Los cuadernos secretos (27 page)

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Authors: John Curran

Tags: #Biografía, Ensayo, Intriga

BOOK: Los cuadernos secretos
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Aunque en los cuadernos escasean los detalles sobre
Se anuncia un asesinato
, tenemos la suerte de contar con el mecanoscrito auténtico —es uno de los pocos de cuya existencia se tiene constancia—, plagado de copiosas notas manuscritas. Una página manuscrita e insertada en el mecanoscrito acaricia la posibilidad de cambiar el nombre del pueblo —«¿Chipping Burton? ¿Chipping Wentworth?»—, en vez de dejar el original, Chipping Barnet, e igual sucede con el nombre del inspector —«¿Cary? ¿Craddock?»— en vez del original, Hudson, y con el nombre de la víctima —«¿Wiener?»— en vez del original, Rene Duchamps. La formulación original del anuncio en el periódico también se modificó: «Se anuncia un asesinato, que tendrá lugar el viernes, 13 de octubre, en Little Paddocks. Se ruega a las amistades tomen buena nota, ya que éste será el único aviso». Y el título de este mecanoscrito es un tanto más recargado: en vez de «se anuncia», reza «se ha anunciado». Es desconcertante que el nombre de «Laetitia» aparezca a lo largo del texto, y que todos los ejemplos se hayan corregido a mano, para simplificar y dar más precisión, poniendo «la señorita (Blacklock)», lo cual conduce al lector a la suposición de que este cambio fue fruto de una inspiración de última hora, a pesar de que aparece ya en las notas —«La hermana “Charlotte” es en realidad ella»—, como se ha señalado antes. Christie habría considerado injusto llamarla «Laetitia» caso de que, en efecto, el personaje sea realmente Charlotte; de ahí que haya enmendado la manera de llamar al personaje, pasando al preciso «señorita» Blacklock, aunque sea más impersonal.

La única nota discordante en esta novela detectivesca, que por lo demás raya en la perfección, es el improbable desenlace que tiene lugar en la cocina de Little Paddocks cuando la señorita Marple pone en práctica sus dotes de ventrílocua, hasta ese momento desconocidas. Uno de los rasgos comunes en casi todos los títulos de la señorita Marple es el dramatismo del capítulo final. Al igual que
Se anuncia un asesinato
,
Un cadáver en la biblioteca
,
El caso de los anónimos
,
El truco de los espejos
,
El tren de las 4:50
,
Misterio en el Caribe
,
En el hotel Bertram
,
Némesis
y
Un crimen dormido
culminan todas ellas en una secuencia de acción marcadamente teatral en la que el asesino se incrimina, por lo general a raíz de un intento mal calculado de perpetrar otro asesinato. La mayoría de las veces se debe a que el caso que ha delimitado la señorita Marple anda un tanto escaso de verificación y depende en exceso de su intuición, que por infalible que sea nunca equivale a una prueba con valor legal. Por extraño que sea, en
Se anuncia un asesinato
, por encima de todas las demás, hay pruebas en abundancia y hay numerosas pistas que complementan la extraordinaria perspicacia de la señorita Marple. Como ha señalado Robert Barnard en su magistral estudio sobre Dame Agatha,
A Talent to Deceive [Un talento para el engaño]
, la reputación que tiene la señorita Marple de ser una gran detective no mejora cuando sale del armario de las escobas en el momento culminante de la novela. Esa breve escena de dos páginas se podría haber enmendado con facilidad para omitir esa vergüenza.

A
demás de su sublime trama detectivesca,
Se anuncia un asesinato
es también un convincente retrato de una Inglaterra que aguantaba a duras penas saliendo paso a paso de la austeridad de posguerra. Ya no estamos en el mundo de los mayordomos y las recepciones, los cócteles y los trajes de etiqueta; no existe de hecho una etiqueta con arreglo a la cual vestirse para cenar, no se interroga a la doncella de la señora; no hay invitados los fines de semana, no existe la coartada de la noche en la ópera. La sombra del racionamiento, del trueque, de los desertores y de la «ayuda» extranjera, de las cartillas y las tarjetas de identificación se proyecta sobre todo el libro. En realidad algunas de las pistas provienen justamente de ese medio: el uso en apariencia extravagante de la calefacción central, la nota con la ortografía incriminatoria, la facilidad del acceso a las casas precisamente por motivo del trueque. En el capítulo 10, sección III, se incluye también una reveladora conversación entre la señorita Marple y el inspector Craddock en torno al cambio que se vive con respecto al viejo orden: «Hace quince años sabía uno quién era quién… Pero ya no es así… Ahora ya nadie sabe quién es nadie». Y, con el acostumbrado ingenio de Christie, este detalle también se subsume en la trama.

Otro aspecto de la novela que merece nuestra atención es la presencia apenas insinuada de la pareja lesbiana, la señorita Hinchcliffe y la señorita Murgatroyd. Hasta este momento eran muy pocos los ejemplos de personajes homosexuales que aparecían en las novelas, siendo más bien figuras irrisorias (el señor Pye en
El caso de los anónimos
o el señor Ellsworthy en
Matar es fácil
) o amenazantes (el mayordomo de lord Edgware, que es como un dios griego, y, años más tarde, Alec en
Las ratas
). El retrato de la pareja de Chipping Cleghorn se traza con toda naturalidad; por lo que atañe a los lugareños, no llama la atención. Tras el asesinato de Murgatroyd es incluso conmovedora. Se trata de una notable mejora con respecto a la representación que hace de Christopher Wren en
Tres ratones ciegos
, tres años antes, que es una de sus creaciones más afectadas, descrito en el guión original como un hombre «con voz meliflua de marica». Y no se rebajó esta imagen en la versión escénica, dos años después de
Se anuncia un asesinato
, en la que comenta lo atractivos que son los policías (primer acto, segunda escena). Poco después de publicarse
Se anuncia un asesinato
, cuando Christie planificaba
La señora McGinty ha muerto
, quiso que dos de los sospechosos fuesen «2 jóvenes que viven juntos», pero abandonó la idea.

La telaraña
Estrenada el 14 de diciembre de 1954

Cuando descubre un cadáver que ha sido asesinado en su tocador, poco antes de que su marido llegue a casa con un político de gran importancia, Clarissa idea un plan para engañar a la policía. Cuenta con la ayuda de tres de sus invitados, sin darse cuenta de que el asesino está mucho más cerca de lo que ella piensa.

Hay una veintena de páginas de notas para
La telaraña
, todas ellas en el Cuaderno 12. El personaje de Clarissa, escrito específicamente por petición de la actriz Margaret Lockwood, es la más espléndida creación de comedia lograda por Christie. La obra en sí es un
thriller
en clave de comedia, con ambos ingredientes en cantidad suficiente para que la combinación resulte irresistible. Es también una lograda mezcla de novela policíaca en la que se aspira a saber quién es el asesino y de novela en clave de «¿se saldrán con la suya?». Se desvela la identidad de un asesino sorprendente en los últimos minutos de la pieza, con lo que se mantiene la reputación que tiene Christie por lograr revelaciones asombrosas, y son numerosos los giros inesperados de la trama secundaria. El guión del «¿se saldrán con la suya?» no era un rasgo habitual en la producción de Christie, pero también aparece en mayor o menor medida en sus tres obras siguientes para el teatro:
Una visita inesperada
,
Veredicto
y
Las ratas
.

La primera página de notas lleva este encabezamiento:

Acto III La telaraña ¿Laura encuentra un cadáver?

Christie adopta su método habitual de asignar letras a las diversas tramas que siguen, aunque a pesar del encabezamiento no hay ninguna que haga referencia al acto III. Algunas, como se especifica, aparecen en el acto II, escena 2ª, lo cual inspira la sospecha de que los actos fueron objeto de una reordenación posterior (tal vez en el transcurso ya de los ensayos y el montaje de la obra), y el acto III originalmente incluía una escena previa. No hay ninguna sorpresa en las notas y no hay inesperados desarrollos de la trama; los que se han conservado reflejan con exactitud el curso que había de tomar la obra. Con la excepción de sir Rowland Delahaye, que aparece en las notas con el nombre de sir M, también los nombres se han conservado. Doy por supuesto que la desaparición de las notas tomadas para los primeros actos es resultado del paso de los años.

Puntos destacados

  1. La señorita Peake está en una cama en el cuarto de invitados
  2. La señorita Peake aparece… «El cadáver ha desaparecido»… Guiña el ojo
  3. Sir M dice… «No crezcas nunca»
    [Acto I]
  4. El inspector y sir M… Éste plantea la idea de los narcóticos
    [Acto II, escena 2ª]
  5. El inspector da a entender que en realidad ha encontrado algo en el escritorio
    [Acto II, escena 2ª]
  6. Clarissa (a sir M) ¿Lo han movido alguno de ustedes? No… Todos están juntos en el comedor
  7. Cl. pregunta a sir M (o a Hugo) por el nombre de algunos anticuarios
  8. El libro… Sir M dice «¿Qué es lo que consulta el inspector? Un “Quién es quién”
    [Acto II, escena 2ª]
  9. Sir M. relata la historia de un amigo y unos sellos o un sobre con unos autógrafos
  10. Clarissa pide a Elgin las referencias
    [Acto II, escena 2ª]
  11. Aparece Pippa… Un bostezo poderoso… Tiene hambre
  12. Clarissa acusa a la señorita Peake de ser la señora Brown

La principal preocupación de las escenas en las que interviene Pippa era la presencia o ausencia de Jeremy, que retrospectivamente obedece a razones obvias. Estas escenas aparecen en el acto I.

Los trozos de Pippa

  1. Velas según el libro de recetas, ¿se pueden comer? Presente (sir M, sí. ¿Jeremy? ¿Clarissa?)
  2. El agujero del sacerdote… Un lugar donde colocar un cadáver. Presente Jeremy y ???
    [sic]
  3. Los autógrafos… Pippa los muestra… Los guarda en una caja lacada
  4. Luego, el trozo sobre los sellos… Jeremy no está presente. De los demás, cualquiera

Uno de los elementos más interesantes que se conservan entre los papeles de Christie es una propuesta de adaptación cinematográfica, que data de 1956, para rodar una posible película sobre esta obra teatral. No es del todo seguro que sea de mano de la propia Christie, y más bien parece un documento «oficioso», es decir, realizado por alguien que no tuvo nada que ver con la posterior película rodada en 1960. En él se esbozan los acontecimientos que han tenido lugar antes del comienzo de la obra teatral, como el encuentro de Clarissa con Henry, la desesperación de Miranda por encontrar drogas, el posterior divorcio y el nuevo matrimonio y la aceptación de Clarissa por parte de Pippa; también incluye la venta del sobre en el que está el sello, que adquiere el señor Sellon…

La telaraña
está plagada de ideas que aparecen en obras anteriores:

La señorita Peake oculta el cadáver tras el cabezal de la cama del cuarto de invitados, como hace el malvado en «El número 16, desenmascarado», el último de los relatos recogidos en
Matrimonio de sabuesos
.

El naipe que falta en la baraja es un detalle de la trama tomado de «La aventura del rey de tréboles».

La idea de los sellos valiosos en un sobre aparece en «Una extraña broma».

Cuando Pippa crea un muñeco de cera hace lo mismo que hizo Linda Marshall en
Maldad bajo el sol
.

Clarissa asume la responsabilidad del asesinato cuando parece que es Pippa la responsable, en lo cual hay ecos de las acciones que acomete Caroline Crale en beneficio de su hermana Angela en
Cinco cerditos
.

«La aventura del piso barato» también contiene la argucia de que una propiedad inmobiliaria se ponga en venta con un descuento a la persona adecuada.

Hay aún otra inteligente variación sobre una pista en la que están implicados los nombres (véase
Se anuncia un asesinato
, así como
La señora McGinty ha muerto
y
Peligro inminente
).

Hay referencias solapadas a
Diez chicos negritos
[sic] en el acto II, escena 2ª, y a «un cadáver en la biblioteca» en el acto I.

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