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Authors: Michael Foucault

Vigilar y Castigar (54 page)

BOOK: Vigilar y Castigar
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285
Citado en R. Laulan,
L'École militaire de Paris,
1950, pp. 117-118.

286
Arch. nac. MM 666-669. J. Bentham refiere que fue al visitar la Escuela militar cuando su hermano concibió la primera idea del
Panóptico.

287
Cf. láms. 12, 13, 16.

288
Encyclopédie,
artículo "Manufacture".

289
Cournol, Considérations d'intérêt public sur le droit d'exploiter les mines, 1790, Arch. nac. A XIII14.

290
Cf. K. Marx: "Esta función directiva, vigilante y mediadora se convierte en función del capital no bien el trabajo que le esta sometido se vuelve cooperativo. En cuanto función específica del capital, la función directiva asume características específicas"
(El capital,
libro, I, 4» sección, cap. xi).

291
M.I.D.B., Instruction méthodique pour l'école paroissiale, 1669, pp. 68-83.

292
Ch. Demia,
Règlement pour les écoles de la ville de Lyon,
1716, pp. 27-29. Podría notarse un fenómeno del mismo género en la organización de los colegios: durante mucho tiempo los "prefectos" estaban encargados, independientemente de los profesores, de la responsabilidad moral de los pequeños grupos de alumnos. Después de 1762, sobre todo, se ve aparecer un tipo de control a la vez más administrativo y más integrado en la jerarquía: vigilantes, maestros de división, maestros subalternos. Cf. Dupont-Ferrier, Du
collège de Clermont au lycée Louis-le-Grand,
i, pp. 254 y 476.

293
Piclet de Rochemont,
Journal de Genève,
5 de enero de 1788.

294
Reglamento provisional para la fábrica de M. Oppenheim, 29 de septiembre de 1809.

295
J.-B. de La Salle,
Conduite des Écoles chrétiennes
(1828), pp. 204-205.

296
Ibid.

297
Ch. Demia, Règlement pour les écoles de la ville de Lyon, 1716, p. 17.

298
J.-B. de La Salle,
Conduite des Écoles chrétiennes,
B. N. Ms. 11759, p. 156 ss. Aquí se tiene la trasposición del sistema de las indulgencias.

299
Archivos nacionales MM 658, 30 de marzo de 1758, y MM 666, 15 de septiembre de 1763.

300
Sobre este punto, hay que referirse a las páginas esenciales de G. Can-guilhem.
Le normal et le pathologique, e
d. de 1966, pp. 171-191.

301
Registre des délibérations du bureau de l'Hôtel-Dieu.

302
J.-B. de La Salle, Conduite des Écoles chrétiennes, 1828, p. 160.

303
Cf. L'enseignement et la diffusion des sciences au XVIIIe siècle, 1964, p. 360.

304
Sobre esta medalla, cf. el artículo de J. Jacquiot en
Le Club français de ¡a médaille, 49
trimestre de 1970, pp. 50-54. Lám. 2.

305
Kropotkine.
Autour d'une vie,
1902, p. 9. Debo esta referencia a G. Can-guilhem.

306
M. I. D. B.,
Instruction méthodique pour l'école paroissiale,
1669, p. 64.

307
Archives militaires de Vincennes,
A 1 516 91 sc. Documento. Este reglamento es semejante, en cuanto a lo esencial, a toda una serie de otros de la misma época o de un periodo anterior.

308
J. Bentham,
Panopticon, Works, ed.
Bowring, t. iv, pp. 60-64. Cf. lám. 17.

309
En el Postscript
to the Panopticon,
1791, Bentham agrega unas galerías oscuras pintadas de negro que dan la vuelta al pabellón de vigilancia, cada una de las cuales permite observar dos pisos de celdas.

310
Cf. lám. 17. Bentham en su primera versión del Panóptico había imaginado también una vigilancia acústica, por medio de tubos que unían la celda a la torre central. Abandonó esta idea en el
Postscript,
quizá porque no podía introducir asimetría e impedir a los presos oír al vigilante tan bien como el vigilante los oía a ellos. Julius probó a desarrollar un sistema de escucha asimétrico
(Leçons sur les prisons,
trad. francesa, 1831, p. 18).

311
J. Bentham,
Panopticon, Works,
t. iv, p. 45.

312
G. Loisel,
Histoire des ménageries,
1912, II pp. 104-107. Cf. lám. 14.

313
Ibid.,
pp. 60-64.

314
J. Bentham,
Panopticon versus New South Wales. Works, e
d. Bowring, t. IV. p. 177.

315
Ibid.,
p. 40. Si Bentham ha puesto en evidencia el ejemplo de la penitenciaría, es porque en ésta se ejercen funciones múltiples (vigilancia, control automático, confinamiento, soledad, trabajo forzado, instrucción).

316
Ibid.,
p. 65.

317
Ibid.,
p. 39.

318
El imaginar esta corriente continua de visitantes penetrando por un subterráneo hasta la torre central, y observando desde allí la vista circular del Panóptico, hace suponer que Bentham conocía los Panoramas que Barker construía exactamente por el mismo tiempo (el primero parece ser de 1787), y en los cuales los visitantes, ocupando el lugar central, veían desarrollarse en torno suyo un paisaje, una ciudad, una batalla. Los visitantes ocupaban exactamente el lugar de la mirada soberana.

319
Ch. Demia, Règlement pour les ecoles de ¡a ville de Lyon, 1716, pp. 60-61.

320
Informe de Talleyrand a la Constituyente, 10 de septiembre de 1791. Citado por A. Léon,
La Révolution française et l'éducation technique,
1968, p. 106.

321
Ch. Demia, Règlement pour les ecoles de la ville de Lyon, 1716, pp. 39-40.

322
En la segunda mitad del siglo XVIII, se soñó mucho en utilizar al ejército como instancia de vigilancia y de rastrillado general que permitiera vigilar a la población. El ejército, por disciplinar todavía en el siglo XVII, está concebido como "disciplinante". Cf. p. ej. J. Servan,
Le soldat citoyen,
1780.

323
Arsenal, ms. 2565. Bajo esta signatura, se encuentran numerosos reglamentos para las compañías de caridad de los siglos XVII y XVIII.

324
Cf. L. Radzinovitz,
The English criminal law,
1956, t. II, pp. 203-214.

325
Nota de Duval, primer secretario de la tenencia de policía, citada por Funck-Brentano,
Catalogue des manuscrits de la bibliothèque de l'Arsenal,
t. IX, p. 1.

326
N. T. Des Essarte,
Dictionnaire universel de police,
1787, pp. 344, 528.

327
Le Maire en una memoria redactada a petición de Sartine, para responder a 16 preguntas de José II sobre la policía parisiense. Esta memoria fue publicada por Gazier en 1879.

328
Suplemento a la Instruction pour la rédaction d'un nouveau code, 1769, S 535.

329
N. Delamare,
Traité de la police,
1705, prefacio no foliado.

330
Sobre los registros de policía en el siglo XVIII, podemos remitirnos a M. Chassaigne,
La Lieutenance générale de police,
1906.

331
E. de Vattel,
Le droit des gens,
1768, p. 162.

332
N. H. Julius,
Leçons sur les prisons,
trad. francesa, 1831, 1, pp. 384-386.

333
J. B. Treilhard,
Motifs du code d'instruction criminelle,
1808, p. 14.

334
Cf. K. Marx,
El capital,
libro I, sección 4a, cap. xi. Y el muy interesante análisis de F. Guerry y D. Deleule,
Le corps productif,
1973.

335
Cf. a este propósito, Michel Tort, Q. I., 1974.

336
P. Rossi,
Traité de droit pénal,
1829, III, p. 169.

337
Van Meenen, "Congrès pénitentiaire de Bruxelles", en
Annales de la Charité,
1847, pp. 529-530.

338
A. Duport, "Discours à la Constituante",
Archives parlementaires.

339
El juego entre las dos "naturalezas" de la prisión es todavía constante. Hace algunos días, el jefe del Estado ha recordado el "principio" de que la detención no debía ser más que una "privación de libertad" .—la pura esencia del encarcelamiento exento de la realidad de la prisión—; y añadió que la prisión no podía justificarse más que por sus efectos "correctivos" o readaptadores.

340
Motifs du Code d'instruction criminelle,
Rapport de G. A. Real, p. 244.

341
Ibid.,
Rapport de Treilhard, pp. 8-9. En los años precedentes se encuentra con frecuencia el mismo tema: "La pena de la detención pronunciada por la ley tiene sobre todo por objeto corregir a los individuos, es decir hacerlos mejores, prepararlos, por medio de pruebas más o menos largas, a recobrar su puesto en la sociedad, de la que ya no volverán a abusar... Los medios más seguros de mejorar a los individuos son el trabajo y la instrucción." Ésta consiste no sólo en aprender a leer y a calcular, sino también en reconciliar a los condenados "con las ideas de orden, de moral, de respeto de sí mismos y de los demás" (Beugnot, prefecto de Seine-Inférieure, bando de Frimario, año x). En los informes que Chaptal pidió a los consejos generales, más de una docena reclaman prisiones en las que se pueda hacer trabajar a los detenidos.

342
Los más importantes fueron sin duda los propuestos por Ch. Lucas, Mar-quet Wasselot, Faucher, Bonneville, y un poco más tarde Ferrus. Hay que advertir que la mayor/a no eran filántropos que criticaran desde el exterior la institución penitenciaria, sino que estaban vinculados, de una manera o de otra, a la administración de las prisiones. Eran unos técnicos oficiales.

343
En Alemania, Julius dirigía los Jahrbücher für Strafs- und Besserungs-Anstalten.

344
Aunque estos periódicos hayan sido sobre todo órganos de defensa de los presos por deudas y en repetidas ocasiones hayan marcado sus distancias con respecto de los delincuentes propiamente dichos, se encuentra la afirmación de que "las columnas de
Pauvre Jacques
no están consagradas a una especialidad exclusiva. La terrible ley de la prisión por deudas y su funesta aplicación no será el único tema de ataque del preso periodista...

"Pauvre Jacques
paseará la atención de sus lectores por los lugares de reclusión, de detención, por los correccionales, por los centros de refugio, y no guardará silencio en cuanto a los lugares de tortura en los que se somete a los suplicios al hombre culpable, cuando la ley no lo condena más que a los trabajos..."
(Pauvre Jacques,
año 1, núm. 7.) Igualmente, la
Gazette de Sainte Pélagie
milita en pro de un sistema penitenciario que tendería a "la mejora de la especie", siendo cualquiera otro "expresión de una sociedad todavía bárbara" (21 de marzo de 1833).

345
L. Baltard, Architectonographic des prisons, 1829.

346
Ch. Lucas,
De la reforme des prisons,
1838, H, pp. 123-124.

347
A. de Tocqueville,
Rapport à la Chambre des Députés,
citado en Beaumont y Tocqueville,
Le système pénitentiaire aux États-Unis,
3a éd. 1845, pp. 392-393.

348
E. de Beaumont y A. de Tocqueville,
ibid.,
p. 109.

349
S. Aylies,
Du système pénitentiaire,
1837, pp. 132-133.

350
Ch. Lucas, De
la réforme des prisons,
t. I, 1836, p. 167.

351
La discusión abierta en Francia hacia 1830 no había terminado en 1850; Charles Lucas, partidario de Auburn, había inspirado el decreto de 1839 sobre el régimen de las Centrales (trabajo en común y silencio absoluto). La ola de rebelión que sigue, y quizá la agitación general del país en el curso de los años 1842-1843 hacen preferir en 1844 el régimen pensilvano del aislamiento absoluto, elogiado por Demetz, Blouet y Tocqueville. Pero el segundo congreso penitenciario de 1847 opta contra este método.

352
K. Mittermaier, en Revue française et étrangère de législation, 1836.

353
A. E. de Gasparin, Rapport au ministre de l'Intérieur sur la réforme des prisons.

354
E. de Beaumont y A. de Tocqueville,
Du système pénal aux États-Unis, e
d. de 1845, p. 112.

355
"Cada hombre, decía Fox, está iluminado por la luz divina y yo la he visto brillar a través de cada hombre." Siguiendo los lincamientos de los cuáqueros y de Walnut Street, fueron organizadas, a partir de 1820, las prisiones de Pen-silvania, Pittsburgh, y después Cherry Hill.

356
Journal des économistes, II, 1842.

357
Abel Blouet, Projet de prisons cellulaires, 1843.

358
Abbé Petigny,
Allocution adressée aux prisonniers, à l'occasion de l'inauguration des bâtiments cellulaires de la prison de Versailles.
Cf. algunos años después, en
Monte-Cristo,
una versión muy claramente cristológica de la resurrección tras encarcelamiento; pero se trata, entonces, no de aprender en la prisión la docilidad a las leyes, sino de adquirir por un saber secreto el poder de hacer justicia por encima de la injusticia de los magistrados.

359
N. H. Julius,
Leçons sur les prisons,
trad. francesa, 1831, i, pp. 417-418.

360
G. A. Real,
Motifs du Code d'instruction criminelle.
Antes de esto, varias instrucciones del ministerio del Interior habían recordado la necesidad de hacer trabajar a los detenidos: 5 Fructidor Año VI, S Mesidor Año VIII, 8 Pluvioso y 28 Ventoso Año IX, 7 Brumario Año X. Inmediatamente después de los Códigos de 1808 y 1810, se encuentran todavía nuevas instrucciones: 20 de octubre de 1811, 8 de diciembre de 1812: o también la larga instrucción de 1816: "Es de la mayor importancia tener ocupados lo más posible a los detenidos. Debe hacerse nacer en ellos el deseo de trabajar, estableciendo una diferencia entre la suerte de los que se ocupan y la de los detenidos que quieren permanecer ociosos. Los primeros serán mejor alimentados y tendrán mejores lechos que los segundos." Melun y Clairvaux fueron muy pronto organizados como grandes talleres.

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