—No sé qué decirle —contestó Kirk—. Raro sí que lo es, pero no tan extraño como algunos sitios en los que he estado. Las cosas que han sucedido… ésas sí que han sido extrañas.
—¿Y a mí me lo dice? ¿Va a esconderse entre los arbustos de alguna parte y observar cómo usted mismo aparece dentro de unos días?
Kirk hizo una mueca.
—Probablemente, no. Estar en un sitio y en un tiempo ya es bastante para mí. El Maestro de los ;at puede hacer las cosas a su manera.
—No he tenido oportunidad de descubrir cómo se pronuncia su nombre —recordó Bones.
—Estaba usted un poco atareado —le respondió Kirk—. Bones… debo decirle que lo lamento. Si hubiera sabido que sucedería algo parecido…
—Ah, Jim, no tiene importancia. ¿Cómo podía saberlo? Las fuerzas fueron manipuladas en formas que nosotros no podíamos comprender. Considerando los porqués de todo esto, puedo decir que no me importa. Si el precio de conseguir que este planeta entre en la Federación es que yo me sintiera aterrorizado hasta la locura y muerto de cansancio durante dos días, creo que es bastante barato. ¿No le parece?
—Bueno…
—Y no olvide la experiencia instructiva. Jim rió entre dientes.
—No —respondió McCoy—, en serio. En todo momento sabía que esa nave era suya; pero era un conocimiento abstracto. Ahora es concreto; resultaba fácil criticar por detrás de su asiento. Pero ahora ya he estado sentado en él. Cuando no sucede nada, es encantador. Durante el resto del tiempo… Conservaré el trabajo que tengo.
Kirk asintió con la cabeza.
—De todas formas —continuó McCoy—, uno de estos días voy a encontrar una excusa para que me sustituya en una operación. Entonces sí que veremos quién es el más flexible de la nave.
—¡No, gracias!
Permanecieron sentados en un silencio de compañerismo durante un rato. Kirk miró el entorno matinal y suspiró.
—Odio marcharme de este lugar. Hay algo muy… relajante en él.
—Sereno —agregó McCoy—. Casi encantado.
—Protegido —comentó Kirk—. Sí.
—Eso se debe al Maestro, creo —dijo McCoy, y adoptó un aire pensativo—. Que viva mucho tiempo.
—Otros de su especie, dijo… —Kirk respiró profundamente el aire de la mañana—. Me pregunto dónde estarán.
McCoy meneó la cabeza.
—Por todas partes, si mis sospechas son ciertas.
—¿Sospechas?
—Oh, no realmente. Sólo un pensamiento gracioso, un chiste. Hace un rato pensé en una cita —explicó McCoy—, él la captó de mi mente, se mostró de acuerdo con ella y pensó que era graciosa. Algo relacionado con extremar la amabilidad con que se recibe a los extraños… porque muchos han recibido ángeles de ese modo, sin saberlo.
Kirk rió entre dientes.
—¿Quién sabe lo que las gentes de aquellas épocas remotas pueden haber pensado al encontrarse con criaturas sabias de una edad tremenda, y un poder enorme… —dijo McCoy— criaturas no físicas, seres buenos… que a veces pasaban por la Tierra en sus viajes, tocaban una vida o tres, y seguían su camino? Existen leyendas de criaturas parecidas por toda la galaxia, en todo tipo de formas diferentes. Se les llama con toda clase de nombres distintos. Sólo en la Tierra hay un centenar de nombres para criaturas que actúan y hablan como el Maestro de los ;at, si bien no tienen exactamente su mismo aspecto. También están todas esas leyendas de piedras «vivientes», que caminan y hablan de vez en cuando. En cualquier caso, si eso es algo que mis lejanos ancestros confundieron ocasionalmente con un ángel, debo decir que comprendo su confusión. Y también tiene sentido del humor. ¿Qué más se puede pedir?
Kirk inclinó la cabeza a un lado.
—Es una teoría interesante. ¿Otra especie como la de los preservadores, quizá? Pero que viajan por los mundos bajo varias formas y se dedican a cuidar planetas enteros, ecologías enteras. No es una idea tan extraña. Podría decirse que los organianos han hecho algo similar. —Sonrió, con bastante malicia—. ¿Y si no fueran alienígenas? ¿Y si esas criaturas fuesen realmente ángeles?
—En ese caso, me alegraría especialmente por su sentido del humor —replicó McCoy—, porque para tratar con nosotros y los de nuestra especie, lo necesitarán.
Kirk se puso a reír y se levantó.
—Vamos, comandante —le dijo al médico—. Ya hemos teorizado bastante. De acuerdo con las reglas, debo pedirle un informe de su período de mando. Ahora bien, en cuanto a haber olvidado levantar los escudos en medio de un combate…
—¿No es ya la fecha de su examen físico?
—Oh, no —replicó Kirk.
—¡Oh, sí…!
Se encaminaron de vuelta al bosque por entre los árboles, en la penumbra verdiazul. Detrás de ellos, la
Enterprise
asomó por el horizonte y pasó por el cielo, otra vez como una estrella de la mañana.
Si en alguna parte una piedra le sonrió, nadie lo notó.
FIN
[1]
Cefeida: Estrella que se caracteriza por la regularidad de su período y por la relación que existe entre ese período y la luminosidad. Son muy útiles para medir las distancias intergalácticas. (N. de la T)
[2]
Terabytes: Trillones de bytes en lenguaje de computadora. (N. de la T.)
[3]
ATP: Adenosintrifosfato; enzima rica en energía. (N. de la T)
[4]
Dunsinane: colina sobre la que se hallaba el castillo de Macbeth. Acto IV, escena 1 de la tragedia de Macbeth. (N. de la T)
[5]
Tachyon o taquión: Partícula hipotética que viajaría a una velocidad superior a la de la luz. (N. de la T.)
[6]
Quarks: Partículas fundamentales que llevan una carga eléctrica fraccional. (N. del T.)