No había nada que impidiera que un caballero estuviera cualificado para tener el millón de sestercios (completamente extraoficial) necesario para convertirse en senador bajo el sistema antiguo, que era por lo que los censores se guiaban para suplir las vacantes que quedaban en el Senado; el hecho de que muchísimos caballeros no aspirasen a entrar en el Senado se debía puramente al amor que los caballeros le tenían a los oficios y al comercio, cosa que era fruto prohibido para los senadores, que sólo podían dedicarse a las tierras y a las propiedades.
caballo de octubre.
En los idus de octubre (que era aproximadamente cuando finalizaban las campañas) se elegían los mejores caballos guerreros del año y se enganchaban por parejas a carros. Luego se celebraban carreras con ellos en el césped del Campo de Marte en lugar de hacerse en uno de los circos. El caballo situado a la derecha de los dos que formaban la pareja ganadora se sacrificaba a Marte en un altar erigido especialmente junto al curso de la carrera. Se mataba al animal con una lanza, después de lo cual se le cercenaba la cabeza y sobre ella se amontonaban pasteles pequeños, mientras la cola y los genitales se llevaba apresuradamente a la Regia, en el Foro Romano, y se dejaba que la sangre chorrease sobre el altar del interior de la Regia. Cuando acababan las ceremonias llevadas a cabo en torno a la cabeza cubierta de pasteles del caballo, ésta se arrojaba a dos grupos que competían por conseguirla, uno formado por habitantes de Subura y el otro por habitantes de la vía Sacra. Si ganaba la vía Sacra, la cabeza se clavaba en la pared exterior de la Regia, y si ganaba Subura, se clavaba en la pared exterior de la Turris Mamilia (el edificio más señalado de Subura). No se conoce el motivo que había detrás de todo esto y puede que los romanos de la República tardía sólo supieran que tenía alguna relación con el final de la temporada de campañas. No sabemos si los caballos de guerra eran públicos o no, pero quizás se nos perdone si suponemos que lo eran.
caballo niseano.
La especie más grande de caballo conocido en la antigüedad. Su tamaño se desconoce, pero se cree que debía de ser por lo menos tan grande como la bestia medieval que llevaba a lomos a un caballero con armadura, ya que los reyes de Armenia y los partos confiaban en niseanos para transportar sus
cataphracti
(caballería ataviada con cota de malla de la cabeza a los pies, igual que los caballos). Procedían de la zona situada al sur y al oeste del mar Caspio, en Media, pero en la época de la República tardía había
caballos niseanos
en la mayor parte del mundo antiguo.
caballo público.
Caballo que pertenecía al Estado, al Senado y al pueblo de Roma. Remontándonos hasta la época de los reyes de Roma, los gobiernos habían seguido siempre la política de abastecer a los mil ochocientos caballeros de las dieciocho centurias más importantes con caballos para montar durante el combate, teniendo presente que el origen de la Asamblea de las centurias era militar y que las centurias más importantes habían estado formadas por soldados de caballería. El derecho de estos importantes caballeros a tener un caballo público se tenía en alta consideración y se defendía con denuedo. Que un miembro del Senado, por el hecho de serlo, perdiera automáticamente su derecho a un caballo público es muy discutible.
calendas.
El primero de los tres días que tenían nombre cada mes, los cuales representaban los puntos fijos del mes. Las fechas se calculaban hacia atrás a partir de esos tres días; calendas, nonas e idus. Las calendas siempre eran el primer día del mes. Estaban consagradas a Juno y en origen se habían hecho coincidir con la aparición de la luna nueva.
Campo de Marte.
En latín
Campus Martius
. Situado al norte de las murallas Servias, el Campo de Marte limitaba al sur con el Capitolio y al este con la colina Pincia; el resto estaba rodeado por una enorme curva que describía el río Tíber. En tiempos de la República no era un suburbio habitado, sino que era el lugar donde esperaban los ejércitos hasta que se celebraba el desfile triunfal, donde se entrenaban los jóvenes en las prácticas militares, donde se encontraban los establos de los caballos que se enganchaban a los carros de carreras y donde se entrenaba a dichos caballos, donde tenían sus barracones los esclavos públicos, donde se reunía la
Asamblea de las centurias
y donde estaban los mercados de jardinería que rivalizaban con parques de recreo. En el vértice del recodo del río se encontraban los pozos llamados Trigario, lugar público donde los romanos iban a nadar, y justo al norte del Trigario había unos manantiales de agua caliente con propiedades curativas llamadas el Tarento. La vía Lata (vía Flaminia) cruzaba el
Campo de Marte
hacia el puente Mulvio, y la vía Recta cruzaba la vía Lata perpendicularmente.
Carinae
. Una de las zonas residenciales más elitistas de Roma. El Fagutal formaba parte de las Carinae, que se hallaban situadas en el extremo norte del monte Opio, en su ladera oeste. Se extendía por el terreno situado entre la Velia y el Clivus Pullius, Tenía vistas al sudoeste, a los pantanos del Palus Ceroliae, en dirección al monte Aventino.
Cástor
. El más importante y nunca olvidado hermano gemelo celestial. Aunque el imponente templo del Foro Romano era en realidad el templo de Cástor y Pólux (también llamado los Dioscuri), los romanos siempre se referían a él como el templo de Cástor. Esto provocaba muchos chistes referentes a empresas iniciadas entre dos en las cuales uno era relegado a un segundo plano. Desde el punto de vista religioso Cástor y Pólux se encontraban entre las principales deidades a las que los romanos rendían culto, quizás porque, como Rómulo y Remo, eran gemelos.
catamita.
Joven utilizado para propósitos homosexuales.
celtíbero.
Término general que se refería a todas las tribus que habitaban la Hispania norte y centro-norte. Como sugiere ese nombre, racialmente eran una amalgama de celtas emigrados de la Galia y de los pueblos íberos indígenas, más antiguos. Sus poblados se hallaban en su mayoría erigidos sobre riscos, colinas o montículos rocosos que eran fáciles de fortificar, y eran maestros consumados en la guerrilla.
censor.
El censor era el más augusto de todos los magistrados romanos, aunque carecía de imperio y por ello no tenía derecho a ser escoltado por lictores. La Asamblea de las centurias elegía dos censores que habían de servir durante un período de cinco años (llamado
lustrurn
); no obstante, la actividad censorial se limitaba a los primeros dieciocho meses del
lustrurn
principalmente, y se iniciaba con un sacrificio especial, la
suovetaurilia,
de cerdo, oveja y buey. Ningún hombre podía presentarse candidato a censor a menos que antes hubiese sido cónsul, y normalmente sólo los consulares de notable
auctoritas
y
dignitas
se tomaban la molestia de presentarse. Los censores inspeccionaban y regulaban quiénes habían de ser miembros del Senado y de la
ordo equester
, y llevaban un censo de los ciudadanos romanos de todo el mundo romano. Tenían potestad para transferir a un ciudadano de una tribu a otra así como de una clase a otra. Se guiaban para ello por los medios económicos del ciudadano. También era responsabilidad de los censores llevar a cabo los contratos estatales en todos los campos, desde la recaudación de impuestos hasta las obras públicas. En el año 81 a. J.C. Sila abolió este cargo, pero los cónsules Pompeyo y Craso lo instauraron de nuevo en el 70 a. J.C. El censor vestía una toga de color púrpura oscuro, que era llamada
toga purpurea
.
centurión.
Oficial regular profesional de las legiones de ciudadanos romanos y de infantería auxiliar. Es un error equipararlo a los modernos sargento o cabo; los centuriones disfrutaban de una condición relativamente elevada que no estaba complicada por las modernas distinciones sociales. Un general romano derrotado apenas se inmutaba aunque perdiera tribunos militares de categoría superior, pero se mesaba los cabellos si perdía centuriones. El rango de centurión tenía graduación; el de categoría inferior mandaba una centuria corriente de ochenta legionarios y veinte ayudantes no combatientes, pero no se sabe exactamente cómo ascendía en lo que aparentemente era una cadena compleja de progresiva superioridad en el rango. En el ejército republicano tal como fue reorganizado por Cayo Manio, cada cohorte tenía seis
centuriones
(en singular,
centurio
), con el hombre de rango superior, el
pilus prior
, al mando de la centuria de categoría superior y al mismo tiempo de la cohorte en su totalidad. Los diez hombres que mandaban las diez cohortes que componían una legión completa también tenían diferentes graduaciones, y el centurión de mayor categoría de la legión, el
primus pilus
(término que más tarde se redujo a
primipilus
) sólo tenía que rendir cuentas ante el comandante de su legión (que era o bien uno de los tribunos de los soldados electos o uno de los legados del general). Durante los tiempos de la República el ascenso a centurión provenía de entre los soldados rasos. El centurión tenía ciertas insignias reconocibles de su cargo: llevaba canilleras, una cota de escamas en lugar de la cota de malla y un yelmo con penacho transversal en lugar de longitudinal; llevaba también un robusto bastón de madera de parra y muchas condecoraciones.
Circus Flaminius
. Era el circo situado en el Campo de Marte, no lejos del Tíber y del Foro Holitorium. Construido en el año 221 a. J.C., a veces se utilizaba como lugar de reunión de los comicios, cuando la plebe o el pueblo tenían que reunirse fuera del
pomerium
. Parece que se usaba mucho para celebrar en él los juegos, pero para acontecimientos donde la afluencia de público era menor que la del Circus Maximus, pues sólo tenía cabida para cincuenta mil espectadores.
Circus Maximus.
Era el antiguo circo construido por el rey Tarquinio Prisco antes del comienzo de la República. Ocupaba todo el Valis Murcia, un declive que se extendía entre el Palatino y el Aventino. Aunque tenía capacidad por lo menos para ciento cincuenta mil espectadores, existe amplia evidencia de que durante los tiempos republicanos a los ciudadanos que eran esclavos manumitidos se les clasificaba como esclavos en lo concerniente a su admisión en el Circus Maximus, a quienes les era denegada la entrada. Eran demasiadas las personas que querían presenciar los juegos del circo. A las mujeres se les permitía sentarse con los hombres.
ciudadanía.
En lo que se refiere a esta serie de libros, se trata de la ciudadanía romana. Estar en posesión de dicha ciudadanía daba derecho a todo hombre a votar en su tribu y en su clase (si es que estaba económicamente cualificado para pertenecer a alguna) en todas las elecciones romanas. No se le podía azotar, tenía derecho al proceso judicial romano y también tenía derecho a la apelación. El ciudadano varón estaba sujeto al servicio militar al cumplir los diecisiete años. Después de la
lex Minicia
del año 91 a. J.C., al hijo fruto de la unión entre un ciudadano romano de cualquier sexo y una persona no romana se le obligaba a asumir la ciudadanía del progenitor no romano.
clases.
Las clases eran cinco, y representaban las divisiones económicas de posesión de bienes o de percepción de ingresos regulares de los ciudadanos romanos. Los miembros de la primera clase eran los más ricos y los de la quinta los más pobres. Los ciudadanos romanos que formaban parte del
capite censi
o proletariado eran demasiado pobres; por ello no estaban cualificados para pertenecer a ninguna clase y no podían votar en la Asamblea de las Centurias. Y mucho menos los miembros de la cuarta o de la quinta clases.
cliente
. En latín
cliens
. El término se refiere a los hombres libres o manumitidos (que no tenían por qué ser ciudadanos romanos) que se ponían bajo la tutela de otro hombre al que llamaban su patrono. De la manera más solemne y vinculante, el cliente se comprometía a servir a los intereses y a obedecer los deseos de su patrono. A cambio recibía ciertos favores: normalmente regalos en dinero, un empleo o ayuda legal. El esclavo manumitido pasaba automáticamente a ser cliente de su antiguo amo hasta que éste le descargaba de su obligación… si es que alguna vez lo hacía. Una especie de código de honor regía la conducta del cliente en relación a su patrono, y se atenía a él con notable consistencia. Ser cliente no significaba necesariamente que un hombre no pudiera ser a su vez patrono; más bien lo que no podía ser era patrono último, pues técnicamente sus propios clientes eran también clientes de su patrono. Durante la República no había leyes formales concernientes a la relación entre cliente y patrono porque no eran necesarias: ningún hombre, cliente o patrono, podía esperar tener éxito en la vida si se supiera que no era honorable en aquella función vital. Sin embargo había leyes que regulaban la relación de los clientes extranjeros con su patrono: los estados extranjeros o los reyes clientes que reconocían a Roma como su patrono estaban legalmente obligados a pagar el rescate de cualquier ciudadano romano que fuera secuestrado en sus territorios, hecho en el que los piratas se apoyaban para obtener una fuente de ingresos adicional. Así pues, no solamente los individuos podían ser clientes; ciudades enteras, e incluso países; lo eran también a menudo.
clivus
. Calle en cuesta.
cochinillo
. Latín,
porcella
. Se usaba con ironía o en sentido cariñoso y se refería a los genitales femeninos.
coercitio
. Derecho que tenía un magistrado curul a exigir obediencia de sus mandatos mediante medidas punitorias. Un ciudadano no podía apelar contra un magistrado que invocase
coercitio
a menos que fuera plebeyo y les pidiese a los diez tribunos de la plebe que lo rescatasen. Las medidas acostumbradas eran multas o confiscación de bienes; que un magistrado castigase con penas físicas era verdaderamente infrecuente.
cognomen
. Era el último nombre de un varón romano ansioso por distinguirse de todos sus colegas que poseyeran idénticos nombres de pila (
praenomen
) y apellido (
nomen
). Podía adoptarlo él mismo, como hizo Pompeyo con el cognomen Magnus, o simplemente continuar con un cognornen que llevase generaciones en su familia, como ocurría con el cognomen César en la familia de los Julios. En algunas familias se hacía necesario llevar más de un
cognomen
: por ejemplo, Quinto Cecilio Metelo Pío Corneliano Escipión Nasica, que era hijo adoptivo de Metelo Pío el Cochinillo. Quinto era su primer nombre (
praenomen
); Cecilio era el nombre de su familia (
nomen
); Metelo Pío eran
cognomina
pertenecientes a su padre adoptivo; Corneliano indicaba que tenía sangre Cornelia; y Escipión Nasica eran los cognomina de su padre biológico. El
cognomen
, además, a menudo ponía de relieve alguna característica física o idiosincrásica: orejas como jarros, pies planos, joroba, piernas hinchadas; o bien conmemoraba alguna gran hazaña, como en el caso de los Cecihos Metelos, que recibieron los
cognomina
de Dalmático, Baleárico, Macedónico, Numídico, relativos al país que cada uno de ellos había conquistado. Los mejores
cognomina
tenían una enorme carga de sarcasmo: Lépido, que significaba tipo estupendo, aplicado a un auténtico cabrón; a veces eran muy ingeniosos, como ocurría con el ya poseedor de múltiples
cognomina
Cayo Julio César Estrabón Vopisco, el cual se ganó un nombre adicional, Sesquiculo, que significaba que era más que un tonto, era tonto y medio.