Authors: Douglas Coupland
2.45. Todd y yo hemos ido a Seattle, cada uno en su coche. Todd ha ligado en The Cocodrile, y en este momento él y su ligue, Tabitha, de Tukwilla, están en su habitación, conociéndose.
Bug está aquí en el salón viendo dibujos animados de Casper en el vídeo, «buscando el subtexto». No me lo puedo creer, pero yo también me he enganchado. («Espera, Bug, rebobina un poco... ¿no era eso un compás masónico?») Karla llevaba siglos dormida. Se ha quedado en casa y ha visto
El pájaro espino
en el vídeo con Susan. («Son cosas de tías. Venga, largo.») Karla tiene una insospechada e insondable capacidad para dormir que envidio muchísimo.
He seguido ampliando mis archivos del inconsciente del ordenador.
JuevesBienvenido a Macintosh Carl's Jr.
Gore-TeX®
Saabs gris metalizados
Barry Diller
BESO
minibares
puntos de las líneas aéreas
anuncios de perlas
Oscar de la Renta
espacio exterior
salario mínimo
fábrica
mazmorras
propaganda de perfume
superbronca
Bell Atlantic
caja de enchufe
clavijas de teléfono
Departamento de Vehículos de Motor
F-16
Mig-29
Calvin Klein
Han Solo
Decadencia burguesa
Download
agua mineral Sparkletts
Tori Spelling
Advil
Kotex
Rosslyn
Langley
Gilipollas
Lee-Press-ons
He ido a la biblioteca y he buscado libros sobre construcción de autopistas, las de asfalto y hormigón —índice decimal Dewey 625.79— ¡y no han publicado nada sobre el tema desde hace dos décadas! Es extraño, parece el enigma de un asesinato sin resolver. Es como si la idea de construir autopistas se hubiera esfumado sin más en 1975. Los títulos más fabulosos incluyen:
Los materiales bituminosos en la construcción de carreteras
La rugosidad en relación con la pérdida de adherencia
Un estudio de ingeniería: la autopista de Alaska La mejora de la utilidad del pavimento de hormigón
La efectividad de medianas y rotondas en la rediacción del vehículo
En realidad, nunca se publicaron muchos libros sobre autopistas. Uno imagina que tendríamos que tener estadios enteros dedicados a la adoración de las autopistas dada la destacada importancia que tienen en nuestra cultura, pero no es así. Nada. Creo que estamos sobrecompensando esta carencia del pasado con la actual sobrepromoción de la InfoBahn, la infovía. De pronto, se ha convertido en esa cosa importante que Todos Tenemos Que Conocer.
He sacado, entre otras, la obra fundamental sobre el tema: el
Manual de ingeniería de autopistas
de Robert F. Baker (ed.), Van Nostrand and Reinhold Company, 1975. Me ayudará a pasar estos días de tranquilidad antes de unirme a un nuevo grupo de producción.
Hemos arrancado un trozo de papel pintado de la cocina, junto a la nevera, y hemos descubierto debajo de los diferentes estratos de papel (estampados de margaritas, de molinillos de pimienta), como si acabaran de ser escritas, las palabras:
un día relajado
6 de junio de 1974
hace tiempo que me he ido pero mi idea de paz está
ahora
contigod.b.
Rollo hippy, pero casi me he quedado sin aliento al leer estas palabras. Y por un momento he sentido que a lo mejor una idea es más importante que el mero hecho de estar vivo, porque una idea vive mucho tiempo después de que uno haya desaparecido. Luego, se me ha pasado la sensación. También hemos encontrado detrás de un panel de revestimiento unas hojas de periódicos de Seattle, de principios de los setenta. ¡Qué baratos eran los precios de entonces!
En el Starbucks de Bellevue, Karla y yo hemos estado hablando del éxito sin precedentes de la sopa de crema de brócoli de Campbell. Sobre una servilleta, hemos hecho una lista de ideas para nuevos sabores de sopas Campbell's:
Delfín cremoso
Laguna
Pico
Estanque Crack
Nota: Creo que Starbucks ha patentado una nueva configuración de la molécula de agua, como en una novela de Kurt Vonnegut, o algo así. Esta molécula permite que el café siga líquido a temperaturas superiores a los 100 °C. ¿Cómo consiguen servir un café tan caliente? Tarda horas en enfriarse —está tan caliente que no se puede beber— y, cuando ya se ha enfriado, estás harto de esperar a que se enfríe y el «momento del café» ya ha pasado. Al menos Starbucks no apesta a las dulzonas sustancias químicas con aroma a café... como se supone que tiene que oler una casa de muñecas Barbie.
He visto un documental sobre la bolsa de contratación. He hojeado algunos libros que corrían por ahí. Después he visto algunos viejos programas de televisión de los setenta.
Me he acordado de un antiguo episodio de la serie científica
Nova
en el que unos hackers alemanes Publicaban un documento secreto y un
geek
hippy doctorado al cubo por la UC Berkeley los descubría con un documento falso. ¿Engañó la NSA o alguna otra organización similar al
geek
hippy para que descubriera a uno de los suyos? Ética. Luego me he puesto a pensar en aquellos viejos libros de Time-Life con títulos como
Los elementos y El océano
y en cómo, en realidad, la información que contienen no caduca nunca; en cambio, las colecciones de libros informáticos caducan al cabo de unos minutos: «En la actualidad, la mayoría de los "ordenadores personales" contiene unos dispositivos llamados "discos duros" capaces de almacenar el equivalente, en algunos casos, a tres manuales universitarios.»
Me he sentido un poco perdido.
ViernesCapturar funciones específicas
Microsoft
Navajo
Nasa
Kristy McNichol
Bacteria carnívora
Lance Kerwin
Arthur Hiller
skateborad
barritas energéticas
descripción del trabajo
PERL
cartucho de tóner
mucho
un montón
de verdad
hummm....
Martin-Marietta
Susan y Karla han entrado en el salón mientras estaba leyendo el
Manual de ingeniería de autopistas
y las dos han flipado. Enseguida lo han ligado. Nos hemos puesto a soltar ohs y ahs viendo las hermosas fotos de vías de acceso, vías de salida y pasos elevados sin coches... «Están tan limpias, tan puras y tan inmaculadas.»
Karla ha comentado que los constructores de autopistas tenían sus propias palabras en clave especializadas, igual de aburridas e impenetrables que la jerga
geek
. «Ejemplos: subrasante, cruce parcial en trébol, cruce altimétrico desviado, bermas y MPT (Máquinas Perforadoras de Túneles)...»
«Incluso abusaron de los acrónimos de tres letras —ha dicho Karla, que también ha decretado que, en los setenta, la actriz televisiva Rhoda Morgenstern habría salido con un ingeniero de autopistas—. Se habría llamado Rex, se habría parecido a Jackson Browne y habría sabido el rango de resistencia a la compresión de la pizarra, la dolomita y la cuarcita a la décima de pascal.»
Soy un desastre recordando acrónimos de tres letras. Es una zona muerta de mi cerebro. A duras penas sé lo que quiere decir RAM. Esté donde esté situada, esta parte del cerebro se encuentra en el mismo lugar donde archivo los nombres y las caras de la gente que conozco en las fiestas. Soy un desasne con los nombres. Me doy cuenta de que algunos acrónimos de tres letras ya son nombres, no únicamente siglas: ram, rom, vip, ufólogo. Las palabras tienen que nacer en algún lugar.
Karla me ha hablado de su juventud. De cómo «intentaba crear, no, no crear, fabricar, la sopa de verduras Campbell's partiendo de cero, cortando las zanahorias y las patatas para que parecieran daditos cortados por una máquina, metiendo el número exacto de judías blancas por lata (4).
»Crecí entre cadenas de montaje, no lo olvides. Mi dibujo animado favorito era siempre ese en que unas ardillas listadas se metían dentro de una fábrica conservera de verduras. También hacía experimentos con las especias, pero al final nunca funcionó, porque no usaba extracto de carne ni glutamato monosódico».
Día aleatorio. Me he alimentado un rato de revistas. Radio. Llamada de mi madre; me ha hablado del tráfico.
SábadoLuz y sonido industrial
Sólo somos amigos
salta
corre
golpea
mazmorra multiusuario
Ziggy Stardust
Wells Fargo
Mensáfono
Safeway
FORTRAN
colibrí
IKEA
soy un empático
4x4
Kung Fu
plataforma
Estrella de la Muerte
oligarquía
lonchas Kraft
Autopista 92
Inalámbrico
Deuteronomio
muerte cerebral
Grapas
Silo
Pearle Express
un estilo de vida de ejecutivo
Maybelline
implicador
Insertar
Formatear
Fuentes
Herramientas
Dios mío. Sabía que haría algo mal. Karla está en pie de guerra porque me he olvidado de que hoy hace un mes de lo nuestro.
¡Duh!
No me ha dicho nada hasta la hora de acostarnos, pero a pesar de todo no me he acordado; ahora me ha retirado la palabra. He intentado decirle que el tiempo no es necesariamente lineal, que fluye en grupos, paquetes y coágulos extraños. «Bueno, eh, hum... ¿qué es un mes exactamente, Karla? Ja, ja, ja.» «No sé tú, Dan —me ha interrumpido—, pero yo había programado el calendario de mi portátil para que me lo recordara. Buenas noches.» [Insértese aquí una mirada helada. Un bostezo aburrido; una puerta de dormitorio cerrada suavemente con su piececito de niña.]
Es agradable descubrir que la personalidad de Karla tiene este lado romántico —una bonificación desperada—, pero, de todos modos, a nadie le gusta EL SOFÁ. Y así que, ahora, después de semanas de noches gozosamente libres de insomnio, estoy otra vez tecleando mi diario cotidiano en el PowerBook, aquí, en el sofá verde ácido, de mala manera.
La atractiva superestrella Cher vende cosméticos Por la tele a altas horas de la noche. Mishka también está pasando la noche en el salón y apesta de un modo espantoso. Bueno, por lo menos llueve —a cántaros— y ya se ha acabado este verano demasiado caluroso y extraño.
Mañana programaré mi ordenador personal para que me recuerde todos y cada uno de los aniversarios hasta el año 2050, ya sea mensualmente o de cualquier otro modo.
En realidad, todos tenemos ahora mucho tiempo libre. Karla, Todd, Bug y yo ganduleamos a la espera de que nos asignen al siguiente grupo de producción, sintiéndonos deprimidos y completamente agotados. Hemos olvidado por completo el tiempo regido por el reloj y el calendario.
Hoy, mientras rastrillábamos el césped de la casa, Todd ha dicho: «¿No sería espantoso que nuestros relojes internos no estuvieran sincronizados con los ritmos de las olas y el amanecer, o incluso con la llamada de la sirena industrial, sino con el de los ciclos de producción?»
Nos hemos puesto nostálgicos pensando en los viejos tiempos, cuando septiembre significaba el descubrimiento de modelos de coches y programas de televisión nuevos. Ahora, los fabricantes de coches y las cadenas de televisión los sacan en cualquier momento. No es lo mismo.
Sí, Karla vive con nosotros hace un mes. Estamos enrollados.
Todd, Abe y yo cargamos sus pertenencias desde su casa
geek
calle abajo, a nuestra casa
geek
en lo alto del callejón: el futón y su base... la colección de ordenadores... la foto de Ansel Adams con marco automontable... y las descargamos en la habitación vacía de Michael. Y entonces, una vez instalada en nuestra casa («Pensad en mí como si fuera una aplicación de software»), anunció que era experta en («Señor, te damos gracias...») masaje
shiatsu
.
Mi madre ha telefoneado esta tarde. Como siempre, me lo ha soltado de golpe: «¡La casa! El suelo de las colinas se está asentando y el tejado se estropea. Hay que cambiar la puerta y las ventanas. Siento cómo me van chupando el dinero del cuerpo. Menos mal que tuvimos en su momento la previsión de comprarla, porque todo mi sueldo de bibliotecaría se va en la casa. El resto va a parar a Price-Costco.» Dinero. He cambiado de tema. «¿Qué habéis comido?»
«Esas hamburguesas hechas con derivados de cerdo que ya vienen preparadas. Y fideos
ramen
. Como lo que coméis vosotros cuando os quedáis programando toda la noche.»
Ha sido una llamada de «Sólo Escucha».
«Ya. ¿Y cómo está papá?»
«Prozac. Bueno... algo parecido al Prozac. Por lo menos ya no está obsesionado con el garaje. Sale por la mañana no sé adonde a buscar trabajo. No hablemos de eso. Dios mío, ojalá bebiera, me tomaría algo.»
La vida está llena de tensión en Palo Alto. Le envío a mi padre 500 dólares todos los meses. Es cuanto puedo ahorrar de los 26K que gano aquí ([26.000 dólares /12] - impuestos = 1.500 dólares).
Ha sido una llamada horrible, pero mi madre necesitaba desahogarse; hay en su vida muy pocos oídos dispuestos a escucharla. ¿Quién lo hace de verdad alguna vez?, me pregunto.
Michael no volvió nunca de Cupertino.
Hemos oído rumores de que Bill lo ha puesto a trabajar en secreto en un proyecto llamado Pink, pero no hemos sacado nada en claro.
Una compañía de mudanzas especializada en traslados de alta tecnología se llevó sus cosas al Valle del Silicio. La pirámide de latas vacías de coca-cola
light
, la maleta con las piezas del laberinto Habitrail para jerbos, la colección de novelas de C. S. Lewis. Todo ha desaparecido.
Algo divertido: hemos encontrado cuarenta botellas vacías de jarabe contra la tos en un armario, ¡Michael es adicto al Robitussin! (En realidad, es adicto a los lotes de productos sin marca, ¡es adicto a un pseudo Tussin!) El mundo nunca deja de sorprenderte.
Es tarde. Hay baloncesto en la tele; revistas de ordenador y
fitness
por todas partes. Quiero hablar del amor.
¿Se acuerda alguien de esa vieja serie
El superagente 86
? ¿Del principio, cuando Maxwell Smart recorre el pasillo secreto y hay toda una serie de puertas y rejas que se van abriendo lateral y verticalmente? Creo que todo el mundo tiene un montón de puertas como ésas entre ellos y el mundo; pero, cuando estás enamorado, todas tus puertas están abiertas y todas las puertas del otro están abiertas. Y puedes patinar con tu pareja a lo largo de todo el pasillo.