Investigaciones con primates no homínidos (capuchinos) permiten establecer que la igualdad es una necesidad para la vida de los grupos complejos y una sensibilidad instintiva hacia la igualdad ya que los capuchinos responden negativamente a una distribución injusta de la recompensa, llegando incluso a no ejecutar nuevas labores si sienten que han sido maltratados o injustamente tratados. Así, el sentido de la justicia brota como una capacidad innata en nuestra especie, extraña a la cultura, que además ha evolucionado desde nuestros antepasados los primates revelándose como una necesidad para la vida de los grupos complejos.
Científicos de Harvard en la revista
Nature
sugieren que el sentido de la justicia puede basarse más en una facultad moral innata anclada en los instintos (pero no exclusiva de nuestra especie), que en una reflexión lógica, producto de una tradición cultural (ver
Los primates tienen un sentido de la justicia similar al de los humanos
por Vanessa Marsh en
Tendencias Científicas
:
http://www.tendencias21.net/
). Semejante hallazgo establece un vigoroso impulso a cavilar no sólo acerca de la naturaleza del sentido de la justicia en nuestra especie sino igualmente de la codicia, del afán de lucro y de ganancia, reflexión que refuta las teorías económicas clásicas, las cuales afirman que los individuos persiguen como valor máximo la satisfacción de sus respectivas necesidades básicas.
Añadimos que experimentos como el de Betty la Cuerva (inteligencia mecánico-espacial y creatividad), la observación de comportamientos democráticos en las manadas de artiodáctilos y cardúmenes de peces, la capacidad prospectiva de las moscas, y otros más nos permiten comprender el desprendimiento y la dilatada generosidad de Reinhard el “zorrombre” y la digna quietud de los leos que les otorga el autor. La propuesta política del “zorrombre” tiende a borrar las diferencias entre especies con una revolución que trasciende clases, grupos, clanes, basada en una visión ecológica, sobre todo de la actitud y el sentipensar, a pesar de no quedar explicitados determinados mecanismos y hasta tornarse deliberadamente confusos algunos acontecimientos, la forma de presentarlos los convierte asimismo en páginas de deleite y estímulo mental.
También la manipulación genética que se ejerce sobre los leos creados a partir de la diagenética (nominación con la cual se alude en la novela a la tecnología de recombinación de genes, quizás por ser de 1973) se liga con la noticia de que las experiencias emocionales de la historia de cada una de las personas (y en este caso de los leos y de Reinhard) están almacenadas en las regiones más profundas del cerebro conformando el mapa de nuestra identidad emocional, que es la que nos hace únicos e irrepetibles entre los demás miembros de nuestra especie, según una investigación que publica
American Journal of Psychiatry
. Se determina en esa investigación de Toronto que existe una reacción diferente si las emociones son positivas o negativas y simultáneamente constituye un significativo progreso en el tratamiento de la depresión, que afecta en el Mundo a una persona de cada diez, pero también una posibilidad para establecer que la rebeldía es algo natural y que se encuentra insertada en nuestros genes (ver
Identificada la zona del cerebro donde se alberga la identidad emocional
en la misma revista electrónica). Quizás por esas consideraciones, Reinhardt y los leos, en especial el héroe y sus compañeros humanos poseen potencia carismática... y la trasmiten.
Crowley avizora con precisión literaria desde los '70 lo que la ciencia devela en el primer lustro del siglo XXI: que somos ecosistemas ambulantes donde coexisten en simbiosis diferentes especies bajo una identidad y que de la redoma de la ingeniería genética brotarán múltiples monstruos y quimeras como el misly (mezcla de genes de zorro, perro y mapache) y el pez luminoso (primera mascota transgénica aprobada) que saldrá a la venta en febrero 2004.
En cuanto a innovación recalcamos que para la época un texto como el de Crowley por su alta calidad literaria y especulativa desde el punto de vista científico se muestra como un ejemplo a seguir, su posición aporta una particular coloración al tema de los seres creados (ver
Crean en laboratorio la primera forma de vida sintética
, en
Tendencias Científicas
). Si rastreamos su capacidad fabuladora, encontraremos que nos sumerge en un sólido mundo alternativo signado por la catástrofe de la segunda guerra civil USA, el desplome de la estructura tecnológica, la desintegración social, territorial y en cierta forma intelectual del archipiélago político que surge tras un precario equilibrio bélico. Y no es porque dedique innumerables páginas a contarnos la realidad de esa sociedad, la inferimos, la deducimos de la línea central de la narración, pero nunca nos abandona esa sensación de estar percibiendo las explicaciones vertidas como pertenecientes a “otra dimensión”.
Habría que añadir que rinde homenaje a las arcologías y a las utopías anarquistas encarnadas en “la Montaña”. Es evidente su aproximación envolvente, su específico enfoque holístico, manifestado desde las primeras líneas pero que se consolida con el correr de los capítulos mediante la construcción de redes comprensivas que se ramifican e interconectan a los personajes y las peripecias (a propósito la acción es descrita con un cierto grado de confusión para alterar la percepción del lector y sumergirlo en los acontecimientos de tal manera que palpe la impredecibilidad de la historia), con plasticidad replicadora parte en ocasiones de observaciones o anécdotas que se bifurcan o desvanecen (solo para resurgir más adelante) en sucesos que logran ser considerados como observados por “otro ser” desde “otro lugar”, y esa sensación de extrañeza lo tornan en un excelente libro de CF.
[1]
A pride of lions
: una familia de leones.
Pride
: orgullo, arrogancia.
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[2]
Sweets
: dulces, golosinas.
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