tendría posibilidades de escapar aunque la mitad de sus unidades de propulsión se reactivaran en ese preciso momento por arte de magia. Además, la flota de la Alianza no podía dar la vuelta a tiempo para tratar de impedir que los síndicos desataran una cortina de fuego contra la
Trasgo
. Geary suspiró y golpeó con los dedos el panel de control.

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